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2012/03/09

Grecia compra tiempo, pero los problemas de fondo siguen

El gobierno griego confirmó este viernes que había conseguido el respaldo necesario para llevar a cabo la operación de canje de deuda que le permitirá evitar declararse en cesación de pagos.
Según el ministerio de Finanzas, el 85,8% de los acreedores cubiertos por la ley local y el 69% de los acreedores internacionales aceptaron el canje.

Los mercados reaccionaron positivamente a la noticia, que parece allanar el camino para el rescate financiero de 130.000 millones de euros (US$173.000 millones) aprobado por el FMI y la Unión Europea.
Pero no por eso hay que creer que los problemas de fondo del país se han solucionado.
"En los próximos días seguramente se hablará mucho acerca de este 'importante avance'", dijo el especialista en temas financieros de la BBC Laurence Knight.
"Pero este 'avance' no es más que el reconocimiento de la realidad", explicó.
Efectivamente, los mercados financieros han estado valorando la deudas de Grecia en un mero 20 a 25% de su valor nominal durante los últimos dos meses.
Y la mayoría de los bancos que han prestado el dinero Grecia ya habían reconocido en sus cuentas el grueso de las pérdidas.
Además, para Knight, la cuestión de fondo permanece.
La verdadera pregunta, dice, es si Grecia -que para poder acceder al rescate también deberá seguir implementando dolorosos recortes- en realidad tiene la voluntad política para permanecer en la zona euro o no.

Menor deuda

Por lo pronto, sin embargo, las autoridades financieras europeas están celebrando la buena noticia.
El país europeo había dicho que quería que 90% de los privados tenedores de bonos, como los bancos y los fondos de pensiones, aceptaran un recorte de 53,5% en los 206.000 millones de euros (US$272.000 millones) de los bonos de deuda griegos.

Pero sólo requiere el 75% de aceptación para la aprobación del acuerdo de canje.
Por el momento, el acuerdo toca a unos 172.000 millones de euros de deuda, y las pérdidas en las que incurrirán los acreedores llegan hasta el 74%, informó el gobierno griego a través de su página web.
Y, en total, la medida debería reducir la deuda griega en unos 170.000 millones de euros.
Grandes acreedores, como la reaseguradora alemana Munich RE, los bancos franceses Societé Generale y BNP Paribas y algunos fondos de pensiones habían dicho que se unirían al acuerdo.
Pero otros fondos de pensiones pequeños se han rehusado a aceptar el canje.
Y ahora los inversionistas deben esperar para saber si, al forzar el canje, el gobierno griego no esta incurriendo en "cesación de pagos técnica", lo que podría resultar en pagos de seguros por el orden de los US$3.200 millones.
Esto será decidido durante una reunión de la Asociación Internacional de Canjes y Derivativos (ISDA, por sus siglas en inglés), que tendrá lugar a las 13:00 GMT.
Y el canje seguramente no ayuda a los bancos griegos, dueños de una gran parte de la deuda gubernamental, los que probablemente tendrán que recurrir de nuevo a su gobierno para un rescate, en la forma de una inyección de capital de riesgo de absorción, con el fin de cubrir sus pérdidas.

Sin lugar para el fracaso

En cualquier caso, para Knight, lo que estaba claro desde el momento que empezaron las negociaciones para el canje es que el fracaso no era una opción.
Por que lo que está en juego en Grecia, con todos sus problemas, es la credibilidad del proceso de rescate de la eurozona.
"Si los políticos europeos no son capaces de manejar la situación en Grecia, ¿qué podemos esperar de su gestión en el caso de una economía mucho mayor como la de Italia?", se pregunta.
Además, ahora los mercados se empiezan a cuestionar qué pasará con Portugal, que parece el próximo país que quedará expuesto.

2012/02/27

¿Son los griegos los que más trabajan en Europa?

La crisis de la eurozona ha mostrado las divisiones que existen en la familia europea y Grecia en particular ha sido frecuentemente víctima de las críticas.

La acusación más frecuente es que los griegos han estado viviendo por encima de sus posibilidades.
Pero las estadísticas muestran una sorprendente historia y sugieren que si el país perdió el rumbo no fue debido a su haraganería.
De hecho, si miramos al promedio anual de horas trabajadas por cada trabajador, los griegos aparecen como muy trabajadores.
Las cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) muestran que el trabajador griego promedio trabaja 2.017 horas al año, más que el de cualquier otro país europeo.
Y de los 34 miembros de la OCDE, sólo está dos lugares por detrás del líder, que es Corea del Sur.
Por otro lado, el trabajador promedio alemán -normalmente considerado como la máxima expresión de la dedicación al trabajo- sólo llega a 1.408 horas en el año.
Alemania ocupa el puesto 33 sobre 34 en la lista de la OCDE (24 de 25 si sólo tenemos en cuenta a los europeos).
Y sólo hay otro miembro de la OCDE cuyos trabajadores trabajan menos horas: los Países Bajos, con 1.377.
Así, resulta que en Grecia un trabajador promedio pasa trabajando un 40% más de tiempo que sus similares en Alemania.

