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2011/09/02

La década perdida de Estados Unidos


Hubo momentos, en los últimos años, cuando los dirigentes de Estados Unidos no estaban seguros del camino que tomaría la crisis.
En sólo un punto, se sentían absolutamente seguros: Estados Unidos no tomaría -mejor dicho: no podía- tomar la ruta de Japón.
La economía era demasiado flexible; las respuestas gubernamentales a la crisis, muy contundentes; y el electorado, extremadamente exigente como para permitir que el estancamiento al estilo japonés sucediera en suelo de Estados Unidos.
Si hoy le preguntáramos al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Tim Geithner, nos diría lo mismo.
Pero, ¿qué diría el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke?

Si, pero...

En una conferencia reciente a la que asistieron los gobernadores del banco central y economistas, Bernanke dijo que "no esperaba que el potencial crecimiento a largo plazo de la economía de Estados Unidos fuera a resultar afectado considerablemente por la crisis".
Pero Bernanke también dijo que para evitar un daño de ese tipo, los creadores de las políticas gubernamentales deben dar una serie de pasos difíciles.
Las dudas sobre la capacidad para confrontar esos desafíos es lo que lleva a muchas personas, dentro y fuera del país, a preguntarse si, después de todo, no se está yendo por el camino japonés.
Incluso hace seis meses, ese pesimismo sonaba un tanto exagerado.
Aunque hubo problemas en el sistema financiero estadounidense que ayudaron a desencadenar la recesión global de 2008-09, la pérdida de la productividad estadounidense fue mucho más pequeña que en otras economías avanzadas y la recuperación estadounidense fue más rápida que en la mayoría de los países europeos y Japón.
Pero la verdad es que esta recuperación fue mucho más lenta que en el pasado. Sin embargo, se sintió como que era el precio inevitable que se tenía que pagar tras la crisis financiera.

¿Aprendieron la lección?

El gobierno todavía sintió que habían aplicado las lecciones del experimento japonés y, por ende, había evitado el mismo destino.
Por ejemplo, la Fed había cortado, en menos de dos años, las tasas de interés a cerca de cero. Eso le tomó al Banco de Japón, en la década de los 90, seis años.
La respuesta fiscal a la crisis en Estados Unidos fue mucho más contundente (ver el gráfico 3), si bien es cierto que a un alto precio: las relaciones entre los dos principales partidos se enturbiaron de cara al futuro.

Pero, recientes revisiones de las cifras oficiales del Producto Interno Bruto hace que la crisis se vea mucho más profunda: se ha registrado una caída de 5,1% en la productividad nacional y no 4,1% como se pensó previamente.
La recuperación también se ve más débil.
El resultado es que el ingreso nacional no ha regresado al punto donde estaba antes de la crisis, como sí sucedió en Alemania, país que, de hecho, sufrió una recesión más profunda.

Desempleo

En términos de crecimiento económico, el desenvolvimiento de Estados Unidos en los últimos cinco años no ha sido mejor que el de Japón durante los cinco años que le siguieron al estallido de la burbuja de activos, a finales de los años 80. El desempleo estadounidense es considerablemente peor.
El panorama del empleo era un terreno inhóspito al inicio del año. Ahora, es peor, con una tasa de desempleo alrededor del 9% y con un récord de 40% de los desempleados en esa condición por más de seis meses.
En el pasado, los economistas han tendido a alabar la flexibilidad del mercado laboral estadounidense: el desempleo aumenta más rápidamente en una recesión, pero cae más velozmente a medida de que la economía se recupera. Además, el desempleo de largo plazo fue siempre mucho más bajo.

Hoy en día, esa flexibilidad laboral de Estados Unidos pareciera operar en sólo una dirección, mientras que el "sobre-regulado" mercado laboral alemán se ha desempeñado impresionantemente bien.
Algunas estadísticas destacan el fracaso de la economía estadounidense para crear empleos para su creciente población: en 1958, 85% de los hombres estadounidenses en edad de trabajar estaban trabajando. Hoy, menos del 64% tiene empleo y, en caso de que crean que es simplemente debido a que las mujeres entraron a la fuerza laboral, el porcentaje de todos los estadounidenses, hombres y mujeres, que tienen un empleo es menor que lo que se ha registrado desde inicios de la década de los 80.

Lecciones de la historia

Pero no se trata sólo de trabajos. En su último estudio sobre la economía de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional analizó en detalle las últimas diez recesiones de Estados Unidos.
Tomando como base la mayoría de los indicadores clave, las dos crisis del siglo XXI (la de 2000-01 y 2008-09) han sido las peores.
Eso es lo que hace que muchos piensen que Estados Unidos ya sufrió una "década perdida", al menos en Main Street (es decir, en el bolsillo de los consumidores).
El ingreso promedio de los hogares estadounidenses cayó 3,6% entre 2001 y 2009.
Los ingresos reales volvieron a caer nuevamente en 2011, mientras que la inflación repunta y los salarios se mantienen en el mismo lugar.
La debilidad de los salarios es similar a la que experimentó Japón (vea el gráfico 8).

Como muestra el gráfico, Estados Unidos no es Japón todavía. Necesitaría otros cinco años de lo mismo para realmente seguir el camino de Japón.
El problema es que los analistas están empezando a ver otro síntoma que el Estados Unidos de 2011 comparte con el Japón de los 90: parálisis política.
Eso, más que el crecimiento débil o el actual nivel de endeudamiento público, es lo que más le preocupa a la agencias de riesgo.

¿Recuperación moderada?

Muchos economistas piensan que Estados Unidos podría experimentar una moderada, pero estable, recuperación económica en los próximos años.
Pero, como ha enfatizado Bernanke, eso requerirá que los políticos tomen decisiones difíciles, incluyendo un plan creíble de reducción, a largo plazo, de préstamos federales.
Asimismo, se debe evitar, el año que viene, poner en riesgo la recuperación económica con un retiro demasiado pronto del programa de estímulo.

Incluso -pese al acuerdo al que llegaron los legisladores sobre el límite de endeudamiento estadounidense- existe una gran posibilidad de que las discrepancias entre demócratas y republicanos tengan un efecto adverso: una excesiva rigidez a corto plazo, del orden del 2% del PIB en 2012, sin una sólida estrategia para encaminar la deuda pública hacia un patrón de reducción en cinco años.
Por todas estas razones, es un tanto fácil deprimirse sobre el futuro de Estados Unidos. También es sencillo entender por qué la agencia de calificación Standard & Poor's concluyó que la deuda del gobierno de Estados Unidos no sería triple-A por ahora.

¿Malbaratando a EE.UU.?

Pero, también se podrían encontrar razones para pensar que los pesimistas, entre ellos S&P, no están vendiendo bien a Estados Unidos.
¿Por qué? Porque dejando la política a un lado, muchos de los ajustes que la economía estadounidense necesitaba para frenar el aumento de su deuda y para competir en los mercados globales, ya están en marcha.
Los ahorros de las corporaciones y de los hogares han aumentado considerablemente y la productividad está despegando. El actual déficit por cuenta corriente ha ido cayendo, es decir, casi la mayoría del déficit presupuestario del país está siendo financiado por los propios ciudadanos (aunque un significante porcentaje de la deuda acumulada está bancos internacionales).
De acuerdo con Diana Choyleva, de Lombard Street Research, los costos laborales unitarios en la industria de Estados Unidos cayeron 2% en 2009 y otro 2,8% en 2010.
Las estadísticas de China son más difíciles de conseguir, pero el aumento de los precios y los salarios significa que los costos laborales unitarios de la compañías chinas han probablemente aumentado entre 2,5% a 4,3% al año.
Eso significa que, incluso con China permitiendo una nominal apreciación del yuan contra el dólar, compañías estadounidenses están siendo percibidas mucho más competitivas que hace pocos años.

¿Futuro asiático?

Quizás el siglo XXI le "pertenecerá a China y a India", como muchos sugieren. Pero, Estados Unidos ha sido dado de baja muchas veces antes. Las empresas globales a las que les fue bien en la década pasada, particularmente en el ámbito de la economía digital, saber apreciar a los iconoclastas, a lo que toman riesgos y quienes piensan creativamente.
Para bien o para mal, Estados Unidos es mejor conocido por esas características, mucho más que China o Alemania.
Independientemente de que sea un espejo japonés, la economía de Estados Unidos parece estar adentrándose en un camino difícil. Pero, mirando al otro lado del Atlántico, es difícil discutir que los países europeos están manejando sus problemas mucho más decididamente.
Y, a diferencia de Estados Unidos, las economías de la eurozona no tienen la demografía de su lado: en la mayoría de las naciones europeas, la fuerza laboral está encogiéndose y, por eso, probablemente, también la tasa de crecimiento potencial a largo plazo.
Esta, quizás, es la verdadera lección de la rebaja de la calificación de la deuda de Estados Unidos, y de la reacción de los mercados a esa noticia.
Inversionistas podrían tener una buena razón para preocuparse sobre el futuro de Estados Unidos, pero, por ahora, al menos el mundo todavía gira alrededor de Estados Unidos.
Si la dinámica financiera va a continuar conspirando para poner a la economía estadounidense en una permanente inestabilidad, eso podría ser una noticia, incluso peor, para el resto del mundo.



                    

2011/08/31

El gurú económico que puede salvar a Obama

El que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, nominara como jefe de su equipo de asesores económicos a alguien especializado en el tema de la generación y la sostenibilidad del empleo, parece tener mucho sentido considerando que ese tema amenaza con complicarle la reelección en 2012.
Alan Krueger, de 50 años, un economista de la Universidad de Princeton con doctorado en Harvard, deberá convertirse en el jefe del equipo que asesora al presidente, luego de que supere el proceso de confirmación en el Senado.

Ese debería ser un trámite sencillo, considerando que Krueger no es nuevo en la estructura gubernamental: trabajó en los dos primeros años del gobierno de Obama como economista jefe del Departamento del Tesoro, y entre 1994 y 1995 ejerció la misma posición en el Departamento de Trabajo.
Además, sus credenciales académicas son ampliamente alabadas, incluso por aquellos en el Partido Republicano que aseguran que Krueger es proclive a los aumentos de impuestos y a extender el control gubernamental sobre la economía, además de tener preocupaciones ambientalistas que la oposición no comparte.

Trabajo y más trabajo

Con el desempleo en un pertinaz 9,1%, la Casa Blanca necesita las mejores ideas para incentivar la creación de puestos de trabajo, por el bien de la población, y en última instancia para aumentar las posibilidades de reelección de Obama el próximo año.

Al hacer la presentación de Krueger, el mandatario reconoció que "nuestro gran desafío actual como nación sigue siendo cómo lograr que esta economía crezca más rápidamente".
En los papeles Krueger parece la elección indicada, dado el énfasis que ha puesto como académico y como funcionario en el diseño de políticas centradas, no sólo en la recuperación del empleo, sino en la calidad del mismo.
En marzo de 2008, cuando estaba en pleno desarrollo la llamada Gran Recesión, Krueger advirtió en un testimonio ante el Comité del Senado estadounidense, que tras las dos recesiones previas se había experimentado "recuperaciones sin trabajo".
En esa ocasión dijo tener razones para esperar que el desempleo persistiera después de que la economía empezara a recuperarse y abogó por reformas permanentes al seguro de desempleo, que deberá vencerse a finales del 2011.
El economista considera que permitir su vencimiento, como desearían los republicanos, podría reflejarse en un descenso de las cifras del desempleo, pero principalmente porque incentivaría a muchos a buscar trabajo.

