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2010/10/13

"No he visto un nivel de destrucción así en mi vida"

Publico

El muro ya ha sido levantado, pero muchos de los vecinos de Kolontár están concentrados ahora mismo en otro tipo de construcciones. Sus casas tendrán que ser derruidas por los efectos de la riada de lodo tóxico que ha convertido en un infierno rojo su tierra. Les han prometido viviendas, pero no saben dónde ni quién pondrá en dinero para poder cobijarse bajo un nuevo techo.
"No he visto un nivel de destrucción así en mi vida", confiesa Denis Dalmy, un arquitecto encargado de revisar los daños de los edificios. Los peritos, más allá de causa directa de la riada, que ha dañado las infraestructuras de las casas, han destacado que unas 40 tendrán que ser derribadas por los perniciosos efectos de los productos químicos y metales pesados que contiene el barro, informa Nuño Domínguez. "Con tanto lodo, habrá que tirarlas".
Tibor Dobson, coordinador de la protección civil húngara (OKF), ha confirmado que el Gobierno ha prometido nuevas viviendas a las víctimas, que podrían elegir su ubicación: bien en una zona de la localidad no afectada por la riada, bien en otra población. Los que han corrido mejor suerte tendrán que esperar previsiblemente hasta el sábado para regresar a sus hogares.

Seis metros de alto

Las obras del nuevo dique de contención para proteger del lodo tóxico a las localidades húngaras de Kolontár y Devecser han concluido. En algunos puntos mide hasta seis metros y los materiales empleados han sido rocas y tierra compacta, según OKF. 
Por su parte, la portavoz de protección civil, Györgyi Tüttös, explicó que los medios de comunicación y los habitantes no tienen permitido por ahora acercarse a la zona, ya que los niveles de contaminación aérea son tres veces superiores a lo permitido. En un par de días es posible que puedan hacerlo.

Kolontár, el poblado más afectado

Kolontár, en al oeste de Hungría, fue el poblado más afectado por el derrame el 4 de octubre de barro rojo y el levantamiento del nuevo dique de contención tiene por objetivo desviar una posible segunda riada del material corrosivo restante en el reservorio. El muro de unos 1.500 metros de largo está compuesto por unas 40.000 toneladas de rocas transportadas con camiones de gran tonelaje.
Las autoridades húngaras dan por seguro que ocurrirá un segundo vertido, aunque el barro rojo restante es menos fluido por lo que apenas se desplazará unos mil metros de la balsa. Tüttös explicó que las grietas detectadas en el muro norte del dique de la represa no han aumentado desde hace varios días, lo que indicaría que ha disminuido el peligro de un nuevo vertido.

Bruselas revisará la legislación sobre vertidos

Publico

La Comisión Europea confesó ayer estar fuera de combate ante la catástrofe ecológica en Hungría y propuso revisar la legislación sobre catástrofes ecológicas producidas por vertidos industriales. El Ejecutivo comunitario presentará en las próximas semanas un análisis detallado sobre las actuales leyes europeas, paso previo a un posible refuerzo de las normas en materia de prevención y un endurecimiento de los castigos para los infractores. El anuncio de poner en marcha la maquinaria normativa compensa el rol actual de la Comisión en el vertido, hasta ahora reducido a la coordinación de la solidaridad europea.
Cinco expertos ofrecidos por Francia, Alemania, Bélgica, Suecia y Austria ayudarán al Gobierno húngaro a controlar el segundo vertido de barro rojo considerado como inevitable. Su misión consistirá en colaborar a la descontaminación de la "tierra para la agricultura, la flora, fauna y las aguas, incluyendo las subterráneas" que han sido afectadas, según la Comisión. Los expertos, reclamados por Hungría, fueron reclutados por el Centro de Seguimiento y Control de la Comisión Europea, que recibió currículum de 40 expertos de diez países miembros.
En el plano legal, fuentes comunitarias advierten de que es "demasiado pronto para actuar", sobre todo hasta que "no haya una idea general del alcance" de la catástrofe "y no se descontaminen las zonas afectadas". La ley comunitaria incluye una directiva sobre los residuos procedentes de minas que todavía no es de obligado cumplimiento, ya que los gobiernos tienen hasta el año 2012 para incorporarla a la legislación nacional.
Hungría podría haber incumplido otra directiva que establece requisitos en prevención y control de incidencias y obliga a cada instalación industrial a tener un permiso para poder operar. "La empresa tenía ese permiso recuerdan fuentes comunitarias pero hemos de comprobar si además de tenerlo cumplía realmente los requisitos exigidos por la directiva".

Fondo de Solidaridad

Sobre la responsabilidad legal de la catástrofe, Bruselas guarda silencio, asegurando que será necesaria una investigación concienzuda que delimite a quién corresponde pagar por las consecuencias. Hungría puede recurrir al Fondo Europeo de Solidaridad, según recordó Bruselas, en caso de que los daños producidos por el barro rojo no sean finalmente cubiertos por el seguro de accidentes y siempre que superen los 591 millones de euros.
El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, viajará hoy a Budapest para reunirse con Viktor Orban, el primer ministro húngaro. En su reunión, convocada para pactar parte de los objetivos de la presidencia rotatoria de la UE, que Hungría ostentará el semestre que viene, Barroso y Orban analizarán las consecuencias del vertido, pero el presidente de la Comisión no visitará la zona afectada, según confirmó ayer su equipo.
El Gobierno español, que hasta ahora ha ofrecido asesoramiento técnico a Hungría, aseguró ayer que responderá a cualquier petición de ayuda de las autoridades de Budapest, pero recalcó que es al Gobierno de Orban al que le corresponde solicitarlo. "Es una decisión del Gobierno húngaro, estamos a su disposición y la UE también", aseguró el secretario de Estado para Asuntos Comunitarios, Diego López Garrido.

Hungría interviene la minera del 'vertido rojo'

