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2011/10/07

Samsung promete "algo grande" mientras intenta bloquear la venta del iPhone 4S

Samsung no esperó ni 24 horas tras la presentación del nuevo iPhone 4S de Apple para anunciar en un vídeo en Youtube que va a lanzar "algo grande" la próxima semana junto a Google. Ambas empresas, socias gracias a Android (el sistema operativo del buscador), quieren aprovechar el momento de bajón que vive la compañía de la manzana, tras presentar este martes un nuevo smartphone que no emocionó a muchos.
El vídeo de Samsung no desvela de qué se trata pero sí deja ver una imagen de perfil curvado de lo que podría ser el nuevo Samsung Nexus Prime. Un móvil, que según se especuló ayer podría llevar la próxima versión de Android, Ice Cream, que supone la unificación de versiones del sistema operativo móvil de Google para smartphones y tabletas.
El misterio se desvelará el próximo 11 de octubre, fecha en la que ambas compañías han convocado a la prensa. Lo que sí adelanta Samsung en el vídeo es que su nuevo dispositivo es una combinación de cosas que irán mejor juntas, como las galletas y la leche en el desayuno o un periódico y el café por las mañanas. En este sentido, Samsung se limitó a decir que "otra gran combinación está a la vuelta de la esquina". Unas palabras que, por otra parte, recuerdan a las últimas pronunciadas por Tim Cook, el nuevo jefe de Apple, al final del lanzamiento del iPhone 4, cuando el directivo destacó que lo mejor de su compañía no son los productos individuales sino cómo trabajan todos ellos juntos (refiriéndose también a su servicio en la nube iCloud y al nuevo sistema operativo iOS 5, entre otros).
Lo que está claro es que se acerca la campaña de Navidad y las espadas entre los gigantes del negocio móvil están en alto. Samsung, que parece sentirse menos presionada por Apple tras el anuncio del iPhone 4S, anunció ayer acciones legales contra la empresa de Steve Jobs por violación de patentes referidas a la telefonía móvil. La firma explicó que las denuncias se interpondrán en juzgados de Francia e Italia, "aunque no descartamos extenderla a otros países", dijo a CincoDías un portavoz del fabricante surcoreano.
La acción supone una escalada más en la batalla legal que ambas empresas mantienen desde abril, cuando Apple abrió el fuego con una demanda sobre las tabletas Galaxy de Samsung. Desde entonces, ha habido múltiples demandas cruzadas referidas a tabletas y smartphones.

Una mella en el universo

Como con todos los momentos históricos siempre recordaremos dónde estábamos cuando recibimos la noticia de la muerte de Steve Jobs. Yo salía de mi casa en Nueva York, me acababa de montar en el coche que me llevaba al evento de lanzamiento de la guía Zagat 2012, y tras hacer check-in en FourSquare, Twitter me sorprende con la noticia; eran las ocho menos veinte de la noche.

Crucé Central Park por la calle 59 y con los ojos húmedos bajé la ventanilla mientras la tienda de Apple de la Quinta Avenida se convertía en un mausoleo, en una pirámide cúbica del siglo XXI. Me vinieron a la memoria todas y cada una de las anécdotas personales que de Steve Jobs recuerdo. Aquí están algunas de ellas.
Uno de los arquitectos que trabajaron en esa tienda insignia de la Quinta Avenida de Nueva York, frustrado con la obsesión del genio, me contaba cómo tuvo que reemplazar toneladas de granito que decoran el círculo de la planta principal pues su color no era el que Steve había pedido, similar al aluminio de los Macs.
El responsable de Google Mobile en 2007 me contaba cómo Steve le llamó un domingo por la mañana para decirle que el logo de Google en la aplicación de Google Maps del iPhone contaminaba demasiado la experiencia de usuario y había que hacerlo monocromático.
La agencia que prepara las presentaciones de los lanzamientos de Apple me confesaba recientemente cómo Steve se gastaba cientos de miles de dólares en hacer tres versiones distintas de la presentación, que luego él personalmente mezclaba y ensayaba.
Uno de los responsables de diseño del iMac me hablaba del empeño de Steve por que la manzana que ves al encender el ordenador por primera vez nada más comprarlo tenía que ser del mismo tamaño que el logo grabado en el marco de aluminio del ordenador.
La que fuera responsable de Marketing para Apple me contaba cómo Steve llevaba años planificando la nueva sede corporativa y, sobre todo, cientos de albaricoques autóctonos que había encargado personalmente hacía 20 años.
Pero la que con más cariño recuerdo fue cuando recién llegado a EE UU hace cuatro años, después de una reunión en Apple nos quedamos a comer en la cafetería del campus de Cupertino. Incrédulo de quién tenía delante en la cola para pagar compruebo, por su atuendo inconfundible, que se trataba de Steve Jobs. Después de saludarle y charlar unos minutos, le pedí una foto juntos y me la negó. Estaba ya visiblemente muy desmejorado.
De todas sus genialidades me quedo con la comunicación. Siempre será para mí un maestro de cómo destilar el caótico devenir del pensamiento para extraer lo esencial y comunicarlo de manera sencilla y eficaz. Es esa capacidad de síntesis la que le ha permitido crear productos revolucionarios utilizados por cientos de millones de personas. Si fuésemos capaces de concentrarnos en lo importante como él ha sabido hacer, podríamos todos hacer la mella en el universo que Steve Jobs ha conseguido.