Diferentes mercados

Hay, sin embargo, otras cifras a tener en cuenta. Y es que hay dos grandes razones por las que estos dos países tienen tan diferentes totales de horas trabajadas.

Los trabajadores del campo que plantan olivos en Grecia, por ejemplo, se toman menos días en concepto de vacaciones, enfermedad o maternidad que los alemanes.
"El mercado laboral griego está compuesto de un gran número de personas que trabajan en forma autónoma, como agricultores, o los que tienen su propio negocio, que trabajan largas horas", explica Pascal Marianna, experto en estadísticas del mercado laboral en la OCDE.
Quienes trabajan por cuenta propia tienden a trabajar más que aquellos que tienen un horario específico en su contrato.
La segunda razón destacada por Marianna es la diferencia en la cantidad de trabajadores a tiempo parcial en cada país.
"En Alemania, la porción de empleados que trabajan a tiempo parcial es bastante alta. Representa algo así como uno de cuatro", explica.
Como estas horas anuales son para el total de los trabajadores, el gran número de trabajadores a tiempo parcial en Alemania tira abajo el promedio total.
Mientras, en Grecia, mucha menos gente trabaja part-time.
Entonces, como los dos mercados laborales están estructurados en forma diferente, es realmente difícil compararlos.
Sin embargo, si tenemos en cuenta estos factores y quitamos a los trabajadores a tiempo parcial y los autónomos y miramos sólo a los trabajadores asalariados a tiempo completo, los griegos siguen trabajando casi un 10% de horas que los alemanes.
Esto es porque los alemanes se toman por vacaciones, enfermedad y maternidad en promedio cuatro semanas más que los griegos.

Hora, gente y eficiencia

Un aspecto a considerar, sin embargo, es que hasta aquí nos hemos estamos enfocando en aquellos que están empleados. Pero sólo el 60% de los griegos en edad de trabajar tienen trabajo comparado con un 72% en Alemania.
Se podría pensar, entonces, que si miramos al número promedio de horas trabajadas por todos aquellos en edad de trabajar -dividendo el número total de horas trabajadas por la población activa- Alemania pasaría a liderar las posiciones. Pero no. Aun así, Grecia le gana a Alemania.
¿Por qué es entonces que Grecia necesita ser rescatada por Alemania?
Es una pregunta complicada. Pero se puede responder en parte haciendo otra simple cuenta.
Tomemos el producto interno bruto (PBI) -la producción entera de un país- y dividámoslo por el número de trabajadores.
Sobre esta base, el trabajador promedio alemán es más productivo que su par griego. Alemania aparece como el octavo país más productivo por trabajador entre los miembros de la OCDE. O séptimo, contando sólo los europeos. Mientras, Grecia aparece en el puesto 24.
Marianna explica que esto se da principalmente porque Alemania tiene un sector industrial más eficiente.
Y aunque el porcentaje de alemanes que trabaja en agricultura es más pequeño, aquí también son más eficientes, en parte porque la "tecnología está más extendida", opina el experto.
Pero cuando todo ya está dicho y hecho, Marianna quiere destacar que todos estos números vienen acompañados de una advertencia saludable.
Son recogidos por organismos de estadísticas nacionales, donde cada uno tiene sus propios métodos para recoger y cotejar información.                    

2012/02/20

Los griegos pierden la confianza en el Estado

Las casas que aparecen en las laderas de los acantilados sobre la bahía del Pireo tienen los colores típicos griegos: crema y rosa. Las ramas desnudas que sobresalen de las cestas y los enrejados están listas para dar sus brotes, tan pronto como llegue el calor.
En la clínica, en la esquina, la gente se reúne cerca de la puerta. Algunos tienen las mejillas hundidas. Otros aparecen con una marca internacional de pobreza: una bolsa de plástico de colores, llena de ropa vieja y alimentos básicos.

Doctores y enfermeras voluntarios abrieron la clínica para atender a inmigrantes que quedaban fuera del sistema griego de seguridad social. Las enfermedades no son inusuales para una zona golpeada por la pobreza: diabetes, hipertensión, estrés.
Pero desde que estalló la crisis, sucedió algo sorprendente. Los griegos también aparecen en la clínica, incluso en número mayor.
"Pasó del 8% de los usuarios al 30% en cuatro meses y dado que veo la tendencia a través de todas nuestras clínicas, estoy seguro de que alcanzará el 50% para el final de 2012", dice el doctor Nikitas Kanakis, presidente de la organización Médicos del Mundo en Grecia.