Publico

El Gobierno húngaro sacó ayer los colmillos ante el peor desastre ecológico que ha vivido el país. La Policía arrestó a Zoltan Bakonyi, director de la compañía propietaria de la balsa de lodos tóxicos que reventó el pasado lunes liberando una letal riada de barro rojo. La empresa, Magyar Aluminium, será nacionalizada y sus activos intervenidos por el Gobierno mientras prosigue la investigación oficial sobre las causas del desastre. Así lo aseguró ayer en el Parlamento el primer ministro magiar, Viktor Orban. "El Estado debe intervenir la compañía responsable del vertido y sus bienes", argumentó.
El Gobierno nombrará un comisario que se hará cargo de los bienes de la compañía mientras duren las investigaciones y que evitará que la empresa pueda escaparse de sus posibles responsabilidades. "Tenemos buenas razones para pensar que había empleados que sabían que los muros [de la balsa] estaban dañados, pero, guiados por sus intereses, pensaron que no merecía la pena repararlos", aseguró ayer Orban. El Parlamento aprobó nacionalizar la compañía por 336 votos a favor, uno en contra y 13 abstenciones.
Magyar Aluminium, un gigante industrial de la época comunista que fue vendido a manos privadas en 1995, sigue manteniendo que siempre ha operado según la legislación vigente y resalta que ha gastado unos 100 millones de euros en los últimos 10 años en mantenimiento y renovación de los diques.
Varios medios húngaros señalaban ayer que las primeras filtraciones en los muros sucedieron hace meses y, según el diario Nepszabadsag, la compañía aumentó tres veces su altura original para dar cabida a más residuos. El secretario de Estado de Medio Ambiente, Zoltan Illes, aseguró anteayer que la compañía debe unos 80 millones de euros en multas por contaminar las aguas con los lodos tóxicos que se filtran de sus balsas.
"El Gobierno ha hecho lo correcto interviniendo a la empresa y señalándola como responsable, eso es exactamente lo que dictan las leyes de la UE", explicó a este diario Gabor Figerczky, responsable de la organización ecologista WWF en Hungría.
Mientras, en la zona del desastre, los servicios de rescate encontraban ayer el cuerpo de la octava víctima mortal del desastre. Sesenta personas siguen ingresadas por quemaduras y otras lesiones, 12 de ellas en estado grave.
Los habitantes de Kolontár y Devecser que han perdido sus casas, en todo caso, no han esperado a que la investigación oficial termine y ya están contactando con abogados para denunciar a la empresa contaminante. "Si la compañía resulta ser culpable del vertido, tendría que pagar al menos unos 40.000 euros por cada casa arrasada, aunque es difícil saberlo con seguridad", explicó a Público Gabor Magyar, responsable de un bufete de abogados de Budapest que ya está procesando las denuncias de varios afectados.
"Esperamos tener cientos de casos [más de 200 casas fueron arrasadas por la riada], aunque aún es muy pronto, porque la gente de la zona apenas tiene acceso a teléfonos", asegura. Según él, "si se logra probar que la compañía manejaba sustancias peligrosas, no se podrá escabullir de pagar todos los daños". El proceso podría zanjarse en un año por juicio rápido, asegura.

Muro de contención

En Kolontár, donde ya no queda ningún habitante, unos 1.200 operarios se afanaban ayer en terminar los muros de contención que deben frenar la segunda oleada de lodos tóxicos que llegará cuando se derrumben los muros de la balsa accidentada, algo que el Gobierno da por seguro.
Se trata de tres grandes barreras que abarcan 1.500 metros de largo y tienen un espesor de unos 30 metros, según explicó ayer Gyoryii Tottos, portavoz de los servicios de gestión de la catástrofe, que espera que la obra esté terminada hoy. Nadie sabe si los muros serán suficientes para frenar la segunda ola, que será más lenta (también más tóxica) debido al espesor del barro.
En Devecser, cuya entrada fue abierta ayer durante unas horas, la población local seguía empeñada en la titánica tarea de sacar el lodo que aún anega sus casas a golpe de pala. Las calles del pueblo siguen teñidas de rojo, aunque algunas aceras están ya cubiertas con yeso, que se está usando para neutralizar la causticidad del barro.

"Coged los papeles y diez kilos de ropa"

Publico

 Los habitantes de Devecser ya tienen hechas las maletas. En cualquier momento, el Gobierno puede ordenar la evacuación de las 5.000 personas que viven en este pueblo, en caso de que una segunda ola de lodo rojo llegue a la localidad.
"El sábado a las siete de la mañana la policía aporreó la puerta y, cuando abrí, me dijeron que tuviéramos preparados los papeles, un saco de dormir y una maleta de 10 kilos como máximo", explica Evelin Scholz, una abogada de 34 años que ha venido desde Budapest a ayudar a su familia en una tarea imposible: sacar todo el barro que entró el pasado lunes tras la ruptura de la balsa de Magyar Aluminium. "Nos dijeron que tendríamos que salir en un minuto".
La entrada de la casa está aún anegada por un enorme charco rojo que se traga las botas de goma hasta más allá del tobillo.
Un poco más allá, en las escaleras de entrada, Scholz explica que los vecinos de su calle están empezando a contactar con otros de Kolontár, el pueblo al que la riada de lodos tóxicos llegó primero. Ya han hablado con un abogado para que les ayude a denunciar a Magyar Aluminium. "Un amigo que ha trabajado durante años para Magyar Aluminium nos dijo que los responsables de la balsa sabían que era peligrosa desde hace dos años", señala. "Creo que tenemos la ley de nuestro lado, y la UE reconoce que esto [señalando la costra de barro] es muy peligroso para la salud". "Mi madre ha vivido aquí 45 años, esta casa era toda su vida", lamenta. Su hermano Oliver, que vive en esta casa y se dedica a trabajo social con personas sin hogar, le quita hierro al asunto: "Ahora yo mismo soy un sin techo", dice riendo.
Atravesar un par de calles lleva el doble de tiempo de lo normal por la pegajosa capa de barro que lo cubre todo. Allí, cuatro hombres acarrean un enorme banco de picnic a través de un lodazal. Uno de ellos es Károly Kovacs, de 31 años. La marea roja anegó su casa el lunes en cuestión de minutos, llevándose por delante los 15.000 euros que había invertido en ella. Pasó días intentando limpiar el interior, pero ya ha desistido. "Nos han dicho que van a tirarla con excavadoras", explicaba ayer. "Por ahora no nos han ofrecido una compensación y un amigo ya ha contactado con un abogado", explica. "Lo único que me queda ahora es esperar", lamenta Kovacs, mientras regresa con sus compañeros, que se han quedado atascados en el campo de lodo rojo.

Desastre en Hungría: ¿podría ocurrir en A. Latina?

BBC Mundo

Desde latas hasta aviones, desde envolturas de chocolate hasta desodorantes. El aluminio está presente en innumerables productos del día a día, pero ¿cuán segura es su producción?
Un millón de toneladas de lodo tóxico fueron vertidas desde una fábrica de alúmina en Hungría la semana pasada, arrasando varios poblados y contaminando ríos. La pregunta que muchos lectores de BBC Mundo se han planteado es si algo similar podría ocurrir en otras partes del mundo y especialmente en América Latina.
De cerca de 70 millones de toneladas de alúmina producidas anualmente en el mundo, unos 13 millones corresponden a plantas en Latinoamérica, según dijo a BBC Mundo Chris Bayliss, del Instituto Internacional del Aluminio, con sede en Londres.
Hay muchas plantas que producen aluminio a partir de la alúmina, pero muy pocas dedicadas –al igual que la de Hungría- a refinar la bauxita para obtener alúmina misma. Hay cinco plantas en Brasil, cinco en Jamaica, una en Venezuela y una en Surinam, según una de las estimaciones. La mayor del mundo se encuentra en el estado brasileño de Pará. Las fábricas tienden a estar cercanas a los depósitos de bauxita.
Y lo esencial en estas plantas de alúmina es cómo se almacena el mayor subproducto del refinamiento de la bauxita, el lodo corrosivo que tantos daños está ocasionando en Hungría.

