En los nueve primeros meses de 2011 se han publicado un total de 13.118 obras en formato digital, una cifra que supera la de los 12.948 que, según la Panorámica de la Edición Española de Libros, elaborada por el Ministerio de Cultura, se editaron en España en todo 2010. Estas cifras suponen un incremento del 40% interanual, según los datos recogidos por la Agencia del ISBN, que lleva el control de los textos registrados en España.
La edición electrónica supone el 15% del total de los libros registrados durante lo que va de año, a lo que hay que añadir que, según una nota difundida por la Federación de Gremios de Editores de España, el 19 % de las obras digitales registradas en este periodo corresponde a libros y materiales educativos.
El informe destaca que un 60% de los libros electrónicos producidos emplea el formato ePUB, frente al 31% que utiliza el formato PDF.
Según el Informe de Comercio Interior del Libro, que también recoge la nota de los editores, durante 2010 el número de títulos comercializados en formato digital alcanzó los 25.567 (incluye libros digitalizados en ejercicios anteriores), por lo que el incremento en ese año con respecto a 2009 fue del 141%.
La facturación de los títulos vendidos en este formato en 2010 alcanzó los 70,5 millones de euros, un 37,5 % más que en 2009. Estas cifras representaron el 2,4 % de la facturación del sector, datos muy similares a los producidos en otros lugares del mundo.
En 2010, la mitad de las editoriales comercializaban un 5% de su catálogo en versión digital. Para el año 2012, según la II Encuesta sobre el Libro Digital en España, realizada por la Federación de Gremios de Editores, en colaboración con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, una de cada cuatro editoriales comercializará más de la mitad de su catálogo en versión digital.
Según este estudio, publicado a comienzos de 2011, el 75% de las editoriales dispone ya de un proyecto digital y está realizando o espera realizar en los próximos años acciones de digitalización o transformación de formatos, comercialización de obras digitales o de creación de obra exclusivamente digital.
En cuanto a los precios, la tendencia que se observa es que el de la obra digital sea inferior al de la impresa en un 30%, si bien una de cada cuatro editoriales consultadas considera que la reducción podría llegar a alcanzar el 50%.
Las colas en las librerías de principios de septiembre han pasado a la historia para los alumnos que utilizan su propio portátil en el aula. Desde que en el curso 2009-2010 el anterior Govern lanzara el programa de digitalización de las aulas Educat 1x1 (ahora Educat 2.0) los portátiles y los libros de texto digitales han entrado en masa en los institutos –100.000 estudiantes comenzarán las clases el 12 de septiembre en Catalunya con estos materiales–. Pero mientras el instrumento –el netbook–, estaba bien desarrollado, el contenido –el libro digital– se encuentra en un estado embrionario.
Parte de los profesores que participan en el programa califican la calidad del material digital de "muy mejorable". Hoy en día muchos libros de texto digitales son en realidad "un PDF enriquecido", señala Miquel Àngel Prats, profesor de la URL y director del Centro de Tecnologías Educativas Ituarte (Fundació Joan XXIII), que ha evaluado los primeros pasos del programa de digitalización de las aulas.
Varias editoriales han resumido textos y añadido algún vídeo o ilustración, enlace o ejercicios de autocorrección, pero el formato de estos materiales digitales se parece "demasiado" al libro de texto en papel y no aprovecha todo el potencial de internet, señala Prats. El modelo de libro digital del futuro, el ideal, sostiene Prats, sería el de las aplicaciones (apps) tipo iPhone y el mejor soporte para usarlo, una tableta.
Este experto, que también dirige el IT World Edu, valora sin embargo el "esfuerzo" de los editores de libros de texto para ponerse al día. Antes del curso 2009-2010 apenas existía oferta de material digital y los 55 institutos catalanes que ya apostaban por estos libros se nutrían de una única editorial. Este curso 2011-2012 los 387 institutos que se han acogido al programa en dos cursos tienen 1.080 títulos diferentes entre los que elegir, mientras que el año pasado las editoriales sólo ofrecían 107 títulos digitales. José Moyano, presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (Anele), destaca que este año las editoriales han optado por incluir "más fuentes en los libros de texto digitales, más textos de referencia, más ejercicios autoevaluables y han creado entornos mejor adaptados al netbook". Igual que ocurrió con el nacimiento de la televisión, cuando los programas parecían radionovelas con imágenes, el libro de texto digital debe superar este momento de transición hasta encontrar su propio formato. Las editoriales, los profesores, los alumnos... necesitan adaptarse –sobre todo los profesores requieren más formación para utilizar estas herramientas–. Aún así, el ideal de libro digital está ya dibujado. Prats se inclina por un formato más similar a la web, con aplicaciones (apps) como las que los smartphones han popularizado. Google Earth, que los profesores aprovechan para dar clase de geografía, historia o matemáticas, sería el prototipo de este tipo de herramientas. "Los videojuegos de estrategia, como el Age of Empires –se utiliza para enseñar historia– es otro de los caminos a explorar", señala Prats. La mejor herramienta para utilizar este modelo de libro digital sería la tableta tipo iPad, insiste.
A mayor o menor velocidad, la irrupción del portátil (o tableta) y del libro digital en clase "es imparable", opina Pere Marquès, profesor de Tecnología Educativa de la UAB. La web misma, el Ministerio de Educación o Ensenyament ya ofrecen multitud de programas y aplicaciones para enseñar en clase. Pero la abundante información de internet resulta también un "caos", señala Marquès. "El libro digital puede seleccionarla, ordenarla, mientras que el profesor ejerce de dinamizador de la clase", añade.
En cuanto al tipo de trabajo que proponen, aparte de los ejercicios autoevaluables –muy útiles para trabajar la ortografía y optimizar tiempo– se echan en falta "propuestas más abiertas e interdisciplinares, con varias fuentes de información", observa Saül Dalmau, ex director de escuela y coordinador del plan piloto de digitalización en primaria. Así, el alumno podría leer, investigar y elaborar sus propias conclusiones. Algo que con un PDF, por muchos adornos que tenga, es imposible hacer.