Ideas compartidas

Se espera que el 5 de septiembre, Día del Trabajo en EE.UU., el presidente Obama presente al Congreso un plan de inversiones en obras públicas que ayudaría a reducir el desempleo, la principal preocupación de la población de acuerdo con las encuestas.

Aunque es improbable que para ese día Krueger haya tomado posesión de su cargo y que pueda participar en los toques finales del plan, este parece reflejar algunas opiniones que ha expresado el economista recientemente.
Unas semanas atrás, Krueger escribió en un artículo publicado en el sitio de información económica Bloomberg, que aunque la recuperación toma tiempo, "hay cosas que el gobierno puede hacer para ayudar, como invertir en infraestructura".
"Eso ayudaría a reducir el desempleo entre trabajadores de la construcción y podría llevar a un incremento en el consumo, así como un posible aumento de la confianza que elevaría la productividad en el futuro".
Por su pasado laboral y por sus declaraciones públicas, Krueger parece estar perfectamente conectado con la filosofía económica que guía al gobierno demócrata.

Los viejos conocidos

Cuando estuvo en el Departamento del Tesoro, Krueger participó en el diseño del primer paquete de estímulo económico.
Pero el que Krueger sea un ficha más del "grupo" que acompaña a Obama –algunos heredados de los tiempos de la presidencia de Bill Clinton- podría resultar una desventaja a la hora de implementar políticas innovadoras.
En su columna del diario The Washington Post, el analista Ezra Klein, dice que aunque "lógica" y "loable", la elección de Krueger podría indicar que, al rodearse de caras familiares de la era Clinton, "es difícil creer que el gobierno está escuchando un rango muy amplio de enfoques internos".
"Si todo fuera estupendo y el gobierno pisara seguro en su respuesta a la crisis, eso no sería particularmente preocupante", afirma Klein, quien duda que la política de contrataciones de la Casa Blanca ayude a pensar estrategias novedosas para sacar del hoyo a la economía.



Las claves para estabilizar la economía libia


Mientras el gobierno de Muamar Gadafi en Libia parece llegar a su fin, la pregunta de rigor es qué tan estable sería un nuevo régimen y cómo podría tener asegurada su economía.
Libia, en teoría, es un país relativamente rico. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el ingreso per cápita es de US$11.300 anual, lo que la ubica en el tercio superior de la lista de países con mayor ingreso per cápita del mundo.

El petróleo y otros recursos naturales energéticos representan un 25% del producto interno bruto y el 95% de los ingresos de exportación. El país posee 41.000 millones de barriles en reservas de petróleo, más que cualquier otro país de África.
Estos ingresos llevaron a la creación del fondo soberano del país, la Autoridad de Inversiones Libia (LIA, por sus siglas en inglés), cuyos activos se estiman en US$65.000 millones y abarcan un amplio espectro de negocios que incluyen una participación en el equipo de fútbol Juventus, una propiedad en el West End de Londres y otras participaciones de acciones.
Libia también tiene oro en abundancia. El FMI estima las reservas en 4,6 millones de onzas, con un valor de US$8.000 millones aproximadamente, lo que la ubica entre las participaciones más altas per cápita de la población del mundo.
Tal como lo señaló el ex director del Banco Central libio, Farhat Bengdara, "No necesitamos donantes. Libia es un país rico. Los activos estatales de la Autoridad de Inversiones Libia, el Banco Central y las reservas en oro equivalen a US$168.000 millones. Sin embargo, todo está congelado".

Respaldo de socios

Además de todo eso, otros países están interesados en las oportunidades de invertir en el país con Qatar e Italia entre los que encabezan la lista.
Qatar busca extender su influencia en la región. El reino le ha dado un enorme apoyo a la causa de los rebeldes y fue el primer estado árabe en dar su respaldo a la creación de una zona de exclusión aérea sobre Libia.
Italia, como mayor socio comercial de su antigua colonia, es el mayor socio de Libia, recibiendo el 38% de exportaciones del país africano y suministrando el 19% de las importaciones. Además, su compañía petrolera, ENI, tiene allí valiosas inversiones que necesita reactivar.
En teoría el dinero está ahí, pero hace falta mucho por hacer una vez que cesen los combates.
La investigadora del centro académico Chatham House de Londres, Jane Kininmont, resume la situación señalando que "hay tres principales preocupaciones: una es la seguridad. En ese sentido, un problema será desarmar a los jóvenes que han estado combatiendo. Tendrán que recibir incentivos, quizás un pago único, pero a largo plazo necesitarán oportunidades de trabajo".
"La segunda es la corrupción. En Irak, que también tenía mucho potencial, han ocurrido graves problemas con este tema. La otra es la distribución de la riqueza. El nuevo gobierno tendrá que conseguir un balance entre estimular la inversión y al mismo tiempo trabajar en convencer a la población libia de que tendrá una participación en el país".

El camino hacia la reconstrucción

El petróleo y el gas están en el centro de esas preocupaciones y, de seguro, seguirán como prioridad del Consejo Nacional de Transición (CNT) y los inversores extranjeros.

La Agencia Internacional de Energía (AIE) resaltó que "la industria petrolera del país es muy dependiente de las compañías extranjeras, pero muchas tardarán en regresar hasta que la situación no esté completamente segura".
La italiana ENI no está perdiendo tiempo en volver a ocuparse de sus activos. Libia suministra un importante 13% del gas natural que Italia necesita y la empresa está interesada en ayudar al país a recuperarse.
Su director ejecutivo, Paulo Scardino, señaló que la compañía comenzará a suministrar combustible diesel a Libia tan pronto como sea posible y que eventualmente se le cancelaría con petróleo crudo.
Sin embargo, ENI indicó que tomaría de 12 a 18 meses llevar la producción petrolera al nivel previo a la revuelta, añadiendo que a corto plazo se concentrará en la extracción de gas.
Por su parte la consultora del sector energético Wood Mackenzie señaló esta semana que podrían pasar tres años antes de que la producción petrolera, actualmente en 60.000 barriles diarios, volviese alcanzar la cifra de 1.600.000 barriles previa al inicio del conflicto.
Según Mackenzie el regreso a la normalidad dependerá del rápido cese a las hostilidades y la concentración de esfuerzos del CNT y la comunidad internacional en lograr la estabilidad y la reparación de la infraestructura.
Para el jefe del equipo libio de Estabilidad del CNT, Ahmed Jehani, la reconstrucción de la infraestructura llevará por lo menos una década.

Trabajadores extranjeros

Sin embargo, la reconstrucción con cemento y ladrillos representará una ayuda hasta cierto punto.

Jane Kinninmont de Chatham House subrayó que la mayor parte de la economía estaba sumida en el atraso porque el país estuvo bajo sanciones por tanto tiempo, agregando que el régimen también descuidó un recurso fundamental: la preparación de su gente.
La gran mayoría, un 59%, trabaja en empresas del estado, mientras el sector industrial emplea al 23% y la agricultura al 17%.
"La educación es un tema. Si bien el gasto en educación ha sido alto con niveles de alfabetización mayores al 70%, lo cual es alto para los niveles africanos, lo que se ha enseñado no es muy útil para conseguir empleos", indicó Kinninmont.
"Libia tiene muchos trabajadores extranjeros. Los egipcios y los tunecinos eran preferidos por las compañías extranjeras en Libia antes de la revuelta".
"Esos trabajadores abandonaron el país en medio de la insurrección y atraerlos nuevamente no será fácil", agregó.
La firma Wood Mackenzie destacó también la preocupación que persiste en términos de seguridad. "Los campos petroleros libios están localizados en el extenso y remoto desierto del Sahara, haciendo que sea imposible defenderlos de ataques".
Hay otras compañías que no efectuarán inversiones por razones distintas a las de seguridad.
Las rusas Gazprom, Gazpromneft y Tatneft entre otras, están trabajando actualmente en el país
El director del Consejo Empresarial ruso-libio, Aram Shegunts, le dijo a la agencia de noticias Reuters que su inversión se esfumará. "Hemos perdido Libia completamente. Nuestras compañías no recibirán luz verde para trabajar allá. Si alguien piensa distinto está equivocado. Nuestras compañías perderán todo porque la OTAN les impedirá que hagan negocios en Libia".

Activos congelados

Independientemente de si Rusia se retira o no, Libia posee, por supuesto, un colchón de activos enorme en su fondo soberano que, si bien está congelado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tiene un rol importante en allanar el camino hacia la estabilidad.
Ya el Consejo de Seguridad de la ONU acordó descongelar US$1.500 millones para necesidades humanitarias e Italia se adelantó a ese anuncio formal liberando fondos libios para el pago de trabajadores y otros gastos esenciales.
Y más dinero fresco está a la espera.
El apetito para invertir en Libia ya era fuerte antes del conflicto, apuntó Kinninmont.
"En una conferencia sobre inversión organizada el año pasado en Londres se vieron socios listos para una variedad de negocios, desde desarrollos inmobiliarios y turísticos hasta en los sectores de salud y educación".
Según Kinninmont las oportunidades para el país son inmensas.
"Tienes una economía dominada totalmente por el estado y un estado que acaba de experimentar una revolución. Es una posición bastante interesante".


2011/08/29

¿Caerá al hoyo la economía de EE.UU.?


La esperanza de que la economía de Estados Unidos remontara el vuelo en la segunda mitad de 2011 se desvaneció este viernes después de que fuera anunciado un mal dato de crecimiento.
El ritmo de la economía se frenó entre abril y junio, y como resultado el gobierno rebajó este viernes el aumento del Producto Interno Bruto anual del 1,3% al 1%.

La noticia ha reforzado el pesimismo sobre el futuro de la economía estadounidense y por extensión de la del resto del mundo.
Algunos analistas creen que el país se dirige de nuevo a la recesión y otros hablan ya de que se encamina a una década perdida, un término que en economía se emplea para referirse a las etapas de estancamiento que atraviesan en ocasiones ciertos países.
Japón, por ejemplo, ha experimentado un crecimiento anémico en las dos últimas décadas. ¿Ha entrado EE.UU. en una etapa similar? ¿Por qué no retoma su economía el vigor al que estaba habituada desde el término de la II Guerra Mundial?
clic Lea: ¿Dos años más de crisis? La Fed lo dice sin decirlo
La revisión del dato de crecimiento de este viernes fue motivada por una caída de las exportaciones y de los inventarios de las empresas. El consumo de los ciudadanos fue elevado levemente del 0,1% inicialmente estimado a un 0,4%.
Aun así, se trata del dato de consumo más bajo desde final de 2009 y supone que los estadounidenses están comprando menos bienes perdurables, como autos o aparatos eléctricos.
Esta debilidad de la demanda es vista como uno de los principales problemas de la economía por el jefe economista para EE.UU. de Citigroup, Robert di Clemente.
"Estamos en un momento post-burbuja y lo típico es una recuperación muy larga y difícil en la que el empleo no termina de volver a su máximo anterior".
"Las familias tienen unas expectativas de ingresos muy bajas y temen que sus ingresos se estanquen", explica di Clemente. "Esto ha causado que la tasa de ahorros no haya dejado de crecer desde 2008".