Fango corrosivo

Una vez que se extrae la bauxita, una roca natural, se utliza soda cáustica para separar de esta roca el hidróxido de aluminio. "Se utiliza soda cáustica porque en determinadas condiciones de temperatura y presión la soda permite la disolución sólo de la parte de aluminio y lo que resta es el barro rojo, de ese color por el óxido de hierro”, dijo a BBC Mundo Sandro Starita, gerente de Medio Ambiente, Salud y Seguridad de la Asociación Europea del Aluminio, EAA por sus siglas en inglés.
Luego tiene lugar un proceso de calcinación, por el que se calienta la mezcla en un horno para perder el componente de agua, dejando solamente el óxido de aluminio o alúmina.
Otras fábricas se dedicarán luego a obtener a partir de la alúmina el aluminio mediante electrolisis, un proceso que utiliza grandes cantidades de energía eléctrica.
El barro rojo y cáustico subproducto de la alúmina es altamente corrosivo, ya que la soda cáustica es extremadamente alcalina, por lo que causa quemaduras y si se ingiere puede ser fatal.
Para almacenar ese fango, "normalmente se hace una primera filtración, extrayendo parte del agua para reutilizarla en el proceso y luego se coloca en reservorios a cielo abierto".
Con la lluvia y con el tiempo, la alcalinidad disminuye en un proceso que puede durar años. Finalmente, los reservorio se tapan y sobre ellos se coloca tierra y nueva vegetación que da mayor estabilidad al terreno y disminuye la erosión.

"Ningún incidente similar"

"El desastre de Hungría tuvo que ver con el colapso del reservorio, con un problema de estructura y no del proceso en sí del refinamiento", señala Starita.
La Asociación Europea de Aluminio emitió un comunicado señalando que "en la Unión Europea ya existe un Documento … con claras instrucciones acerca de cómo hay que construir y mantener los depósitos de residuos de bauxita. Este tipo de depósitos llevan mucho tiempo en funcionamiento sin que hasta la fecha haya habido ningún tipo de incidente similar."
Algunos experimentos en Grecia investigan la posibilidad de reutilizar en el futuro el lodo para la construcción de cerámicas y tejas.
Por ahora, lo esencial sigue siendo el cumplimiento de estándares en la construcción de los reservorios y su constante monitoreo.

2010/10/11

Expertos de la UE intentan atajar la fuga de residuos en Hungría

Publico
Varios expertos de la Unión Europea se han desplazado a Hungría para tratar de acelerar los trabajos de limpieza de la fuga de barro rojo de la semana pasada. Como pudo comprobar Público, la presa que almacena los residuos de la fábrica de aluminio de la empresa MAL, está en pésimas condiciones.
Esto hace pensar a las autoridades que va a ser imposible evitar una segunda fuga, por lo que parte del trabajo se dirigirá a reducir su hipotético impacto.
De momento, protección civilestá levantando una barrera de piedra de 600 metros de largo y 30 de grosor para tratar de paralizar la nueva marea. La situación es tan grave que el ministro de Medioambiente, Zoltan Illes dijo ayer que no podrán evitar la segunda fuga.

Misión, frenar el segundo tsunami

La Unión Europea, ante la amenaza de que el Danubio se vea afectado y la falta de medios del Gobierno húngaro para atajar los efectos, ha conformado un equipo en tiempo récord. "La rapidez con la que ha actuado la UE es una muestra clara de la solidaridad de los estados europeos con Hungría", dijo la comisaria Kristalina Georgieva.
Pero habrá que ver si este equipo es suficiente para frenar los efectos de la segunda marea que, según Illes, podrá llegar en breve: "ahora mismo, mañana, pasado mañana. ¿Quié sabe?".
Si se rompe la presa que almacena los residuos de la fábrica de varios años, se liberarán entre "cinco y siete millones de toneladas de barro rojo", aseguró Illes, quien añadió que si los trabajadores de protección civil consigue preparar para entonces el dique, entonces "estaremos en condiciones de parar un segundo tsunami".

Detenido el director de la empresa que originó el vertido tóxico en Hungría

20minutos

El director general de la empresa de aluminio MAL, Zoltán Bakonyi, propietaria de la balsa que originó el vertido tóxico en Hungría, ha sido detenido este lunes, según ha anunciado el primer ministro, el conservador Viktor Orbán, quien agregó que la empresa será puesta bajo el control directo del Estado. 
En un discurso ante el Parlamento, el jefe de Gobierno anunció que se creará el cargo de Comisario de Defensa para Catástrofes, responsable de "supervisar, dirigir y manejar" los bienes de MAL. "La empresa que causó la catástrofe de 'barro rojo' deberá ser dirigida por el Estado", manifestó el primer ministro. "No podemos seguir viviendo con peligros secretos", agregó.  
Por otra parte, resaltó que Hungría no puede permitirse perder miles de puestos de trabajo en la zona afectada, por lo que habrá que reiniciar la producción de MAL, suspendida tras la catástrofe. Los responsables del incidente, que se saldó con al menos siete muertos y más de cien heridos, serán castigados mediante un proceso "severo y justo", subrayó Orbán. Orbán agregó que los perjudicados deben ser indemnizados, pero no del dinero de los contribuyentes, sino de la empresa.
La fábrica Magyar Alumínium (MAL) fue fundada en 1995 tras la privatización del sector industrial de ese país ex comunistas. Una de sus bases de producción más importantes era justamente la de Ajka, a 160 kilómetros al suroeste de Budapest, donde se produjo el accidente el lunes pasado. MAL cuenta con una plantilla de unos 3.000 trabajadores, que producen diferentes productos de aluminio y bauxita, que en un 70% son exportados. En la localidad de Ajka, la empresa cuenta con dos represas de 50 y 30 millones de metros cúbicos, esta última fue la que sufrió la rotura.
 

Una decena de fuentes tóxicas acecha al Danubio

Publico

La balsa de residuos tóxicos que ha acabado con la vida en varios afluentes del Danubio, y que ha arrasado poblados como Kolontar, Devecser y Somlovasarhely no es única. En Hungría hay otras instalaciones que acumulan unos 50 millones de metros cúbicos de residuos de similares características, cerca de ríos y de zonas de acuífero kárstico. En las cercanías del Danubio se encuentran las balsas de Almásfüzito, a unos 80 kilómetros de Budapest. Según explica la organización WWF, siete estanques de un tamaño de 40 hectáreas albergan 12 millones de toneladas de fango rojo producidas entre 1945 y 1995.
Una organización local ha denunciado en varias ocasiones las condiciones de almacenamiento de los productos tóxicos. Entre ellas, destaca que no se ha impedido que se produzcan fugas en las balsas y que el líquido está prácticamente en contacto con las aguas subterráneas, e indirectamente con el Danubio. "Es responsabilidad de Europa prestar atención a los residuos que se generan allí, pero cada país debe aplicar la directiva europea y en algunos casos no se está haciendo correctamente", explica la responsable del área de aguas de WWF España, Eva Hernández.
En Serbia, las autoridades ya han preparado medidas ante la llegada del vertido tóxico de Ajka al caudal del Danubio. Pero este país, según WWF, también debería prestar atención a las dos refinerías de petróleo que se encuentran cerca del Danubio. Una de ellas está ubicada a dos kilómetros del río, en la ciudad de Pancevo. Su capacidad está en torno a los 4,8 millones de toneladas anuales. En 1999 fue bombardeada por la OTAN y un equipo de WWF ya alertó entonces de la contaminación. Muestras del agua y del suelo revelaron cantidades considerables de mercurio y otras sustancias tóxicas como dioxina. "Aunque está claro que una guerra agrava el problema en zonas productoras de residuos, esa contaminación ya estaba allí", añade WWF.
Aunque la organización reconoce que el Gobierno de Serbia ha realizado esfuerzos en los últimos años para mejorar estas instalaciones, otra seria amenaza es la refinería de Novi Sad, la segunda ciudad más grande del país, que tiene una capacidad de 2,6 millones de toneladas anuales y también fue bombardeada.

