British Petroleum puso hoy en marcha una nueva y arriesgada operación para contener el derrame de crudo en el golfo de México, cuando comienza la temporada de huracanes, aunque el Gobierno de EEUU y la propia empresa temen que pueda incrementar temporalmente el flujo de petróleo.
El derrame es "ya el peor desastre medioambiental de su tipo en nuestra historia", dijo hoy el presidente estadounidense, Barack Obama, al anunciar que llevará a los tribunales a los responsables del vertido si se demuestra que violaron las leyes.
La cuarta operación para tratar de detener en derrame se lleva a cabo 43 días después de que estallara la plataforma de exploración y después de que BP admitiera el fin de semana pasado el fracaso del procedimiento conocido como "top kill", con el que la multinacional intentaba taponar el pozo mediante una inyección de flujos pesados.
El nuevo intento implicará serrar con la ayuda de robots submarinos la tubería conectada a la parte superior de sistema de prevención de explosiones (BOP), un entramado de válvulas que no logró sellar el pozo como debería cuando se produjo el accidente en la plataforma operada por BP el 20 de abril.
A continuación, la multinacional colocará una cúpula sobre el BOP que, de funcionar según lo esperado, recogería el carburante y lo trasladaría a un barco en la superficie.
El comandante de la Guardia Costera de EEUU, Thad Allen, dijo hoy que tras el fracaso del "top kill" se abandonarán los planes para taponar el pozo y se concentrarán los esfuerzos en intentar contener el derrame.
Allen informó de que podrían ser necesarios tres días más antes de que BP pueda empezar a bombear carburante a la superficie, asumiendo que este nuevo intento concluya con éxito.
Tanto el comandante de la Guardia Costera como Browner recordaron, además, que el inicio hoy de la temporada de huracanes hace que la operación sea más arriesgada.
El derrame es "ya el peor desastre medioambiental de su tipo en nuestra historia", dijo hoy el presidente estadounidense, Barack Obama, al anunciar que llevará a los tribunales a los responsables del vertido si se demuestra que violaron las leyes.
La cuarta operación para tratar de detener en derrame se lleva a cabo 43 días después de que estallara la plataforma de exploración y después de que BP admitiera el fin de semana pasado el fracaso del procedimiento conocido como "top kill", con el que la multinacional intentaba taponar el pozo mediante una inyección de flujos pesados.
El nuevo intento implicará serrar con la ayuda de robots submarinos la tubería conectada a la parte superior de sistema de prevención de explosiones (BOP), un entramado de válvulas que no logró sellar el pozo como debería cuando se produjo el accidente en la plataforma operada por BP el 20 de abril.
A continuación, la multinacional colocará una cúpula sobre el BOP que, de funcionar según lo esperado, recogería el carburante y lo trasladaría a un barco en la superficie.
El comandante de la Guardia Costera de EEUU, Thad Allen, dijo hoy que tras el fracaso del "top kill" se abandonarán los planes para taponar el pozo y se concentrarán los esfuerzos en intentar contener el derrame.
Allen informó de que podrían ser necesarios tres días más antes de que BP pueda empezar a bombear carburante a la superficie, asumiendo que este nuevo intento concluya con éxito.
Podría incrementar el derrame
Advirtió, además, que el serrado de la tubería podría incrementar temporalmente el derrame "en hasta un 20%", una estimación que también baraja BP. Carol Browner, asesora en temas energéticos de la Casa Blanca, describió esa posibilidad como "profundamente preocupante".Tanto el comandante de la Guardia Costera como Browner recordaron, además, que el inicio hoy de la temporada de huracanes hace que la operación sea más arriesgada.