Más que un Einstein, un Edison moderno

El fallecimiento de Steve Jobs ha tenido un tratamiento mediático que solo los grandes personajes de la historia o los magnicidios merecen. Las incontables hagiografías que estos días relatan su trayectoria profesional dejan traslucir que el cofundador de Apple fue el personaje clave del avance tecnológico en los últimos treinta años. Una conclusión a la que ayuda ese tono de veneración que acompaña a los testimonios y las crónicas a raíz de su fallecimiento, y le convierten en una especie de santo laico a la espera de beatificación por los adictos a sus dispositivos.

Pese a esa agitación mediática, Jobs no inventó nada relevante en realidad. Ni diseñó el primer PC, ni el iPod fue el primer reproductor musical MP3, ni el iPhone fue el primer móvil con pantalla táctil. Empresas como IBM, Microsoft, Creative o HTC se le adelantaron. Pero ninguna de ellas tuvieron, ni de lejos, la visión del impulsor de Apple para conjuntar los distintos avances tecnológicos y empaquetarlos en carcasas mágicas, para crear máquinas fáciles e intuitivas de usar.
Tal vez uno de los logros más impresionantes de Jobs y sus socios de Apple se resuma en ser los primeros en desterrar los manuales de instrucciones de sus equipos. Ni lo traía el iPhone ni por supuesto el iPad. Puede parecer una anécdota pero el hecho de que cuando alguien abra la caja de su dispositivo no tenga que emplear horas en leer un mamotreto casi ininteligible supone un salto enorme en la popularización de la tecnología.
La facilidad de uso ha ido siempre acompañada de un aliado que convierte en imbatibles a las máquinas mágicas de Apple: el diseño. Los gadget de la marca de la manzana fueron los primeros en colorearse, redondearse y hacerse atractivos a la vista y al tacto. Es lo que el experto en mercadotecnia Donald Norman, que fue vicepresidente de Tecnología Avanzada de Apple, llama "diseño emocional".
No compramos un objeto solo por su utilidad o su fiabilidad técnica sino por su aspecto, por las sensaciones que suscita en nosotros, y la comunión estética con nuestra forma de pensar. Los adictos a Apple no van a cambiar jamás su iPhone o su iPad por un Samsung, un LG o un HTC por mucho que no pueda reproducir vídeos (formato flash), no tenga conexión USB o su precio sea muy elevado. El universo cerrado de Apple tiene esos inconvenientes. Si compras un aparato tienes que quedarte con el lote entero: hardware, software y aplicaciones. Sus incondicionales están dispuestos a pagar ese peaje a cambio de un aura de distinción de pose cool.
Esa cerrazón no ha impedido a Apple romper moldes y revolucionar el universo tecnológico. En informática, el Mac demostró que los ordenadores podían también estar en el cuarto de estar y no solo en inmensas e inhóspitas oficinas. Tardó ocho años en dar con la fórmula, desde el Apple I, que parecía una máquina de escribir robotizada, hasta el Apple II, que adoptó la forma de un ordenador, y sirvió de fuente de ingresos, hasta llegar al primer Macintosh en 1984. El usuario, por fin, se liberaba de aprenderse un montón de comandos de memoria. Para actuar con su equipo bastaba pinchar en unos iconos y unas carpetas con un curioso invento: el ratón.
Con todo, el Mac siempre fue un ordenador minoritario. Sus fervorosos partidarios pertenecían a nichos de mercado como diseñadores gráficos, ejecutivos o publicitarios que no paraban de recordarles a los millones de usuarios de equipos que corrían con el sistema Windows, que el Mac no se colgaba ni se infectaba de virus. La popularidad le llegaría a Apple de la mano del iPod. En 2001, se presentaba este reproductor de audio digital que desterraría para siempre el walkman del viejo casete, algo que otros fabricantes pioneros de reproductores como Creative no habían logrado. El iPod se haría diminuto (Nano) y luego táctil y con vídeo (Touch). Y aún hoy, cuando casi todos los móviles ofrecen todas sus prestaciones, se sigue vendiendo. Más de 150 millones.
Seis años después, Jobs provocaría el mismo terremoto en el móvil con el iPhone. No tenía cámara de vídeo, ni enviaba MMS, entre otras muchas carencias. Pero disponía de una pantalla táctil asombrosa. No era la primera que equipaba a un móvil. Pero ninguna tenía ese pellizco mágico con el que agrandar o disminuir las fotografías o las páginas web a voluntad. Nacían los teléfonos inteligentes (smartphone). Apple, que ya va por la quinta versión, ha vendido más de 120 millones desde 2007.
El último en llegar, pero no menos revolucionario, ha sido el iPad. Hacía tiempo que los fabricantes estaban pensando en una pantalla alternativa, ni tan grande como la del portátil ni tan pequeña como la del móvil. Apple volvió a adelantarse. Puede que por ahora solo se utilice para leer el periódico en el baño o matar el tiempo en el aeropuerto. Pero ya se ha hecho imprescindible.
Jobs no fue un gran inventor, pero todo lo que tocó lo hizo popular y vendible, gracias a sus macrotiendas digitales (iTunes y Apple Store). Su figura se asemeja más a la de Edison, el inventor del fonógrafo o la bombilla, que a la de un genio científico como Einstein.
La sobrereacción por su muerte, su imagen de Papa de la tecnología evangelizando sobre el edén de los cachivaches de Apple, han agrandado su figura. El tiempo dejará su memoria en su justo término. Pero como decía un comentario en Twitter. "No olvidemos que al final a Newton se le cayó encima una manzana, no un iPhone".