Balsas abandonadas

El Danubio transcurre por 450 kilómetros de Bulgaria. WWF recuerda que este país acoge casi 20 balsas y que, aunque algunas ya no están en funcionamiento, los metales siguen en contacto con el suelo y representan una seria amenaza. Una de esas balsas está situada cerca de la ciudad de Chiprovtsi, en el río Ogosta, uno de los principales afluentes del Danubio en Bulgaria. "Las balsas abandonadas son el mayor problema explica Hernández porque no hay nadie a quien exigir responsabilidades y se desconoce si están contaminando suelos y acuíferos".
En el inicio del delta, en Rumanía, se encuentra la planta productora de aluminio de Tulcea, que dejó de operar durante dos años, y que produce grandes cantidades de lodo rojo rico en metales pesados. Sus residuos cubren más de 20 hectáreas. A esta contaminación se suma la planta de acero de ArcelorMittal, en Galati, a las orillas del Danubio. La organización WWF denuncia que la planta no cumple con la normativa básica de medio ambiente. Produce mil toneladas de residuos al día, y estos cubren cien hectáreas.
La mina de oro Rosia Montana, en Rumanía, ha sido diseñada como la más grande de Europa. Ciudadanos y activistas se oponen al proyecto desde 2002. Aunque en un principio todo apuntaba a la paralización de las obras, finalmente la Comisión Europea no las prohibió. La construcción de esta mina implica el movimiento de todos los habitantes de esta ciudad. Además, el oro se separará usando cianuro de sodio, a lo que habría que sumar los metales pesados y el dióxido de azufre.
Mientras, la compañía propietaria alega que impulsará el empleo. "Siempre argumentan los empleos que se van a generar, pero después los ríos permanecen contaminados durante años, y los campos que quedan arrasados después de un desastre ya son estériles. Se ha avanzado en cuanto a regulación, pero se podría haber hecho mucho más. Lo que se necesita es que los políticos sean valientes", resume Hernández.

Precedentes que no evitan la catástrofe

En enero de 2000 el fallo de un muro de contención en la mina de oro de Baia Mare (Rumanía) arrojó un veneno de cianuro y metales pesados a afluentes del Danubio. La tragedia se extendió por la cuenca del río Tisza al Danubio, afectando a Hungría, Serbia y Bulgaria. Hubo más de mil toneladas de peces muertos y se contaminó la fuente de agua potable de 2,5 millones de personas. Tras el derrame de Baia Mare, Bruselas presentó una nueva directiva sobre gestión de residuos, donde se exige que la concentración de cianuro en las balsas “se reduzca al nivel más bajo posible”. Los opositores de la mina de oro de Rosia Montana se han apoyado en la experiencia sufrida en Baia Mare para negarse a su construcción. Antes del desastre, Baia Mare ya estaba catalogada por la OMS como punto conflictivo.

La empresa responsable del vertido en Hungría pide perdón

Publico

La metalúrgica húngara MAL, dueña de la planta de aluminio en que se originó el vertido de lodo tóxico, ofreció hoy sus condolencias a las víctimas y prometió aliviar los daños. En un comunicado enviado a la agencia húngara MTI, la empresa se mostró de acuerdo con el gobierno en que todos los implicados en la tragedia deben pagar indemnizaciones por los daños causados en la medida de su responsabilidad.
El accidente causó la muerte de 7 personas y unos 150 heridos y ha sido calificado como el mayor desastre medioambiental sufrido en el país. En un primer momento, MAL aseguró que el lodo vertido no era dañino para la salud.
La dirección de la empresa, tanto como sus trabajadores, "expresan ahora sus penas" a todos los afectados y familiares de la catástrofe y harán "esfuerzos máximos para aliviar los daños", asegura el documento. Por otra parte, afirma que cooperará con las autoridades para normalizar la situación en la región.
El lunes pasado, una rotura de la represa de MAL vertió 1 millón de metros cúbicos de un alcalino "barro rojo", lleno de materiales tóxicos y metales pesados, que se desparramaron a lo largo de 40 kilómetros devastando pueblos enteros. El jefe del Gobierno magiar, Viktor Orbán, informó el sábado de que se ha abierto una investigación y prometió que "las consecuencias (para los responsables serán muy graves".

Grietas de 25 metros en la balsa del 'lodo rojo'

Publico

El muro de la presa que ocasionó el desastre ecológico de Hungría está a punto de venirse abajo y desatar una segunda oleada de barro tóxico. El Gobierno húngaro ha abandonado el discurso triunfalista de hace tres días ("la situación está bajo control", llegó a decir el primer ministro, Viktor Orban) para reconocer que el panorama es desolador.
El muro de la balsa es "insalvable", según confesó Zoltan Illes, secretario de Estado de Medio Ambiente del Gobierno magiar. Según la agencia estatal de noticias MTI, Illes explicó que, en dos o tres días, está previsto que llueva en la región. "Una vez llegue la lluvia, el agua empujará el lodo restante, y la pared norte de la balsa va a romperse. Esto es inminente. Y una vez que ceda el muro, el barro volverá a fluir", añadió.
La tozuda realidad ha obligado al Gobierno a retractarse. Si ayer las grietas en el muro tenían "siete centímetros", hoy se habían convertido en enormes brechas de 25 metros de largo y al menos medio metro de ancho. Los ingenieros del Gobierno han detectado tres grietas de esas dimensiones en el muro, según explicó a Público Gyorgyi Tottos, portavoz del cuerpo oficial que se encarga de gestionar la catástrofe. "No hay manera de arreglarlas", señaló.
Si el dique cede, dejará salir medio millón de metros cúbicos de lodo espeso, más tóxico, pero también más lento en su avance. Además, la caída del muro podría a su vez destrozar el de la piscina contigua, que también contiene sustancias tóxicas, según Efe.
Público comprobó que la situación del muro es muy precaria. El camino hasta una de las grietas es un barrizal que se va volviendo cada vez más rojo a medida que se avanza. La policía mantiene cortadas las carreteras, pero los habitantes de los suburbios de Ajka, la población que aloja la balsa, no tiene problema para explicar a cualquiera cómo llegar hasta ella por caminos que apenas están vigilados. 
En la base del boquete que se originó el lunes hay un gran pedazo de muro de unos 15 metros de largo que se ha separado de la pared principal. Más arriba puede observarse una brecha que sube hasta el final del muro, y en algunos puntos tiene más de un metro de ancho. Al otro lado del camino, cerrado por los escombros, los árboles aún conservan las marcas de la riada roja del lunes. Una de las grietas está cerca de la esquina que reventó el lunes. Aún pueden verse enormes rocas de hasta cuatro metros de alto que fueron arrastradas por la corriente hacia Kolontár.
Por la mañana, el río no paraba de arrastrar agua roja hacia esa localidad, y por todas partes podían verse huellas de zorros y ciervos que han intentado cruzar la corriente. Si se intenta atravesar la corriente, los pies se hunden en el lodo, hasta el tobillo, y en tan sólo unos segundos.