Estímulo

Muchos economistas advierten que es necesario estímulo por parte del gobierno o de la Reserva Federal, la Fed, pero ninguno de estos dos actores parece dispuesto a actuar.
Por un lado, la Fed, el Banco Central de EE.UU., ha rebajado las tasas de interés a cerca de cero y ha inyectado grandes cantidades de dinero en la economía, pero su presidente, Ben Bernanke, aseguró este viernes que no iba a tomar más medidas por el momento, decepcionando a muchos que creían que emplearía su esperado discurso para hacer justo lo contrario.
Bernanke desvió la responsabilidad hacia el gobierno, del que dijo que debería hacer más para estimular la economía.
Sus palabras no han hecho más que incrementar la pesadumbre: hay poca confianza en que Washington incremente el gasto ante el gran déficit fiscal del país y la fuerte oposición del partido republicano.
"El gobierno debería poner más dinero en la economía por medio de un gran estímulo fiscal", opina David Blanchflower, del Dartmouth College inglés.
"Pero no lo está haciendo. Así que lo único que queda es recurrir a la política monetaria".
Los observadores aún guardan esperanzas. Bernanke dijo que la reunión de septiembre del órgano que preside se extenderá de uno a dos días, "para permitir más debate", lo que ha sido visto con alivio por quienes piensan que la Fed debe ser la encargada de reanimar a la principal economía del planeta.
El Nobel de economía Paul Krugman se mostraba más pesimista este viernes en su columna del diario New York Times. Krugman criticó que los políticos republicanos han conseguido paralizar a la Fed con sus declaraciones en contra de la inyección de más dinero.
Con la Fed y el gobierno intimidados, escribió Krugman, "es difícil ver el fin del actual desastre económico".

2011/08/24

Crecimiento explosivo de las ciudades "amenaza para la biodiversidad"

Las ciudades se expandirán a un ritmo acelerado en las próximas dos décadas, creando una amenaza para el medio ambiente a nivel mundial, según un nuevo estudio.
Para 2030, estos centros crecerán en cerca de 940.000 kilómetros cuadrados, un área aproximada, por ejemplo, a la superficie de Venezuela. La expansión buscará satisfacer las necesidades de los 1.400 millones de personas que se sumarán en ese período a la población urbana, de acuerdo a investigadores en Estados Unidos.

El estudio fue realizado por científicos de la Universidad Estatal de Arizona y de las universidades de Yale, A&M en Texas y Stanford.
"Es probable que estas ciudades se desarrollen en áreas que hoy son ricas en diversidad biológica", advirtió Karen Seto, autora principal del trabajo y profesora de la Escuela de Estudios Forestales y Medioambientales de la Universidad de Yale.
"Se van a expandir hacia bosques, sabanas, costas y otros ecosistemas sensibles y vulnerables".

Costas vulnerables

Las áreas urbanas se han estado extendiendo más rápidamente a lo largo de las costas, de acuerdo a los científicos.

"De todas las zonas que pueden pasar a ser ocupadas por las ciudades, las costas son las más vulnerables. Las personas y la infraestructura enfrentan el riesgo de inundaciones, tsunamis, huracanes y desastres medioambientales", dijo Seto.
El estudio incluye la primera estimación del ritmo actual y futuro de crecimiento de áreas urbanas a nivel global.
"Sabemos mucho sobre sobre los patrones de crecimiento de población, pero mucho menos sobre cómo se están transformando las zonas urbanas".
"Las variaciones en la cobertura vegetal asociadas a la urbanización implican grandes cambios ambientales, desde la pérdida de hábitats hasta modificaciones en el clima local", señaló la investigadora de Yale.

Clase media

Los científicos examinaron estudios y mapas elaborados en base a datos de satélites. Entre 1970 y 2000, la huella urbana de la población a nivel global creció al menos 36.000 kilómetros cuadrados, de acuerdo a los investigadores.

"Esta cifra es enorme, pero el crecimiento de las áreas urbanas ha sido aún mucho mayor, porque sólo consideramos estudios basados en información satelital", explicó Seto.
"Encontramos que 48 de las ciudades más pobladas han sido objeto de estudios con ese tipo de datos. Esto significa que no estamos monitoreando la expansión física de más de la mitad de las ciudades más pobladas del planeta".
En China, al menos la mitad de la expansión urbana está impulsada por el crecimiento de la clase media, mientras que en India y los países africanos, el principal factor es el aumento de población, según el estudio.
Para Seto, "el aumento en los ingresos se traduce en una mayor demanda por casas más grandes y por más tierra para nuevos complejos urbanos. Esto tiene enormes implicaciones para la conservación de la biodiversidad, el secuestro de dióxido de carbono de la atmósfera y el uso de energía".


2011/08/19

La economía cubana a 20 años del divorcio de la Unión Soviética


La Unión Soviética fue para Cuba el modelo a seguir; la hermana mayor a quien imitar. Durante 30 años el gobierno de Moscú apuntaló la economía cubana, y llegaron años de bonanza que algunos quisieran de vuelta.
Al menos ese fue el sentir que experimentó BBC Mundo en La Habana, al asistir a la reciente firma de un convenio petrolero entre el gobierno cubano y la empresa rusa GazpromNeft.

Los funcionarios cubanos celebraron con vodka, discursos en ruso y gritos de ¡hurra! el creciente interés de Rusia de invertir en Cuba.
"Al fin Rusia está en la zona exclusiva del Golfo de México. Este momento tiene una gran significación política por muchas causas", expresó Manuel Marrero, especialista del Ministerio de la Industria Básica (MINBAS).
Rusia se encuentra entre los diez primeros socios comerciales de Cuba. Pero como explicó a BBC Mundo el economista cubano Juan Triana, está después de Venezuela, China, Canadá, Holanda, España, Vietnam, Estados Unidos y Brasil.
"Esta posición dista mucho de la relación de comercio y de mercado de suministro de capitales que tuvo la URSS con Cuba en los años 80", aseguró Triana.

Incentivos

Los inversionistas rusos tienen incentivos claros para regresar a hacer negocios con el exaliado de la Guerra Fría.

"Para mí este paso es muy importante porque mis amigos y mis padres estudiaban con cubanos en la URSS y hay un vínculo realmente muy fuerte", le dijo a BBC Mundo Mikhail Matselinskiy, Director General de la empresa GazpromNeft en Cuba.
El acuerdo firmado por GazpromNeft, el brazo petrolero de la empresa de energía Gazprom, posiciona a la compañía en un negocio de gran importancia para Cuba.
Las reservas de crudo en el lecho marino del Golfo de México se calculan en unos 4.600 millones de barriles por el Observatorio Geológico de E.E.U.U, lo suficiente para convertir a Cuba en exportador de combustible.

Monopolio soviético

Pero a pesar de algunas ventajas, como que muchos funcionarios cubanos aún hablen ruso, las nuevas relaciones comerciales entre Moscú y La Habana no tienen nada que ver con el pasado soviético.
Ahora los rusos invierten en dólares, mientras que en tiempos del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), que integraban todos los países socialistas de Europa del este, se comerciaba en una moneda común: los rublos convertibles.

Además, ya los rusos no están ni siquiera cerca de tener el monopolio del mercado cubano, como hicieron los soviéticos entre los años 60 e inicios de los 90.
"Cuba fue más dependiente de la URSS de lo que había sido de España y de Estados Unidos en toda su historia", aseguró el economista cubano Juan Triana, a BBC Mundo.
"Se trató de una relación de alta dependencia, pero con matices de solidaridad y amistad. Además, existía una complementariedad política e ideológica", agregó.
Solo el azúcar representaba el 85% del comercio cubano con el campo socialista; Cuba compraba petróleo a precios preferenciales y recibía créditos con bajas tasas de interés y a pagar en productos cubanos a largo plazo.
Pero tras el colapso de la Unión Soviética, "en un período de un año y medio a tres, Cuba lo pierde absolutamente todo", recuerda el también investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana.

La recesión

Cuando los soviéticos se fueron, la crisis económica se sintió en la mesa del cubano.
El consumo de calorías se redujo en un 27% entre 1990 y 1996, y se deterioró la calidad de los servicios básicos como la salud, según datos publicados en el libro La economía cubana a inicios del siglo 21.
Lo que ocurrió en cifras fue la caída del PIB en un 35%. Nunca en la historia de Cuba había existido una caída de esta envergadura en tan poco tiempo.
Las importaciones se frenaron. El 63% de las compras de alimentos, la casi totalidad del combustible y hasta el 80% de productos manufacturados provenía del ya desaparecido campo socialista, explica José Luis Rodríguez García, exministro de Economía.

¿Una nueva dependencia?

A 20 años de la dependencia soviética, la economía de la isla nunca ha vuelto a crecer como en los años de bonanza.
Cuba amplió sus fuentes de ingreso al turismo, las remesas y el capital extranjero, al que Rusia se suma lentamente.
Además, encontró un nuevo socio comercial con quien establecer una relación de más peso.
"Con Venezuela hay una relación más estable y a más largo plazo. Pero a su vez con más equilibrio, ya que nuestros socios comerciales se han diversificado más, y Venezuela no disfruta de casi el monopolio del comercio con Cuba".
Solo Venezuela y China representan hoy el 35% del comercio cubano, según datos publicados en la revista cubana Ciencias Sociales Hoy.
¿Está Cuba reproduciendo con Venezuela y China esa relación de dependencia que una vez tuvo con la Unión Soviética?
Para el economista cubano Juan Triana, no necesariamente, porque ahora hay más equilibrio, "lo cual no quiere decir que sea la relación que yo prefiero, debería ser más diversificada todavía", insiste Triana.



2011/08/17

Para salvar al euro: entregar soberanía o atenerse al desastre


El multimillonario George Soros coincide con algunos líderes europeos y muchos economistas -poniendo que todavía valga la pena escucharlos- en que la salvación de la eurozona requiere una política fiscal de "todos para uno, uno para todos".
La materialización de esa política serían los llamados eurobonos, títulos de deuda emitidos por la Unión Europea con el aval de la fiabilidad de todos los miembros del bloque.

O, visto de otra forma, la eurozona podría endeudarse como una entidad única, con la responsabilidad de pagar recayendo en todos sus integrantes. Por tanto, debería haber una tasa de interés única en todo el bloque y un cuerpo soberano de facto capaz de determinar la política fiscal.
Según Soros, los eurobonos son necesarios. El legendario especulador financiero opina que dado que el euro existe y "si quiebra se desataría una situación infernal, Alemania debe hacer que funcione".
"Para que funcione, se tiene que posibilitar que los miembros de la zona euro refinancien su deuda en términos razonables. Así es que se necesariamente llegamos a esa palabra tan fea: eurobonos", dijo Soros en entrevista con la alemana Der Spiegel.
Pero cuando se estudia detenidamente lo que implicarían los eurobonos, queda claro que el problema está en que cada país está en control de su política fiscal y que hay que confiar en que cumplirá sus compromisos en ese sentido.
Yo se lo puedo traducir mejor.

"Sí condicionado"

Soros está diciendo dos cosas: la primera, es que hasta que Alemania, la mayor economía de Europa, con sus sólidas cuentas públicas, avale la deuda de todos los miembros de la eurozona, la unión monetaria seguirá de crisis en crisis.
Los inversores y acreedores siempre querrán que los más endeudados paguen un interés mayor cuando emiten títulos públicos.

