Fuente:
Publico.
Los tecnólogos anglosajones lo llaman
cloud computing y los españoles lo traducen como
informática en la nube o
en el aire. Aunque su significado concreto varía según a quién se le pregunte, todos coinciden en que será la base de la informática del futuro. Así debe ser cuando Microsoft ha sido el último en apuntarse a una lista en la que quieren estar todos los grandes.
Durante la Conferencia de Desarrolladores profesionales de Microsoft, que se está celebrando en Los Angeles (EEUU), el responsable de software de la compañía, Ray Ozzie, anunció
Windows Azure , un sistema operativo especial, basado en la Red, que no se instala en el ordenador. A los programadores les permitirá crear nuevas aplicaciones y programas más ligeros. A los usuarios, les dará más servicios, independizándolos también del dispositivo y el lugar desde el que se conectan. En el
cloud computing, Internet reemplaza al servidor de la empresa o al PC.
El poder de la computación
Para el director de la división de plataforma de desarrollo de Microsoft Ibérica, Enrique Fernández-Laguilhoat, "existen muchas aplicaciones web en la Red, pero ¿qué pasa si una tiene éxito?". Para evitar su colapso, el
cloud computing aporta la capacidad de computación de los centros de datos masivos. Hoy, sólo un puñado de empresas como Microsoft, Google, Amazon o IBM tienen esa disponibilidad.
Esta última, una de las primeras en hablar de la
informática en el aire y desplegar una red de centros de datos para apoyarla, echa mano de la
Wikipedia para definir lo que es. En su informe
Visión de IBM sobre el cloud computing. ¿La nueva alternativa o sólo otra moda?, se recoge esta definición tomada de la enciclopedia libre: "La
informática en la nube es un forma de computación donde las capacidades tecnológicas se ofrecen como un servicio, permitiendo a los usuarios acceder a herramientas de tecnología en la nube sin necesitar conocimientos técnicos ni controlar la infraestructura".
Fernández-Laguilhoat coincide en esta idea. "Se trata de un nuevo paradigma en el que la clave es el servicio". Y para darlo han creado Windows Azure. La versión en pruebas se abrirá en diciembre a desarrolladores de las empresas pero aún no hay fecha definitiva de lanzamiento.
¿En qué notarán el cambio los usuarios? Para el miembro del Consejo de Expertos Técnicos de IBM Moisés Navarro "no deberán de percibir ningún cambio". Un ejemplo podría ser el de un banco que tiene una infraestructura informática dada y que, por una razón puntual, tuviera un aluvión de gestiones on-line. El
cloud computing le ofrecerá al instante el extra de infraestructura que necesita. En España aún no hay empresas o grandes instituciones que estén recurriendo a estesistema que lleva el ordenador a la Red.
Con la vista en la nube
Enrique Dans, profesor del Instituto de Empresa
www.enriquedans.com
La idea central del
cloud computing es simple e intuitiva: pon datos y aplicaciones donde sea más conveniente. Cuando usas varios dispositivos, el lugar no es uno de ellos, que podrías no tener cerca cuando necesites tus datos, sino la Red. Cuando no utilizamos un ordenador, sino una pléyade anárquica de dispositivos de sobremesa, portátiles, ultraportátiles, móviles,
smartphones y hasta ordenadores de prestado, el compromiso es claro: pon los datos donde puedas acceder con cualquiera de ellos con solo decir "hola, soy yo".
Una mentalidad peligrosa para una Microsoft que triunfó el siglo pasado con la frase "un ordenador en cada casa y Windows en todos ellos". El canal de venta de Microsoft, los vendedores de hardware, le exigían versiones cada vez más pesadas, que obligasen al cliente a cambiar de máquina. Ahora, tras plantear el crecimiento de los ultraportátiles resucitando al vetusto XP, Microsoft reacciona: no puede permitir que le ocurra con el cloud computing lo mismo que con Internet, donde por llegar tarde se convirtió en irrelevante y propició el desarrollo de un competidor como Google. Los últimos desarrollos de Microsoft intentan hacerse un sitio en la informática del futuro,
red-céntrica en lugar de
ordenador-céntrica, pero no dejan claro cómo será el modelo de negocio cuando no dependa del fabricante de hardware, el sistema operativo sea irrelevante, y no cuente con pagos en concepto
de licencia. El futuro está en la nube, pero obliga a Microsoft a saltar sin Red.