En pleno pueblo

La enorme balsa está dividida en varias piscinas. Algunas están llenas y cubiertas de tierra sobre las que crece la vegetación. Esta zona de la balsa está separada de las primeras casas de Ajka Tosokberénd, un suburbio de Ajka, por un canal de un metro. La distancia entre el muro y los primeros huertos es de unos 200 metros.
No hay ninguna valla que prohíba el paso, ni una señal que avise de que esta especie de montaña falsa está llena de residuos capaces de acabar con toda la vida de un río en cuestión de horas. Hoy, justo enfrente del muro, un grupo de hombres jugaba un partido de fútbol a pleno sol. Desde el campo se oye el ruido de los volquetes vaciando toneladas de barro y escombros que han traído desde Kolontár y Devecser.
Un habitante del pueblo, que no quiere dar su nombre por miedo a represalias, explica que la compañía propietaria de la balsa, Magyar Aluminium, ha construido alguno de sus vertederos sin pedir ningún permiso a la población local. "Está totalmente conchabada con el alcalde y los políticos locales", explica. Dice que la compañía también usa las aguas residuales de los pueblos de la zona para reconvertirlos en abono. "El olor es a veces insoportable", lamenta.
En Kolontár, el pueblo más cercano a la presa, los operarios se apresuraban a construir un muro de protección que partirá en dos la población. A un lado, justo en la ribera del río Torna, quedará la parte que resultó menos afectada por la riada. Al otro quedará el barrio que fue arrasado el lunes poco después de las 12 del mediodía, cuando un millón de metros cúbicos de lodo con sosa cáustica y metales pesados arrasaron todo a su paso, con olas de hasta dos metros y medio. "No creo que nadie pueda vivir allí nunca más", señaló Tottos. El muro estará listo en unos tres días. Tendrá 600 metros de largo y cinco metros de alto, según el experto.
Devecser, con unos 5.400 habitantes, contenía la respiración ante la posibilidad de que el ejército tenga que evacuar el lugar. Unos 500 han dejado ya el pueblo y el Gobierno dispone de 319 soldados, 127 vehículos y cinco trenes preparados en caso de que se dé la voz de alarma, según explicó a Reuters Tibor Dobson, portavoz del cuerpo de intervención ante la catástrofe.

"Sólo tuve tiempo de coger a los niños y correr"

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Magela Scilnea estaba cocinando cuando la policía húngara aporreó la puerta de su casa. Eran poco más de las 12 de la mañana del pasado lunes, y una ola de lodos tóxicos de más de dos metros de alto se precipitaba sobre el pueblo en el que vive,Devecser. Los agentes le obligaron a salir de inmediato, sin concesiones.
"Sólo tuve tiempo de coger a los niños y correr", explica Scilnea en el patio de la parroquia donde ella y otras 20 personas viven desde el miércoles. "Lo he perdido todo, no tengo ni casa, ni dinero, ni papeles", lamenta. La zona en la que vivía con su marido y sus cuatro hijos, de entre 14 y 2 años de edad, estaba cerca de las vías del tren, donde la riada causó más destrozos a su paso por este pueblo del suroeste de Hungría.
"Esta gente va a estar aquí varios meses", dice uno de los voluntarios de la Cruz Roja y Cáritas que han organizado el albergue provisional. "Por ahora, tenemos material para mantenerlos aquí unas semanas, pero pronto vamos a necesitar más dinero si toda esta gente tiene que quedarse aquí", comenta.
Todos los realojados en esta parroquia son gitanos y, al contrario que la mayoría de la población en Devecser, no tenían a ningún familiar al que acudir.
Miedo a volver
"Mis padres no quieren que vuelva a clase porque creen que esto puede volver a pasar", comenta Ovsos, que también vive ahora en el albergue. Tuvo suerte de estar en la escuela en el momento en que llegó el lodo rojo. Cuando regresó a casa, después del colegio, el barro alcanzaba un metro y medio, a juzgar por la marca que hace con la mano en el dintel de la puerta del albergue. Ovsos cumplió 14 años dos días después de que el lodo arrasase su hogar. "Estoy muy enfadada con la empresa que ha causado todo esto, sólo quiero volver a casa y olvidarlo todo", confiesa.
En medio de la confusión que aún rodea casi toda la vida en Devecser, los realojados tienen miedo de que el Gobierno derribe sus casas debido al vertido. Aunque aún está por determinar, es una opción probable, según Gyoryi Tottos, oficial de Protección Civil. Explica que un equipo de expertos del Gobierno analizará el estado de cada casa afectada. Si los cimientos siguen seguros y no hay riesgo para su salud, podrán volver. Si no, tendrán dos opciones: el Gobierno podría tirar la casa abajo y darles ayudas para buscar una nueva en otra zona del pueblo, o construir otra vivienda en el mismo sitio, para lo que también se otorgarían ayudas, señala Tottos.

Las ONG niegan que el vertido esté bajo control

Publico

“Hemos triunfado en la tarea de controlar el vertido y, probablemente, no habrá aguas peligrosas que entren en el Danubio, ni siquiera en territorio húngaro”. El primer ministro del país, Viktor
Orban, hablaba ayer con mucha seguridad del fin de la catástrofe que asuela su país desde el lunes. Lo hacía desde Sofía, a más de 900 kilómetros del epicentro del vertido que ha inundado tres pueblos en el suroeste del país. Pero en el corazón del desastre de barro rojo, la situación era muy diferente.
La ONG ecologista Greenpeace denunció que los niveles de arsénico en los lodos, que aún cubren 41 kilómetros cuadrados del suroeste, son 25 veces mayores de lo permitido. El arsénico es un producto “tóxico”, según la UE. También han hallado mercurio y cromo.
“Nuestros resultados indican que la sustancia es más tóxica de lo que dice el Gobierno”, aseguró ayer Zsolt Szegfavi, jefe de la organización ecologista en Hungría. El ministro del Interior húngaro, por su parte, explicó ayer que ya no había riesgo de daños medioambientales ni biológicos: “Ya no consideramos la polución del Danubio como real, porque el material que hay en el río tiene un pH inferior a 9 [en una escala de 14]”.
Pero además de que el lodo tóxico aún inunda los pueblos afectados, sigue el conteo de muertes. La cifra de fallecidos por la riada ascendía ayer a siete personas, después de la muerte de un hombre de 79 años que estaba hospitalizado por graves heridas, y de que las autoridades hallaran dos cuerpos enterrados en el barro en la ciudad de Devecser.
Y es que la situación en la zona cero sigue siendo crítica. Ayer había unos 800 efectivos, entre militares, policías, bomberos y voluntarios, trabajando en la recogida de los lodos, según explicó a Público Gyoryi Tottos, oficial del cuerpo de protección civil encargado de gestionar la catástrofe.
También se podía observar una interminable caravana de camiones que comenzó a llevarse toneladas de lodo, escombros, muebles y árboles arrasados por el vertido. Se dirigen, según Tottos, de vuelta a la planta de Magyar Aluminium (MAL Zrt), la empresa de cuya balsa salió la riada que causó la tragedia del lunes. La compañía tiene otra balsa similar donde ahora los camiones irán descargando gran parte de la masa roja que salió de las paredes de aquella descomunal piscina tóxica.
Por el momento, el Gobierno está pagando la caravana, a la espera de que la investigación criminal que se abrió hace unos días llegue a una conclusión sobre quién debe hacerse cargo de la factura, explica Tottos. La compañía, que no tiene seguro, sigue manteniendo que no es responsable de la rotura de la presa y culpa a las lluvias. La metalúrgica ha ofrecido a las localidades afectadas un fondo de emergencia de unos 110.000 euros, y también hacerse cargo de los funerales de los muertos en la catástrofe.
Los habitantes de dos de los pueblos más afectados, Devecser y Kolontár, llevan días en la calle, tratando de eliminar los restos pegajosos del vertido. “Nunca vamos a terminar de limpiar esto”, explicaba Evelyn Shölz, una abogada de 34 años que ha llegado de Budapest para ayudar a su familia. Toda su casa conserva una raya a unos 30 centímetros del suelo, la que dejó la riada.