Apple inicia una nueva era bajo la sombra de Jobs

"Te echaremos de menos", se podía leer en una de las losas de cemento frente la casa de Steve Jobs en Palo Alto, hacia donde empezaron a acudir la pasada noche fanáticos de Apple para rendirle tributo. La vigilia se repitió por las tiendas que por todo el mundo lucen el símbolo de la manzana. Como dijo Bob Iger, presidente ejecutivo de Disney, donde el gurú era accionista, "a pesar de todo lo que logró, era como si estuviera empezado".

Jobs, coinciden tanto sus amigos como sus rivales en los negocios de la electrónica de consumo y del entretenimiento, "definió una era". Y su legado será recordado durante generaciones, señaló Michael Dell, fundador del fabricante de ordenadores que llevan su apellido. Tim Cook, su sucesor como consejo delegado, reiterá que seguirá siendo la "fundación" de Apple.
Su caso muestra lo que puede conseguir una empresa cuando se tiene a la persona, la gestión y el producto adecuado. Aunque como señaló Larry Page, cofundador de Google, la clave de su éxito está en que se centró "en la experiencia del usuario sobre cualquier otra cosa". "Mostró que lo que puedes construir puede cambiar el mundo", remacha Mark Zuckerbeg desde Facebook.
Ahora está por ver si su sucesor será capaz de llenar el vacío y lograr lo que consiguió dos veces Jobs, cuando creó Apple y cuando volvió para rescatarla. Los amantes de la electrónica ya tuvieron el martes primer desencuentro con la nueva era que comienza en la sede de Cupertino. Fue un evento calificado de normal, en el que Tim Cook presentó la nueva actualización de su móvil.
Se le bautizó iPhone 4S, quizás anticipando el fatal desenlace un día después. El iPhone 5 se reserva, por tanto, al nuevo tomo que empezó a escribirse ya en agosto en la historia de Apple. El escenario era idéntico, y hasta Cook llevó camisa negra. Pero fue la primera vez que se celebró un evento de lanzamiento de un producto sin el aura con la que Jobs solía moldear la realidad.
John Sculley, antiguo consejero delegado de Apple, destacó la capacidad de Steve Jobs por simplificar el producto. Y, en especial, señaló que formuló unos principios que siguió con firmeza y que seguirán guiando de la compañía. Cook, aseguró, tiene un gran equipo y de calidad para darle continuidad en los próximos cinco años, conforme se avance en la era post-PC.
Cook, que se sumó a Apple en 1998 para estabilizarla y evitar la suspensión de pagos, no es un desconocido para Wall Street. Ya tuvo que llevar la riendas de Apple durante las tres bajas médicas de Jobs (2004, 2009 y 2011). Tanto los inversores como los empleados le valoran positivamente, como un gestor capaz de afrontar el reto. Aunque como fue evidente el martes, no tiene su magia.
Es una persona reservada. Y como ya hizo con el iPhone 3GS, el martes dio los honores para la presentación del nuevo producto a uno de sus ejecutivos. En las conferencias con analistas, tras presentar los resultados trimestrales, Cook siempre dejó claro que la fuerza de Apple está en el talento del equipo y en la cultura de sacar al mercado el mejor producto posible.
La próxima gran prueba de Tim Cook llegará el 18 de octubre, cuando Apple publique sus cuentas trimestrales. Será la primera vez que se enfrente a los tiburones de Wall Street como consejero delegado y sin la presencia de Steve Jobs como soporte. Los títulos de Apple arrancaron la jornada bursátil en el Nasdaq casi plano, con una ligera caída de entre dos y cuatro décimas.