Desconfianza de la ciudadanía

Lo que está claro, una vez que se toma distancia del griterío de la televisión griega y de los enfrentamientos entre los anarquistas y la policía, es que este rápido derrumbe de la certidumbre tiene un gran e inconmensurable efecto sobre las expectativas políticas de la gente.
Los sondeos cuentan una parte de la historia. El partido Pasok, que intentó y fracasó en la aplicación del primer plan de austeridad hasta que fue reemplazado por una coalición tecnócrata en octubre, cayó al 11% de intención de voto (encuesta de Epikaria, 16 de febrero de 2012).

Nueva Democracia, el partido de centro-derecha que se espera forme gobierno, también tiene problemas. Su propio respaldo electoral, del 27,5%, no es suficiente para formar gobierno. Y 20 diputados acaban de ser expulsados por oponerse al plan de rescate.
El Partido Cristiano Ortodoxo LAOS, de derecha y línea dura, también se dividió tras abandonar la coalición gubernamental durante el voto del plan de ajuste el pasado domingo.
La extrema izquierda tiene una intención de voto conjunta del 43,5%. El partido de extrema derecha Golden Dawn está en el 2,5%.

Hostilidad hacia la Unión Europea

Durante el pasado otoño, los comentaristas griegos empezaron a hablar de un "colapso anómico", en referencia a la situación que se da cuando la gente empieza a desobedecer las leyes y las normas sociales individualmente.
Ahora es diferente. La anomia pasó a algo mucho menos oscuro en los anales de la historia social: una hostilidad visceral a los alemanes y noreuropeos a quienes se ve como responsables de la austeridad. Y la hostilidad no hizo más que crecer esta semana, conforme el eurogrupo tiró en la cara del gobierno griego sus medidas de ajuste y rehusó liberar el dinero del rescate.
Pocos griegos creen que el plan de austeridad pueda funcionar. El razonamiento de los políticos pasó de ser "Hacer los recortes y nos recuperaremos" a "Hacer los recortes porque no hay otra opción".

Los expertos en finanzas consideran una quimera los cálculos de los economistas del Fondo Monetario Internacional, que contemplan que los griegos pueden reducir su deuda al 129% para 2020 mediante la aplicación de una serie de medidas adicionales sobre el gasto a corto plazo.

Política fragmentada

Nueva Democracia, ND, quiere mantenerse dentro de los límites fiscales acordados con Bruselas pero deja entrever una reforma radical de carácter liberal en la economía: aceleración de la privatización y posible aplicación de un impuesto fijo para liberar pequeños negocios.
Pocos creen que ND pueda obtener una mayoría para su terapia de libre mercado. De hecho, el total de intención de voto para ND, el Pasok y LAOS es del 43% en las encuestas.
La izquierda, por su parte, sigue marcada por las divisiones. Cuando las fuerzas de seguridad del sindicato comunista PAME chocaron con los anarquistas durante una manifestación el pasado verano, los comunistas responsabilizaron al otro gran partido de la izquierda, Syriza.
A los lados de ambos partidos, un pequeño partido anteriormente "eurocomunista" llamado Izquierda Democrática, subió al 16% en los sondeos.
Yiannis Bournos, portavoz internacional de Syriza, cree que, pese a la división, puede ser posible que la izquierda forme gobierno. "¿Y dirigir un país que forma parte de la OTAN?", le pregunto. Bournos deja claro que cualquier gobierno de izquierda haría las cosas básicas, desde luego no abandonar la OTAN.
Syriza e Izquierda Democrática no quieren siquiera abandonar la zona euro: la propuesta de Syriza es que Grecia declare una moratoria selectiva en los pagos de deuda y que utilice el dinero del rescate europeo para un programa de reforma social.
Mientras tanto, su creciente popularidad no se debe sólo al ambiente militante de las protestas: "Hemos construido un historial sólido en las administraciones locales", reclama Bournous.

"Y a lo largo de todo el paíis, grupos de nuestros partidarios organizan actividades: provisión de comida, clubs de trueque, grupos de auto-ayuda. Así es como nos hemos construido a nosotros mismos.
"Estamos hablando de un nuevo bloque de fuerzas que tienen sus diferencias internas pero están de acuerdo en el rechazo de un nuevo memorando y de esta política sofocante de superausteridad".
¿Cree de verdad que pueden formar gobierno?.
"Esta es nuestra propuesta. Hay que dejar a un lado las diferencias parciales y, después de las elecciones, sí, formar un nuevo bloque de poder".
Esta semana, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, expresó los temores que otros sólo han comentado en privado: dadas las pobres previsiones de los "partidos tradicionales", debería haber un gobierno verdaderamente tecnócrata, sin políticos de carrera involucrados.
Otros, como la diputada del Pasok Elena Panaritis, una economista que aconseja a los líderes del partido, dice que las elecciones deben posponerse.
"Si se celebran los comicios tan pronto, entonces habrá elecciones nuevamente en dos meses, y otras elecciones en los meses siguientes, y podremos despedirnos del país y posiblemente del euro.
"Si no consideramos seriamente las repercusiones de esto, nos podemos encontrar con una situación similar a la de Rusia a principios de los 90. En aquel momento, Rusia tenía un índice de pobreza superior al de la época del comunismo. Y tenía sinvergüenzas gobernando el pais".
He estado informando sobre la crisis griega alrededor de dos años, y parece que algo cambió de forma palpable en los últimos 10 días.
Los partidos establecidos perdieron confianza en lo que la UE les está forzando hacer, sectores de la UE también la perdieron, y la gente, amplias capas sociales, perdió la confianza en la clase política.