Descoordinación

En un albergue improvisado de la Cruz Roja en Devecser, Iskozaban Vakketi intenta hacer una lista de las compra para las 20 familias que alojan. “Hay mucha descoordinación y confusión”, señala. “Ni siquiera el alcalde nos ha sabido decir cuántas escuelas han sufrido daños. Parece como si se preocuparan más de las calles que de la gente”, lamenta. A la puerta del ayuntamiento, varios funcionarios apuntan los nombres de los que no tienen dónde dormir. Hay, según uno de ellos, unos cien.
En Kolontár, a primera hora de la tarde, la policía abrió el cordón que había mantenido toda la mañana en la calle Kossuth, que antes del desastre bajaba hacia un puente que cruza el río Torna y que, ahora, es una brecha roja hacia ningún lugar. El ejército ha plantado un nuevo puente de metal para poder cruzar a las casas de la ribera, la zona donde la ola de residuos llegó a tener dos metros y medio. Muchas están tan deshechas que parecen reventadas por obuses.
Al final de la calle, varios jóvenes, algunos sin protección, tratan de subir a su tractor una pieza de maquinaria. Está arruinada y cubierta de un óxido brillante y nocivo, pero, tras muchos esfuerzos, consiguen rescatarla. “Nos va a llevar meses limpiar esto”, dice Tottos, mientras un camión pasa chorreando lodo camino a la planta de Magyar Aluminium. Luego pasarán los bomberos con mangueras a limpiar el asfalto. Después, otro camión volverá a teñir el asfalto de rojo hasta que pase el próximo retén de limpieza. Desde el lunes, esta es la rutina en Kolontár.

2010/10/08

"La zona más afectada por el vertido tóxico de Hungría no podrá volver a ser agrícola"

20minutos

Los habitantes de la zona más contaminada en la fuga tóxica de Hungría no podrán volver a vivir de la agricultura. Así lo cree Víctor de Lorenzo, químico del CSIC, cuya experiencia en este tipo de sucesos se remonta al desastre de Aznalcóllar, el gran vertido tóxico que contaminó Doñana en el año 1998.
"Los vertidos de metales pesados tienen una fase aguda inmediata que a veces deja paso a una contaminación crónica. De ser así, producir alimentos podría ser inseguro", explica el experto a 20minutos.es. De Lorenzo ve similitudes entre Aznalcóllar y el lodo tóxico de Hungría, ya considerado el peor accidente químico de la historia del país tras alcanzar el río Danubio, causar la muerte de seis personas y herir a unas 150.
Metales corrosivos
"Los dos son casos muy graves", explica De Lorenzo, "los dos son vertidos de metales pesados procedentes de la industria metalúrgica que se han producido en un valle agrícola. Pero los metales son distintos, aluminio en el caso húngaro; pirita y arsénico en el español".

De Lorenzo participó en el comité científico que analizó las labores de limpieza en Doñana y cree que el epicentro del vertido húngaro es un lugar "peligroso para vivir" porque se trata de "una contaminación masiva de un compuesto corrosivo que quema los objetos biológicos, desde la piel hasta las plantas o los animales".
Que los metales sean corrosivos depende del PH de su solución, el indicador de la acidez o la alcalinidad. Si supera el grado 10 son corrosivos. Si supera el 12, incompatibles con la vida. Los ríos  cercanos a la planta metalúrgica en la que se produjo el vertido tuvieron registros de contaminación de ph en grado 12, pero las últimas mediciones dan margen a la esperanza, al menos para las 5.000 especies del Danubio, pues la toxicidad habría bajado al grado 9, según los últimos registros gubernamentales.
Riesgo de más accidentes
El químico De Lorenzo no sabe cuánto tiempo puede pasar hasta que la zona más afectada por el vertido vuelva a ser habitable. "Es la pregunta del millón", dice. Pero las labores van bien encaminadas, opina. Como ocurrió en Aznalcóllar, lo primero es neutralizar el efecto más agudo, el ph del vertido; luego quitar los líquidos y el suelo contaminado, "físicamente, con palas y excavadoras" y si queda contaminación crónica repensar las actividades económicas de la zona. "Que en lugar de ser agrícola, la superficie pase a tener un uso recreativo", sugiere De Lorenzo.
El experto del CSIC alerta del peligro que hay de nuevos vertidos. "Accidentes como el de Hungría o el de Aznalcóllar van a seguir sucediendo". Los metales como el aluminio son un elemento fundamental en las sociedades occidentales, hay miles de plantas metalúrgicas en el mundo, y los residuos no pueden destruirse, solamente almacenarse, algo que ha de hacerse "con sumo cuidado".
Para De Lorenzo, la regulación española sobre la seguridad de las plantas de almacenamiento de lodos tóxicos es la correcta, "sobre el papel", aunque duda de que la industria sea todo lo escrupulosa que debiera, más aún en tiempos de crisis. "La seguridad es un privilegio de los que tienen dinero", dice, "este tipo de contaminación ha ocurrido y volverá a ocurrir", sentencia.

Una amenaza para cien tipos de peces y dos mil de plantas

Publico

El río Danubio, la masa de agua no oceánica más importante de Europa, se enfrenta a consecuencias que podrían ser desastrosas y, con él, los países por los que discurre. Croacia y Rumanía comenzaron ayer con la inspección de sus aguas, y Serbia anunció que adoptará medidas para proteger la flora y la fauna. Bulgaria, Moldavia y Ucrania observan la expansión del vertido.
A ambas riberas del Danubio viven 80 millones de personas y 20 millones dependen de él para recibir agua potable. En los 2.800 kilómetros que recorre, el río y sus afluentes constituyen un ecosistema de 5.000 especies animales y 2.000 vegetales. La cuenca del río alberga más de 100 especies de peces (siete de ellas no se encuentran en ningún otro lugar) y es el hogar de aves raras como el pelícano blanco, el águila de cola blanca o la cigüeña de cuello negro.
Aunque la concentración de metales pesados se ha reducido al llegar al Danubio, uno de los responsables de las tareas de limpieza explicó ayer a Efe que no se descarta "la destrucción de la fauna".
A falta de cuantificar daños, desde WWF se alerta de que a corto plazo las especies que sobrevivirán serán las oportunistas, problema que puede multiplicarse si además son introducidas. 