Yahoo! se dispara en Bolsa ante una posible oferta de Microsoft

El fulminante despido de Carol Bartz al frente de Yahoo! volvió a alimentar la idea de que la venta es la mejor opción posible para la compañía puntocom. Y en el baile de nombres de posibles pretendientes este miércoles ha vuelto a sonar Microsoft, que ya intentó adquirirla hace tres años sin éxito. El gigante de Redmond estaría contemplado la posibilidad otra vez, lo que disparó casi un 10,1% los títulos de Yahoo!.

La remontada se produjo a poco más de una hora del cierre de Wall Street, después de que Reuters informara sobre esa posibilidad sin citar a una fuente específica. La misma agencia dejaba claro que todavía no hay una decisión final al respecto.
Con el repunte en el parqué neoyorquino, el capital bursátil de Yahoo! se acerca a los 20.000 millones de dólares (casi 15.000 millones de euros al cambio de este miércoles). Para que el rumor se haga realidad, la puntocom deberá convencer antes a la parte de inversores de Microsoft que se oponen. The Wall Street Journal precisaba poco después que la compañía informática no tiene intención de lanzar una oferta.
Desde otros medios se habla de que Yahoo! podría estar preparando la información financiera que presentaría a potenciales compradores. Entre esos posibles inversores podría figurar también su socia china Alibaba. Jack Ma, el presidente ejecutivo de la tienda electrónica, declaró el pasado fin de semana que está "muy, muy interesado" en Yahoo!.
Además, el pasado mes de septiembre, la dirección de la compañía puntocom comunicó a sus empleados que estaba considerando ofertas de varios fondos, como el ruso DTS Global. También se habló de AOL como posible comprador.Yahoo! repunta con fuerza ante una posible oferta de Microsoft

Anonymous amenaza con borrar la bolsa de Nueva York

Anonymous amenaza con nuevos 'ciberataques'. El colectivo 'hacktivista' ha colgado un vídeo en YouTube para advertir que el próximo día 10 de octubre pretende "borrar la Bolsa de Nueva York de Internet".
El grupo acusa al gobierno estadounidense de no ser capaz de "imponer restricciones legales mínimas a los abusos de Wall Street" y de "estar disfrutando incumpliendo la ley, tanto Gobierno como Agencias Federales".
Anonymous advierte que "vamos a demostrar al mundo que somos fieles a nuestra palabra.El 10 de octubre, la NYSE (Bolsa de Nueva York en inglés) desaparecerá de Internet. Les espera un día que nunca, nunca olvidarán".
De esta manera, el colectivo se une a otros ataques contra la bolsa que han tenido lugar en los últimos días. Los 'hacktivistas' han emprendido estas acciones como medida de apoyo a los 'indignados' de Nueva York que tomaron el pasado 17 de septiembre el distrito financiero.

Wozniak, tras la muerte de Jobs: 'Tuvimos una relación afortunada'

Steve Wozniak recibió la noticia de la muerte de su ex compañero Steve Jobs por teléfono. Se lo comunicó un periodista y su primera reacción fue quedarse en estado de shock. La segunda, reconocer que "Steve fue claramente el cerebro empresarial más excepcional de su época". "Para mí fue siempre un buen amigo y le echaré de menos", dice entre lágrimas el cofundador de Apple.
"Todo el mundo en el negocio de la tecnología reconoce que de alguna manera [Steve Jobs] tenía la habilidad de pensar en nuevas formas de unir las cosas. No en mejorar las existentes con una nueva versión, sino de hacerlo de una forma totalmente diferente", reconoce Wozniak, cofundador de Apple, a la agencia Ap.