Castigo colectivo

No puedo enfatizar lo suficiente el rol que juegan las fuerzas del mantenimiento del orden y los medios en esta crisis.

En el terreno, la manifestación del domingo se percibió como algo masivo. Nunca se permitió la concentración de gente en un mismo lugar, pero incluso el contingente del PAME, donde yo estaba, parecía que contaba con 50-70.000 personas.
Los organizadores dicen que 250.000 personas intentaron unirse a la marcha. La policía habla de 4.500. Los medios, de 15.000. Estas dos últimas cifras son una broma.
Lo que no fue ninguna broma fueron los choques entre la policía y los manifestantes más duros - desde el bloque anarquista, los marginales de la extrema izquierda y en número creciente de la extrema derecha, seguidores de fútbol en la órbita del LAOS y el grupo fascista Chrissi Avgi.
Una vez más, en aras de confrontar a los alborotadores, la policía actuó sobre grandes grupos de manifestantes pacíficos.
De esto apenas hablan los ministros griegos y la UE no parece interesada en hacer comentarios al respecto. Pero puedo decir, por experiencia, que se percibe como un proceso de castigo colectivo a una mayoría pacífica.
Creo que esta semana sorprendió a Grecia en el borde proverbial de un cambio. La ira puede fácilmente solidificarse en un sentimiento anti-alemán pero con los conservadores y la derecha ortodoxa involucrados en el primer rescate, la rabia puede más fácilmente fluir hacia la izquierda.
Puede ser que esté sobreestimando los peligros. Pero aquí hay otro problema de percepción: en las tres horas que pasé en o cerca de la protesta en la noche del domingo, no vi ni un solo equipo de televisión.
El nuestro fue atacado repetidas veces, verbal y físicamente, más duramente por un pequeño grupo de extrema derecha que nos acusó de ser alemanes. Al comienzo de la manifestación vi otro equipo extranjero de televisión y eso fue todo.

Parte de los medios griegos dejaron de informar hace tiempo sobre lo que ocurre en las calles, para la mayor parte de ellos es demasiado peligroso, tanta es la hostilidad popular hacia unos medios que muchos creen que están pagados por una clase política que consideran corrupta.
Esto es triste, pero genera un problema más amplio. Si eres Schauble, Rehn, Merkel, Lagarde, cada vez te mueves más a ciegas en esta crisis. Los periódicos griegos, alineados políticamente, sólo pueden reflejar parcialmente lo que ocurre.
Los políticos griegos con los que hablas pasan sus noches encerrados en oficinas anónimas, no pueden aparecer en público, no pueden sentir lo que pasa en la calle.
Los políticos griegos en el poder no pueden ofrecer al país que gobiernan un paquete de austeridad en el que no creen. Y después de las elecciones, es probable que el poder esté todavía más fragmentado.
Al igual que el poder combinado del FMI y del gobierno griego está tirando de palancas económicas que no funcionan, el problema más insidioso es que ambos están tirando de cuerdas políticas que están rotas.

2012/02/15

El efecto dominó si Grecia saliera del euro

A pesar de que Grecia parece haber esquivado la amenaza inmediata de una cesación de pagos, se enfrenta a años de crisis económica y de lucha por reducir su deuda. En el país existe un creciente apoyo a la idea de regresar al dracma y algunos líderes europeos ya dijeron que el euro podría sobrevivir a la salida de Grecia.
La crisis de la Eurozona no es sólo cuestión de acuerdos políticos y altas finanzas. Es también cuestión de confianza en el dinero en los bolsillos de la gente.

El euro llegó para simbolizar un continente más unido y estable para cada ciudadano de la Eurozona.
Pero si la moneda común empieza a fragmentarse, si un país o más de uno reintroducen monedas nacionales, todos los que usan el euro como moneda podrían verse afectados.
Por ello hubo tanta negociación sobre los términos del último rescate a la economía griega. Mientras tanto la tensión sigue aumentando.
Y a medida que la austeridad muerde más profundo, pocos creen que la crisis se resuelva pronto.

¿Plan B?

Últimamente se ha dado un diálogo diferente, lleno de angustia, sobre lo que podría suceder si la Eurozona no se mantiene como está ahora.

