Una especie de rata utiliza un mecanismo ingenioso para frustrar posibles ataques de depredadores, según un nuevo estudio.
La rata de crin, o rata crestada africana, (
Lophiomys imhausi), mastica las raíces y la corteza de un árbol altamente tóxico y luego se unta con esa mezcla.
Es la primera vez que se informa de un comportamiento similar en mamíferos, señalan los autores del estudio publicado en la revista de la academia de ciencias británica, Proceedings of the Royal Society.
"La necesidad de combatir depredadores ha llevado a la evolución de uno de los mecanismos de defensa más extraordinarios en el reino animal", dijo a la BBC Jonathan Kingdon, de la Universidad de Oxford y autor principal del estudio.
Sin embargo, el equipo internacional de científicos -del Reino Unido, Kenia y Estados Unidos- aún no logra comprender cómo el roedor logra sobrevivir a las altas dosis de toxinas.
El veneno, obtenido de un árbol cuyo nombre científico es
Acokanthera schimperi, ha sido usado tradicionalmente por cazadores en África para matar elefantes.
Secreto letal
La rata crestada vive en el noreste del continente africano, donde se la conoce como venenosa y circulan relatos sobre la muerte de perros domésticos que intentan comerla.
Pero hasta ahora no se sabía que el roedor se sirve de una planta para obtener toxinas.
Cuando no se encuentra en peligro, la rata crestada se ve simplemente como un roedor de color gris.
En cambio, cuando es atacada por leopardos o chacales, pone en práctica su estrategia. En lugar de huir, porque es muy lenta, encara al depredador dejando al descubierto una parte de su pelaje con rayas blancas y negras, que previamente ha untado con veneno.
"Se trata de un veneno orgánico. Todos tenemos trazas de esta sustancia tóxica en nuestro cuerpo, donde cumple la función de controlar la fuerza de los latidos del corazón", explicó Kingdon.
"Pero en grandes cantidades, provoca latidos tan fuertes que lleva a un infarto".
Tácticas tóxicas
Los científicos descubrieron que el pelaje donde se unta el veneno tiene una estructura inusual.
"Es completamente diferente a lo que podemos observar en otros animales", señaló Kingdon.
Observados con un microscopio de electrones, estos pelos muestran una estructura parecida a la mecha de una lámpara que contínuamente absorbe aceite o keroseno, por lo que están saturados al máximo con veneno.
"Cuando el depredador se acerca y se dispone a morder, la rata muestra su parte más colorida y a su vez venenosa", explicó Kingdon.
La táctica parece tener éxito: si el atacante no muere, es probable que jamas quiera volver a morder una rata crestada.
De acuerdo al científico de la Universidad de Oxford, el único animal conocido que utiliza una estrategia similar es el puercoespín, que mata un sapo venenoso y luego unta la sustancia tóxica de las glándulas del anfibio en sus espinas, aunque no es letal para sus depredadores.
Los investigadores quieren comprender mejor esta relación inusual entre planta, presa y depredador, desde un punto de vista evolutivo.
También esperan entender cómo el roedor es capaz de sobrevivir a tan altas dosis de veneno, algo que podría tener importantes implicaciones médicas.
Si se lograr aislar la parte del veneno que regula el latido del corazón y se identifican los mecanismos fisiológicos que protegen a la reta crestada, esto podría derivar en nuevos tratamientos para problemas cardíacos.