Fuente:
El Mundo.
Epic Mickey se empezó a gestar mucho antes del nacimiento de la Wii, incluso
antes de que existiesen los videojuegos.
En 1935, Walt Disney escribe una carta a su antiguo jefe Carl Laemme, el fundador de los Estudios Universal, deseándole mucho éxito. En dicha misiva, un sonriente ratón Mickey pasa de largo junto a Oswald,
El Conejo de la Suerte, el primogénito de la factoría Disney y 'birlado' por Universal a Walt.
Nacía una rivalidad entre ambos personajes –el ratón y el conejo-, un deseo de venganza y, sobre todo, un mundo, el Páramo. Warren Spector, el creador del videojuego
Epic Mickey, tras interminables sesiones en los archivos de Disney, ha concentrado ochenta años de
personajes olvidados, bocetos no concluidos y realidades paralelas en este extraño reino lleno de contrastes y familiaridades.
Ha pasado mucho tiempo desde aquel primer ratón Mickey, y Disney quiere
devolverle el protagonismo que ha perdido en los últimos tiempos. "La gente relaciona a Mickey más con la esfera de un reloj o con un dibujo en una camiseta que con el personaje que es", dice Warren Spector, director de
Junction Point, la compañía encargada del regreso triunfal de Mickey. "Queremos
recuperar a Mickey tal y como ha sido siempre y aprovechar para presentar a Oswald, otro personaje de Walt Disney que hasta hace bien poco pertenecía a Universal y había sido olvidado", señala el director general de Disney Interactive, Graham Hopper.
Carácter moldeable
El proyecto, un juego que sólo saldrá para Wii, presenta a un Mickey algo más adulto de lo habitual, dando un nuevo giro a la imaginería Disney, "la idea –comenta Spector- es crear
un mundo que sea tremendamente reconocible para cualquiera dentro del universo Disney, pero que contenga elementos que nos permitan verlo de una forma diferente, con cosas que lo diferencien y que nos haga sentir raros". Ese halo de misterio es lo que se materializa en el Páramo, el reino de los 'desehechos' de Disney.
Por mucho que hablemos de un Mickey más oscuro, que no siniestro, ni malvado, la aventura nos conducirá por
un juego en el que destacarán las plataformas y el uso del 'wiimote' como pincel. Por un lado recorriendo imaginativos y muy reconocibles niveles (desde películas clásicas a atracciones de Disneyland, todo en el juego tiene una referencia en los archivos de Disney), y por otro pintando (o eliminando) zonas previamente señalizadas para descubrir nuevas formas de interactuar con el escenario o los personajes.
Serán
las pequeñas decisiones a lo largo del juego lo que irá determinando el tipo de juego que tendrá el jugador delante y la personalidad del propio Mickey. El ratón de Disney podrá comportarse como un ser afable, saltarín con jugadores tranquilos que no rasquen demasiado en la personalidad del héroe o con un agresivo y peleón personaje para los que decidan meterse en todos y cada uno de los retos disponibles.
Estas variaciones en el comportamiento, novedoso en juegos para Wii y muy al estilo de juegos recientes como 'Mass Effect' o
'Fable', es
una seña de identidad de Warren Spector, "en otros juegos que he participado, como
'Deus Ex' o 'Ultima', hacíamos
que el jugador se comportase como es él y no como se suponía que era el personaje que tenían entre manos. De esa forma el juego evoluciona y se ofrecen diferentes realidades en función de la forma de jugar y las elecciones que va tomando cada uno. En 'Epic Mickey' ocurre esto haciendo que Mickey desarrolle unas u otras habilidades que permitirán acceder a unas u otras partes de el Páramo y, de esa forma vivir diferentes aventuras, algunas de las cuales ni siquiera nosotros, los creadores, sabemos que están ahí", comenta el director del juego.
La sombra de Walt
Con 'Epic Mickey' serán veinte los juegos a las espaldas de Spector y si algo caracteriza a sus creaciones es su capacidad de introducir conceptos innovadores, sobre todo en el apartado narrativo. Mientras que el
espíritu comercial de una gran multinacional como Disney podría haber optado por crear un juego de plataformas facilón,
Warren Spector toma riesgos introduciendo elementos de juegos de rol o los títulos de aventuras.
Se ha tratado de meter en la piel del propio Walt Disney para plantear el título, "Creo que si Walt Disney hubiera podido dirigir al equipo, le pediría dos cosas principalmente. En primer lugar, calidad, un requisito que a mi entender estamos cumpliendo. En segundo lugar, nos diría que hiciéramos algo diferente, algo innovador. Si él se definió por algo, fue por innovar en lo que hacía", algo que tampoco escasea en el caso de Spector, "toda mi vida he intentado hacer juegos diferentes e innovadores y, realmente,
creo que 'Epic Mickey' contiene conceptos nunca vistos en Wii. Si miras los juegos que hay en el mercado, no ves nada nuevo. Son todos iguales. Nada innovador. Es cierto que quizá
Super Mario Galaxy aporte un interesante sistema de cámaras, pero ya... y creo que Wii permite hacer cosas muy interesantes", concluye Spector.
A las alturas que estamos del progreso en los videojuegos, una presencia virtual de Walt Disney en el juego hubiese sido pan comido para Junction Point. Como nos cuenta su director, Warren Spector, "lo cierto es que cuando empecé con el proyecto de 'Epic Mickey'
se me pasó por la cabeza que Walt Disney apareciera en el juego como un personaje, pero al final decidimos que no lo haríamos. Que no aparezca físicamente no quiere decir que no haya ecos de su existencia. El propio Mickey, se ha dicho, es un alter ego de Walt", concluye.
Todavía queda un año de desarrollo hasta que Mickey llegue a Wii, hasta que Mickey, raptado en mitad de un sueño, sea llevado hasta el Páramo para encontrarse con
el universo de los personajes descartados, los escenarios, bocetos y canciones que no salieron adelante. Allí será donde Mickey se reencontrará con Oswald, su hermano mayor y donde empezará la aventura por 'recomponer' la desestructurada familia Disney.
Una versión siniestra del mundo ideal de Disney se despliega a los pies del ratón que, contagiado por el ambiente, llegará a mostrar su lado más agresivo siempre, claro, en busca de la felicidad. Un año para recuperar a aquel vital Mickey de los años 30 y convertir su historia en una historia épica.