También rememora que, cuando eran jóvenes, Jobs "siempre pensaba en cierta tecnología que había que desarrollar" y que continuamente le "retaba como ingeniero". "Tuvimos una relación afortunada. Él tuvo suerte de tenerme a mí al principio pero yo tuve una suerte increíble de tenerle a mi lado en la vida", explica Wozniak.
"Tenía una mente muy rápida y casi siempre que discutíamos sobre qué deberíamos hacer en la compañía él estaba en lo cierto (...) Era inteligente, sosegado y con sentido común", explica Wozniak en otra entrevista a la BBC. Jobs sabía, según su ex compañero, cuándo lanzar un producto, si iba a venderse bien o no e, incluso, era capaz de reconocer si había llegado el momento oportuno para lanzar e impulsar una tecnología determinada.
Wozniak, cuya relación con Jobs en los últimos años no fue excelente ni habitual pero sí cordial, asegura que "todos los productos de Apple cambian increíblemente nuestros hábitos de vida". "Su legado es sólido, la gente le recordará especialmente por haber creado grandes productos", algo que logró, en palabras del cofundador de Apple, gracias a su capacidad para "gestionar la importancia de los pequeños detalles" que diferencian al mejor producto del resto y a sus dotes para el marketing.

Los últimos meses de vida de Steve Jobs

En uno de los discursos más memorables de Steve Jobs, el que realizó en 2005 en la Universidad de Stanford, el magnate animaba a los estudiantes a plantearse si estarían haciendo lo mismo si ese fuera el último día de su vida.
Quizá eso fue lo primero que pensaba Jobs cada mañana durante los últimos meses que ha vivido en su casa de Palo Alto, en California, muy consciente de su enfermedad.
Desde su retirada en el mes de agosto, Jobs había reprogramado su tiempo y sus visitas. Pero fue a partir de febrero, cuando fue más consciente de que su vida se acortaba y tranquilamente se lo fue comunicando a algunos conocidos. Un rumor que se extendió rápido por su red.
Según relata el periódico estadounidense' The New York Times', las llamadas empezaron entonces como un goteo pero, a las semanas, la casa de Jobs se convirtió en un lugar de peregrinación para todos los que querían despedirse del genio de Apple.
Sin embargo, conforme crecían las peticiones, disminuían las fuerzas de Jobs y era su esposa Laurene la encargada de dar las gracias y de despedir a la mayoría de las visitas porque Jobs estaba demasiado cansado para hablar. Incluso demasiado cansado para subir las escaleras de su propia casa.
Nadie se daba por vencido y la mayoría de los que querían ver a Jobs para despedirse preguntaban si podían volver al día siguiente. "Lo siento", contestaba su mujer y es que el cerebro de Apple ya no tenía, en esos momentos, fuerzas para despedidas, y trataba de elegir cuidadosamente a quién dedicaba su tiempo.
Aún tuvo tiempo Jobs de invitar a uno de sus mejores amigos, el médico Dean Ornish, a comer sushi en uno de sus restaurantes favoritos de Palo Alto; y de despedirse de sus colaboradores más próximos, como el miembro de la junta de Apple Bill Campbell, el director ejecutivo de Disney, Robert A. Iger, o el inversor John Doerr, según cita el diario estadounidense.
Y no se marchó sin dar consejos ejecutivos en Apple, sin hablar con su biógrafo, Walter Isaacson, y sin comenzar nuevos medicamentos aunque no con muchas esperanzas.
Pero, sobre todo, pasó el mayor tiempo posible con su esposa y sus hijos. "Steve ha tomado sus decisiones. Una vez le pregunté si estaba contento de haber tenido hijos y me contestó: 'Es 10.000 veces mejor que cualquier cosa que haya hecho'", desvelaba el doctor Ornish.
Y destacó que "para Steve, se trataba de vivir la vida en sus propios términos y de no perder un momento con las cosas que no creía que eran importantes. Era consciente de que su tiempo en la tierra era limitado y quería controlar lo que hacía con las decisiones que tomaba".

