Los jefes de RR HH encuentran de todo: confesar ser una prostituta o no querer trabajar
En uno de los capítulos de
Friends, el surrealista personaje de Phoebe Buffay busca una oportunidad laboral como masajista: “Ya que en el último sitio donde trabajé me echaron porque creían que era una puta”. Los guionistas de esta popular serie se han quedado cortos después de leer lo que ha publicado la revista
Fortune sobre lo que nunca debe aparecer encima de la mesa de un jefe de Recursos Humanos: confesar antecedentes penales, adjuntar una carta de recomendación de la madre...
¿Y en España somos así?
Metro ha trasladado esta pregunta a diferentes agencias de trabajo temporal para descubrir una antología del disparatado currículo español.
Madre no hay más que una y la española lo ejerce mucho más si su hijo se busca un porvenir. “Hace poco, una candidata nos pidió el teléfono para decirle a su madre cuántas paradas de metro había desde su casa a su nuevo lugar de trabajo. Delante nuestro iba enumerando las estaciones y le pedía permiso para firmar el contrato”, relata la responsable de selección de Adecco, Irene Tejedor. Y la consultora de Laborman, Blanca Carlos-Roca, añade que “algunos se presentan con sus madres o novias y parece que son ellas las que lo saben todo. Una vez se le preguntó al colaborador su estado civil y la madre respondió:
No tiene ni novia, pero yo ya tengo ganas”.
Estas agencias de trabajo también coinciden en las imágenes poco apropiadas que se adjuntan a la carta de presentación: fotos realizadas con un teléfono móvil en un bar, en el sofá de su casa y junto al perro, en la cocina... La consultora de Laborman recuerda una muy especial: “En un currículo de una página había una foto, en tamaño 13x18, donde aparecía el candidato en la proa de un barco y con el siguiente pie:
Palma de Mallorca, verano del 84”. Irene Tejedor, de Adecco, añade que “a algunos se les ve que están de borrachera y que sólo les falta la copa en la mano. Me acuerdo de una chica que estaba muy descocada, de medio cuerpo, y como si estuviera bailando en una discoteca”.
En Estados Unidos se estima que el consultor de Recursos Humanos que filtra las cartas de solicitud de empleo utiliza unos siete segundos de media por candidato. Si el currículo pasa esa primera criba, el seleccionador dedicará otros 30 en examinarlo otra vez. Con estos números, algunos creen que la primera imagen debe ser imborrable. “Una de las fotos de nuestros candidatos era su mano tendida. No aparecía su rostro”, afirma Irene Tejedor, de Adecco.
Los famosos también recurren a la carta de presentación. “Una de las personas que entrevistamos para una oferta nos escribió que era uno de los diez magníficos, uno de los ganadores de un conocido programa de La 2. Nos llamó la atención porque no venía al caso introducirlo en el currículo. Y más sorpresa nos causó cuando el candidato acudió a nuestra llamada y confirmamos que realmente era él”, señalan desde Adecco.
Y los que protegen a los famosos también. “En la primera entrevista se nos solicitó discreción absoluta sobre la información contenida en el CV. Era un escolta que mencionó absolutamente a todas las personas a las que había protegido y añadía sus teléfonos por si queríamos solicitar referencias”, destaca Blanca Carlos-Roca, de Laborman.
El sexo también es importante en la toma de decisiones para elegir al mejor. O eso piensan los que optan a un trabajo a la vista de lo que recuerda Nekane Llona, de Professional Staff, quien apunta que “es muy típico encontrar las medidas corporales. Recuerdo que una chica me escribía:
Me gusta mucho bailar salsa, rumba, etc y también disfruto con otras actividades que implican movimiento”.
Un consultor descubre la opción política del candidato, que le encanta escuchar a Joaquín Sabina y que su “principal defecto es ser demasiado complaciente con su superior”, o se entera de en qué colegio estudian sus hijos, o los apellidos de sus amigos, o la marca y modelo de su automóvil, o el listado de países que conoce, o simplemente poner como referencias a ministros o directores generales, personajes inalcanzables por la empresa seleccionadora.
La sinceridad también está muy presente en las entrevistas de trabajo en España. Un director financiero de una consultora americana buscaba a un administrativo para su empresa, “y leo que la persona que optaba al puesto había trabajado en un conocido centro comercial haciendo la declaración de la renta. Le pregunté cuál era el mejor momento de su labor:
Cuando no atendía a nadie, respondió. En otro currículo me encontré algo así: Busco un trabajo que no me canse mucho porque también tengo vida personal”, dice Nekane Llona.
No hay que contarlo todo. Leticia Labe, de Page Personnel, recuerda que “una chica confesaba que era señorita de compañía, otra destacaba que fue Miss Asturias. Y una dependienta de una tienda de animales sólo aceptaba salarios por encima de los 30.000 euros anuales”.
La presentación formal también es muy importante. “Hay personas que lo escriben en medio folio, pero recuerdo uno muy peculiar: tenía unas 12 páginas, con índice y todo, estilo libro y ¡era de un recién licenciado sin experiencia laboral! Fotocopiaba su expediente académico y el título de un curso de natación que había hecho. En otra página incluía una foto suya de la graduación”, afirma Nekane Llona.
Otro tipo de errores, aún peores, cometidos generalmente por aquellos estudiantes que, recién titulados, buscan trabajo por primera vez. Al no tener experiencia laboral, engordan sus CV escribiendo su signo del zodiaco. Lo mejor está al final, cuando en los datos de contacto escriben correos electrónicos poco afortunados como pelaoauditor@... , revolucionario666@..., ardillita@..., gatita_miau24@..., kamasutra-99@...
Fuente:
Diario Metro.