En su primera comparecencia ante el Congreso después de un ataque cibernético a una veintena de empresas, ocurrido en diciembre, Google matizó ayer su amenaza de retirarse de China si los reguladores de aquel país le siguen imponiendo la censura al buscador. Ayer, la compañía, a través de su vicepresidenta Nicole Wong, precisó que simplemente se está planteando la "viabilidad del enfoque del negocio". Conciliador con China, Google no habló ayer sólo de derechos humanos, sino también de negocios, y volvió al papel que ha representado desde su entrada en aquel país en 2006: el de negociador con un Gobierno, el de Pekín, que practica la censura, llave de acceso a un mercado de 300 millones de internautas.
Wong, abogada responsable de los asuntos regulatorios de Google, compareció ante el Subcomité de Derechos Humanos y Legislación del Senado con un testimonio lleno de matices al ultimátum lanzado en enero a Pekín. El 12 de enero, su jefe, el abogado y vicepresidente ejecutivo David Drummond, había anunciado en el blog corporativo de la empresa que Google acabaría con la censura de su buscador en China: "Reconocemos que esto puede significar tener que cerrar Google.cn y, posiblemente, nuestras oficinas en China".
Aquella amenaza, alabada por el Gobierno de EE UU y por activistas de derechos humanos, interpretada como un desafío a Pekín, se quedó ayer en un simple "estamos reconsiderando nuestras opciones", según dijo Wong ante el comité. Preguntada por este periódico posteriormente, explicó: "Nuestra prioridad es finalizar la censura de nuestros resultados y no sabemos lo que eso significará para la totalidad de nuestro negocio". En su testimonio, la vicepresidenta de Google calificó el negocio de la empresa en China de "éxito" y aseguró que el último cuatrimestre ha sido el más lucrativo en la historia de la empresa en aquel país.
"Además, tenemos a mucha gente trabajando en nuestras oficinas en China, muchos son conocidos míos. A ellos esto también les afecta". La vicepresidenta de Google dejó claro que éste no es sólo un asunto de derechos humanos. Es también un problema corporativo.
El senador Dick Durbin, presidente del subcomité, comenzó enfrentando a Wong a los hechos. La vista oral comenzó con una demostración de cómo Google sigue censurando en China. Mostró una página con una búsqueda del término Tiananmen en Google.com. La mayoría eran fotos relacionadas con la masacre de 1989. Inmediatamente después, mostró la página correspondiente a la búsqueda en Google.cn, su versión china. Todas las imágenes eran coloristas postales. "¿Cuál es su calendario en China?", le preguntó Durbin a Wong, quien no quiso comprometerse a una fecha para el tan anunciado final de la censura.
Incluso la clase dirigente china se permitió ayer ironizar sobre el papel de Google en esta polémica. Zhao Qizheng, portavoz de la Conferencia Política Consultiva del Pueblo Chino, bromeó: "Las especies se tienen que adaptar a su entorno para evolucionar. Nunca he oído que el entorno se tenga que adaptar a las especies".
En el Congreso norteamericano, sin embargo, se pide a las empresas de Internet una mayor contundencia. El senador Durbin criticó ayer a Microsoft y Yahoo por no seguir los pasos iniciales de Google. Y reprendió duramente a las redes sociales Facebook y Twitter por negarse a declarar en la vista oral de ayer. Durbin anunció, además, que someterá a la votación del Senado una ley que "requerirá a las empresas de Internet que tomen medidas razonables para proteger los derechos humanos o asuman responsabilidades civiles o criminales".