Fuente:
BBC Mundo.
"¡Sale de la pantalla y va hacia ti!", decía en 1952 el afiche de la película La Casa de Cera 3D. El público, impaciente por ver la primera gran producción en 3D, abarrotó los cines para encontrarse con el novedoso espectáculo de... un hombre que golpeaba una pelota frente a sus ojos.
Este efectista recurso perduró en la industria del cine durante los dos periodos dorados de Hollywood, en los años 50 y los 80.
Películas como la visceral Frankestein 3D, de Andy Warhol, o la versión en tres dimensiones de Pesadilla en Elm Street acercaron a los asientos de los espectadores el horror y la sangre de estas historias.
Bwana Devil, lanzada en el mismo año que La Casa de Cera, se atrevió a preguntar al espectador: "¿Qué prefiere... una buena imagen, o un león en su regazo?". El público eligió la buena imagen.
Los espectadores dieron la espalda al cine en 3D por considerarlo un truco barato, ahuyentados además por la escasa calidad de las imágenes o los dolores de cabeza y nauseas que provocaban.
Locura por el 3D
Entonces ¿Por qué tantos peces gordos de Hollywood se han vuelto locos de repente por esta técnica?
Steven Spielberg y Peter Jackson están rodando su trilogía de Tintín en 3D, el gigante de la animación Pixar está retocando Toy Story 1 y 2, y James Cameron está rodando su primera película desde Titanic utilizando sólo 3D.
"Hay una oleada de cineastas que están siendo pioneros a la hora de mirar esta tecnología y se dan cuenta de su gran potencial", dice Daniel Glennon, de la cadena de salas de cine británica Odeon.
"Los avances en esta tecnología son asombrosos", coincide Mark Dinning, director de la revista sobre cine Empire. "Es mucho más sofisticado ahora", dice.
Para la audiencia, el principal cambio es estético. Aquellas gafas desechables rojas y verdes dieron paso a modernas lentes de estilo aviador.
Sin embargo, el verdadero avance se produjo en la proyección digital. Los empleados de las salas de cine ya no tienen que colocar y sincronizar dos proyectores, uno para cada ojo.
Ahora, las películas en 3D llegan a las salas en un disco duro de 500GB, y un adaptador especial se encarga de separar en un solo proyector las imágenes del lado izquierdo y el derecho.
Así se consigue mayor claridad en la imagen y elimina las características migrañas del cine en 3D, explica Nik Blair, director técnico de la sala Odeon Greenwich.
Real D, el sistema que utilizan en estos cines, registra un total de 144 imágenes por segundo. "La imagen en 3D es perfecta, completamente estable", dice Blair.
Como el color o el sonido
Parece que el público se siente atraído por la promesa de este renovado tipo de cine. La película de animación Monstruos contra Alienígenas, con Reese Witherspoon y Hugh Laurie, recaudó el pasado fin de semana 58 millones de dólares sólo en la taquilla estadounidense, convirtiéndose así en el mejor estreno del año.
"Creo que si lo usas con sabiduría, el 3D no hace más que resaltar la historia que quieres contar", explica la productora de la película Lisa Stewart.
"Al principio dudamos", admite el director, Conrad Vernon. "Creíamos que nuestra historia no se merecía ser eclipsada por esta técnica".
"Así que aprendimos a manejarla del mismo modo que un cineasta usaría el color para recrear un ambiente, o el sonido para dar emoción en la pantalla. Usamos el 3D para conseguir eso", dice.
La película incluye a uno de los personajes golpeando una pelota, como en La Casa de Cera 3D, pero también una escena sobre el Golden Gate en el que los monstruos luchan y los restos del puente caen esparcidos por toda la sala de cine.
Coraline, otra película de animación que se estrenará próximamente, también utiliza el 3D, lo que permite al espectador apreciar los detalles de los personajes, muñecos hechos a mano con la técnica del 'stop-motion'.
"No podemos negar que diseñamos la película para que sea vista en 3D", dice el director, Henry Selick, que también se encargó de dirigir el clásico Pesadilla antes de Navidad.
Selick está tan convencido que asegura que todas sus películas serán en un futuro en 3D, a pesar de que usar esta técnica alarga el tiempo de trabajo y lo hace mucho más laborioso.
Caras, pero rentables
Podría parecer que, en una época en la que las grandes productoras se están apretando los cinturones por la crisis mundial, pocos querrían asumir el gasto extra necesario para hacer una película en 3D (entre un 5% y un 10% más caras que las tradicionales). Sin embargo, está resultando una técnica bastante rentable.
El fin de semana, Monstruos contra Alienígenas se mostró en 5.000 salas de cine convencionales, frente a las 2.100 en 3D. Sin embargo, estas últimas son responsables del 56% de la recaudación total.
Parte de la explicación se encuentra en el precio de las entradas para ver la película en 3D, que son más caras. Pero sobre todo, la novedad del 3D es que hace que los espectadores tengan que salir de casa para ver la película.
"Una película como la nuestra es una experiencia en grupo, es divertido verla con otras 300 personas", dice Stewart.
Además, las películas en 3D suponen un desafío para la piratería y el mercado negro.
"El 90% [de la piratería] sale de gente que lleva sus cámaras a la sala de cine", dijo el presidente de DreamWorks animation, Jeffery Katzenberg, a la CNN. "Pero no puedes grabar una película en 3D con tu cámara", añade.
Lado negativo
Pero el 3D también tiene su lado negativo. El proceso que crea la ilusión del 3D da lugar a una imagen más oscura, lo que hace que la película sea menos vibrante.
Y algunos espectadores no pueden percibir esa tercera dimensión, como aquellos que sólo pueden ver con un ojo (irónicamente, ése era el caso del director de La Casa de Cera 3D).
Hasta los defensores de esta técnica asumen que el 3D es tan sólo un adorno y no el elemento principal de la película.
"Hemos visto nuestra película en 2D miles de veces, y la hemos visto en 3D también miles de veces", dice Lisa Stewart.
"Es una experiencia diferente, pero las bromas también son divertidas en 2D, la acción también es emocionante en 2D, y los personajes también son atractivos en 2D".
"Si echas un vistazo a la película más importante del año", dice Daniel Glennon, de Odeon, "se trata de Slumdog Millionaire, que no es una película en 3D".
"Y algo del estilo de El Lector no va a ganar nada simplemente por el hecho de ser en 3D, así que creo que habrá sitio en los cines para los dos tipos", dice.
Pero con más de 30 películas en 3D esperando a ser estrenadas, incluyendo Up, de Pixar, y Tron 2.0, de Disney, cada vez será más difícil escapar del viaje hacia la tercera dimensión. Buenas noticias, por tanto, para los actores que golpean la pelota en pantalla.