Minutos después, unas medias amarillas relucientes emergen de un tubo largo. Se parece a Charlie y la Fábrica de Chocolate.
Pero no hay nada infantil en el negocio de Zaza.
Con sólo un par de empleados, fabrica casi el 6% de las medias de Georgia. Y ahora podrá ampliar su producción gracias al último éxito televisivo del país.
Zaza ganó un crédito a bajo interés en un programa popular, cuyo título podría traducirse por algo así como "obtén trabajo y da trabajo a otros".
Un panel compuesto por los directores de los tres mayores bancos del país, y presidido por Gigi Ugulava, el alcalde de la capital, Tiflis, reparte préstamos respaldados por el gobierno con un interés de menos de 6% a propietarios de negocios y emprendedores con una idea de empresa factible.
"Por un préstamo como éste debería pagar cerca de un 30% de interés", dice Zaza. "Si no hubiera participado en este programa, me hubiera costado años llegar a este nivel"
Otros participantes propusieron ideas que van desde restaurantes flotantes, servicios de taxis para mujeres y un hotel con forma de platillo volador (una idea propuesta por un concursante que aseguraba haber estado en contacto con extraterrestres). A pesar de eso, no ganó.
El productor del concurso, Giorgi Khaburzania, quien también hace la versión georgiana de “Pop idol” asegura que el programa pretende crear una cultura empresarial en un país que fue comunista hasta 1991.
"Sólo hace 20 años que adoptamos la economía de mercado. Para mucha gente, ver cómo se crea una empresa es instructivo", apunta.
"Si tuviéramos más programas como este, creo que llegaría más dinero a las pequeñas empresas y educaría a las personas que aún tienen una mentalidad postsoviética", agrega.
¿Educación o propaganda?
Algunos críticos acusan al partido gobernante de utilizar la televisión nacional para beneficiar su imagen de cara a las elecciones parlamentarias de octubre.
Koba Tumanidze, un experto de la Universidad Estatal de Tiflis, señala que que un político importante reparta préstamos en la televisión es propaganda disfrazada de entretenimiento.
"Sus promesas de crear puestos de trabajo no se cumplieron", dice.
"Así que cuando ves en la tele que un político del partido gobernante está participando en la creación de empleos, eso es un mensaje positivo para él".
Ugulava niega estar utilizando la televisión para ganar votos. Después de todo, asegura, juzgar a los participantes y rechazar a la mayoría de ellos, no es precisamente popular.
"A veces tienes que decir no. Y no creo que a los políticos les guste aparecer en público diciendo no. No creo que sea buena propaganda", afirma. "Creo que esto es más educativo que propagandístico".
Algunos analistas señalan que la estrecha relación entre la política, los medios de comunicación y el sector empresarial hacen que la opinión del partido gobernante tenga mucho peso en qué se emite en la televisión, una herramienta poderosa en un país en el que el 88% de la personas se informan a través de esa vía.
No es raro que los dos canales estatales muestren largos reportajes del presidente inaugurando un hospital.
Entre la libertad y la autocensura
Algunos periodistas aseguran que temen perder su trabajo si son demasiado críticos con el gobierno.Mientras tanto, los medios de oposición se quejan de que es difícil obtener anunciantes porque muchos empresarios no se atreven a arriesgarse a perder el favor gubernamental.
Aunque no hay una censura formal, muchos periodistas dicen autocensurarse para sobrevivir profesionalmente.
De acuerdo con Mark Mullen, presidente de Transparencia Internacional en Georgia, los dos canales de televisión más populares son vistos por el 80% de la población y sólo presentan el punto de vista del gobierno.
"No se ve mucha investigación. No hay discusión sobre las cuestiones importantes, ni sobre la relación entre el gobierno y los empresarios", apunta.
"Hay muchas cosas importantes de las que no se escucha nada. Generalmente lo que se oye es que el gobierno hace cosas positivas, que las hay, pero también suceden otras cosas".
El gobierno, en cambio, asegura que no hay restricciones a la libertad de prensa y que los periodistas son libres de criticar su gestión.
Y es cierto que los profesionales de la información no sufren la represión violenta que se percibe en otros países de la antigua Unión Soviética.
El presidente Saakashvili insiste en que todas las opiniones están representadas en la televisión pública.
"No se le cierra la boca a nadie", le comenta a la BBC.
"Si la gente piensa algo, lo puede decir, sea cual sea su posición. Las críticas se escuchan en cualquier lado. En la tele, en los periódicos, en el parlamento y en la calle".
En la fábrica de calcetines, Zaza muestra con orgullo fotos de sus máquinas nuevas que compró gracias al "reality show".
No le molesta la idea de que los políticos salgan en la televisión otorgando créditos.
Con un desempleo que ronda el 16% según las cifras oficiales –que podría superar el 30% en la realidad, según algunos estudios- muchos georgianos tienen preocupaciones más acuciantes.
Zaza cree que hay que estar dispuesto a ir a la televisión si eso es lo que hace falta para conseguir un préstamo y agradece cualquier ayuda que recibe.