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2007/08/13

El Departamento de Precrimen hecho realidad

Fuente: Blog de Enrique Dans.


Llego a través de las Smart Trends de Roland Piquepaille en Smart Mobs a esta noticia del New Scientist, Can a government remotely detect a terrorist’s thoughts?, disponible en texto completo aquí, en la que se habla del Project Hostile Intent (PHI), un proyecto del US Department of Homeland Security en el que se pretende analizar a las más de cuatrocientos millones de personas que entran en los Estados Unidos cada año procesando en tiempo real datos acerca de sus expresiones faciales, forma de andar, dirección de la mirada, presión arterial, intensidad de sudoración o pulso, en un intento de encontrar factores no invasivos y culturalmente independientes capaces de detectar ya no si llevas un arma o un explosivo, sino si tus intenciones son cometer en algún momento un acto terrorista.
Desde 2003, el US Transportation Security Administration (TSA) utiliza personal especialmente entrenado en la detección de las denominadas “microexpresiones”, gestos minúsculos e instantáneos que revelan nerviosismo o agresividad en el llamado Programa SPOT (Screening Passengers through Observation Techniques), de manera que el PHI es visto simplemente como un incremento en los medios técnicos disponibles para este tipo de evaluación, que se ha probado con resultados positivos en casos de blanqueo de dinero, narcotráfico o incluso asesinato, en busca de su mayor automatización. Para la toma de datos se utilizarían métodos como sensores infrarrojos, láser, vídeo, audio y detectores de movimiento ocular, y se desarrollaría un sistema que aprende evolutivamente de su funcionamiento, perfeccionando la detección con el tiempo.
Por supuesto, el sistema choca con problemas de todo tipo: además de ser espantosamente intrusivo, un aeropuerto es un lugar en el que, de manera natural, se producen situaciones de estrés: nervios, despedidas, cansancio, aburrimiento y, en general, situaciones que pueden generar falsas alarmas de todo tipo. Ante un filtro de seguridad completamente colapsado cuando mi vuelo está a cinco minutos de cerrarse, mis “microexpresiones” faciales pueden seguramente ser idénticas a las del más retorcido asesino en serie, sin que eso me convierta para nada en un terrorista… simplemente estoy enfadado, cansado y con prisa. En el fondo, el verdadero terrorismo ya no es el que mata a cientos de personas en un atentado, sino el que impide la vida normal de las personas pacíficas con procedimientos capaces de desesperar a cualquiera, convirtiendo un simple viaje casi en un deporte de riesgo. En este caso, claramente, alguien en la TSA ha visto demasiadas veces Minority Report

2007/08/03

La televisión que te espía

Vía Chica de la tele llego a estas notas en TV Squad y en Techdirt en las que se reseña una patente de Microsoft que pretende, mediante el uso de sensores biométricos, cámaras y otras herramientas, ser capaz de determinar si estás realmente sentado delante de la televisión ejerciendo de couch potato, o si lo están cualquier otra persona identificable dentro del domicilio, con el fin de poder servirles anuncios orientados a cada caso. El razonamiento detrás de la idea es que, ante la creciente difusión de aparatos de tipo PVR que permiten ver los contenidos cuándo y cómo quieras y, además, saltándote los anuncios, resulta fundamental para los anunciantes obtener datos en tiempo real que reflejen cuantas personas se encuentran en un momento dado consumiendo un contenido, para poder determinar la audiencia exacta y plantear mecanismos de contextualización de la publicidad que proporcionen un rendimiento superior en términos de cualificación de la audiencia.

