La República de Irlanda se parece cada vez más a la atribulada Grecia. El gobierno anunció hoy que el costo de rescatar al Banco Anglo-Irlandés, la institución bancaria más endeudada del país, podría ascender a US$45.000 millones, aumentando el déficit fiscal del país a un 32%.
En declaraciones publicadas este jueves en el periódico británico The Financial Times, el ministro de Finanzas de Irlanda, Brian Lenihan, dijo que el gobierno no tenía más remedio que apuntalar el banco porque éste podría voltear la economía nacional. "Dado su tamaño relativo a la economía nacional ningún país puede permitir la caída de una institución así", dijo Lenihan.
El Banco Anglo-Irlandés sufrió masivas pérdidas luego del colapso del sector inmobiliario en Irlanda en esa mezcla de burbuja y especulación desenfrenada que vivieron las economías desarrolladas occidentales hasta septiembre de 2008.
Rescatando a un ahogado
La evaluación del ministro de Finanzas lleva a preguntarse si el rescate del banco, estimado en alrededor de US$45.000 millones, será suficiente.El mes pasado el costo del rescate se había calculado en unos US$30.000 millones: el costo parece crecer mes a mes en ese agujero negro financiero en que quedaron sumergidas muchas entidades en todo el mundo.
El costo del rescate eleva el déficit fiscal de un 12% - que ya era uno de los más altos de la Unión Europea - a un 32%, el más elevado sin lugar a dudas.
Todo esto en una economía que ya ha sido sometida a tres paquetes de ajuste fiscal y que, con Grecia, son las únicas en la eurozona con crecimiento económico negativo.
En efecto, el Producto Interno Bruto de Irlanda cayó en un 1,2% en el segundo trimestre, a lo que se suma una deflación - una caída de los precios - del 1,2%.
Grecia, España y el euro
El ministro de Finanzas señaló que habrá un nuevo recorte fiscal del 3% en el presupuesto de fin de año en un intento por bajar el déficit fiscal al 3% del Producto Interno Bruto en 2014 en el marco de las reglas de la eurozona.Los críticos creen que el gobierno ha caído en la trampa típica de las naciones con déficit fiscal y contracción económica: la necesidad de un ajuste permanente de su gasto fiscal que produce más recesión, como el perro que se muerde la cola.
La comparación con Grecia es inevitable.
Grecia también anunció tres paquetes de ajuste fiscal y tiene una caída del PIB del 1,5%. A pesar del inmenso esfuerzo fiscal, la comisión europea le dijo al gobierno griego que debería recortar unos 4.000 millones de euros adicionales para cumplir con su compromiso de lograr un déficit fiscal del 8% a fin de año.
Si a esto le sumamos que la agencia de calificación de riesgo británica Moody's redujo este jueves la calificación de la deuda soberana de España, se complicará su capacidad de endeudamiento en los mercados para financiar su déficit fiscal.
Y si agregamos a este cocktail europeo las dificultades que viene experimentando Portugal, se ve que la eurozona está otra vez sumergida en serios problemas.