"He hablado sobre esto en cancillerías y en sedes de distintos poderes en toda Europa", explica David Marsh, quien escribió sobre la historia del euro y copreside un centro de estudiossobre banca central. Además, mantiene un cercano contacto con los principales actores económicos del euro.
"Estoy convencido de que hay un Plan B, me han dicho que hay uno", agrega. "Pero no sé qué es y no hay razón por la que alguien debería pensar en darlo a conocer. Tiene que estar guardado en una caja fuerte", considera.
¿Por qué tanto secreto?
Cuando hablamos de dinero, del efectivo en los bolsillos de la gente y en cuentas bancarias, la psicología acecha y el pánico siempre es una posibilidad.
En Grecia, ha habido una "lenta corrida bancaria", expresa el politólogo Aristotle Kallis. La gente sacó dinero de sus cuentas o lo envió al extranjero.
"Todavía sienten que algo va a ir horriblemente mal, que Grecia se va del euro o que será echada del euro", añade.

Y temen "una devaluación de la nueva moneda y que todo el dinero sea convertido a ella".

Nueva moneda

Un gobierno que planee dejar el euro es probable que tenga un discreto pero urgente contacto con alguna de las más importantes imprentas de moneda. De La Rue, con sede en el Reino Unido, es una de ellas.
Imprime desde la libra esterlina hasta la última versión del dinar iraquí. La compañía no hace comentarios sobre ningún plan que tenga para Europa, pero está claramente lista por si surge la oportunidad.
La pregunta que se plantea es cuánto se tarda en planificar e introducir nuevos billetes y monedas. "No creo que se pueda hacer en menos de cuatro meses", explica Mark Crickett, un consultor de De La Rue.
Pero un gobierno no puede encargar y recibir una nueva moneda sin que se filtre la decisión y cunda el pánico.

Es mucho más probable que se anuncie repentinamente la salida del euro, y que luego haya un período transitorio -los cuatro meses antes mencionados- durante el cual se utilizaría una moneda nacional temporal.
Los billetes del euro en circulación en un país que esté abandonando la moneda común podrían ser sobreimpresos o se les podrían pegar autoadhesivos.

Devaluación rápida

¿Cómo reaccionarían los griegos ante la posibilidad de que su efectivo en euros sea cambiado por dracmas que se devalúan rápidamente?
A pesar de que el tipo de cambio inicial podría ser, digamos, un nuevo dracma por un euro, los economistas estiman una rápida devaluación de la nueva moneda en un 50%.
Dado que los controles de capital dentro de Grecia restringirían la posibilidad de los ciudadanos de convertir euros en la nueva moneda a la tasa más devaluada, aquellos que hayan estado acumulando viejos euros debajo de sus colchones probablemente se dirigirán a las fronteras.
En este tipo de situación, según Mark Crickett, los gobiernos hacen cosas como "sellar las fronteras para tratar de impedir el movimiento de divisas".

Y esa interrupción del libre movimiento de bienes y personas podría cuestionar la pertenencia misma de un país a la Unión Europea.
Cualquiera de esas acciones de un gobierno también desataría el pánico en otros países de la Eurozona, ya que los ciudadanos podrían asumir que sus gobiernos seguirán el mismo camino.
Larry Hatheway, jefe de Estrategia del banco de inversiones UBS, es el coautor de uno de los más extensos estudios de lo que significaría una ruptura de la Eurozona.
"Imagine que es un ciudadano portugués y alguien entra a su oficina un día y dice: ¿Has escuchado la noticia de que Grecia acaba de dejar la Eurozona?", ejemplifica Hatheway.
"La respuesta lógica, me parece, sería considerar si seguir manteniendo tu patrimonio, tus activos, tu dinero... en Portugal", señala.

Lo "impensable"

Allí aparecería el plan B de los líderes políticos, una especie de cortafuegos de compromiso financiero y político para prevenir el llamado efecto contagio.
¿Podría eso contrarrestar el ánimo popular? Actitudes como esta hacia el dinero en la Eurozona podrían cambiar radicalmente después de lo que Hatheway describe con la frase "lo impensable ha sucedido".
Habría varios miles de personas tratando de pasar euros a través de las fronteras y venderlos a cambio de nuevas monedas nacionales en rápida depreciación.
Una fuente muy bien informada nos dijo que las autoridades en Alemania habían llegado a discutir la posibilidad de tener que rediseñar y reemplazar completamente al euro si estuviese comprometido por irregularidades en su compra y venta.
El Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, un importante diario alemán, recuerda cuando en la Guerra Fría el Bundesbank guardaba una partida completa de repuesto de la moneda de Alemania Occidental, el marco.
Lo hacía para el supuesto caso de que Alemania Oriental o la Unión Soviética lograran comprometer la circulación de la moneda con falsificaciones.
Si la Eurozona no puede mantenerse unida, el dinero en efectivo del continente podría regresar a un período de incertidumbre y la gente podría sentir en sus bolsillos las consecuencias de los fracasos de los políticos.