El texto de la patente es completamente para echarse a temblar: según Microsoft, la idea sería extender el método a teléfonos móviles y monitores de ordenador, y vincular los registros obtenidos con fuentes adicionales de datos personales. Por un lado, intereses, aficiones, sexo, edad, localidad, profesión, suscripciones, pertenencias a asociaciones o clubs, raza, estado civil, número de hijos, posesión de mascotas, peso, altura y datos similares. Por otro, combinarlo con otros datos personales extraídos de la libreta de direcciones, calendario, correo electrónico, mensajería instantánea, listas de tareas, notas, historial de compras, reacciones ante la publicidad, historial de búsquedas y consumo de medios. Con semejante perfil, siempre según el texto de la patente, se podrían ofrecer anuncios altamente dirigidos y diseñados específicamente para las preferencias de la persona que se encuentra delante del aparato. Leer completo el texto de la patente y, sobre todo, los detallados ejemplos que propone, nos lleva a un escenario completamente orwelliano, desde mi punto de vista, aterrador. Un detalle:


Another 3D object 606 is an advertisement for flowers. The advertisement was generated from advertiser data that instructs synthesis system 202 how to create a photorealistic bouquet. Tracking system 204 has generated additional data that personalizes the advertisement with the message “A beautiful bouquet for Julie’s birthday tomorrow?” and instructions that synthesis system 202 uses to animate the bouquet and the message. In this example, tracking system 204 has been triggered to present this advertisement because the weighted combination of the following tracked information monitored by tracking system 204 has been evaluated and found to exceed the relevancy threshold: (a) tomorrow is Julie’s birthday, which is noted in the calendar of the person viewing the display, (b) flowers were sent on previous birthdays according to the person’s purchase history, and (c) the tracking system 204 stores a frequent-customer virtual punch-card. Even though this advertisement is unrelated to with the media content being watched, the weighted combination of the tracked information is sufficiently high to trigger tracking system 204.


De acuerdo con los estándares de la defensa del derecho a la privacidad, un sistema de este tipo resulta directamente aberrante y absurdo. Pero claro, ¿cuántos anunciantes estarían dispuestos a utilizar un sistema como éste pagando un premium derivado de la altísima calidad de los impactos, dando lugar a ingresos que la empresa podría administrar como incentivo a la audiencia para que aceptasen tener instalado un sistema semejante? ¿Cuántas personas aceptarían vender su privacidad a cambio de una cantidad determinada al mes? A mí, particularmente, el simple hecho de que una empresa solicite una patente así, aunque por el momento sea tan solo una solicitud, me pone enormemente nervioso. Pensar en un aparato de televisión que me espía, que determina si estoy delante o no y que combina mis datos con todos los servicios de mi ordenador me parece un escenario directamente demencial. Pero claramente, a los nueve investigadores de Microsoft que han solicitado la concesión de la patente, no se lo parece. Las conclusiones, que las extraiga cada uno.




Fuente: Blog de Enrique Dans.

2007/07/18

Vista, seis tristes meses después

Parece mentira, pero hace ya seis meses que Microsoft lanzó ese esperadísimo y ambiciosísimo producto, ese fruto de tan larga investigación y desarrollo denominado Windows Vista. Con tan magno motivo, CNN Money dedica una columna, 6 months later, a report card on Vista a lo que todos sabíamos que iba a ocurrir: nadie adopta Vista entusiasmado por la novedad, no hubo/hay/habrá colas en ninguna tienda esperando para comprarlo, y lo único que ocurre es que el programa aparece preinstalado en la mayoría de los ordenadores nuevos que se adquieren. Todo un ejemplo de éxito agridulce. Lo que en su momento se quiso presentar como un “Wow“, demostrando su verdadera naturaleza.