'Quiero que mis hijos me conozcan'

Su familia era clave en su vida hasta el punto de que cuando su biógrafo, Walter Isaacson, cuyo libro será publicado en dos semanas, le preguntó por qué un hombre que había peleado tanto por su vida privada daba su consentimiento para publicar una biografía, Jobs le contestó que quería que sus hijos conocieran toda su historia.
"Yo no voy a estar siempre ahí para ellos, y quiero que sepan el porqué y que entiendan lo que hice".
Isaacson ha relatado cómo que visitó a Jobs por última vez hace unas pocas semanas y lo encontró con algo de dolor, en la planta baja de la casa. Ya no tenía fuerzas para subir las escaleras porque estaba muy débil, pero "su mente seguía siendo aguda y su humor radiante".

Wikipedia Italia reabre sus puertas tras cerrar como protesta por la 'Ley mordaza'

La Wikipedia italiana decidió cerrar voluntariamente como protesta contra una ley que está siendo debatida en el Parlamento del país. Actualmente ya vuelve a estar activa, pero sigue apareciendo un gran anuncio en el que la organización muestra su desacuerdo con la ley, que obligaría a publicar rectificaciones en 48 horas sin la intervención de un organismo imparcial.
Esta no es la primera vez que en Italia se hace un ataque a la libertad de expresión ('ley mordaza'), pero sí la primera vez que la Wikipedia italiana toma partido.
"Estimado lector, en este momento, la Wikipedia en italiano está en riesgo de no poder seguir proporcionando el servicio que a lo largo de estos años te fue tan útil y que ahora, como antes, estabas buscando", este es el anuncio que la página ha tenido colgado en la web.
El motivo, según explica Wikipedia, es el apartado 29 de la ley conocida como DDL intercettazioni (proyecto de ley sobre escuchas telefónicas), que hace peligrar 'los pilares' del proyecto Wikipedia: "neutralidad, libertad y verificabilidad de sus contenidos".
Esta ley obligaría a todas las webs a publicar sin ningún tipo de comentario, una rectificación sobre cualquier contenido que el solicitante juzgue perjudicial a él o a su imagen. Además, esta rectificación tendría que publicarse 48 horas después de solicitar la medida.
Por si fuera poco, la evaluación de lo perjudicial de los contenidos no se realizaría por un organismo independiente o un juez, sino que bastaría la opinión de la persona que se sintiera perjudicada.
"La obligación de publicar entre nuestros contenidos la rectificación, según lo previsto por el apartado 29, sin poder discutir o analizar la reclamación y prescindiendo de toda verificabilidad, constituye para Wikipedia una inaceptable limitación de su propia libertad e independencia: tal limitación desnaturaliza los principios que fundaron la Enciclopedia Libre y paraliza la modalidad horizontal de acceso y contribución, pudiendo de hecho poner 'fin' a su existencia tal como la conocimos hasta hoy", ha explicado la enciclopedia 'online'.
También ha añadido: "Con este comunicado, queremos avisar a los lectores y a las lectoras sobre los riesgos que derivan de dejar a merced de los particulares la protección de su propia imagen y reputación, invadiendo los intereses legítimos de otros".

Una firma de licencias demanda a Motorola Mobility por infracción de patentes

La batalla de las patentes parece no tener fín. En esta ocasión no son Apple y Samsung los protagonistas, sino Intellectual Ventures, una compañía de patentes tecnológicas, y Motorola Mobility.
Según recoge The Wall Street Journal, la firma de licencias ha presentado una demanda ante el tribunal del distrito de Delaware, en Estados Unidos, acusando a la división de móviles de Motorola de violar seis de sus patentes al utilizarlas en su tecnología de transmisión de datos de ordenadores a sus dispositivos móviles.
Intellectual Ventures es una firma que ha conseguido crear una cartera de 35.000 patentes y, según The Wall Street Journal, habría ingresado más de 2.000 dólares gracias a estas licencias.
Se da la circunstancia de que la compañía es inversora de Google, que precisamente ha comprado la división de móviles de Motorola. Sin embargo, Intellectual Ventures asegura que sus protestas por esta infracción comenzaron el pasado enero, mucho antes de conocerse el acuerdo entre la compañía de Mountain View y Motorola.

Científicos de EEUU logran una clonación humana 'alternativa'

Un equipo de investigadores de EEUU ha logrado por primera vez clonar embriones humanos y obtener de ellos células madre "viables". Estas células son capaces de generar cualquier tejido del cuerpo humano, con todo el potencial médico que eso conlleva, pero tienen una copia extra de cromosomas que las hace totalmente inviables para cualquier terapia.
El estudio, publicado en Nature, es sobre todo una hazaña técnica lograda en un campo muy polémico y en un país donde la investigación con células madre embrionarias afronta serias trabas éticas y legales.