2012/02/08

La maratón griega detrás del plan de rescate

El gobierno griego lleva meses negociando los términos del segundo rescate. Los plazos y ultimatums van y vienen.
Pero está acercándose la fecha en que, si no hay acuerdo, Grecia caiga en bancarrota. Antes del 20 de marzo el país el país tiene que encontrar US$18.000 millones para pagar sus deudas.

Antes de destinar más fondos a Grecia, el Fondo Monetario Internacional tiene que mostrar que las deudas del país son sostenibles. Para 2020, quieren que el endeudamiento caiga del 169% al 120% del Producto Interno Bruto.
Las negociaciones han transcurrido por dos caminos. El primero, con los inversores privados, fundamentalmente los bancos, a los que se les han pedido renunciar a un 70% de sus inversiones. Eso podría eliminar US$130.000 millones de la montaña de US$480.000 millones.
Los inversores canjearían bonos por otros con un valor de menos de la mitad.
Además, se discute la tasa de interés que esos bonos tendrían, lo que ha provocado retrasos a la hora de llegar a un acuerdo.

El factor "voluntario"

Pero todo depende en la segunda parte de un acuerdo, el que trata de reducir la deuda gubernamental.
El hecho de que compromisos asumidos en el pasado no han sido respetados ha irritado a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Los organismos internacionales quieren que el déficit griego se reduzca más rápidamente, así que piden nuevos recortes de más de US$5.000 millones. Eso incluye recortes del salario mínimo, despidos de funcionarios y reducciones en las pensiones.
Antonis Samaras, líder del segundo partido del país, dijo el domingo que esas medidas sólo profundizarán la recesión y prometió oponerse "por todos los medios".
Otro lider político, Yorgos Karatzafaris, dijo: "No contribuiré a la explosión de una revolución por la miseria que incendiará toda Europa".
El acuerdo para los nuevos recortes no está lejos de alcanzarse. Pero los políticos pasarán por nuevas elecciones en los próximos meses y no quieren ser identificados como los responsables de los nuevos recortes.

Pérdida de fe

Los líderes europeos, en particular los alemanes, han estado presionando a los griegos. Ya han dejado claro que se les está acabando la paciencia.
El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schaeueble, dijo que "a no ser que Grecia implemente las medidas necesarias y no sólo las anuncie, no hay cantidad de dinero que pueda arreglar el problema".

Los alemanes, y otros, no creen que en los griegos cuando dicen que harán las reformas.
El problema es que los griegos, que quieren permanecer en la eurozona, han perdido la fe en la austeridad. Ven a su país en caída libre. Se puede haber alcanzado un punto y el FMI lo ha dado a entender, en el que más austeridad pueda ser contraproducente.
Lo más probable es que haya acuerdo. Una suspensión de pagos griega todavía es algo temido en Berlín por el riesgo de que haga que se extienda la inestabilidad y afecte a otros países, como Portugal e Irlanda.
Los líderes políticos griegos, también, temen el caos que puede seguir a la bancarrota.
La Comisión Europea ya ha dicho que incluso si se llega al acuerdo para el segundo paquete de rescate, puede que no sea suficiente.
Otros casi US$20.000 millones podrían tener que salir de otros gobiernos de la eurozona o tal vez del Banco Central Europeo. Y hasta más fondos podrían ser necesarios.
La investigadora Katinka Barysch, del Centro para la Reforma Europea, cita numerosos ejemplos de dónde los griegos no han cumplido. Un ejemplo: el FMI, la UE y el BCE pidieron a Grecia que reduzca el tamaño de su sector público reemplazando a uno de cada cinco funcionarios retirados entre 2010 y 2011, pero Atenas ha agregado a 20.000 personas a su nómina.
Un acuerdo servirá para ganar tiempo, pero Grecia es una sociedad rota, donde incluso la clase media está engrosando las listas de los sin techo.
Todo el mundo sabe los años de austeridad que tienen por delante.

2012/01/16

Los griegos que abandonan a sus hijos por la crisis

Desesperadas por la crisis, muchas familias han optado por dejar atrás lo más preciado que tienen: sus hijos.
Una mañana, pocos días antes de Navidad, una maestra en Atenas encontró una nota junto a una de sus alumnas de cuatro años.

"Hoy no vendré a buscar a Ana porque ya no puedo mantenerla", decía el mensaje. "Por favor, hazte cargo de ella. Lo siento. Su madre".
En los últimos dos meses, el Padre Antonios, un cura joven ortodoxo que dirige un centro para jóvenes sin recursos, encontró cuatro niños abandonados a las puertas de su institución. Uno de ellos era un bebé de apenas pocos días.
Otra organización de caridad recibió la visita de una pareja, cuyos gemelos fueron internados en un hospital por malnutrición. La madre sufría desnutrición y por ende no estaba en condiciones de amamantarlos.

Cambios

Casos como estos han causado conmoción en un país donde los lazos familiares son importantes y donde no poder cuidar de los hijos es socialmente inaceptable.
Muchos griegos no pueden creer que estas historias "del tercer mundo" estén ocurriendo en su propio país.
Uno de los menores a cargo del Padre Antonios es Natasha, una niña de dos años que su madre trajo al centro hace dos semanas.