En seis meses, las entusiastas cifras lanzadas por Microsoft no se ven por ninguna parte. En mi trabajo, desde el cual tengo la perspectiva devarios cientos de ordenadores en manos de alumnos de toda condición y experiencia tanto en mi empresa como fuera de ella, el número de máquinas con Windows Vista es simplemente insignificante, y estaban en manos de personas que simplemente se lo encontraron al adquirir un ordenador nuevo y que no se manifestaban especialmente entusiasmados con el producto (más bien con síndromes del tipo “¡no encuentro nada!”). Aparecen problemas de compatibilidad con todo tipo de dispositivos, como si ni los mismos fabricantes tuvieran demasiado interés en desarrollarlos, que fuerzan a Microsoft a salir al paso asegurando que todo se solucionará con el tiempo, surgen dificultades para la desinstalación de programas, y el “maravilloso” interfaz Aero, claramente superado ya por productos dentro del ámbito del software libre antes incluso de su salida al mercado, es definido por algunos como una especie de Jessica Simpson: muy bonito para mirarlo, pero definitivamente no algo para una relación a largo plazo. Y las opciones de seguridad, caballo de batalla del producto, entendidas a la Microsoft: permanentemente preguntando y planteando opciones a un usuario que acaba desactivándolas ante su desesperante insistencia. En el intermedio, hasta Dell, una de las principales bazas en la estrategia de Microsoft, se carga su acuerdo para distribuir exclusivamente Vista en todos sus ordenadores nuevos, da marcha atrás para seguir ofreciendo la opción de XP, y hasta anuncia una línea de ordenadores con Ubuntu preinstalado y con todos los drivers en su sitio. Así las cosas, hasta algunos entusiastas de Microsoft van, prueban otras opciones, y se encuentran con que no están nada mal y con que muchos de los viejos clichés conocidos acerca de las dificultades en la instalación y todas esas cosas son ya sólo eso: clichés.

En esta página, el porcentaje de entradas desde Windows Vista sigue estando por debajo del 5%, como ya reporté hace ahora tres meses. Para mí personalmente, está cada día claro: Windows XP fue mi último producto de Microsoft. A partir de ahí, mis opciones de evolución en tecnología han sido y serán claramente otras, que estoy ahora, aprovechando la tranquilidad del verano, terminando de definir. No tengo la menor duda de que las fuerzas del crecimiento vegetativo del parque instalado y de la renovación de máquinas harán que acabe viendo Vista en muchos ordenadores, pero serán, sin duda, muchos más de los que habrían querido realmente tenerlo instalado si les hubiesen dado la opción. Sinceramente, creo que con el tiempo y la perspectiva, Vista será contemplado como yo ya lo veo hoy, como lo que ya es para mí personalmente: el ocaso de una época.

Fuente: El Blog de Enrique Dans.

2007/06/26

El iPhone y el usuario corporativo

A cinco días para la salida del iPhone y con nuevo vídeo largo (veinte minutos) en la página de Apple con muchísimos detalles sobre su funcionamiento, un debate me llama particularmente la atención: sus posibilidades de cara al usuario corporativo, y la lucha que se avecina entre los directivos con ganas de utilizarlo por razones de funcionalidad y estatus, y los departamentos de IT de las empresas. Este artículo en uno de los blogs de Business 2.0, The Coming Battle: Apple’s iPhone vs. Corporate IT Departments, comenta precisamente alguno de los aspectos de esa batalla: por un lado, unos departamentos de TI cuya función se evalúa en virtud de parámetros como la estabilidad y disponibilidad de las infraestructuras, lo que les lleva a intentar ejercer un control obsesivo de todos y cada uno de los dispositivos que se conectan a la red corporativa. Por otro, altos directivos enamorados de los gadgets prácticamente como símbolo de estatus social y que se mueren por poner sus manos en el oscuro objeto de deseo tecnológico mejor posicionado de los últimos años. En el medio, aplicaciones de mensajería electrónica corporativa de RIM, Microsoft o Motorola, con las que el iPhone no puede sincronizarse fácilmente sin buscar algún tipo de parche que representaría, como tal, un posible agujero en la seguridad de las aplicaciones.
El pasado martes, el WSJ ($) publicó un artículo, Companies Hang Up on Apple’s iPhone, en el que se ponían de manifiesto precisamente esas preocupaciones. Para las empresas, una persona utilizando el iPhone supone la activación de protocolos adicionales o redirecciones de correo a cuentas menos seguras, además de la posible complejidad que añade tener unos dispositivos nuevos con acceso a la red que son considerados “not an enterprise-class device”, en donde faltan funciones como la posibilidad de bloquear, desactivar o borrar completamente un dispositivo perdido o sustraído, o la posibilidad de conectarse a una VPN (aunque, en sentido contrario, 9to5Mac afirma que iPhone for Business, Features OSX-Level VPN and Quick Look for Word and Excel Files).
Seguramente, el problema viene de ambos lados: unos departamentos de IT forzados a tener políticas de seguridad excesivamente rígidas y renuentes al cambio, y unos directivos, especialmente a partir de determinados niveles jerárquicos, dispuestos a hacer básicamente lo que les dé la gana. De aquí en cinco días, empezaremos a ver personas con dos teléfonos en el bolsillo, redireccionando la cuenta de correo a cuentas gratuitas… todo con tal de llevar en el bolsillo el que se ha convertido, seguramente, el gadget más deseado de los últimos tiempos…
Fuente: Blog de Enrique Dans.

