Fuente:
La Flecha.
La tinta que habitualmente utilizamos en las impresoras de chorro, no es nada más que una suspensión de diminutas partículas negras o de color en agua, en esencia lo mismo que la tinta china de toda la vida. Hay dos factores fundamentales en este producto, el tamaño de las partículas, que ha de ser mínimo y uniforme y su color. A la hora de fabricar la tinta, el obtener un buen producto, supone poseer un buen sistema de fabricación y un elevado control de calidad, pero en sí no tiene secreto. Cualquier fabricante tradicional de tinta para estilográfica, tiene la técnica y los controles de calidad suficientes, si se lo propone, puede fabricar tinta de calidad y de hecho muchos lo hacen, pues son ellos y no los fabricantes de impresora los que fabrican la tinta que contienen los cartuchos.
Desde hace tiempo la política seguida por los fabricantes de impresoras, ha sido vender las impresoras a un precio muy reducido y poner a los cartuchos de tinta un precio desaforado, se calcula que un litro de tinta cuesta entre 2000 y 3000 €. Pretenden por ello conseguir un mercado cautivo de clientes obligados a comprarles la tinta, independientemente del precio que puedan poner al cartucho, al tener impresoras que solo aceptan sus cartuchos de te¡inta.
Puesto que el negocio está en la venta de repuestos de tinta y no en la de impresoras, aparecen en los fabricantes prácticas,que no podemos menos que calificar de abusivas, para mantener cautivo al cliente. a primera es que cada impresora tenga un cartucho específico protegido por múltiples patentes que impida o dificulte la fabricación de un repuesto a la competencia.
Otra práctica corriente es colocar los tres depósitos de tinta de color en un solo bloque, de forma que la finalización de uno de los colores, suponga tener que sustituir los tres colores simultáneamente. Lo habitual es que las empresas, las mas dadas a utilizar repuestos originales, utilicen papel encabezado con un logotipo de color. Por fuerza determinado color participa más en la impresión del logotipo, y se acaba antes que los demás, arrastrando prematuramente al cambio de cartucho de color.
El conocido fabricante EPSON, ha colocado en los depósitos de tinta de algunos de sus modelos, un chips, que cuentan las páginas que imprime y llegando a determinado número de páginas, solicitan su cambio, independientemente de que hayan escrito en cada página toda la carilla o un único punto y rebosen de tinta, esta medida ya le ha costado más de algún juicio por prácticas comerciales indebidas.
Creo en efecto, que la actuación de los fabricantes de impresoras es abusiva, por ello, invito a mis lectores a luchar en la medida de nuestras fuerzas en contra de estas prácticas. La primera medida, debe ser tener en cuenta el precio de los repuestos de tinta y si existen alternativas de otras marcas a la hora de comprar una impresora, pues como digo, el precio de adquisición, siendo importante, no debe ser el único elemento a tener en cuenta a la hora de comprar una impresora.
Adquirida la impresora, otra forma práctica de lucha contra el abuso, es utilizar sistemáticamente, e independientemente de la marca marcas que hayamos adquirido, tinta ajenas al fabricante. Si conseguimos entre todos reducir significativamente los ingresos del fabricante por venta de tinta, la razón económica que ha motivado estos abusos, no tendrá razón de ser y volverán a prácticas comerciales más razonables. Basadas en la pura competencia en calidad y precio de las propias imprespras.
Puesto que en contra de lo que nos cuentan, no existen secretos industriales, ni complicadas tecnologías en la fabricación de tinta para impresoras, no existe hay problema en utilizar cartuchos de tinta fabricados por otros fabricantes de prestigio Son empresas de reconocido calidad las que hacen marcas como Verbatim, Kores o Pelikan entre otras. Llevo años haciendo uso de cartuchos alternativos o clónicos y no he notado que ello dañe a la impresora en forma apreciable.
Existe otra práctica recomendable que es el uso de kits de rellenado de tinta. Consiste en inyectar en los cartuchos habituales, tinta para prolongar su uso. Si no somos muy exigentes en los resultados, con tan solo inyectar agua cuando están a un tercio de su capacidad, se puede prolongar mucho la duración de la tinta.
No solo la tinta restante, sino la que queda pegada a las paredes interiores del cartucho se mezcla con el agua, creando nueva tinta que asombrosamente conserva gran parte del colorido inicial. Quien no lo crea, como no lo creí yo cuando me lo contaron, cuando se le vacíe el cartucho de tinta negra que está utilizando, que le inyecte agua y que haga la prueba, se quedará asombrado del resultado, como me quede yo.
No obstante, mejor será introducir tinta que agua. Personalmente he utilizado los kits y así como en tinta negra he obtenido buenos resultados, en la tinta de color, no he conseguido colorido similar al del fabricante. La razón es que el color se obtiene por mezcla precisa de tres, (o cuatro), tintas de determinado color.
Cada fabricante utiliza tonalidades muy específicas en sus cartuchos, si el colorido que introduces es ligeramente diferente, la mezcla en las mismas proporciones que la indicada por el fabricante para sus tintas, dará coloridos parecidos pero de diferente gama, por lo que necesitamos calibrar manualmente la impresora, lo que es posible realizar con programas de imagen como Photoshop, para obtener después de algunas pruebas las misma tonalidad con el nuevo juego de cartuchos que con los originales..
