Semáforos inteligentes, sensores de aparcamiento, riego eficiente de parques y jardines... la ciudad se está llenando de sensores y con ellos de datos en tiempo real. ¿Qué hacemos con ellos? Desde ayer y hasta el jueves, en el congreso BDigital de Barcelona expertos de todo el mundo analizan el impacto de la tecnología en el espacio público para mejorar la calidad de vida de las personas. Un negocio, el de las llamadas Smart Cities, que Telefónica cifra en 14.000 millones de euros para 2014.
El arquitecto italiano Carlo Ratti (Turín, 1971), director del laboratorio SENSEable del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), lleva años aprovechando estos datos para crear sorprendentes visualizaciones que ayudan a comprender la vida en la ciudad. Un entorno que solo supone el 2% de la superficie terrestre, pero donde vive la mitad de la población mundial, que consume el 75% de la energía y genera el 80% de los residuos.
Ratti comparó "este dinámico entorno" con un coche de fórmula 1. "Hace 20 años era fácil ganar invirtiendo dinero. Ahora, necesitas implantar un sistema de control en tiempo real para comprender lo que ocurre durante la carrera y dar la respuesta adecuada".
Según Ratti, las llamadas telefónicas -Ericsson estima que en 2020 habrá 50.000 millones de conexiones- "son la forma más sencilla de obtener información de la ciudad. Pero, ahora, gracias a los sensores, edificios y ciudades empiezan a hablar. El viejo sueño de Miguel Ángel se ha convertido en realidad". Y para demostrarlo repasó los diferentes proyectos de investigación realizados en el laboratorio. Por ejemplo, el mapa de la basura de Seattle, donde 500 vecinos aceptaron etiquetar sus residuos en 2009. "Conocemos la cadena de suministro, pero desconocemos la de reciclaje. Sorprendentemente, en dos semanas muchos de los 3.000 objetos desechados habían cruzado EE UU".
El laboratorio que dirige, además, desarrolla propuestas sostenibles, como la Copenhagen Wheel (o bicicleta 2.0) capaz de moverse por sí sola al aprovechar la energía cinética que genera el ciclista al pedalear. "Con sensores y una conexión Bluetooth para el iPhone, que se acopla al manillar, la rueda controla la velocidad, dirección o distancia recorrida" y hasta recopila datos sobre la contaminación del aire.
En Zaragoza, el equipo de Ratti dejó impronta con el Pabellón Digital del Agua para la Expo de 2008, considerada por la revista Time como la mejor invención arquitectónica del año. "La idea fue del alcalde Juan Alberto Belloch, que nos planteó cómo era el agua digital". El resultado es este edificio minimalista, que aparece y desaparece como el Guadiana en función de las necesidades de la ciudad, y dotado de una estructura interactiva de 120 cortinas de agua controladas digitalmente.
"Días antes de la inauguración, los sensores dejaron de funcionar un rato. No entendíamos porqué, pero los niños empezaron a jugar con el agua. Comprendimos su utilidad lúdica. Al final, la dimensión humana es la que debe estar en el centro de cualquier innovación".
El Pais
Ushi, la respuesta china a LinkedIn, espera tener 10 millones de usuarios en dos años y obtener 5 millones de dólares en su próxima ronda de financiación, dijo el lunes su presidente ejecutivo. Ushi, que significa "profesionales excelentes" en chino, es la red social laboral predominante en China, con más de 300.000 usuarios.
Su sitio es similar a LinkedIn y tiene características que permiten a los usuarios añadir conexiones, meter contactos y enviar mensajes. "Nuestro objetivo último es atender a una gran parte de los 40 millones de usuarios de internet en China que trabajan en oficinas o son emprendedores. Digamos 10 millones en dos años", dijo Dominic Penaloza.
Ushi, que se lanzó a finales del año pasado, cuenta con el apoyo de Milestone Capital, Richmond Management, el fondo de capital privado Li & Fung y Simon Murray. Tras recaudar 1,54 millones de dólares en su primera ronda de financiación, espera obtener 5 millones de dólares más en la segunda, que acaba a finales de junio.