El caso es que el Banco Central Europeo (BCE) puede reducir temporalmente este interés comprando deuda de los estados, como hizo con la española e italiana la semana pasada. Pero esto no puede ser una solución permanente.
Lo segundo que dice Soros es que sería imposible que la eurozona emitiera bonos conjuntos mientras alguno de sus miembros continúe con total discreción fiscal: mientras puedan gastar, imponer impuestos o endeudarse como quieran.
O, para resumir, la supervivencia de la eurozona requiera una política de impuestos y gasto común, fijada en Bruselas por un "superministro" de Finanzas.
En palabras del ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schaeeuble, también a Der Spiegel: "Descarto los eurobonos mientras los estados miembros dirijan su propia política fiscal".
Así que, aunque Schaeuble aparece como un opositor a los eurobonos, su respuesta no es un "no, nunca, jamás". Es más un "sí condicionado".
Pero alcanzar tal condición es terriblemente complicado. Las reuniones entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy no presagian rápidos avances en ese sentido.

Entregarse o el desastre

Pensemos por un segundo qué tipo de integración fiscal es necesaria para hacer realidad los eurobonos.
Habría una entrega permanente de importantes derechos, como cuánto subir o bajar impuestos o las cantidades que se gastan en servicios públicos.

El nuevo órgano responsable de tomar decisiones probablemente esté encabezado por algo así como un ministro de Finanzas para toda la zona euro.
Aparte de los muy serios desafíos técnicos y prácticos de establecer ese nuevo órgano, no está claro cómo los ciudadanos se sentirían con incrementar la distancia que hay entre su voto en las urnas con las cabezas pensantes que toman decisiones que impactan directamente en su calidad de vida.
Es complicado imaginarse cómo la integración fiscal de la eurozona pueda alcanzarse sin multiplicar lo que se conoce como el déficit democrático de las instituciones europeas.
Y además está la cuestión de si un nuevo Ministerio de Finanzas paneuropeo encaminaría la política económica a la alemana: relativo bajo consumo interno, alto superávit en la balanza comercial y presupuestos públicos equilibrados.
La transición a la germanización de la economía europea condenaría, probablemente a España, Italia y hasta Francia a años de -en el mejor de los casos- un doloroso bajo crecimiento o -en el peor- a una recesión endémica.
El problema para Alemania es que si exigiera una prudencia creíble e institucionalizada de sus socios europeos, podría llegar a perder su triple A en las agencias de calificación de riesgos. Lo que sería una humillación que los votantes germanos no tolerarían.
Con todo, si alguien cree que la integración fiscal es requisito sine qua non para salvar el euro, entonces esa persona debe concluir que la eurozona no puede ser salvada. Eso sí, excepto por una cosa: los europeos pueden concluir que entregar el control de los tributos, gasto y endeudamiento es una perspectiva horrible, pero que la quiebra del euro es peor.
O puesto de forma altisonante, como hace Soros: "Si el euro se rompe, podría causar una crisis bancaria de tal dimensión que quedaría fuera del alcance de las autoridades el controlarla".
"Así que esto impulsaría no solo a Alemania, no sólo a Europa, al mundo entero a una situación demasiado parecida a la de la gran depresión en los años 30, que también fue causada por una crisis bancaria descontrolada".
Si concuerda con Soros, la elección de la eurozona es entre entregar parte de la soberanía nacional y el desastre económico.



2011/08/15

Economía al ritmo de rap


El remesón a la estructura del capitalismo que se sintió con fuerza con el inicio de la crisis en 2008 fue un recordatorio de que mucho de lo que pasa y de lo que nos pasa, tiene que ver con las políticas económicas.
A John Papola, productor y director de televisión, lo llevó a interesarse aún más en este tema.

En su búsqueda de información que le ayudara a entender qué estaba pasando, se topó con el podcast clic EconTalk, del economista Russ Roberts. Le gustó pues considera que Roberts "es una persona con clase y muy digno".
Nada anticipaba que el resultado sería una canción de estilo rap.

Sin embargo, lo fue. La firma que crearon -clic EconStories.com- lanzó en 2010 el tema "Fear of the boom and bust" (Miedo al auge y colapso), con un video en el cual dos personajes que representan a los grandes economistas John Maynard Keynes (1883-1946) y Friederich August Hayek (1899-1992) llegan a un hotel, en el que el primero es recibido con alegría y al segundo, no lo reconocen.
clic Lea: Keynes vs Hayek: duelo de gigantes
Más tarde se encuentran para ir a "una fiesta en la Fed (Reserva Federal)" y punteados por un coro que dice...
Hemos estado yendo y viniendo por un siglo
[Keynes] Quiero dirigir los mercados,
[Hayek] Quiero dejarlos en libertad
Es un ciclo de auge y caída y hay razón para temerlo
[Hayek] La culpa es de las bajas tasas de interés
[Keynes] No ... es el instinto animal

... ambos economistas toman turnos para exponer sus teorías.
Este año, cuando había ansiedad por encontrar señales de recuperación de la economía, en el país más poderoso de la Tierra se producía un enfrentamiento a muerte en un callejón sin salida.
Anticipando la debacle por la subida del techo de la deuda en EE.UU., los Keynes y Hayek de Papola y Roberts defendieron sus visiones ante un ficticio Congreso, nuevamente al compás de un rap en el nuevo video "The fight of the century" (La pelea del siglo).
Los rivales discuten sobre cuestiones tales como si el gobierno debería gastar más o menos, la fuente de la prosperidad o si la guerra o los desastres naturales pueden ser oportunidades ocultas.

El influyente desconocido

Lo que Papola quería, y lo que le dijo a Roberts, era "hacer algo con mis conocimientos en la producción de videos para ayudarle a la gente a entender la economía y para exponer más a Friedrich Hayek, porque pienso que sus ideas merecen más atención que las de Keynes".
Así que EconStories trabaja con dos objetivos. El primero, ideológico: ambos se inclinan por la teoría de economista austríaco Hayek y consideran que no son tan ampliamente difundidas como las de Keynes.

Es por eso que en sus videos, Keynes aparece como un personaje popular, mientras que Hayek es apenas reconocido.
Cabe anotar que, aunque el nombre del economista austríaco quizás no sea recordado fácilmente por muchos, sus teorías no han sido olvidadas.
La tendencia general en Europa frente a esta crisis es seguir el modelo inspirado por Hayek, que fue por primera vez puesto en práctica en el Chile de Augusto Pinochet en los años '70 y que luego se trasladó al Viejo Continente bajo la dirección de su amiga, la británica Margaret Thatcher.
Y no hay que olvidar que los Chicago Boys, que se encargaron de las reformas económicas y sociales que dieron luz a la política de libre mercado de Pinochet y, más tarde, de la del régimen militar argentino de 1976, fueron entrenados, como su nombre indica, en la Universidad de Chicago, donde uno de sus mentores fue Hayek.
Hoy en día, los seguidores del Tea Party quizás no identifiquen al economista por su nombre, pero la columna vertebral de sus argumentos -la idea de limitar la capacidad de intervención del gobierno a su más mínima expresión- es una derivación de las teorías de Hayek.

Cara a cara

Para Papola, "hay demasiada emoción y distorsión en las discusiones, y las personas en posiciones de poder tienden a envolver su identidad personal en sus convicciones políticas y no escuchan a los demás". "
"Se convierte en una especie de deporte, como un partido de fútbol", asegura.

Así que en sus videos no sólo tratan de representar claramente las teorías de Hayek, sino también las propuestas de su rival Keynes.
"Eso es parte de lo que me atrajo a Russ (Roberts): ese sentido de justicia. Para mí, justo significa igualdad de trato, no de resultados".
Por ello, asegura Papola, se esfuerzan por representar a Keynes con honestidad.
"Con el primer video, el biógrafo de Keynes -Robert Skidelsky- dijo que aunque no era un retrato completo del economista -lo que sería imposible en un video rap- era absolutamente correcto", recuerda Papola.
"Para mí, si uno tiene que esconder el punto de vista de su más fuerte opositor, por temor a que sea demasiado convincente, tiene problemas con sus propias convicciones".

Yo Keynes! Yo Hayek!

La otra razón para producir los videos, era crear algo que Papola no encontró cuando estaba empezando a leer sobre economía: "Quería algo que me explicara de qué se trataba de una manera menos aburrida y estéril. ¡Y es tan importante entender el debate!".

Ahora, el video es usado en escuelas y facultades de Economía en muchas partes del mundo como una herramienta en el estudio de ambas teorías económicas, le comenta Papola a BBC Mundo.
Pero es difícil cuantificar cuánto éxito ha tenido entre personas que no están necesariamente interesadas en la economía.
"En internet no se sabe. Hemos tenido muchas visitas, pero no tantas como los videos de bebés mordiéndole los dedos a otro bebé. Además, el impacto que puede tener es sutil: uno ve algo, le parece interesante, lo comparte con sus amigos, quizás lee algo sobre el tema...".
"Pero quizás algo indicativo de la repercusión que ha tenido es precisamente que ha sido tan compartido en las redes sociales".
Como es tradicional, con videos que llaman la atención, su aparición en YouTube inicialmente atrajo un alto volumen de visitas, que dos semanas más tarde se redujo considerablemente.
"Pero lo curioso es que el interés (por el primer video) no desapareció, sino que ha mantenido un flujo de visitas constante".
Además, le cuenta Papola a BBC Mundo, recientemente recibieron un video de confección casera, en el que se ve a una pareja cantando la canción de Keynes y Hayek en un karaoke en Estados Unidos. Y también que dos jóvenes recrearon el video completo en español.
Y eso tiene que valer como prueba de cuán efectivos pueden ser los videos musicales para difundir ideas, así sean económicas.





2011/08/12

La locura de los mercados: la economía es ya cosa de psicólogos

El clic pánico que cundió en las bolsas el clic lunes resultó en un trampolín en el que se apoyaron los inversores para dar un enorme salto hacia arriba el martes, para luego casi caer al vacío el miércoles y cerrar el jueves con un nuevo rebote.

Defina volatilidad: las bolsas han vivido una semana de montaña rusa que los economistas ya parecen no tenerlas todas consigo para explicar.
La caída del miércoles la explicaron por rumores sobre Francia aparecidos el domingo en un tabloide británico. ¿De verdad? Los problemas de Francia para mantener la clic triple A no son ni mucho menos nuevos y el clic periódico en cuestión no es precisamente el que goza de mayor credibilidad en el país.
Y, además, la "información" es del domingo, ¿cómo explica eso las subidas del martes?
En Wall Street, así como en los grandes centros financieros, a los inversores les gusta pensar que en su mundo reina la racionalidad y las decisiones se toman con información.
Pero viendo lo que ha pasado en la última semana, parecería que se han vuelto todos locos o que los caminos de la maximización de beneficios en el mundo financiero son inescrutables.

