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2011/02/18

El CSI venezolano se abre al público

"Parece mentira pero a nosotros las huellas de sangre nos hablan". Lo dice Lara Keira, experta profesional en el área de genética forense del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Venezuela, organismo que realiza en Caracas la II Expocriminalística.
Keira habla y un grupo de asistentes al evento, que busca difundir las actividades del Cicpc, escucha atentamente.
La experta está a cargo del stand del Laboratorio Biológico, uno de los 16 que conforman la exhibición y que abarcan las áreas criminalística, forense, operativa e investigativa.
Allí le explica a los visitantes, por ejemplo, la morfología de las huellas de sangre: cómo dependiendo de su forma pueden saber si una víctima recibió un golpe con un objeto contundente o no.
"Yo creo que el área criminalística genera atracción porque es un campo desconocido para la gente. Es la curiosidad lo que mueve a la gente", asegura Keira, quien destaca la cantidad de personas que visitan la exposición.
La experta cuenta que varios de los que se acercan al stand hacen referencias a cosas que ven en películas o en la television.
"Me dicen que vieron algo en la serie CSI y hacen preguntas. Asocian mucho lo que ven en television con lo que ven acá", le dice a BBC Mundo.

Como el FBI

Keira asegura que en su departamento trabajan con "tecnología de punta". "Usamos un analizador genético que tipifica 16 marcadores genéticos –básicos para para obtener el perfil genético de un individuo. Son los mismos que utiliza el FBI", asegura.
El día de la inauguración de la exposición la secretaria general del Cicpc, María Isabel Jiménez, resaltó la reciente adquisición del analizador genético como una de las innovaciones de la Expocriminalística.
Jiménez también destacó el equipo Quanta 600, utilizado para el análisis de trazas de disparos.
"En Latinoamérica hay solo dos máquinas de este tipo, una en Venezuela y la otra en Ecuador", señaló.
La secretaria general indicó que lo que se busca con esta exposición es "orientar a la ciudadanía y poner a su disposición todas las herramientas que utiliza nuestra institución para la investigación de los diferentes tipos de delitos".

En la escena del crimen

Otro de los puestos que genera atracción es el que está a cargo de la División Análisis y Reconstrucción de Hechos.
Sobre el piso de este stand se realiza la reconstrucción de un homicidio: una figura humana, sangre, una cartera, dinero, un reloj y un teléfono celular. Y cada uno de ellos con un número.
"Hay mucho interés de la gente en saber cómo se hace una reconstrucción", explica el detective Marcos Fantone.
"La gente pregunta por los números que se colocan en una escena del crimen", agrega.
Pero no sólo eso. En este stand otros dos elementos concitan la atención.
Uno de ellos es el póster con las "Posiciones Anatómicas", las posturas más comunes en las que quedan los cadáveres.
El otro, los modelos para hacer el identikit, o retrato hablado, de un delincuente.
Fantone le explica a la gente que en el caso de tener que describir a un criminal deben concentrarse en el cabello, ojos, nariz, boca y mentón.

Entre cédulas falsas y los restos de Bolívar

En el puesto de la División de Documentología se apela a la interacción con el público para informar a los asistentes sobre la falsificación de billetes o documentos de identidad.
Los empleados del Cicpc muestran dos cédulas a un puñado de personas que debe intentar determinar cuál es la verdadera y cuál es la falsificada. Son pocos los que aciertan.
En la División de Delitos Informáticos, en tanto, se busca alertar a los asistentes de fraudes electrónicos con tarjetas de crédito.
Pero en la II Expocriminalística no todo se trata huellas de sangre o delitos informáticos.
También hay lugar para un stand sobre la exhumación de los restos del héroe de la independencia de Venezuela Simón Bolívar.
Allí se expone el material e instrumental de uso antropológico y odontológico utilizado en la exhumación.

BBC Mundo

2009/10/28

CSI instantáneo

Fuente: Gadgeto Blog.

Todos esos laboratorios futuristas e inmaculados de las series de CSI, todos esos ordenadores fascinantes y esa gran base de datos mágica que todo lo sabe en Las Vegas, Miami o Nueva York, caben ahora en un dispositivo no más grande que un teléfono fijo y que algunos policías en ciertos estados de EE.UU. ya consideran indispensable.