La mujer estaba desempleada, no tenía donde vivir y necesitaba ayuda. Pero antes de que el personal la pudiese ayudar desapareció, abandonando a su hija.
"Durante el último año hemos visto cientos de casos de padres que quieren dejarnos a sus hijos, ellos saben que pueden confiar en nosotros", dice el Padre Antonios.
"Dicen que no tienen dinero, hogar o comida para sus hijos, por eso esperan que nosotros podamos brindarles lo que necesitan".
Antes de la crisis también se registraban pedidos similares, pero el Padre Antonios nunca fue testigo de lo que está sucediendo ahora: padres que sencillamente abandonan a sus hijos.

Separación temporal

Una mujer a la que la pobreza obligó a separarse de su niña es María, una madre soltera que perdió su trabajo y estuvo desempleada durante más de un año.
"Lloraba todas las noches, ¿pero qué podía hacer? Me partió el corazón, pero no tenía otra opción", dice.
María se pasaba el día buscando empleo. Muchas veces regresaba ya entrada la noche y eso significaba que su hija de ocho años, Anastasia, pasaba todo el día sola.
Las dos se alimentaban de la comida que les daba la iglesia. María perdió 25 kilos.
Al final, decidió entregar a Anastasia a una organización de caridad.
"Yo puedo aguantar, pero ella no tiene por qué hacerlo", dice.
María ahora trabaja en un café, gana sólo US$25 al día. A Anastasia la ve una vez al mes, pero espera llevársela consigo cuando mejore su situación económica.
Stergios Sifnyos, uno de los directores de SOS Children's Villages, la organización de ayuda que recibió a Anastasia, comenta que no está acostumbrado a recibir niños que las familias entregan por motivos económicos.
"La relación entre María y Anastasia es muy fuerte. Uno podría decir que no hay una razón por la que Anastasia deba estar lejos de su madre. Pero es muy difícil para la madre llevársela, cuando no sabe si va a tener trabajo en los próximos días", dice Sifnyos.

Acto de violencia

En el pasado SOS Children's Villages recibía niños porque sus familias no podían cuidarlos por problemas de drogas y alcoholismo. Hoy, el motivo es la pobreza.
Smile of a Child, otra ONG, también solía recibir niños víctimas de abusos y negligencia. Ahora, el foco está puesto en los destituidos de Atenas.
Stefanos Alevizos, psicólogo de la organización, dice que cuando un padre entrega a su hijo, éste siente que se le derrumban todas sus estructuras.
"Viven la separación como un acto de violencia, porque no pueden entender las razones por las que los abandonan", explica el experto.
Pero para Sofia Koui, de Smile of a Child, la tragedia radica en que aquellos padres que entregan a sus niños son, a veces, quienes más quieren a sus hijos.
"Es muy triste ver cómo sufren, pero saben que es lo mejor, al menos en este momento", añade.
El Padre Antonios no coincide con Koui.
"Estas familias serán juzgadas por abandonar a sus hijos", sentencia.
"Nosotros podemos brindarles alimentos y un techo, pero la verdad es que lo que más necesitan los niños es sentir el amor de su padres".                      

2011/11/09

Después de Grecia, el blanco del pánico europeo ahora es Italia

Tras pasar por Irlanda, Portugal y Grecia, la tormenta económica que se cierne sobre Europa parece haberse posado esta semana en Italia.
Todo indica que las dudas sobre la capacidad italiana de hacer frente a los pagos de su astronómica deuda generarán una crisis política como la que está sacudiendo Grecia desde la semana pasada.

Sin embargo, los observadores miran la situación con más preocupación que nunca antes a lo largo de los distintos capítulos de la crisis que vive la Eurozona.
Italia no es un país "periférico" en el mapa económico de la Unión Europea: es la tercera economía de la Eurozona.
Según el editor para Europa de la BBC, Gavin Hewitt, la crisis italiana puede explicarse de una manera simple: los mercados dudan de que el primer ministro Silvio Berlusconi tenga la credibilidad para implementar las reformas que reducirán la enorme deuda del país y generen crecimiento.
Sin esos pasos, afirma Hewitt, los inversores consideran que el país está dirigido a un momento en el que los costos de pedir prestado se harán insostenibles y podría necesitar un rescate.
El problema, concluye, es que la economía italiana es tan grande - en comparación con Grecia, Irlanda o Portugal - que la Eurozona no tiene el la capacidad de acción necesaria para ayudar a Italia.
Italia, muchos creen, es demasiado grande para caer.
Y con los indicadores económicos jugando claramente en su contra, las posibilidades de que la crisis económica termine con la carrera política de Berlusconi - el protagonista de la política italiana por más de dos décadas - están en franco aumento.