Irracional

"Cuando rebajaron la nota de la deuda de clic EE.UU., los inversores deberían haber huido de los bonos del Tesoro público, pero hicieron lo contrario. Esto que está pasando tiene mucho de aleatorio y entendemos muy poco", opina Dan Ariely, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en inglés).
De hecho, algo parecido se repitió en Francia, el último protagonista de la crisis de la eurozona. Los rumores de rebaja en la calificación de la deuda pública desplomaron la bolsa, pero los bonos del Tesoro público mejoraron su cotización.
"Los que creen en el enfoque puramente racional, consideran que lo que pasa son 'correcciones del mercado'. Pero la volatilidad es imposible que represente el valor de la economía. El valor de EE.UU. no cayó un 5% en un mal día", dijo Ariely en entrevista con la BBC.
Otro ejemplo recurrente que se puede ver en los periódicos es el del día en que el petróleo sube y la bolsa también: entonces se dice que la subida las impulsaron las compañías de hidrocarburos, generalmente muy influyentes en los índices por su alto volumen de negocios.
Pero si el precio del crudo va para arriba y los mercados financieros no, ¿qué pasó? Pues que los inversores se pusieron a la defensiva (a vender) por el temor a un enfriamiento de la economía derivado del aumento de los costes del transporte y la inflación en general.
"Esto es lo triste. En vez de reconocer de dónde viene la volatilidad y decir que es fruto de emociones y especulaciones, lo que hacen es buscar una excusa cómoda para decir. Ni siquiera tiene que ser buena, sólo útil", opina Ariely.

Que lo miren los psicólogos

En 2002, el Premio Nobel de Economía fue para Daniel Kahneman, un psicólogo que presume de que jamás tomó una sola clase de economía. Un indicio de cómo el estudio del comportamiento humano es relevante para comprender las finanzas del siglo XXI.
Kahneman formuló una nueva teoría acerca de cómo los seres humanos toman sus decisiones, la Teoría de las Perspectivas, que luego dio origen a la Psicología de las Finanzas.
Según escribió en su artículo "Psicología de las finanzas" Manuel Conthe, director del Área de Internacional de Analistas Financieros Internacionales, Kahneman considera que la "limitada capacidad intelectiva" de los seres humanos siempre los obliga a "simplificar los problemas de decisión".
Así, la persona emplea dos reglas: compara variaciones y no valores absolutos en términos de ganancias o pérdidas respecto a un nivel de referencia; y la decisión ante una serie de acontecimientos se toma en función de una combinación.
Las tesis de Kahneman "representan para el mundo de la economía y las finanzas algo parecido a lo que El Príncipe de Maquiavelo (...) para el de la política".
En "La psicología de la inversión en un contexto latinoamericano", el profesor Manrique Hernández, del Instituto Tecnológico de Costa Rica, indica que "el inversor promedio que se observa operando en los mercados está lleno de irracionalidades e inconsistencias".
"Cualquier mercado está conformado por grupos de inversionistas muy bien informados y otros no tanto (...). Estudiar sus sentimientos es importante por varias razones: por un lado da información sobre las tendencias en los pronósticos".
Según el profesor Hernández, existe "un vínculo entre los precios de los activos financieros y los sentimientos irracionales de los inversores".
La forma en que operan los inversores, según Hernández, parte de la fijación de "puntos de vista y expectativas sobre una serie de eventos que terminan dilucidando como tendencias".
"El instinto natural es buscar la información que mejor confirme sus posiciones y darle a ésta una mayor importancia y dejar de lado aquella que aminora sus afirmaciones".

Espiral informática

El problema es que la gran mayoría de las operaciones financieras están informatizadas. Son computadoras las que resuelven ordenar ventas y compras. Y se supone que no pueden sentir el miedo.
Pero estas computadoras se basan en programas creados por humanos y operan a partir del estudio de comportamientos pasados en los mercados.
"Son un análisis de cómo las personas reaccionan y crean un algoritmo para anticipar esas reacciones. Esos algoritmos son 'fuertemente emocionales'", señala Ariely, experto en comportamiento en los mercados.
"Los programas miran sobre todo hacia atrás para identificar patrones. No eliminan emociones, de hecho las amplifican. Son patrones que crean espirales".
Para Ariely, "el problema con mirar al pasado es que no indica necesariamente cómo se va a comportar el mercado en el futuro".
"Si tiene una acción que vale 50 y por la que pagó 100, y otra también a 50 y que costó 30, para saber de cuál deshacerse, no debe mirar cuánto le costó cada cual, sino qué perspectivas tienen hacia delante".

"Miedo y capitulación"

De hecho, el editor de negocios de la BBC, Robert Peston, ya reconoce la dificultad de explicar qué está pasando en términos racionales y ya habla de argumentos "semirracionales" para relatar el porqué del traslado del epicentro de la crisis a Francia.
Y Peston encuentra dos. "El primero, que la recuperación económica de la eurozona ha perdido fuerza, lo que llevará a caídas en los beneficios de los bancos si los deudores tienen dificultades para pagar".
"El segundo es que las agencias de calificación podrían rebajar la triple A francesa, en la forma en que una de ellas, Standards and Poor's hizo con EE.UU., lo que podría llevar a una caída del precio de los bonos de deuda pública francesa y propiciar fuertes pérdidas en los bancos que los tienen".
Aunque como reconoce el propio analista, "el problema es que las agencias de calificación han dicho que no piensan rebajar la calificación de Francia y los precios de los bonos franceses de hecho han subido, lo que podría verse como algo bueno para los bancos".
"Lo más probable es que la explicación para el mal desempeño de los bancos europeos que hizo caer los mercados y llevó a un contagio en Wall Street esté simplemente en las emociones básicas que afligen a los inversores de tiempo en tiempo: miedo y capitulación".

Calificando a las calificadoras de riesgo


El viernes pasado, la agencia internacional de calificación de riesgo Standard and Poor's (S&P) redujo la clasificación crediticia de Estados Unidos un escalón (de la estelar AAA a la más modesta AA+), tras el engorroso debate partidista en el Congreso para resolver la crisis presupuestaria.
La agencia expresó dudas de que el gobierno estadounidense pueda ser efectivo, en el mediano plazo, en abordar el pago de la enorme deuda nacional, lo que generó turbulencia en los mercados internacionales.

Las evaluaciones de entidades como S&P son importantes para el proceso de emisiones de bonos y de compra de deuda soberana pero, al tiempo, han sido criticadas por su excesivo poder, influencia y propensión a la manipulación.

Factores políticos

Una de las funciones de las agencias internacionales -como Standard and Poor's, Moody's Investors Services o Fitch Ratings- es ajustarle una categoría a los valores (bonos, acciones, etc.) de acuerdo al grado de riesgo que representan.
Esto sirve de guía para quienes compran esos valores. Una inversión que proyecta poco riesgo merece una calificación alta mientras que con una muy riesgosa sucede lo contrario. La calificación también afecta las tasas de interés, que aumentan si el riesgo es mayor, en cuyo caso el emisor ser verá obligado a pagar más a quienes invierten en sus valores.

Las agencias llegan a sus conclusiones tras análisis macroeconómicos basados en sofisticados modelos, pero también observan la situación política del deudor. En el caso de un gobierno, observan la estabilidad de este, la inflación y otras variables.
En el caso de EE.UU., Standard & Poor's citó una situación de gobernabilidad y elaboración de políticas "que se ha vuelto menos estable, menos efectiva y menos previsible" como el motivo de la rebaja de calificación.
"Me sorprende que haya hecho un juicio fundamentalmente político", comentó a BBC Mundo el analista económico Isaac Cohen. "Standard & Poor's no cuestiona la capacidad de pago de Estados Unidos, lo que cuestiona es la capacidad de que el gobierno se ponga de acuerdo y sea efectivo en su actuar".

Influencia y poder

Muchos gobiernos y emisores de bonos tiemblan ante la perspectiva de recibir una baja calificación de riesgo por las consecuencias que puede acarrear.
"Para emitir bonos al mercado hay que salir con una calificación de riesgo", explica el economista Cohen. Igualmente, "una entidad que maneja los dineros de otros -como un fondo de pensiones- tiene la obligación de comprar bonos AAA".
Si las otras agencias, Moody's y Fitch, bajaran la calificación de EE.UU., muy probablemente los fondos de pensiones dejarían de comprar bonos del tesoro estadounidense por que ya no tendrían esa calificación triple A. "Imagínese lo eso que causaría", planteó Cohen.

Mientras que una situación similar en otro país puede generar pánico, en el caso de la deuda de EE.UU. hay quienes cuestionan la influencia de las calificadoras.
"No estoy muy seguro de que el juicio de estas agencias sobre el riesgo crediticio de Estados Unidos tenga mucho peso", indicó Dean Baker, codirector del Center of Economic Policy Research (CEPR), un grupo de investigación económica en Washington.
Baker resalta que, después de que S&P bajara la calificación de EE.UU., los bonos del gobierno se dispararon.
"No parece que los actores de los mercados financieros estén muy preocupados de que Estados Unidos no pueda pagar sus cuentas", aseguró.

Dudosos antecedentes

Otro factor que puede atentar contra el poder que aparentan tener estas agencias internacionales es su muy cuestionable evaluación de instituciones financieras, multinacionales y corporaciones que se desplomaron la década pasada.
Encabezando la lista estuvo la buena calificación que le dieron a los cientos de miles de millones en hipotecas "subprime" que eventualmente genereraron una crisis que sumió a la economía mundial en 2008.
Asimismo, le dieron un buen rating a la institución financiera Lehman Borthers hasta el mismo día de su estrepitosa bancarrota y sólo degradaron a AIG y al gigante energético Enron unos días antes de su colapso.
En el caso de la multimillonaria pirámide de inversión de Bernie Madoff -que terminó desfondándose- las agencias permanecieron mudas.
"La vigilancia en esos casos fue muy floja y las agencias no salieron muy bien paradas de la crisis hipotecaria", estimó Isaac Cohen.
Igualmente cuestionable es la manera como operan y se financian estas organizaciones. "Son entidades privadas y quienes les pagan son precisamente quienes emiten las deudas", señaló el analista.
Es un sistema que tiene incorporado su propio sesgo, opina Dean Baker de CEPR. "Si estas calificadoras están siendo pagadas para juzgar el valor de una inversión, las instituciones emisoras como Citigroup, Morgan Stanley, o quien sea, no las volverían a contratar si empiezan a dar calificaciones bajas", afirmó a BBC Mundo.

En busca de independencia

Las sospechas de manipulación también se dan en la dirección contraria, apunta el codirector de CEPR.
En el Congreso de Estados Unidos se aprobó una legislación de reforma financiera, conocida como la Ley Dodd-Franks por los legisladores que la promovieron, que todavía tiene que incorporar unas regulaciones. Cómo se definen esas regulaciones tendría un gran impacto en las ganancias de las calificadoras.
"Uno tendría que considerar la posibilidad que las agencias le tienen el ojo puesto a las personas que están redactando esas reglas y que querrán congraciarse con ellas", especuló Baker.
Isaac Cohen, que ha asesorado a varios gobiernos en el proceso de emisión de bonos, deja entrever que existe la posibilidad de manipulación.
"Cuando se hace la emisión, los gobiernos hacen esfuerzos por convencer a las agencias a que les den una buena calificación", comentó el analista, aunque resaltó el hecho de que, en teoría, las calificadoras tienen que cuidar su prestigio.
Ese prestigio viene, en parte, por que no hay quien las reemplace. Los mercados necesitan las referencias de las calificadoras para poder operar. "Si un fondo tiene la obligación de comprar bonos triple A, ¿quién le indica cuáles son triple A?", se pregunta Cohen, "¡Pues, las agencias!", se contesta.
No obstante, hay presión para crear una entidad internacional independiente, cuyos funcionarios puedan estar al margen de controles políticos e interferencias.
"No sería una mala idea", reconoció Dean Baker. "Definitivamente hay que restarle estatus a las agencias. Sobre todo en el caso de la deuda soberana".