Se trata de un lector de huellas dactilares portátil que es capaz de identificar a una persona —siempre que ya se encuentre en la base de datos de la policía por una detención anterior- en menos de tres minutos. El proceso es voluntario salvo que el sospechoso esté bajo arresto y en la base figuran las fotografías y descripción de más de un millón de personas.

En el Washington Post recogen las declaraciones de varios agentes que ya lo utilizan: "es increíble, nos ha permitido resolver rápidamente un caso que normalmente hubiera llevado más de 36 horas". Los dispositivos también pueden tomar una fotografía y compararla con las de la base de datos y en unos pocos años estarán equipados con sistemas de reconocimiento de iris.

Por supuesto el artículo recoge también la otra cara de la historia, la de la privacidad y el miedo a que pronto haya que enseñar el dedo, la cara o el ojo a la mínima de cambio, algo que no sienta nada bien en un país donde incluso el concepto del DNI parece una enorme intromisión del gobierno en la esfera privada de los individuos.

Eso y que los capítulos de CSI van a ser muchísimo más aburridos, claro, aunque a los policías de bata blanca siempre les queda el truco del zoom en los vídeos borrosos de las cámaras de seguridad.

2009/09/03

El creador del CSI lanza la 'diginovela'

Fuente: Europa Press.

Anthony Zuiker, creador de la popular serie de televisión 'CSI' está ultimando el lanzamiento de lo que denomina como 'diginovela', un nuevo producto de entretenimiento que combina libro, película e Internet, dando un salto sobre el negocio editorial tradicional.
Zuiker ha cocebido 'Level 26' (Nivel 26), una novela de género criminal que además invita a los lectores a conectarse a una web cada 20 páginas mediante un código especial para poder ver un 'ciberpuente': un videoclip de unos tres minutos de duración vinculado a la trama.
A partir del próximo martes, los lectores podrán comprar el libro en Estados Unidos, visitar el sitio web, registrarse para poder ver los 'ciberpuentes', leer, discutir e incluso contribuir al devenir de la propia historia.
"Hacer sólo algo grande no va a sostener el sector" explicó Zuiker. "El futuro del negocio de entretenimiento lo tendremos en la converegencia de diferentes medios. Asi que lo concebimos para el negocio editorial, el cine y la Red". En su opinión, la diginovela no reemplazará a la edición tradicional, pero sí opina que el sector necesita un revulsivo.
Zuiker trata de responder asi a la creciente oferta de libros electrónicos, que cada vez cuentan con más demanda de usuarios equipados tecnológicamente. Sin embargo, servicios como Kindle de Amazon o el Reader de Sony no ofrecen reproducción de vídeos asociados, asi que 'Level 26' se convierte en un hito al que se podrá acceder con dispositivos que incorporen imagen en movimiento.

2009/07/13

"Gracias a mi descubrimiento, tenemos más series tipo CSI"

Fuente: Publico.

A Kary Mullis (Lenoir, Carolina del Norte, EEUU, 1944) le encanta contar que ideó la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) —un método que permite obtener miles de copias de un ADN y que hoy se emplea en todos los laboratorios de biología molecular— mientras conducía desde Emeryville, donde trabajaba como químico en la empresa Cetus Corporation, a su cabaña de fin de semana en Mendocino (California).

Atribuir prácticamente a la casualidad un hallazgo que años más tarde, en 1993, le supuso la concesión del Nobel de Química no es sino un rasgo peculiar más de un científico que está muy lejos del tópico del microscopio y la bata blanca, y que se atrevió a decir en su discurso de aceptación del galardón sueco que estudió ciencia porque no valía para escritor. Si se hubiese decantado por la literatura, la inexistencia de la PCR habría retrasado la lectura del genoma humano, y dificultado las pruebas de paternidad y la identificación de cadáveres. El químico inauguró recientemente en Madrid la conferencia 360º en Oncología.

Ha comentado en diversas ocasiones que descubrió la PCR prácticamente por casualidad. Algo de trabajo habría detrás...

Claro. Es cierto que lo descubrí por accidente, pero porque estaba pensando en el trabajo. Uno siempre tiene que estar preparado para que, en el momento en que se le pase algo así por la cabeza, reconocerlo.

La idea se le ocurrió un viernes y hasta el lunes no pudo comprobar nada en su laboratorio. ¿Cómo lo aguantó?

