Acerca de los hábitos de consumo audiovisual, según la encuesta, otro 19 por ciento compra y descarga series y películas, un 29 por ciento 'compra, descarga y alquila', y un 5 por ciento 'sólo compra'.
Fuente: hoyTecnologia.
Cualquier trabajador harto de sus jefes o de que no le suban el sueldo podría recibir esa cantidad, lo único que tiene que hacer es denunciar ante la BSA (Business Software Alliance) a su compañía por utilizar software pirateado.
Dependiendo de la indemnización por daños que tenga que pagar la empresa se fija la recompensa del delator, que va desde los 5.000 dólares para quienes denuncien a compañías que tengan que pagar multas de hasta 100.000, a la recompensa de un millón para casos en los que la empresa es sancionada con hasta 15 millones por violar la propiedad intelectual.
Fuente: El Pais.Lo comentábamos el otro día, al hilo de la desaparición de determinados resultados de la búsqueda de la palabra “ladrones” en Google España: Google ha confundido completamente los términos de su relación con los usuarios, y con su decisión de eliminar dichos resultados, estaba equiparando a los ciudadanos de España con los de China. Una comparación en términos de libertades en la que todos tenemos muy claro quiénes salimos perdiendo. Para Google, es lo mismo: somos meros usuarios, no el Gobierno chino o la SGAE de turno. Esos mandan mucho más que nosotros. El que una vez fue un motor de búsqueda que se diferenció por mostrar a los usuarios los resultados que realmente querían encontrar, por no vender posiciones en los listados de resultados, hoy se dedica a eliminar las páginas que molestan a cualquier entidad con el poder suficiente para hacerse oír o para formular una simple denuncia, y ofrece sus servicios a dichas entidades para “limpiar su imagen” y “educar” a la opinión pública.
Examinemos la definición de PageRank en la web de Google: según la propia compañía,
“PageRank se basa en la exclusiva naturaleza democrática de la web y usa su extensa estructura de vínculos como un indicador del valor de una página individual. Google interpreta un vínculo desde la página A hacia la página B como un voto de la página A por la página B. Pero Google revisa otras cosas aparte del número de votos o de vínculos que una página recibe, puesto que también analiza la página que emite el voto. Los votos emitidos por páginas que son en sí mismas “importantes” pesan más y ayudan a convertir a otras páginas también en “importantes”. (…) Google no vende la ubicación de los resultados en sí (es decir, nadie puede comprar un PageRank más elevado). Una búsqueda Google es una forma sencilla, honesta y objetiva de encontrar sitios web de alta calidad con información relevante para su búsqueda.”Interesante concepto de “democracia”: miles de votos vinculando a una página determinada pesan mucho menos que la voluntad de una entidad de retirar determinados resultados porque les resultan molestos, aunque éstos sean meramente informativos. En cuanto a no vender los resultados, las evidencias nos muestran también lo contrario: cualquiera con suficientes recursos puede comprar los servicios de empresas que, utilizando mano de obra en países de costes laborales bajos, crean y alimentan páginas financiadas mediante AdSense en las que vinculan a las páginas de los clientes que quieren promocionar. De un sistema que simplemente vendía los resultados al mejor postor, hemos pasado a otro en el que para obtener ese mismo resultado, hay que pagar a la compañía mediante un procedimiento infinitamente menos transparente. Y en cuanto a resultados relevantes… ¿cuanta relevancia le queda a un resultado cuando la empresa que lo ofrece lo rodea de información en sentido contrario porque alguien ha querido pagar por ello? ¿Por qué no combinar las dos cosas? Que Google reco,iende a una empresa de salud norteamericana denunciar a Michael Moore, y así Google elimina los resultados de su índice, nadie encuentra información de la película, y no “maleducan su opinión”…
La entrada de Lauren Turner no deja lugar a la interpretación:
“We can place text ads, video ads, and rich media ads in paid search results or in relevant websites within our ever-expanding content network. Whatever the problem, Google can act as a platform for educating the public and promoting your message.”En pocas palabras: aquí se vende todo. Por repugnante que sea lo que hagas, podemos hacer que parezca lo contrario si pagas lo suficiente. Tras leer algo así, ¿que miserable doble moral lleva a Google a excluir anuncios de juego, pornografía y similares? ¿Es Google quien debe decidir si es peor vender pornografía o fomentar la ludopatía que provocar la muerte de los americanos que no resulten suficientemente rentables a una aseguradora? El tema ha sido ya recogido por toda la blogosfera: Boing Boing, Slashdot, The Register, TechCrunch, etc. (impresionante el listado de trackbacks de la entrada original) y situado a Google, con toda la razón, en el epicentro de lo que parece ser “una tormenta perfecta”.