Fracaso histórico

Los investigadores han empleado una técnica similar a la que se usó en 1996 para crear a la oveja Dolly, el primer mamífero clonado. Es la transferencia nuclear, en la que se toma un óvulo, se le retira el ADN del núcleo y se introduce en su lugar el genoma de una célula adulta. El resultado fue, en aquel caso, una copia exacta del ejemplar que había donado la célula adulta. La técnica abría la puerta a crear embriones humanos genéticamente idénticos a un paciente de los que extraer células madre para regenerar sus órganos dañados. Hasta ahora, nadie ha conseguido tal cosa. Al contrario que en otros mamíferos, los embriones humanos parecen resistirse a la transferencia nuclear y mueren a las pocas semanas.
En 2005, el científico coreano Hwang Woo-Suk anunció haber logrado la clonación humana y tener en su poder células madre viables obtenidas a partir de óvulos manipulados. Su éxito se convirtió el año siguiente en uno de los mayores fracasos científicos de la historia reciente cuando se demostró que sus experimentos eran falsos. Otros equipos intentaron repetir con éxito el intento de Hwang, pero sin apenas suerte.
Mientras los embriones humanos se resisitían a ser clonados, otro tipo de células madre, esta vez reprogramadas a partir de piel adulta y sin necesidad de usar embriones, se estaba abriendo camino. Hoy estas células reprogramadas, las IPSC, se han asentado hasta hacer sombra a las células madre derivadas de embriones. Sin embargo no están exentas de riesgos, ya que aún no se sabe cómo evitar el riesgo de que causen tumores una vez trasplantadas.
El estudio actual, liderado por Dieter Egli, de la Fundación de Células Madre de Nueva York, reclama una vuelta a los orígenes. Han usado transferencia nuclear con una importante variación. En lugar de sacar el ADN de los óvulos humanos (donados por 16 mujeres jóvenes a las que se pagó por participar en el trabajo), lo han dejado dentro y sólo le han inyectado el genoma completo de una célula adulta. Para sorpresa de muchos expertos, el experimento ha permitido obtener dos líneas de células madre que, extraídas del embrión, pueden generar neuronas, piel y otros tejidos, según Egli. Su potencial terapéutico es nulo, ya que tienen 69 cromosomas en lugar de los 46 que deberían tener. "Nunca pensaría que estas células pueden dar lugar a un ser humano viable", advierte el propio Egli, cuyo equipo cree que el obstáculo puede ser salvado para generar células madre con el número de cromosomas deseable.  

"El infierno le dio la bienvenida"

No todo han sido halagos para Steve Jobs en el día de su muerte. Para estropear el homenaje mundial a la figura del ex consejero delegado de Apple ya está la familia Phelps, creadora de la Iglesia Baptista de Westboro, famosa por su homofobia y por sabotear el entierro de los militares estadounidenses.
Una de sus miembros, Margie Phelps, aprovechó la noticia del fallecimiento de Jobs para mandar un mensaje a Apple a través de Twitter. "No hay paz para un hombre que se sirvió a sí mismo, no a Dios. #hellgreetedhim (el infierno le dio la bienvenida). Westboro debe boicotear su funeral", anunció, curiosamente, a través de su iPhone.
Antes, la propia Margie había anunciado que su organización ultra tratará de sabotear el funeral de Jobs porque "no dio gloria a Dios y enseñó el pecado".  

El hippie que inventó cinco mercados

Un biógrafo no autorizado escribió una vez que el primer trabajo de Steve Jobs fue disfrazarse del personaje del Sombrerero Loco en un parque de atracciones de California. La noticia resultó ser falsa, pero ha sido repetida cientos de veces porque a todo el que escribe de Jobs le gustaría que fuera verdad. El fundador de Apple era valiente, innovador, atractivo, inteligente y apasionado. Y también era autoritario, detallista hasta la obsesión, arrogante, déspota e incluso cruel, según sus biógrafos. Ambas facetas le han convertido en el ejecutivo más admirado e imitado de la historia de la tecnología, pero también en el más aborrecido por sus rivales en los negocios.
Steve Jobs fue un inventor, aunque no de productos. La mayor parte de las 313 patentes que registró fueron desarrolladas con la ayuda de brillantes ingenieros, diseñadores y expertos en marketing. Y también le inspiraban sus competidores: el Macintosh, el ordenador que popularizó la informática, nació tras una fructífera visita al centro de investigación de Xerox en Silicon Valley, donde quedó maravillado por la interfaz gráfica de usuario, el rostro de los ordenadores, que después integraría en su Mac.