2007/06/15

MARKETING DE MÍNIMOS - Enrique Dans

El otro día abrí el congelador de mi casa en busca de algo con cierta sustancia que cocinar rápidamente. Me encontré una bolsa de calamares a la romana, o al menos, eso creía yo, que me parecieron la mar de apetecibles. Sin embargo, al fijarme en la bolsa de calamares, con unos inequívocos y apetitosísimos calamares fritos fotografiados en su parte exterior, me di cuenta de un pequeño detalle: los calamares no eran tales. Lo que en realidad ponía en mi bolsa de calamares no era la esperada palabra calamares, sino "anillas rebozadas". Y claro, uno, que se conoce el percal, paseó sus ojos hasta la archiconocida letra pequeña para darse cuenta de la jugada: "anillas de pota rebozadas", decía el malandrín... Estaba claro: acababa de ser víctima de lo que yo suelo llamar marketing de mínimos.

En este caso, el asunto no tiene la menor importancia. Uno es de puerto de mar, y sabe que la pota o volador, Dosidicus gigas, es un cefalópodo similar al calamar, Loligo vulgaris, aunque menos apreciado y más barato que éste. Pero metido en harina (nunca mejor dicho) y huevo, da el pego perfectamente, y más para quien busca algo rápido que echarse a la boca, sin ninguna pretensión de hacer perdurar la pitanza en la memoria. Como diría un norteamericano, no offense taken, o, en castizo, no passa nada.

Sin embargo, el hecho resulta una perfecta demostración de las actitudes que imperan en varias generaciones de ejecutivos de marketing: el marketing es una guerra que hay que ganar como sea. El objetivo es que el cliente compre, por cualquier medio, aunque jamás vuelva a repetir. Es puro cortoplacismo: objetivos de hoy a veces a costa de objetivos sostenibles de mañana. Si se puede convencer a un cliente para que, al ver un apetitoso envoltorio de calamares, no llegue a caer en la cuenta de que no especifica en lugar alguno la palabra calamares, vea un precio atractivo y acabe robando una venta a la competencia o simplemente derivando un consumo que de otra manera podría haber acabado en otra marca, no se hable más, hágase. Total, no hemos faltado a la verdad: no dijimos que era calamar, y de hecho no lo era... aunque hiciésemos todo lo posible e imaginable porque lo pareciese.

El marketing de mínimos es una de las lacras de la comunicación comercial de nuestros días. Ese cutre-ejecutivo armado de asteriscos, letras pequeñas, cláusulas escondidas y reservas legales, el único capaz de dormir tranquilo cuando te vende un ADSL de veinte megas que en realidad ni en sus mejores sueños llegó a imaginarse que pudiese ir a seis o siete, refugiándose en una oscura nota al pie. Esa preposición "hasta" o "desde" convenientemente intercalada, esas "baterías no incluidas" todas esas veces que, al abrir el paquete, hemos sido profunda e invariablemente defraudados. Todas esas ocasiones que el producto o el servicio se quedó en el mínimo, cuando el cliente esperaba ese paso más, ese go the extra mile. En el mundo de gama infinita y de disponibilidad inmediata en el que ahora vivimos en cada vez más sectores, el marketing de mínimos es, sin duda, una especie en extinción. Como decía Abraham Lincoln, "puedes engañar a todo el mundo algún tiempo, o a algunos todo el tiempo, pero no a todo el mundo, todo el tiempo".