Google es una empresa que fue capaz de crear un ecosistema enorme en el que por un lado generaba la atención de millones de usuarios, y por otro revendía esa atención a todo aquel que quería anunciarse ante ella. Pero esa actividad exige un delicadísimo balance entre los intereses de los anunciantes, y los de los receptores de esos anuncios. Por lo que se ve, Google ha equivocado completamente dicho balance: si eres anunciante, tienes licencia para matar. Si eres un simple par de ojos al otro lado de la pantalla, el que encuentres lo que buscabas depende cada día más de un sinnúmero de factores: que dicho resultado no sea molesto a ninguna entidad poderosa, que no sea contrario a las ideas que algunos anunciantes quieran inculcarte, que no corresponda a la manifestación de un montón de ciudadanos en un sentido determinado…
Desde la irresponsable eliminación de las Google Bombs, el buscador jamás ha vuelto a ser el mismo. Lo dije en su momento: al desactivar las Google Bombs, Google las había hecho estallar nada menos que sobre su credibilidad. Sobre una credibilidad que hoy,está tan profundamente enferma como la idea de “democracia” que la compañía nos quiere vender a quienes no somos más que “pares de ojos con ratón destinados a ser educados”. Decididamente, por este camino vamos mal, muy mal. Habrá que pedirle a Michael Moore que dedique a esta Google convertida en la gran manipuladora, su próxima película. Aunque dudo que para ello haga falta otra película, porque con ésta ya nos ha quedado suficientemente claro: Google está enferma (Google is sicko).
ACTUALIZACIÓN: Una nueva entrada de Lauren Turner nos deja otra perla que define muy bien su posición; “advertising is a very democratic and effective way to participate in a public dialogue”. Interesante el concepto de democracia y de conversación que semejante frase revela que tiene Google: un medio en el que, por definición, se escucha siempre más al que más paga.
Fuente: El Blog de Enrique Dans.La empresa, con sede en Kioto, Japón, ciertamente produjo diseños innovadores como la GameCube o la pantalla táctil de la Nintendo DS portátil, pero siempre la superaban en calidad y en ventas las videoconsolas más potentes de Sony. La PlayStation 2 de Sony se vendió seis veces más que la GameCube. Compárese eso con el éxito de la Wii. La Wii y la PlayStation 3 de Sony salieron a la venta en EE UU en noviembre, un año después de que Microsoft sacase su Xbox 360.
A finales de abril, Nintendo había vendido en EE UU, según NPD Group, una empresa de investigación de mercado, 2,5 millones de consolas Wii, casi el doble de los 1,3 millones de la PlayStation 3 y acercándose a los 5,4 millones de ventas de la Xbox 360.
¿Qué ha cambiado? La empresa secretista se está abriendo. Ha hecho un esfuerzo concertado para atraer a otros fabricantes de juegos como parte de un cambio de estrategia más amplio para dominar la nueva generación de videoconsolas. Los habitualmente distantes ejecutivos de la nueva Nintendo sorprendían a los trabajadores del fabricante de videojuegos Namco Bandai Games durante una reunión celebrada en la sede de éste en Tokio hace año y medio, al solicitarles su ayuda.
El grupo Nintendo había acudido a mostrar un prototipo de la Wii que aún no había salido al mercado. Entregaron a los trabajadores de Namco Bandai los exclusivos controles con lector óptico y mientras los programadores probaban un juego de pesca con mosca, el equipo de Nintendo les pedía que crearan programas de juegos para la consola, dando argumentos de por qué Wii sería una oportunidad para que ambas empresas ganasen dinero.
"No había visto en ellos esa actitud antes", comenta el jefe de explotación de Nazco Bandai, Shin Unozawa. "De repente Nintendo se acercaba a fabricantes de programas independientes". Los creadores de juegos dicen que Nintendo se ha mostrado más dispuesta a proporcionar los permisos y los códigos necesarios para programar juegos para sus consolas.
"La relación es más cálida y más activa que antes", comenta Jeff Brown, portavoz de Electronic Arts, el gigante de los videojuegos con sede en Redwood City, California. La iniciativa parece estar dando resultados. Los analistas dicen que una de las razones de la popularidad de Wii ha sido que dispone de más juegos.
En la actualidad, se venden en Estados Unidos 58 juegos para la Wii, frente a los 46 de la PlayStation 3, de acuerdo con las páginas de Sony y de Nintendo. Eso contrasta con la anterior generación de videoconsolas: hasta el momento, PlayStation 2 tiene 1.476 títulos, frente a los 271 de la GameCube.
Nintendo era en origen un fabricante de naipes
Nintendo, que se fundó en 1889 como fabricante de naipes y fabricó su primer videojuego en 1975, también se está abriendo en otros aspectos. En marzo, anunciaba que había concedido por primera vez licencia de sus personajes de Super Mario Bros a otro fabricante de videojuegos, firmando un acuerdo que permite a Sega usarlos en un juego deportivo que saldrá antes de las Olimpiadas de Pekín de 2008.
"Nintendo está decidida a no repetir los errores del pasado", comenta Masashi Morita, analista de videojuegos en Okasan Securities de Tokio. "Con la Wii está adoptando un enfoque completamente nuevo". Unozawa afirma que la visita de Nintendo a finales de 2005 ayudó a que Namco Bandai se mostrase más dispuesto a programar juegos para la Wii que para la PlayStation 3, más difícil de manejar.
"La Wii sencillamente parecía más divertida", comenta Unozawa. "Cambió nuestro modo de pensar". Afirma que la actitud más abierta y cooperadora de Nintendo también le ha ayudado a parecer menos intimidante.
La empresa era tan buena programando juegos para sus consolas que antes de que adoptase su nueva actitud pocos deseaban competir con ella. Ahora, dicen los programadores de juegos y los analistas, Nintendo parece más dispuesta a ser una aliada, y no sólo una rival.
"Mostrarse fríos ante otros fabricantes de videojuegos no funcionaba", opina Masayuki Otani, analista de Maruwa Securities de Tokio. "Nintendo ha aprendido que el ser amistosa compensa".