Jobs fue un inventor porque ha creado mercados. Aunque en muchos de ellos tenía rivales, el olfato comercial, tecnológico y artístico de Jobs los arrasó en cinco negocios: la informática con el Macintosh, la música digital con el iPod, la telefonía táctil con el iPhone, el cine de animación con Pixar, y la world wide web con NeXT. Aún es demasiado pronto para saber si el último gran producto de Apple, la tableta iPad, revolucionará también un sexto negocio, el de los kioscos digitales, como desean los editores de diarios y revistas.
"La tecnología no cambia muchas cosas, si es que cambia algo", dijo, modesto, a la revista Wired en 1996. Es improbable que lo pensara de verdad. Steve Jobs nació en el corazón de Silicon Valley el 24 de febrero de 1955. Hijo de un inmigrante sirio y una estudiante universitaria que le dio en adopción, Jobs creció en una familia de clase media donde su padre adoptivo, Paul, le enseñó a destripar radios y televisores para que aprendiera cómo funcionaban.
En los setenta, Jobs tuvo una adolescencia que más bien parece un cliché. Hippie y liberal, dejó la universidad, tomó ácido, se convirtió al budismo y viajó a India en busca de guía espiritual. "Queríamos experimentar más intensamente porqué estábamos vivos", dijo más tarde sobre su generación. Tras el materialismo de los años cincuenta y sesenta, los jóvenes de los setenta buscaban "algo más profundo", afirmó.

El joven ingeniero de la mente libre trabajó en HP y Atari hasta que se topó con Steve Wozniak. Compañero de instituto de Jobs, este informático era miembro del Hombrew Computer Club, un grupo de hackers que estaban obsesionados con la posibilidad de crear ordenadores personales, es decir, que cualquier persona pudiera utilizar. Hasta entonces, sólo los licenciados en informática podían acercarse con alguna posibilidad de éxito a las complejas máquinas que creaba el gigante IBM.

El primer mercado

Jobs llamaba cada día a la familia y a los amigos de Wozniak para que le convencieran de que dejara HP y se uniera a él en una nueva compañía que quería crear, como buen innovador de Silicon Valley, en un garaje. Lo logró y así nació Apple. "Trabajábamos 18 horas al día, siete días a la semana. Nos lo pasábamos bien", resumió en una ocasión al escritor Steven Levy. El Apple I y, sobre todo, el Apple II y el Lisa, pavimentaron el camino para que Jobs creara su primer mercado: el de la informática personal.

El 24 de enero de 1984, uno de los mejores anuncios que se recuerdan, dirigido por Ridley Scott, presentaba a los estadounidenses el Mac, el primer ordenador pensado para que cualquiera pudiera utilizarlo. Fue también el primero en el que Jobs demostraba su legendario gusto por el diseño, ese que ha provocado que cientos de millones de personas quieran poseer sus productos sólo porque son hermosos. "El diseño del Mac no es sólo su aspecto exterior, es cómo funciona", respondía a quienes le reprochaban que sus creaciones sólo eran caras bonitas. Los productos de Apple nacen de la adoración por la belleza de su fundador, pero también de su increíble visión comercial y, sobre todo, de su obsesión porque fueran fáciles de usar.

Una familia compleja

Jobs, a quien se atribuyen amantes legendarias en su juventud, como la cantante Joan Baez, estaba casado desde 1991 con Laurene Powell, con la que crió tres hijos. Tuvo otra niña de joven, a la que reconoció mucho después, justo cuando su hermana biológica, Mona Simpson, contactó con él y le presentó a su madre. Jobs mantenía ahora buenas relaciones con todos los miembros de su compleja familia.
El fundador de Apple deja un patrimonio de 8.300 millones de dólares que, como resaltan sus críticos, nunca ha querido compartir con organizaciones filantrópicas. Deja también millones de dudas sobre el futuro de su compañía, a la que adoraba, incluso cuando fue humillantemente despedido, en 1985, para ser contratado cuando prácticamente estaba muerta, 12 años después. Nadie sabe si Apple soportará la eternidad sin Jobs, ni qué nuevos mercados habría inventado si un tumor de páncreas no hubiera acabado con su vida. "Ser el más rico del cementerio no me importa. Irme a la cama sabiendo que he hecho algo fabuloso, eso es lo que me importa", dejó dicho.