El mercado de las telecomunicaciones es uno de los feudos tradicionales del marketing de mínimos. Hablamos de un mundo en el que, salvo honrosísimas y poco habituales excepciones, lo que se intenta hacer es, dicho de manera poco sutil, estafar al cliente con la seguridad de que una pequeña nota al pie o una dejación de lo que sería la responsabilidad mínima exigible nos permite legalmente hacerlo. ¿Ofrecemos una tarifa de pocos céntimos el minuto? En algún sitio pondrá que dicha tarifa sólo será aplicable para un número de teléfono determinado, cuando la llamada tenga lugar entre las doce de la noche y las cuatro de la madrugada, la Luna haya salido en la constelación de Sagitario y estemos saltando sobre el pie derecho mientras damos palmas. Y de no cumplirse alguna de las características anteriores, el cliente será fusilado al amanecer con una tarifa salvaje; no osará además quejarse porque, uno, la revisadísima cláusula efectivamente así lo especificaba, y dos, ni en sus sueños más estilo Indiana Jones se aventuraría a enfrentarse con la corte de leguleyos entrenados de la operadora.

Revise su tarifa de móvil, su acuerdo de roaming, su ADSL o su contrato de tarjeta UMTS; prácticamente todos ellos están basados en contratos que siguen el principio del marketing de mínimos. Y será porque soy un estúpido sentimental, pero a mí la idea que me traslada una empresa que está, cual ave de cuello implume, acechando para ver si me equivoco y me paso del límite para poder cobrarme un dinero que jamás nadie en su sano juicio habría pagado por tal producto o servicio, es la de "empresa a evitar siempre que ello sea posible". Y si no la evito, será simplemente porque, dando una vuelta alrededor, me temo que me encontraré con que todas o la gran mayoría de las de su ramo actúan exactamente igual, honrando y glorificando ese marketing de mínimos.

Esa empresa que espera ansiosa a que salga de viaje sin haber optado por la "tarifa X", sin la cual es necesario extirpar un órgano del cuerpo para poder llegar a pagar la primera letra de la factura resultante... Esa que me ofrece un esquema de tarifas cuya retorcida lógica jamás llegaré a comprender, en lugar de decirme: "No se preocupe, señor Dans, usted hable lo que quiera, que ya nos encargaremos de aplicarle la tarifa más ventajosa en cada momento, para demostrarle que valoramos la relación que tenemos con usted, porque no queremos que se vaya a otro sitio. Ni siquiera deseamos que la única razón para no irse sea lo pesado que resulta solicitar el cambio."

¿Saben que les digo? Que me vengaré. Que algún día aparecerá una empresa en su sector que, en lugar de practicar el cutre marketing de mínimos, se dedique a otro juego diferente: al de hacerme sentir confianza, hacerme ver que no están ahí para intentar engañarme mientras ponen una sonrisa de soslayo y señalan la cláusula de la letra pequeña; me iré con ellos, y no volveré jamás. A este lado del túnel, su marketing de mínimos sólo sirve para que los clientes los miremos con desprecio. Si no nos vamos es únicamente porque son casi todos iguales, porque no hay a donde irse. Pero no desesperen, que ya aparecerán.

Artículo de Enrique Dans publicado en Libertad Digital
Enrique Dans es profesor del Instituto de Empresa
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Fuente: Marketing Directo.

2007/05/17

La influencia de los medios online en tiempo real

Ayer, una noticia falsa publicada en Engadget hizo caer la cotización de Apple más de un 4% en seis minutos, los que transcurrieron entre las 11:56 y las 12:02, de $107.89 a $103.42. Eso son más de cuatro mil millones de dólares en la capitalización bursátil de la empresa de la manzanita. Vale la pena ver la evolución de la cotización… tanto la caída como el incremento de volumen son para asustar a cualquiera. Como en el dibujo… la manzana, en caída libre, un asunto de gravedad. Lo cuenta TechCrunch.