Es divertido, porque yo era consciente de que había descubierto algo que iba a cambiar radicalmente las cosas, aunque no sabía cómo. De hecho, le dije a mi mujer, con la que viajaba: "¿Sabes? Esto podría darme el Premio Nobel". Ella se rió, claro.

Una vez que ya había madurado la idea, intentó publicarla en la revista Science, pero le rechazaron el estudio...

Me lo devolvieron tanto Science como Nature. De hecho, el rechazo de esta última fue casi el más gracioso porque en la carta que me enviaron, que aún conservo, aducían que el tema "no era de interés para el grueso de nuestros lectores". Ahora, en cualquier ejemplar de Nature, cada cinco páginas se puede leer un estudio basado en la PCR. De todas formas, lo que me ocurrió es lo normal cuando se trata de algo realmente innovador; si es rápidamente aceptado, probablemente no cambiará el curso de la ciencia. Las revistas no reconocen las cosas realmente impactantes.

¿Dónde publicó entonces por primera vez su trabajo con la PCR?

Yo estaba frustrado porque las grandes revistas me habían rechazado. Un amigo mío, Ray Wu, era editor de la revista Methods in Enzymology y me comentó que no tendría ningún problema en publicar mi estudio, para que luego pudiera establecer que el hallazgo era mío. Así lo hice y estoy contento, pero Methods in Enzymology no es el tipo de revista donde se publica esta clase de hallazgos. Eso sí, cuando meses después se publicó el primer trabajo sobre PCR en Science, yo sólo fui un firmante entre siete y mi jefe figuraba como autor principal.

Hablando de propiedad, su empresa le compensó con 10.000 dólares por haber descubierto la PCR. Ellos la vendieron luego por mucho más. ¿Cómo se sintió?

Cetus se la vendió a Roche por 300 millones de dólares. En realidad, me hubiera conformado con que les hubieran dado 301 y ese millón me lo hubieran ingresado a mí [ríe]. Seguro que a Roche no le hubiera importado. Ahora en serio, aunque no me beneficié económicamente, sí lo hice de otra forma, ya que conseguí que fuera más fácil que la gente se interesara por mis trabajos posteriores.

La PCR ha sido de utilidad en multitud de campos distintos. ¿Cuál de todos le parece más interesante?

Bueno, para mí la parte más curiosa es la utilidad para ver las secuencias de ADN de distintos animales y poder compararlas. Esto nos ha dado la posibilidad de hacer una especie de árbol de la vida, ver de dónde viene cada especie. Yo siempre he estado interesado en la evolución y la PCR nos permite saber con certeza cosas que ya sospechábamos. Sin embargo, hay quien piensa que la variante de más interés es la forense, su uso para determinar cómo y en qué circunstancias fallecen las personas. Yo siempre digo que gracias a mi descubrimiento, tenemos más series tipo CSI en la televisión; no sé si eso es bueno o no.

Usted vino a Madrid a participar en una conferencia sobre oncología. ¿Cuál es su opinión sobre la PCR en el diagnóstico y tratamiento del cáncer?

Bueno, yo creo que, paradójicamente, cuanto más sabemos sobre el cáncer (algo a lo que contribuye la PCR), más frustrante es trabajar en este campo. Cuanto más se avanza, es más complicado. Durante un tiempo, pensamos que teníamos 30.000 genes y que el resto de las piezas de ADN no servía, y ahora vemos que algunas de esas partes son vitales para el desarrollo del cáncer. Para poder acabar con esta enfermedad, hay que conocerla, pero todavía estamos muy lejos.

Usted preside en la actualidad Altermune, una compañía que investiga la inmunidad químicamente programable para lograr que el organismo acabe con los patógenos. Esta es precisamente una de las vías que se están explorando contra el cáncer. ¿Piensa aplicar sus conocimientos en este campo?

Trabajar con organismos externos es mucho más fácil, porque conocemos su estructura. El problema del cáncer es que es parte de ti. Nosotros ya hemos desarrollado un sistema para movilizar de forma instantánea a las defensas para neutralizar patógenos, como el responsable del ántrax. Y hemos tenido éxito.

Estando usted en España, es inevitable recordar el incidente que protagonizó en 2004 en Toledo, cuando afirmó en una conferencia sobre el sida que el VIH no causaba la enfermedad. ¿Sigue manteniendo esta idea?