2011/08/05

El club AAA: sólo 15 ricos y solventes

Las tres A son los galones con los que acuden a los mercados financieros los responsables del Tesoro de un club de países cada vez más selecto: los que pueden garantizar totalmente que no cabe duda de que pagarán sus deudas.
Eso, al menos, según las agencias de calificación de riesgos, los grandes evaluadores de las probabilidades del impago, que coinciden en mantener con la máxima nota sobre la deuda pública a 15 privilegiados.

Estos son quienes gozan de una "capacidad extremadamente fuerte para hacer frente a sus compromisos financieros". Y precisamente por eso se benefician de bajos intereses en los mercados de deuda.
Por ejemplo, un bono a diez años emitido esta semana por España, que perdió su triple A el año pasado, puede llegar a tener que pagar más de un 6% de interés. Uno alemán, el país "más solvente del mundo", no llega al 2,5%.
Y, en efecto, el club de la triple A es tan selecto que ya suena para quedarse fuera Estados Unidos, la mayor economía del mundo.

EE.UU., ¿fuera del club?

Pese a que republicanos y demócratas evitaron que su país cayera en la temida suspensión de pagos al acordar subir el límite legal de endeudamiento, las agencias de calificación que controlan el sector, Fitch, Moody's y Standard and Poors, ya estudian si sus bonos de deuda todavía merecen la máxima nota.
El martes, después de que el Senado aprobara la subida del techo de deuda, Moody's confirmó que EE.UU. mantiene su triple A, pero le asignó una perspectiva negativa de cara a futuras revisiones.

Por su parte, Fitch dijo que mantendría bajo lupa la situación financiera del país a largo plazo, y pidió un "plan creíble de reducción del déficit plurianual" si es que Washington quiere permanecer en la elite de los ricos, es decir, los deudores de bajo riesgo.
Antes, Strandard and Poor's había advertido que existe un 50% de posibilidades o más de que termine bajándole la nota a Washington si no había un plan creíble para recortar el déficit.
De caerse del club, hay previsiones para todos los gustos, desde quienes hablan de un cataclismo financiero a los que creen que tampoco sería mucho más que un mal momento pasajero y ponen los ejemplos de otros países que perdieron la triple A en los últimos años, como Japón.
En lo que coinciden la mayoría de los expertos es en que los tipos de interés repuntarían, lo que afectaría al crédito y al consumo, con lo que se ralentizaría la economía. Habría que ver si hasta el nivel de volver a caer en recesión.
De momento, para quienes EE.UU. ya no es de fiar por completo es para la agencia de calificación de riesgos china Dagong, que rebajó la nota de Washington porque ya no garantiza "seguridad e interés" para los acreedores.

La complacencia con Francia

Las finanzas francesas son las más débiles de entre los que tiene la triple AAA en la zona euro. El acuerdo para el segundo rescate a Grecia le dio un respiro –los bancos galos son de los más expuestos–, pero su economía sigue virtualmente con un pie en la calle del club.
Las tres grandes agencias han reafirmado que no rebajará la nota a París. Aunque Standars and Poor's ha advertido que podría hacerlo en el largo plazo si el gobierno no emprende reformas.

Para Alessandro Giansanti, del banco holandés ING, están siendo muy suaves porque es un elemento clave de la zona euro.
"Hay cierta complacencia con Francia porque si se estudian sus cifras, especialmente el déficit, ya debería haber sido rebajada su nota", le dijo Giansanti a la agencia Reuters.
Francia tiene el mayor déficit, deuda –un 86,9% del PIB para 2012, según proyecta el gobierno– y déficit primario (la diferencia entre gastos e ingresos antes de tomar en cuenta el pago de intereses) entre los países del euro con triple A.
Para no ser expulsados del club, los franceses ya planean un recorte del déficit presupuestario del 5,7% del PIB al 4,6% en 2012, antes del 3% que quiere imponer la Unión Europea para 2013.
Ahora tendrán que convencer a las agencias de calificación de riesgos de que lo conseguirán, o de lo contrario se arriesgan a ser expulsados del selecto club.
El problema es que si París pierde la máxima calificación, podría echar al traste con todos los esfuerzos para atajar la crisis de deuda de la eurozona, ya que es el bloque de países con triple A el que suscribe el Fondo de Estabilidad Financiera Europea, el corazón de la estrategia de rescates.

2011/08/01

Crisis económica en EE.UU.: México busca evitar el contagio

Cada vez que en Estados Unidos suenan campanas de crisis, en el vecino del sur se repite la misma advertencia: "cuando EE.UU. estornuda, México contrae una pulmonía".
Y en mitad del debate sobre deuda nacional que mantiene en vilo a Washington, México se prepara ante el virus que pueda llegar.

Este jueves, el peso mexicano perdió un 0.56% de su valor, en parte debido a la tensión por las negociaciones entre la Casa Blanca y los republicanos en el Congreso, según los analistas.
clic Vea nuestra cobertura sobre la crisis de la deuda
Son solo un par de centavos. Y si bien los efectos de esa incertidumbre apenas se han notado en México, autoridades y expertos reconocen el riesgo que supondría para el país una situación de suspensión de pagos en EE.UU.. O incluso sin necesidad de declarar "default", el peligro para la economía mexicana de un recorte del gasto público en las cuentas de Barack Obama.
El propio presidente, Felipe Calderón, reconoció que "hay un riesgo de que la economía (mexicana) se vea impactada por posibles movimientos y desequilibrios de la economía de EE.UU.". Un punto en el que coincidió la dirección de la Bolsa Mexicana de Valores.
¿Pero, qué tan grande es ese riesgo? ¿Tanto como para que México sufra otra pulmonía? ¿Y cómo pretende el país enfrentarla?

Esperando el acuerdo

En México, las autoridades económicas confían en que los agrios debates en torno a la deuda estadounidense se salden con un acuerdo político.
"No creemos que EE.UU. vaya a declarar un incumplimiento de su deuda, podríamos observar un periodo de contención de gasto o venta de activos, pero la posibilidad de que incumpla en el pago de su deuda es bastante remota", le dice a BBC Mundo Miguel Messmacher, titular de la Unidad de Planeación Económica del gobierno de México.
Sin embargo, el límite de deuda de EE.UU. (US$14 billones) ya se alcanzó hace tres meses. Con o sin default, los planes de contingencia estadounidenses contemplan otras medidas que sí podrían afectar al otro lado de la frontera: venta de activos, reducción del gasto público...
Si esas medidas se mantienen en el largo plazo, no como una política coyuntural de un par de semanas, México podría recibir un revés de su principal socio comercial, explica el economista en jefe de la Secretaría de Hacienda.
"Si se debilita la recuperación económica en EE.UU., también se debilitaría el ritmo de nuestras exportaciones", dice Messmacher.

Comercio, turismo, remesas

"El ajuste en el gasto público en EE.UU. sin duda tendría en el corto plazo un efecto negativo en la tasa de crecimiento de esa economía, lo que impactaría a México a través del comercio exterior", coincide el analista Gustavo Esquivel.
Según le dice a BBC Mundo este economista del Colegio de México, un freno en las finanzas estadounidenses haría que en México la recuperación económica de la crisis de 2009 fuese más lenta de lo que ha sido hasta ahora.
"Una situación como esa afectaría a México en las exportaciones y el envío de remesas, además de su impacto en el turismo, en la Inversión Extranjera Directa y en la volatilidad cambiaria".
Sin embargo, dice Esquivel, "en el largo plazo el ajuste en el gasto público en EE.UU. es importante y necesario, ya que ello aseguraría la estabilidad en el largo plazo de la economía norteamericana".
Y con ella, también de la mexicana.

¿Un paciente preparado?

Este país está tan acostumbrado a enfermar por las crisis del norte que dice estar por fin preparado para resistir un posible contagio.
Si el esperado acuerdo en Washington no llega y el recorte del gasto público se convierte en la nueva política estadounidense, entonces México tendrá que echar mano de sus ahorros.
"Lo que hemos venido haciendo desde la crisis internacional de 2008 es incrementar el monto de las reservas internacionales de manera muy significativa: antes de la crisis teníamos US$85.000 millones, ahora tenemos US$133.000 millones", sostiene Messmacher.
Aunque el Banco (central) de México no revela la cantidad exacta de divisas estadounidenses que ha adquirido en los últimos meses, las autoridades aseguran haber diversificado sus reservas con otras divisas internacionales y con la compra de oro (en mayo, el Banxico compró un récord de 100 toneladas de este metal, por valor de US$4.500 millones).
Además, México, que sigue creciendo a un ritmo del 4% anual, dispone de una línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional para hacer frente a una nueva crisis.
Pero para muchos analistas, esto no es suficiente para inmunizar al país.
"El país no está preparado en el sentido de que sigue estando muy estrechamente vinculado a EE.UU., lo cual hace que la economía mexicana sea relativamente vulnerable frente a una situación tan incierta como la actual", dice Esquivel.
"Y las compras de oro u otros activos son bastante pequeñas como para hablar de una diversificación real", apunta.
La última vez que EE.UU. estornudó fue a comienzos de 2008. El secretario de Hacienda (y hoy director del banco central) Agustín Carstens dijo entonces que México sólo sufriría un "catarrito".
Pero meses después llegaría una de las peores crisis económicas que México vivió en siete décadas. Más que un catarro, fue una auténtica pulmonía.
Por eso, y aunque confíen en que las disputas sobre la deuda de EE.UU. quedarán en un susto, las autoridades mexicanas miran de reojo a lo que pase en el Capitolio. Por si acaso.

2011/07/25

Obama contempla por primera vez una posible suspensión de pagos

El presidente de EE.UU., Barack Obama, reconoció por primera vez en público la posiblidad de que su país entre en suspensión de pagos si no se alcanza un acuerdo para elevar el techo legal de la dedua.
"Si entramos en suspensión de pagos, vamos a tener que hacer muchos ajustes", dijo Obama después de que la mayoría republicana en el Congreso dejara la negociación en la cuerda floja al abandonar la mesa de diálogo con los delegados de la Casa Blanca.

Sin embargo, el presidente insistió en mostrarse optimista con la posibilidad de pactar una subida del límite de endeudamiento de US$14,3 billones antes del próximo 2 de agosto EE.UU., día en que Washington entraría en suspensión de pagos.
Los republicanos, que controlan el Congreso, exigen para ello que se equilibre el presupuesto con un plan de recortes del gasto público.
Su portavoz, John Boehner, explicó su salida de la mesa negociadora alegando que el presidente Barack Obama había "cambiado el listón de los objetivos" al pedir que de la negociación saliera una subida de impuestos.
Por su parte, Obama dijo que Boehner rechazó un "pacto extraordinariamente justo" que hubiera incluido recortes por US$650.000 millones.
El presidente aseguró que se había mostrado dispuesto a provocar una calentura en las filas de su propio partido por las muchas concesiones hechas a cambio de alcanzar el acuerdo.
Pese a todo, Obama no tira la toalla en su intento de pactar el aumento del límite legal del endeudamiento de la Administración y volvió a convocar a los líderes republicanos, quienes tampoco descartan por completo un acuerdo.