La noticia, presentada como una filtración recibida desde los propios servidores de correo de la compañía, anunciaba retrasos en el lanzamiento del iPhone hasta Octubre (en lugar de la fecha anunciada, finales de Junio), y del Mac OS X Leopard hasta Enero de 2008 (en lugar de Septiembre 2007). El mensaje fue un spoofing cometido sobre los servidores de correo de Apple, logró ser distribuido a los empleados de Apple que reciben su Bullet*News, y de ahí fue filtrado a Engadget, quien lo tomó como noticia legítima. El desmentido de Apple llegó a los empleados una hora y treinta y ocho minutos más tarde, y a Engadget poco después. La acción, tras el desmentido, se corrigió relativamente: al terminar el día la acción estaba a $1.40, $1.250 millones en capitalización.

Lo sucedido, aparte de desencadenar las correspondientes investigaciones en Apple tanto externas (quién envió el correo) como internas (quién lo filtró a Engadget), debería hacernos reflexionar acerca de la influencia de los medios online. Un blog como Engadget, con una influencia muy superior e infinitamente más rápida que cualquier medio tradicional en papel, y seguramente con una viralidad y velocidad de expansión comparable, si no superior debido a la naturaleza del público objetivo, a la de cualquier medio tradicional online. Y como siempre, independientemente de que hagamos juicios de valor acerca de si esto es bueno o malo, la respuesta inmediata está clara: no es ni bueno ni malo, simplemente ES. El mundo que hemos definido es así, la información se mueve de esa manera, y las reacciones ocurren en cuestión de minutos: un lector de Engadget, en dos clics, pasa de la ventana donde ha leído la noticia, a la de su broker online y, anticipando una más que razonable caída vinculada con la noticia, vende sus acciones. Y en menos que canta un gallo, además de venderlas, ha escrito una entrada en su blog personal y está contribuyendo a la difusión la noticia. Las excusas tradicionales de los medios clásicos, que acusarían al blog de escaso rigor por no contrastar sus fuentes, no sirven: algo así se le habría colado, seguramente, hasta al mismísimo Wall Street Journal. La respuesta a un entorno con este tipo de comportamiento venga probablemente de jugar a ese mismo juego, al juego de la velocidad: ser capaz de ofrecer al mercado la misma velocidad para desmentir el rumor, y esperar que los inversores aprendan a buscar una segunda referencia antes de lanzarse como locos al parqué. Y eso hoy en día, me temo, se llama blog corporativo: un lugar en donde ofrecer comentarios en tiempo real sobre la empresa, con un desarrollo de comunidad que haga que se convierta en referencia. Para Apple, el no tenerlo provoca que aquellos que buscan información acaben invariablemente en blogs más o menos informados, desde generalistas como Engadget, hasta específicos como The Apple Blog, TUAW, Apple Insider, Applesfera, MacRumors y tantos otros. Una pérdida de control sobre el flujo comunicativo que, a la luz de los acontecimientos, no te puedes permitir.

Fuente: Blog de Enrique Dans.

2007/04/30

El regreso de IBM

En su momento, hace ya más de dos años, lo comentamos aquí: Cell era una innovación con muchísimo potencial. Aproximadamente un año después, volvió a salir el tema al hilo de un estudio comparativo de sus prestaciones. Ahora, esta mención en Barrapunto acerca de la integración del procesador en los mainframes de IBM me hace volver a hablar de Cell como auténtico indicio de algo que creo que puede representar el auténtico regreso triunfal de IBM, durante un tiempo mucho más mencionada por su relevancia como integrador y empresa de servicios, al mundo de la hard science, un entorno que sin duda gana muchísimo con la presencia activa del gigante azul.

Los tres elementos que me permiten vislumbrar la vuelta al panorama tecnológico de IBM son, en primer lugar, la citada madurez de Cell: el procesador, provisto de nueve núcleos, un procesador PowerPC y ocho coprocesadores numéricos de 128 bits, es el corazón de consolas ampliamente difundidas como la Sony Playstation III o de televisiones de alta definición de Toshiba, aplicaciones que han permitido poner a prueba todos y cada uno de los pormenores de su arquitectura. Además, las pruebas que empezaron a desarrollarse hace tiempo incorporando Cell a mainframes mediante blades han culminado montando los procesadores de manera más directa, mediante tarjetas PCI, haciendo realidad el sueño de IBM de poder considerar el mainframe un producto no solamente nada obsoleto, sino incluso de rabiosa actualidad.