La empresa elude toda responsabilidad en el vertido del 'barro rojo'

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Hungría ha logrado contener los niveles de contaminación del vertido tóxico antes de que llegara al Danubio. A pesar de que el 'barro rojo' ha desembocado en el gran río a través de su afluente, el portavoz de los equipos especializados en desastres ha asegurado que los niveles de contaminación han descendido, por lo que el Danubio no ha llegado a verse dañado.
A su vez, el ministro de Interior húngaro ha asegurado que el agua potable para consumo humano no se ha visto afectada por la toxicidad del vertido. Los fallecidos hoy han aumentado a siete, después de que los equipos de rescate encontraron en el lodo el cuerpo de dos de las tres personas desaparecidos.
El cuerpo de la séptima víctima mortal fue hallado en las cercanías de la localidad de Devecser, cerca del sexto, según confirmó Györgyi Tüttös, portavoz de la Dirección de Catástrofes.
El hallazgo del cadáver de la sexta víctima había sido confirmado poco antes por Tibor Dobson, el responsable gubernamental para coordinar las tareas de descontaminación. Horas antes, un hombre de 81 años falleció en el hospital de Veszprem por la complicación que le produjo el contacto con el lodo tóxico, según informó Protección Civil húngara.
Además de un desaparecido, el último recuento oficial sitúa el número de heridos en 150, en su mayoría personas que sufrieron quemaduras por la agresividad de la sustancia derramada.

El Danubio, a salvo

Tibor Dobson, portavoz de los equipos especializados en desastres de Hyngría, ha declarado a Reuters que los nuevos datos mostraban que los niveles de pH de 8-8,2 medidos en el Danubio podrían considerarse "normales" frente al nivel de 9 registrado cuando el derrame llegó al cauce principal del río el jueves.
"Estos datos nos dan esperanza (...) y no hemos experimentado ningún daño en el Danubio hasta el momento", declaró.
Cuando el derrame llegó a los ríos Rába, Mosoni-Danubio y al Danubio, su contenido alcalino se mantenía cerca de un pH de 9, por sobre el nivel normal e inocuo de entre 6 y 8.
No obstante, Hungría ha recurrido a la UE para solicitar "asistencia internacional urgente" para abordar el problema desatado por el vertido. Así, las autoridades húngaras han identificado una necesidad inmediata de 3 o 5 expertos con experiencia sobre el terreno en la gestión de vertidos tóxicos, limpieza y reducción del impacto medio ambiental.

Elevada contaminación

Sin embargo, la organización ecologista Greenpeace ha alertado de que los índices de arsénico y mercurio encontrados en las pruebas de laboratorio del "barro rojo" son mucho mayores de lo que se había indicado.
Por eso, Greenpeace denunció un "déficit político de información" por parte del Gobierno magiar.
Las pruebas de lodo efectuadas en Viena revelaron una concentración, por cada kilogramo de masa seca, de 100 miligramos de arsénico (As), 660 miligramos de cromo (Cr) y 1,3 miligramos de mercurio (Hg), precisó la representante de Greenpeace.
Estos niveles son el doble de lo esperado por la organización ecologista, lo que según la portavoz hubiese requerido de parte de las autoridades húngaras más precaución ante los posibles daños y peligros para la población afectada. 

"No fue error nuestro"

La que se ha querido lavar las manos ha sido la empresa de aluminio húngara MAL, propietaria de la represa de la sustancia tóxica. En un comunicado colgado en su página web, la compañía asegura que no pudo prever el accidente y que no puede hacer nada para pararlo. También afirma que "hasta el momento no se han podido precisar cuáles fueron las causas de la catástrofe".La compañía se justifica señalando que el "barro rojo" "no es calificado como residuo peligroso según los estándares de la Unión Europea (UE)". Además, destaca que según las imágenes aéreas, el 98% del "barro rojo" sigue dentro de la balsa.
La dirección de la empresa no está dispuesta a asumir ninguna responsabilidad sobre lo ocurrido. Reiteró que lo que sucedido no fue un error suyo y ofrece 30 millones de florines (unos 110.000 euros) como ayuda urgente a los habitantes de las localidades afectadas, por el vertido del barro tóxico.

Los afectados le devuelven el 'barro tóxico' a la empresa reponsable del desastre

Publico

La empresa de aluminio húngara MAL , propietaria de la represa de la sustancia de tóxica que está causando el peor desastre medioambiental de Hungría, ha anunciado que no piensa asumir ninguna responsabilidad . Pero los cientos de afectados, que han perdido sus casas y casi todas sus propiedades, no van a quedarse de brazos cruzados.
Aunque todavía no se conoce si la iniciativa está secundada por el Gobierno húngaro, lo cierto es que desde los municipios afectados por el barro rojo están saliendo camiones cargados de lodo que será devuelto al lugar donde se originó la tragedia: los mismos territorios de la compañía MAL, que ahora se desentiende de lo ocurrido, informa Nuño Domínguez desde Devecser, en Hungría.
En ellos, junto al vertido tóxico recogido durante días por los cientos de vecinos que participan en las labores de limpieza, viajan también los escombros de las muchas casas literalmente arrasadas por la marea roja, los restos insalvables de las propiedades perdidas y las ramas de los árboles infestados. Y no son pocos. Teniendo en cuenta la extensión y dimensión del desastre, se estima que la montaña de residuos que se puede llegar a formar frente a las puertas de la compañía adquiera un tamaño considerable.

Incertidumbre y descoordinación

Mientras tanto, los habitantes de los municipios afectados siguen tratando de aliviar el desastre en medio de una gran descoordinación de los servicios de limpieza y la incertidumbre respecto al futuro, informa Nuño Domínguez.
Según han declarado varios de los afectados, el ayuntamiento de Devecser estaría pensando en demoler las casas que han sido barridas por el vertido tóxico y ofrecer nuevas viviendas a los vecinos, pero es una información que no ha sido aún confirmada oficialmente.
Por el momento, la mayor parte de los damnificados se han desplazado a casas de familiares o amigos que viven alejados de la 'marea roja', aunque otros (en su mayoría gitanos y provenientes de los sectores de población más empobrecidos) se refugian en albergues, donde tendrán que residir durante varios meses.

2010/06/07

Hungría trata de calmar a los mercados

Fuente: BBC Mundo.

El gobierno de Hungría intentó apaciguar los miedos despertados en los mercados distanciándose de la idea de que su país está cerca de la bancarrota.
Un alto representante del Ejecutivo calificó este sábado de "exagerados" y "desafortunados" los comentarios de altos funcionarios que equiparaban la situación económica de su país con la de Grecia.
El secretario de Estado, Mihaly Varga, quien además preside la comisión gubernamental que investiga el estado real de la economía, dijo en comparecencia ante la prensa que "la situación está estabilizada".
Preguntado sobre si su país corre, al igual que le pasó a Grecia, el riesgo de incurrir en cesación de pagos, Vargas insistió en que "cualquier comparación con países con permutas de incumplimiento de crédito mucho más altos es desafortunada".
Varga reconoció, no obstante, que "existen grandes diferencias" entre los datos hechos públicos por el gobierno anterior y "la realidad".

Miedo a la bancarrota

El temor a una quiebra en Hungría se extendió por los mercados luego de los comentarios de un portavoz del nuevo primer ministro conservador, Viktor Orbán, que calificó de grave la situación.
A eso se unieron las declaraciones de un alto representante del partido oficialista comparando la situación con Grecia.
Esas declaraciones provocaron el viernes un auténtico terremoto bursátil y una caída del euro a su menor nivel respecto al dólar de los últimos cuatro años.También sufrió una fuerte caída la moneda húngara.
Hungría, que forma parte de la Unión Europea, no integra la moneda única.
Analistas citados por la agencia de noticias Efe apuntan que las palabras de los políticos conservadores sobre una hipotética bancarrota "eran de uso interno" y hay que entenderlas en el contexto de alta crispación política que vive el país.
En 2008, Hungría fue uno de los países más afectados por el estallido de la crisis financiera internacional. Para salvarse de la bancarrota suscribió un préstamo por unos US$25.000 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Unión Europea.