"Abandonado en el altar"

Las negociaciones buscan evitar lo que los analistas califican de una catástrofe económica: que EE.UU. no pueda pagar sus compromisos a partir del 2 de agosto.
"Es difícil entender por qué el portavoz Boehner se sale de las negociaciones", se quejó el presidente Obama.
"Hay muchos republicanos que se preguntan por qué no iba a poder alcanzarse el acuerdo".
Además de recortes de US$650.000 millones en los programa de salud pública Medicare, Medicaid y otras políticas sociales, el presidente ofreció el recorte de US$1 billón en gastos discrecionales, así como la búsqueda de ingresos por US$1,2 billones, lo que se podría conseguir con una subida del impuesto sobre la renta.
Boehner respondió que habían estado camino de alcanzar un acuerdo hasta que Obama pidió incluir una subida de impuestos por US$400.000 millones por encima de los US$800.000 millones adicionales que ya recibirían el Estado después de la modificación del código tributario.
"Negociar con la Casa Blanca es como hacerlo con un tazón de gelatina", dijo Boehner, quien sin embargo aclaró que su relación con Obama no está definitivamente rota y que acudirá a las próxima sesión de negociación, convocada para este sábado.
El presidente compareció ante los medios visiblemente enfadado. "Me han dejado abandonado en el altar ya un par de veces".
La declaración de Obama incluyó su primer reconocimiento público de que cabe la posibilidad de que EE.UU. no pueda hacer frente a sus obligaciones financieras por culpa de haber alcanzado el límite máximo de endeudamiento.
Sin embargo, un momento después volvió a insistir en su discurso de las últimas semanas y se mostró confiado de que el límite de US$14,3 billones sería elevado antes del 2 de agosto.

"No conectamos"

En una carta dirigida a las filas republicanas, Boehner dijo que "en ningún momento se llegó a alcanzar un acuerdo, ni se estuvo verdaderamente cerca de hacerlo".
"Al final, no conectamos. No por las diferencias en cuanto a personalidad, sino por las diferentes visiones de país", escribió el portavoz.
"Decidí terminar con las negociaciones en la Casa Blanca y empezar a hablar con los líderes del Senado en un esfuerzo para encontrar un camino adelante".
Con la cuenta atrás que continúa hacia el default después de semanas de negociación, el antiguo secretario del Tesoro Henry Paulson (republicano) le dijo a la prensa que la inacción del viernes podría tener consecuencias nefastas.
"Si no se sube el techo de la deuda, se hará un daño irreparable a la situación del crédito y minará nuestra capacidad de liderazgo de la economía global y le hará daño a nuestra economía".
El punto de discrepancia que parece que de momento resulta insalvable en el seno de la negociación es la negativa republicana a subir los impuestos para tratar de equilibrar el déficit presupuestario.
Y es que el oficialismo pretende que de la negociación no salga un presupuesto equilibrado exclusivamente a través de recortes de las políticas sociales que afectarían sobre todo a los más pobres y a los pensionistas.

BBC Mundo

2011/07/22

Los tres planes para salvar a EE.UU. de la cesación de pagos

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se estará reuniendo con altos legisladores del Partido Demócrata para considerar la última propuesta para presentar un presupuesto nacional que plantee la reducción del déficit de US$14,3 billones y autorice elevar el techo de la deuda.
La reunión se realiza cuando faltan escasos días para el 2 de agosto, fecha en la que el gobierno federal podría cerrar por falta de fondos y entrar en una cesación de pagos a sus acreedores que, según los analistas, causaría pánico en los mercados bursátiles, elevaría las tasas de interés, devaluaría el dólar y sumiría la economía en una recesión, mientras la calificación crediticia de EE.UU. se degradaría.

Hay varios planes sobre la mesa, todos suponen concesiones de parte de los legisladores de ambos partidos y del propio presidente Obama, pero ninguno tiene la garantía de ser aprobado. BBC Mundo presenta un desglose de las principales propuestas, los puntos clave y qué probabilidad de éxito tendrían.

Plan del "Grupo de los Seis"

Quién lo presenta: Un grupo bipartidista de tres senadores republicanos y tres demócratas.
Propuestas clave:
  • Ahorro de US$3,7 billones en 10 años.
  • Reformulación de programas sociales como el Seguro Social y salud pública Medicare y Medicaid
  • Recorte al gasto de la Defensa
  • Recaudo fiscal de US$1, 2 billones a través de la restructuración del Código Impositivo para cerrar las fisuras o lagunas fiscales sin aumentar impuestos.
Aceptación: El presidente Obama reconoce que es un paso positivo sin endosar el plan. El líder republicano en el senado, Lamar Alexander, resalta la importancia de que los tres senadores republicanos en el grupo sean del ala más conservadora.
Obstáculos: El plan fue creado por senadores y la legislación realmente tiene que iniciarse en al Cámara de Representantes. Demócratas liberales se opondrán a los recortes en los programas sociales y los republicanos a la reducción del gasto militar, además de no querer que se toquen los impuestos.

Plan de "Cortes, límites y equilibrio"

Quién lo presenta: Legisladores republicanos recién electos y apoyados por el Tea Party, que buscan reducir el tamaño del gobierno y la creación de nuevos impuestos.
Propuestas clave:
  • Ahorro de US$6 billones en 10 años.
  • Aprobación de una enmienda constitucional en ambas cámaras que requiera presentar un presupuesto balanceado como condición para subir el techo de la deuda.
  • Elevar el techo de la deuda en US$2,4 billones
  • Recortes inmediatos del gasto público de US$111.000 millones
  • Congelar los presupuestos operativos de las agencias federales el año entrante
  • Fuertes restricciones a la posibilidad de aumentar impuestos. Solo se aprobarían con 2/3 de los votos en el Congreso
Probabilidad de éxito: El proyecto fue aprobado en la Cámara Baja siguiendo líneas partidistas.
Obstáculos: Con seguridad será rechazado en el Senado de mayoría demócrata. El presidente Obama advirtió que utilizaría el veto si se aprueba la legislación.

Plan Alternativo o "asegurado"



Quién lo presenta: el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, secundado por el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.
Propuestas clave:
  • Elevar el techo de la deuda en US$2,4 billones en tres etapas de aquí a noviembre de 2012, fecha de las elecciones presidenciales.
  • Recortes al déficit de US$1,5 billones
  • Cada una de las tres veces que el presidente solicite elevar el techo de la deuda, debe presentar recomendaciones para recortar el gasto en exceso del aumento en el límite de la deuda.
  • Bajo un complejo procedimiento se prevé que, tras cada solicitud, el Congreso emitiría una "resolución de desaprobación" que sería vetada por el presidente. El Congreso, supuestamente, no tendría los votos para anular el veto y la solicitud tendría vía libre a pesar de la oposición de los republicanos y otros conservadores.
Probabilidad de éxito: No se necesitaría el voto a favor de republicanos y otros conservadores para lograr el incremento del nivel de la deuda.
Obstáculos: Las agencias internacionales de calificación de riesgo advierten que los recortes no son suficientes y conducirían a una inevitable degradación de la calificación crediticia de EE.UU.

BBC Mundo

2011/07/15

Lo que puede pasar si le bajan la calificación a Estados Unidos

Hasta ahora las agencias calificadoras de riesgo habían eludido pronunciarse sobre la abultada deuda pública de Estados Unidos, la mayor del mundo. Pero la situación parece haber cambiado en las últimas horas, y los observadores advierten que las consecuencias para la economía global podrían ser enormes.

Moody's acaba de advertir que podría bajarle la nota al país, hoy AAA, por la "creciente posibilidad" de que entre en cesación de pagos o default (es decir, que no pueda seguir abonando los servicios de sus préstamos).
La agencia explicó que Estados Unidos podría retroceder un escalón en su rating ante la posibilidad de que demócratas y republicanos no lleguen a un acuerdo para que el Congreso eleve el límite legal de endeudamiento del gobierno.
La deuda alcanzó su techo de unos US$14 billones (US$14.000.000.000.000) el 16 de mayo, pero la administración de Barack Obama se las ha arreglado para seguir operando gracias a una alta recaudación impositiva y a que ha hecho malabarismos con sus cuentas.

Moody's es la primera de las tres mayores agencias calificadoras de riesgo estadounidenses que pone bajo revisión la nota de la mayor economía del planeta. Según los analistas, las otras dos -Standard & Poor's y Fitch- podrían seguir sus pasos.
Las conversaciones entre ambos partidos, que llevan semanas, continúan este jueves. Hasta el momento no se ha producido avance alguno; las posiciones parecen más distantes que nunca.
Y el tiempo se agota: el entendimiento de los políticos y la aprobación legislativa deben producirse antes del 2 de agosto.
Ese día, el gobierno debe pagar los intereses de bonos que emitió para obtener fondos.
Y si no se sube el tope de la deuda, la administración de Obama podría verse en dificultades para hacer frente a sus obligaciones financieras, ya que para realizar nuevos pagos debería reorganizar nuevamente sus cuentas o bien endeudarse aún más.
La primera opción parece cada vez más impracticable -queda poco dinero para gastar- y la segunda depende de los congresistas. Si ninguna de ellas resulta posible, al gobierno no le quedaría otra alternativa que declararse en default.
clic Lea también: ¿Por qué las calificadoras no le bajan la nota a EE.UU.?

¿Reajuste mundial?

En caso de que que se le baje la calificación a Estados Unidos y -en el peor de los escenarios- se produzca una cesación de pagos, ¿cuáles podrían ser las consecuencias para ese país y para el resto del mundo?

Una nota menor colocaría a la mayor economía del mundo por debajo de naciones como Alemania en la apreciación de los inversores.
"Esto podría llevar a una masiva venta de bonos de la deuda estadounidense, porque ya no valdrían lo mismo para quienes los poseen, perderían valor. Y uno de los grandes perjudicados sería China, el mayor acreedor de Estados Unidos", le explica a BBC Mundo Federico Steinberg, investigador principal de economía y comercio internacional del Real Instituto Elcano, de España.
"Esto podría generar un enorme reajuste de rentabilidades en el mercado financiero global, ya que los inversores saldrían a comprar títulos que aún conservan la triple A, como los alemanes y los franceses".
"También podría reacomodarse el esquema de riesgo relativo de las deudas públicas en todo el mundo. Recordemos, por ejemplo, que los bonos del Tesoro estadounidense son tomados como referencia global", añade Steimberg.
Para él, naciones como Alemania podrían tomar la posta de Estados Unidos y fortalecerse como parámetro de solidez financiera, lo que podría alterar la prima de riesgo de países europeos altamente endeudados como Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia.
clic Gráfico: la brecha presupuestaria de EE.UU.>>

"Temblores"

En caso de un default, las propias calificadoras, al igual que los analistas y los actores políticos y económicos estadounidenses, coinciden en que los efectos pueden ser devastadores.
Para empezar, la deuda pública de Estados Unidos es enorme por donde se la mire: equivale a un quinto de la producción mundial. Esto por si sólo -dicen- basta para que una cesación de pagos genere una tormenta en la economía global.

El propio presidente de la Reserva Federal (o Fed, el banco central estadounidense), Ben Bernanke, reconoció que una cesación de pagos podría derivar en una "crisis de grandes proporciones".
"Podría provocar temblores en todo el sistema financiero", advirtió el miércoles ante el Congreso.
Con él coincide Steinberg: "Si Estados Unidos decide no pagar su deuda, habría pérdidas cuantiosas para China y para muchos otros acreedores internacionales. Incluso para la propia Fed, que en los últimos años ha comprado gran cantidad de bonos del gobierno para inyectar dinero a la economía".
"Además, podría esperarse un fuerte debilitamiento del dólar, la moneda de referencia para muchos bancos centrales del planeta", continúa el analista del Real Instituto Elcano.
"Estados Unidos también podría caer en recesión y arrastrar al resto del mundo, por su peso específico como actor económico y su importancia como gran comprador en el comercio global".