El segundo elemento de interés viene de la fortísima orientación de IBM hacia el open source y su modelo de desarrollo, una vocación que ha redundado en la apertura de numerosas patentes y que hace de Cell un procesador que propone ya de manera temprana el reto de su utilización por parte de la comunidad de desarrollo de software libre. En 2005, los ingenieros de IBM liberaron un conjunto de parches destinados a facilitar el soporte para Cell en el kernel de Linux, soporte que existe de manera oficial desde la versión 2.6.16 de dicho kernel. Uno de los autores de dichos parches, Arnd Bergman, describió la arquitectura basada en Linux de Cell en el LinuxTag de 2005. Actualmente, el desarrollo de software para Cell se encuentra plenamente documentado, haciendo de este procesador la apuesta más sólida y diferencial para aplicaciones de open source, apoyada además por su carácter intrínsecamente modular.

El tercer elemento que me permite pensar en ese retorno de IBM es el énfasis reciente de los denominados universos virtuales o metaversos, que culmina con la ya comentada apertura del código de Second Life, que puede dar lugar al desarrollo de toda una nueva generación de Internet basada en interfaces muchísimo más complejas pero también infinitamente más naturales e intuitivas. En la carrera por desarrollar dichos mundos virtuales y por proporcionar el especializado hosting que precisan, IBM tiene sin duda muchísimo que decir: junto con la compañía brasileña Hoplon está desarrollando bitVerse, un middleware para el desarrollo de universos virtuales cuyo lugar natural sería, precisamente, en estos mainframes de nueva generación.

A pesar del enorme énfasis puesto en IBM Global Services, hoy una potencia en el mundo de la consultoría tecnológica, la compañía nunca abandonó el impulso al desarrollo de tecnologías de base. Las tres razones expuestas impulsarán en breve, para mí, una auténtica vuelta al candelero de IBM, una compañía que lo significó todo en el mundo de la tecnología durante mucho, mucho tiempo.

Fuente: Blog de Enrique Dans.

2007/03/19

El DRM es malo para todos

De: El blog de Enrique Dans.


Eso dicen las conclusiones de Musicload, reflejadas primero extensamente en Ars Technica y posteriormente referenciadas en Boing Boing: nada menos que tres de cada cuatro llamadas a su servicio técnico, con el inherente coste de servicio que éstas tienen, provienen de cuestiones relacionadas con el DRM. Se trata de problemas recurrentes, a los que las compañías tienen que hacer frente con sus propios medios, porque el DRM convierte el uso de la música en algo pesado, incómodo y complejo, sujeto a limitaciones de todo tipo, y se convierte en el principal obstáculo para el desarrollo del mercado de la música.

Es algo que sin duda todos hemos experimentado en numerosas ocasiones: el que sea mucho mejor bajarse una canción de una plataforma P2P que de una tienda online no es algo que provenga de nuestra terrible sensibilidad al precio, sino del no querer afrontar el absurdo conjunto de restricciones que la canción trae consigo. Que por haber cometido el pecado de bajarme una canción de iTunes, no pueda posteriormente grabarla en el disco duro sin tener que encomendarme al mismísimo Satanás es algo que hace que me lleven todos los demonios. Además, la falta de interoperabilidad, además, promueve el desarrollo de plataformas no sujetas a una verdadera competencia, provocando una verdadera distorsión del mercado. Si tenemos en cuenta, además, que el DRM no ha impedido ni impedirá jamás la circulación de esos mismos contenidos en plataformas gratuitas alternativas, ¿dónde está la ciencia de todo ésto? Las tiendas deberían competir en la oferta de una experiencia de compra y una localización sencilla y eficiente del contenido buscado, y vender contenidos sin DRM. Según Musicload, los artistas que optaron por esa opción han visto sus ventas incrementadas una media de un 40% desde que esta opción se empezó a plantear el pasado Diciembre, lo que ha hecho que más artistas y empresas muestren su interés. Las compañías discográficas, sin embargo, consideran la idea un terrible riesgo y pretenden que las tiendas paguen cantidades mayores y las depositen previamente para cubrir así los presuntos “perjuicios”…