Como esto no deja de ser complicado Yo he optado por no utilizar el color en mi impresora salvo en pruebas y dibujos lineales, como gráficos y cosas por el estilo donde el colorido preciso tiene una importancia relativa. Cuando quiero reproducir en color fotografías, que es donde mas sensible resultan los cambios de gama, recurro a una tienda de fotografía digital, que tiene hoy precios realmente competitivos, donde me reproducen únicamente las fotografías que he seleccionado, con una magnífica calidad, tanto en las tintas utilizadas, como del papel soporte, otro elemento de un precio abusivo cuando lo venden en cantidades reducidas.
Según mi experiencia el rellenado de cartuchos tiene el inconveniente de que tienes que ser muy cuidadoso para no manchar de tinta, pues si bien la pérdida económica por la tinta derramada suele ser mínima, lo que cunde la tinta cuando intentas eliminar las manchas es terrible. Aconsejo que el recargado de tinta se lleve a cabo en cuartos de baño o cocinas, y poner el máximo cuidado, aun que tengamos abundante agua y papeles para recoger la tinta derramada y se limpien los muebles sin excesiva dificultad...
Unos buenos equipos de rellenado son los de Tintajet o InkTec.Co. De todas formas debe tenerse en cuenta que los cartuchos de tinta, originales o de otras marcas, no están pensados para aguantar mucho uso, por ello o las toberas de tinta degeneran pronto con el eso siendo recomendable no rellenarlas más de tres veces, por lo que mas o menos pronto deberemos sustituirlas por otras nuevas, del fabricante, o de marcas alternativas.
Existe otra práctica, que consiste en la venta de cartuchos reciclados, en la que al riesgo de la calidad de la tinta que introducen, se suma el riesgo de desconocer la cantidad de veces que el cartucho se ha reutilizado. Si desde un punto de vista ecológico, esta práctica es sumamente recomendable, no puedo decir lo mismo sobre la garantía de calidad, pues no tengo confianza sobre el control de calidad, ni del continente, ni del contenido del cartucho.
Este sistema de tinta reciclado lo he utilizado personalmente en mi trabajo, con tonner para impresoras laser, con satisfactorios resultados, pero nunca lo he utilizado con tinta de impresora de chorro y aun que no me atrevo a dar una opinión negativa sobre la esta práctica, tampoco me atrevo a aconsejar su uso pues depende en exceso de la seriedad con que practiquen su trabajo los "recicladores" y no hay marcas de prestigio que amparen este trabajo..
Como ocurre siempre, no todo ha de ser malo, y el abuso de los fabricantes de impresoras ha precipitado el habito de trabajar directamente sobre la pantalla del ordenador. Yo, que procedo de una cultura clásica, basado en el libro de texto y el papel de escribir, me encontré en mis comienzos con la informática, con una gran dificultad para poder seguir el funcionamiento de un programa en Cobol, que fácilmente ocupa diez o doce folios escritos, al leerlos en la pantalla del ordenador. La diferente forma de pasar de página, el no poder señalizarla, no poder subrayar, o escribir notas al margen con facilidad, me llevaban a imprimir el programa y leerlo sobre la copia impresa, (entonces en papel continuo).
El desorbitado encarecimiento de la impresión, me llevó con el tiempo a reducir la impresión a lo imprescindible, de forma que lo que antes llevaba de forma sistemática, se tradujo en una práctica selectiva. Hasta que poco a poco, al acostumbrarme a leer sobre la pantalla, fui distanciando el uso de la copia impresa, habituándome al uso de herramientas propias de la impresión en pantalla, como la búsqueda automática de un termino, o la posibilidad de abrir varias sesiones simultáneas en una misma pantalla, imposibles de realizar en una copia impresa y que cuando te habitúas, sustituye con ventaja a otras prácticas que se efectúan en papel pero no podemos utilizar sobre una pantalla.
Naturalmente no soy un caso aislado, poco a poco toda la población se va habituando a pensar y razonar sin dificultad sobre una pantalla, como las generaciones anteriores lo realizaron sobre una hoja de papel. No cabe duda que esta práctica que será la que en el futuro efectúen habitualmente las próximas generaciones sin lugar a dudas, ha sido precipitada por el abusivo importe de la tinta. Miles de árboles permanecen aún en píe gracias a estos abusos de los fabricantes de impresoras. Aunque no esa su pretensión, sino exactamente todo lo contrario, deberemos dar las gracias a estos señores por haber precipitado su introducción.
Igual pasa con las copias en papel de fotografías, el precio abusivo , esta ves combinado de tinta y papel, ha llevado a que la gente se intercambie directamente los ficheros digitales y solo excepcionalmente pasen a papel, (eso si, a gran formato). Una determinada fotografía. De no haber abusado desmedidamente en el precio, todos hubieramos seguido sistemáticamente pasando a papel las fotografías efectuadas con nuetras cámaras digitales. Su desmedida ambición a reducido mas que aumentado los ingresos que hubieran podido tener por estos conceptos.
También deberán darles las gracias los monjes cistercienses, (link en inglés), de la abadía de Nuestra Señora de Springfie en Wisconsin en Estados Unidos. Esta orden, que ya en la Edad Media se caracterizo por dedicarse a copiar y proteger el saber heredado de generaciones anteriores, se escandalizaron con el precio de la tinta y consideraron que debían de poner solución, crearon una tinta Lasermonks (Monjes láser) que se vende en los Estados Unidos . Con el beneficio de la tinta han sacado se han destinado a la construcción de un convento en Hungría y una escuela de capacitación en computación en el pueblo de Hue en Vietnam. Como dice el dicho, no hay mal que por bien no venga.