2010/06/04

El Gobierno húngaro reconoce que la situación económica es "muy grave"

Fuente: 20minutos.

El Gobierno húngaro reconoció este viernes que la situación económica del país es muy grave y que presentará un plan para evitar el camino de Grecia. El portavoz del nuevo Gobierno húngaro, Péter Szíjjártó, afirmó, en unas declaraciones recogidas por la agencia local MTI que la "economía (del país) está en una situación muy grave".

Explicó que la tarea principal es la de evitar "el camino de Grecia" y aseguró que el gobierno anterior "manipuló los datos (sobre la estado real de la economía del país), tal como lo había hecho Grecia", según las declaraciones recogidas por MTI.

El nuevo Gobierno del conservador Viktor Orbán asumió la semana pasada el poder, tras unas elecciones en las que su partido, el Fidesz, obtuvo una amplia mayoría parlamentaria. Según el portal económico napi.hu, Szíjjártó dijo que "la economía está en una situación muy grave" y agregó que no es exagerado hablar de que el país está cerca de la bancarrota.

Szíjjártó hizo estas declaraciones en alusión a una advertencia de un dirigente de Fidesz de que Hungría sufre una crisis comparable a la de Grecia, según los medios húngaros. Como consecuencia de las declaraciones de los políticos, el forinto registró una caída frente al euro del 2%.

El portavoz señaló que el comité que debe aclarar las supuestas manipulaciones efectuadas por el gabinete anterior publicará los detalles de los cálculos actuales en los próximos días. Además, el Gobierno presentará una estrategia para hacer frente a la difícil situación.

Ya en octubre de 2008, poco después de desatarse la crisis financiera internacional, Hungría recibió un préstamo internacional de 20.000 millones de euros, proveniente del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea (UE) y el Banco Mundial (BM), para salvar al país de la bancarrota. Hungría, un  país con 10 millones de habitantes, es miembro de la UE desde 2004.
El euro cae frente al dólar
La moneda única europea cayó este viernes con fuerza frente al dólar y perdió la cota de los 1,21 dólares hasta el nivel más bajo desde mediados de abril de 2006, mientras se depreció hasta un mínimo histórico frente al franco suizo. Hacia las 12.15 horas GMT el euro costaba 1,2060 dólares, frente a los 1,2120 dólares a mediodía en la negociación europea.

La crisis de endeudamiento en Europa y el incremento de las primas de riesgo de la deuda de Grecia, Portugal, España e Italia ha desencadeno la venta de euros. Además, los inversores ven con temor la evolución de Hungría después de que miembros del Gobierno húngaro hicieran pública su situación.

2009/04/16

La crisis llega al porno húngaro, una de sus principales industrias

Fuente: El Mundo.

La industria del cine porno húngara, una de las más grandes de la región, que ronda en ocasiones temperaturas de 35 grados bajo cero, se está viendo afectada por el frío y la crisis económica mundial.

"La industria del cine pornográfico reconoce pérdidas en Hungría como en otros lugares, a causa de la recesión y por el omnipresente contenido gratuito en Internet", comenta Istvan Kovi Kovacs, el productor y director de este tipo de cine más conocido de Hungría.

El corpulento cincuentón 'Kovi' ha grabado más de 70 películas y ganó dos 'Oscar-porno' (oficialmente los 'Adult Movie Award') con su propia productora Luxx vídeo, fundada en los 90.

Pero con la recesión que afecta a los consumidores y la piratería masiva de DVD, los buenos tiempos han terminado, según el ex reportero-fotógrafo. "Hoy en día, los usuarios en Internet se contienen cuando han de pagar para ver el contenido", explica en su oficina en Budapest.

Sin revelar detalles de sus pérdidas de sus contenidos de Internet, Luxx Video lanzará en un futuro próximo un servicio de pago por minuto para atraer a los fans de DVD piratas.

Según Michael, un expatriado británico que trabaja para una revista profesional de la industria de la pornografía, la piratería ha tenido un efecto global: "Tanto en EEUU como en Europa, la producción de películas pornográficas ha disminuido drásticamente y esto se ha traducido en un impacto en la industria de Budapest ", afirma. "Cada vez se ruedan más películas en Europa oriental, donde las actrices trabajan por mucho menos", añade.

En sus instalaciones, decoradas con pósters de sus vedettes estrella de cuerpos brillantes, 'Kovi' recuerda la 'edad de oro' a principios del año 2000, cuando se rodaban alrededor de 300 películas cada año.

Esta cifra supera en más de un centenar las que se ruedan ahora. "Había casi una película nueva al día, se rodaban en un palacio aristocrático o en una granja", recuerda 'Kovi', que no olvida mencionar la enorme sala congelador donde rodó 'El esplendor del infierno', producción por la que ganó un 'Oscar-porno' en 2002.

Con tantas películas, muchos productores y directores de teatro compraron pisos en Budapest -donde se encuentra el famoso italiano Rocco Siffredi- reforzando así la tendencia de la región.

"Después de algún tiempo, las productoras han sido reubicadas en Praga, y con éstas las actrices o modelos también", dice 'Kovi'.

No todos comparten este pesimismo. 'Gabor', un curtido joven de treinta años -que se niega a dar su nombre real- vestido de negro y con una gran cadena alrededor de su cuello, no ha oído hablar de crisis: él es propietario de una agencia de contratación de 'modelos' y confía en que el talento siga atrayendo a los productores de películas. "Sería posible rodar las películas en tres días en lugar de siete", dice.

Su agencia ofrece 120 chicas en un mercado "de alrededor de 300 actrices". "No olvidemos que en Hungría es legal hacer cine porno a diferencia de Rumanía, y por tanto menos costoso", insiste.

2009/02/16

PORTUGAL, HOLANDA Y HUNGRIA TAMBIEN ENTRAN EN RECESION

Fuente: El Patagonico.

Portugal, Holanda y Hungría se sumaron a la lista de países europeos que ya se encuentran formalmente en recesión, según cifras oficiales difundidas hoy por los distintos países.
El Instituto Nacional de Estadística portugués reveló en un informe que el producto interior bruto (PIB) del país se contrajo 2,0 por ciento en el último trimestre de 2008, debido sobre todo a la caída de las exportaciones y de la demanda interior.

La economía lusa ya había caído 0,1 por ciento en el trimestre anterior, y tuvo un crecimiento nulo en 2008 después de haber crecido un 1,9 por ciento en 2007, recordó la agencia de noticias DPA.

También la Oficina Central de Estadísticas de Holanda confirmó la entrada del país en recesión después de sufrir un retroceso de 0,9 por ciento en los últimos tres meses de 2008, también por la caída de las exportaciones de bienes y servicios.

Y, pese a la contracción en los dos trimestres finales, la economía holandesa creció el año pasado 2,0 por ciento.

En tanto, en Budapest, la Oficina Central de Estadísticas húngara reveló un retroceso de 1,0 por ciento en el PIB del último trimestre de 2008 tras caer 0,5 por ciento el trimestre anterior.
La economía húngara creció sólo 0,3 por ciento en 2008, y el gobierno prevé para 2009 una contracción de entre 2 y 3 por ciento, que podría ser mayor según algunos analistas.