Sí. Expresé mi opinión en un artículo en la revista Genetica y la mantengo. Creo que se cometió un error al principio al identificar al VIH como el retrovirus causante de la enfermedad, cuando son todos los miembros de este género de virus los que están detrás. Los científicos no han querido revisar sus trabajos iniciales y por eso no se ha conseguido curar esta enfermedad. No digo que se lograra si se hiciera, pero en cualquier caso no se ha hecho y se está tirando el dinero por no hacerlo.

2008/08/04

Las mentiras de 'CSI'

Fuente: lasprovincias.es.

Nunca se les ve redactando informes, una tarea pesada y costosa. Los resultados de las pruebas de ADN se obtienen en unas horas. Y la identificación de huellas dactilares, en unos segundos.

Estas son algunos de los aspectos de la serie CSI que forman parte de la ficción. Otros, como la jerga científica y el vocabulario utilizado sí que coinciden con la práctica diaria de los integrantes de la Brigada de Policía Científica Criminalística Forense de Valencia, que impartieron recientemente un curso en la Universidad Cardenal Herrera-CEU.

"La serie tiene el mérito de que, a lo mejor, puede condensar en un capítulo el trabajo de un año", según explicaron-

Entre las "mentiras" de la conocida serie que más sorprenden a la policía española destaca el de tratamiento de la imagen. Por ejemplo, de una mala grabación de un ascensor los equipos de Gil Grissom (William L. Petersen), Horatio Kane (David Caruso) y Mac Taylor (Gary Sinise) sacan un mínimo detalle de la mano con una altísima resolución.

Los procedimientos sí son bastante parecidos a la realidad. En algún capítulo, el caso ha quedado en el aire al haberse roto "la cadena de custodia" de las pruebas, algo fundamental para que no se contaminen y "que no se desvirtúe su validez". Esto es algo primordial también en las investigaciones (unas 4.500 al año) que realiza la científica en Valencia.

En el día a día comparten avances técnicos (cámara de gases y estufas de ninhidrina para huellas) y también "luces de amplio espectro" para detectar evidencias biológicas. El instrumento más utilizado, "la herramienta imprescindible" son las tornudas o bastoncillos de algodón, que siempre "se guardan en cajas de cartón (no en plástico) para que no se pudra la muestra".

También son habituales entre los alrededor de 65 agentes de Valencia los muchos juegos de guantes de látex que pueden llegar a emplear en la escena de un delito.

La irrupción del ADN en las investigaciones criminales ha revolucionado el trabajo y también ha hecho proliferar el número de series televisivas. La divulgación de algunas técnicas "no ayuda al trabajo policial", lamentan los responsables de la científica, que prefieren no ser identificados.

Los especialistas del Cuerpo Nacional de Policía, como en las series, pueden tomar y analizar muestras de sangre, semen, pelos, uñas, restos óseos o de saliva, que pueden contener "células epiteriales de la boca" con "carga nuclear" de ADN.

La brigada provincial de Valencia ya cuenta con todos los avances técnicos, excepto con un laboratorio de Química, cuyas muestras aún deben ser analizadas en Madrid.

Durante las charlas a alumnos de Derecho, Farmacia y Periodismo, los expertos relataron cómo en los incendios buscan "la fuente lógica de ignición" o dónde hallar presencia de acelerantes. Cómo en un atropello pueden ayudar los restos de pintura o qué se debe utilizar para extraer pruebas de balística: "pinzas protegidas", no metálicas, para no producirles muescas.

Los criminalistas de ficción trasladan a sus laboratorios de las series cualquier elemento por muy voluminoso que sea. En la realidad, "nosotros no podemos llevarnos una puerta", por ejemplo. Hay que analizarla in situ.

Las inspecciones verídicas pueden prolongarse durante 8 ó 10 horas en casos de homicidio. O tardar menos en casos de robo en viviendas. La Policía Científica puede intervenir en cualquier acto delictivo, pero sobre todo lo hacen en los relacionados con los dos anteriores y en incendios.

Los "restos epiteriales bajo las uñas" y los "frotis" bucales son prácticas entre los policías de ficción y los de verdad, quienes advierten: "No existe el crimen perfecto, sino una investigación imperfecta o insuficiente".