Estornudo

Como los peligros no son menores, todas la miradas apuntan a los legisladores estadounidenses.
Los demócratas quieren que se eleve el límite del endeudamiento para que el gobierno pueda captar nuevos recursos y esté así en capacidad de pagarles a sus acreedores, mientras que los republicanos exigen recortes del gasto público a cambio de levantar ese techo.

En el pasado, el Congreso ha subido en numerosas oportunidades el tope de la deuda: lo hizo diez veces desde 2001. La necesidad de usar fondos públicos para estimular la economía tras la crisis financiera que estalló en 2008 volvió más necesaria la medida.
Pero en esta ocasión los republicanos, que en los últimos tiempos se han visto fortalecidos políticamente, han querido imponer sus condiciones. Y las negociaciones no logran destrabarse.
En momentos en que el fantasma de un default asusta cada vez más y el acuerdo entre los partidos políticos no atina a asomarse, Obama dijo enfáticamente: "¡Ya basta!".
Pero los analistas creen que no son las palabras del presidente, sino las de las temidas calificadoras de riesgo las aumentarán la presión sobre los demócratas y los republicanos para que alcancen un entendimiento.
Steimberg estima que "los legisladores finalmente resolverán sus diferencias y Estados Unidos evitará el default".
Después de todo, parafraseando una expresión que se ha vuelto popular, cuando agencias como Moody's estornudan, los políticos tiemblan.

BBC Mundo

2011/06/17

¿Se puede evitar una nueva 'tragedia griega'?

Los manifestantes que ocupan la plaza Sintagma en el centro de Atenas no son los únicos desesperados por que se halle una solución a la tragedia que está viviendo la economía griega.
A unos 2.000 kilómetros de la capital helena, los ministros de Finanzas de la eurozona no parecen próximos a acordar un plan que pueda ser presentado en la cumbre de la Unión Europea (UE) que debe celebrarse el 24 de junio.

Y si no encuentran una solución que funcione, los mercados financieros no tendrán piedad.
Grecia está en proceso de recibir US$160.000 millones en préstamos acordados en mayo de 2010 con la UE, los países de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero necesita más.
Una línea de crédito adicional ayudaría a cubrir una falta de fondos de unos US$40.000 en 2012. Para los tres próximos años, se calcula que serán necesarios unos US$125.000 millones.
Debe encontrarse una solución lo antes posible, ya que el FMI no desembolsará US$17.000 millones del tramo del programa de crédito existente hasta que no se presente un plan convincente para cubrir las futuras necesidades de crédito de Grecia.
Se especula con que unos US$60.000 millones podrían provenir de la UE y el FMI, y unos US$40.000 millones podrían llegar de la venta de activos griegos.

Cambio de perfil

En este punto llega la parte en la que resulta más difícil llegar a un acuerdo.
Alemania quiere que los tenedores de bonos griegos contribuyan con US$40.000 millones cambiando sus títulos de deuda griega por unos nuevos con vencimiento a un plazo de siete años.
Ello daría a Grecia más tiempo para reformar su economía, aunque no eliminaría ninguna de las obligaciones crediticias de la nación europea.
Los políticos en Bruselas consideran esta opción como un "cambio de perfil" de los préstamos. Pero las agencias de calificación crediticia la interpretarían como una simple y pura suspensión de pagos.
Hay una alternativa sobre la mesa. El Banco Central Europeo (BCE), Francia y la Comisión Europea han estado promocionando un tipo de intercambio de deuda que sería menos traumático: un proceso conocido como la "iniciativa de Viena".
Toma su nombre de un acuerdo que ayudó a contener la crisis de deuda que afectó a Europa del Este hace dos años.
Los acreedores se comprometieron públicamente a refinanciar los créditos sin que hubiera una quiebra formal o reestructuración de la deuda. Nadie sabe si funcionaría en el caso de Grecia.
El BCE advierte que cualquier salida que sea interpretada por los mercados como una quiebra podría hacer que el pánico se extienda, causando una situación parecida al colapso en Estados Unidos de Lehman Brothers en 2008.
Pero algunos se muestran esperanzados de que los socios europeos estén hablando de dar más tiempo a Grecia para que pague su deuda o que parte de esa deuda sea cancelada completamente.

Tácticas diferentes

El foco se está poniendo en la posibilidad de que los tenedores de bonos griegos sean convencidos de cambiar las condiciones de sus préstamos voluntaria o involuntariamente.
Preguntado en el Parlamento Europeo, el futuro presidente del BCE, el italiano Mario Draghi, se alineó con los bancos, afirmando que todavía no entiende si los tenedores de bonos tendrán alguna elección a la hora de hacer concesiones a Grecia.
"Hay dos iniciativas que están siendo discutidas", dijo a los parlamentarios europeos.
"Una es la iniciativa Viena, que me parece voluntaria y la otra sería un intercambio de deuda, que todavía no he entendido si es voluntario o puede acabar siendo involuntario", aseguró.
El ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, sugirió que la UE "está muy cerca" de cerrar un acuerdo de refinanciamiento con los titulares de los bonos griegos.
Pero dijo que forzar a los acreedores sería peligroso. No sólo para Grecia, sino también para Portugal e Irlanda.
Como señaló el titular de Finanzas luxemburgués en una reunión celebrada el pasado martes, algunas conversaciones han girado en torno a tratar de identificar y cubrir áreas propensas al contagio en el resto de Europa en caso de que Grecia se declare en bancarrota.

"Objetivos diferentes"

Jason Manolopoulos gestiona fondos de inversión y es autor de un nuevo libro llamado “La odiosa deuda de Grecia”.
Manolopoulos está convencido de que en las próximas semanas Europa encontrará el arreglo financiero necesario para mantener vivo a Grecia.
"Todas las partes -los alemanes, la Eurozona, el BCE y los griegos- juegan a ver quien se rinde primero", asegura.
"Cada uno tiene objetivos diferentes. El gobierno griego trata de proteger su soberanía, el BCE trata de proteger su credibilidad y otras naciones involucradas piensan en sus electorados”.
Manolopoulos cree que Europa no está preparada para asumir las consecuencias que traería permitir la bancarrota griega.
De lo que no está tan seguro es del "modelo de negocio" que puede adoptar Grecia para salir adelante.
¿Cómo reciclará y apoyará a aquellos que pierdan su sustento cuando entren en efecto los recortes actuales y futuros?
Quizás Grecia no pueda devaluar su moneda para ayudar a las exportaciones, pero ha recortado las importaciones. Y ya ha experimentado una devaluación interna de entre el 20% y el 40% en costos clave como los salarios o los alquileres.
Pero pese a todo lo que ha hecho hasta ahora, en términos financieros sigue siendo un Estado fallido.
Si bien es poco realista pensar que puedan convertirse como los alemanes en especialistas en productos con valor añadido, ¿podrían llevar a cabo las reformas laborales necesarias para convertirse en productores de bajo costo?
Tras pasar mucho tiempo hablando con los manifestantes en Atenas, Manolopoulos asegura que los griegos no tienen otra alternativa que pasar por un doloroso periodo de austeridad.
La única demanda común que oye en las calles es que la camada actual de políticos renuncie en masa y deje que una nueva generación determine el futuro económico del país.

BBC Mundo

EE.UU. se acerca al límite de su crédito y nadie sabe qué pasa si lo supera

Después de varios años seguidos de déficit fiscal y una deuda acumulada que toma dimensiones cada vez mayores, no son pocos los que cuestionan la capacidad de Estados Unidos de pagar sus cuentas. Y al mismo tiempo, se preguntan qué le pasaría a la economía mundial si ese temido momento llega.
Esta semana, el presidente de la Reserva Federal, el banco central estadounidense, Ben Bernanke, aseguró que la reputación crediticia del país está en peligro.

Y que una moratoria en el pago de la deuda estadounidense desataría el caos en los mercados financieros globales.
En mayo los ingresos a las arcas federales llegaron a US$174.911 millones y se gastó US$232.551 millones. La deuda pública es de más de US$14 billones, una cifra cercana al PIB del país pero también al de China, Japón y Alemania juntos.
Su capacidad legal de endeudamiento está rápidamente llegando al límite. En las próximas semanas, el congreso debe votar sobre si autoriza a aumentar el cupo de crédito del gobierno más allá de los actuales US$14.300 billones.
El Departamento del Tesoro calcula que dispone de fondos para pagar las cuentas hasta el 2 de agosto, ni un día más.
Y como lo han venido repitiendo incesantemente los medios estadounidenses, la oposición republicana, que controla la cámara baja del Congreso, insiste en que no aprobará el aumento en el techo de endeudamiento a menos que el gobierno prometa reducciones drásticas al gasto público.

Endeudarse más

El vicepresidente Joe Biden negocia con parlamentarios un paquete de recortes, que de pactarse, podría llevar a los republicanos a aceptar el aumento de la deuda.
Mientras se acerca la fecha de la que podría ser la primera suspensión de pagos gubernamentales de la historia de EE.UU., permanecen profundos desacuerdos: los demócratas no quieren más recortes y los republicanos se niegan a oír hablar de subir los impuestos.
El economista estadounidense Robert Reich, que fue secretario de Trabajo con el gobierno de Bill Clinton, expresó su preocupación a la BBC. Para él, los republicanos, y particularmente el ala conservadora, el llamado Tea Party, van en la dirección equivocada.

"El Tea Party piensa que el gasto público es cosa del diablo (...) El problema es que la agenda republicana contempla exactamente lo contrario de lo que necesita el país ahora", dijo Reich.
Por su parte, desde la Reserva Federal, Ben Bernanke es el más reciente dirigente en pedirle al Congreso que suba el techo legal al endeudamiento de la Administración.
"No subir el límite legal de endeudamiento exigiría al gobierno federal que retrase o niegue pagos por obligaciones a las que ya se comprometió", dijo Bernanke.

Hipótesis del default

La hipótesis de un retraso en el cumplimiento de las obligaciones financieras de EE.UU. podría causar un caos en los mercados financieros globales, o no, depende de a quién se pregunte.
"Incluso una corta o limitada suspensión de pagos tendría consecuencias económicas catastróficas que perdurarían por décadas", dijo ya en enero el secretario del Tesoro, Timothy Geithner.
Según Robert Reich, lo más probable es que republicanos y demócratas se pongan de acuerdo en un paquete de recortes y en subir el techo de la deuda.
Es improbable que los conservadores quieran asumir el riesgo de ser vistos como culpables de que efectivamente se dé una suspensión de pagos y se desate una nueva crisis.
En todo caso, hay quienes piensan que ese desenlace no sería tan terrible. El conocido inversor Stanley Druckenmiller, antiguo aliado del empresario George Soros, recientemente le dijo al diario estadounidense Wall Street Journal que una suspensión de pagos "no sería catastrófica".
Y en cambio asegura que sería más nocivo para la economía del país que no se produzcan las reducciones en el gasto público que reclaman los conservadores, y que por cuenta de esa situación se empeore el déficit a largo plazo.
En cualquier caso, las autoridades de Estados Unidos enfrentan alternativas poco atractivas en las próximas semanas a medida que buscan atender la emergencia fiscal que se cierne sobre el país.

BBC Mundo