Interés

El lunes por la mañana, el costo para el gobierno italiano de conseguir fondos a un plazo de 10 años subió a un nuevo récord de 6,4%, casi 5% más que los que Alemania debe pagar.
El editor de economía de la BBC, Robert Peston, asegura que eso está peligrosamente cerca de ser imposible de pagar para un sector público que tiene una deuda que equivale al 120% del Producto Bruto Interno del país, muy superior a lo que los economistas consideran saludable.
Además, Italia deberá pedir US$300 mil millones más el año próximo.
Por eso, según Peston, será difícil convencer a los inversores de que acepten una tasa de interés menor.
Y lo preocupante, asegura, es que Portugal, Irlanda y Grecia fueron forzados a pedir rescates de emergencia después de que los inversores insistieron en aceptar tasas de interés no mucho más altas de lo que están pidiendo de Italia en estos momentos.
Por ahora, lo que asegura Berlusconi - y mucho otros líderes de la Eurozona - es que el problema de Italia es más de liquidez y no tanto de insolvencia básica: Italia podría ser capaz de pagar todo lo que debe, recalibrando el equilibrio entre el sector público y privado, lo que permitiría que el nivel de deuda baje.
A diferencia por ejemplo de España o Irlanda, los ciudadanos italianos no se han endeudado con grandes hipotecas, y en general tienen muy pocas deudas.
Por otro lado, Italia no está tan endeudada como otros países como Francia, Canadá o el Reino Unido.
Además, las deudas del gobierno italiano no son nada nuevo: el país trae una tasa de deuda de más del 100% de su PBI desde 1991.
Según Laurence Knight, reportero económico de BBC, esto se debe a que en realidad, a diferencia de Grecia, Italia es relativamente prudente en sus finanzas.
El gobierno gasta menos en servicios públicos y beneficios para los ciudadanos que lo que recauda en impuestos.
Por eso, la única razón por la que Italia sigue pidiendo prestado es para poder cumplir con los pagos de los intereses de la deuda ya existente.
El problema ahora es el bajo crecimiento del país: el país sufre de una regulación pobre, intereses económicos particulares, una población que envejece y poca inversión, lo que ha limitado la capacidad del país para aumentar su productividad.
El crecimiento anual en los últimos 15 años ha sido de un escaso 0,75%.

Política

Otro problema en Italia es que, tal como ocurrió en Grecia la semana pasada, a la inestabilidad económica se le suma la incertidumbre política.
A este punto, la desconfianza hacia Berlusconi y su capacidad de realizar reformas rápidas es difícil de esconder para otros líderes de la Unión Europea.
Las críticas a Berlusconi en el resto de Europa arrecian.
Este domingo, el periódico británico The Independent publicó en su portada una foto del primer ministro italiano sonriente.
Junto a la foto, el texto: "¿Usted cree que este hombre será capaz de salvarnos de la catástrofe financiera?"
En los últimos días, Berlusconi ha minimizado el estancamiento económico de su país.
"Los restaurantes están llenos", dijo Berlusconi y aseguró que "es difícil reservar un vuelo" para los italianos debido al alto nivel de demanda.
A este punto, ni siquiera es seguro que Berlusconi tenga los votos necesarios para garantizar una mayoría parlamentaria.
Durante las últimas horas, varios miembros de su coalición han desertado de las filas del "Pueblo de las Libertades" y pasado a otros grupos parlamentarios.
El gobierno de Berlusconi enfrenta un voto clave este martes, en el que se votará el informe presupuestario de 2010.
En esa votación, podría hacerse evidente que la coalición encabezada por Berlusconi no cuenta con los votos necesarios y que se llame a un voto de censura que Berlusconi podría perder.
Incluso varios miembros de su gobierno, como el ministro del Interior, Roberto Maroni, han admitido públicamente que el gobierno está a punto de caer.
"No hay mayoría", dijo Maroni en una entrevista con la RAI, y en una frase intepretada como una referencia indirecta a Berlusconi, dijo: "es inútil obstinarse".

2011/11/04

Cómo es el proceso si Grecia decide abandonar el euro

Los más recientes problemas de Grecia han puesto sobre la mesa un tema que parecía inimaginable: la posibilidad de que los ciudadanos griegos rechacen el euro.
El primer ministro Yorgos Papandreu dijo que el rechazo del plan de rescate significaría que tendrían que dejar el euro. Y el exasperado líder francés, Nicolas Sarkozy, les dijo a los griegos: "Acaten las reglas de la eurozona o déjenla".

Entonces, por primera vez, la posibilidad de que un país deje la eurozona ha sido mencionada en los estratos más altos de esta Unión Europea de 27 miembros.
Y con Grecia incapaz de devaluar su moneda, el país está abrumado por los pagos de deuda que no puede permitirse.
Muchos economistas (y los ciudadanos griegos que han recurrido a las protestas violentas) creen que dejar el euro es la mejor solución para salir del enredo.
Pero, ¿cómo funcionaría eso?

Nueva vieja moneda

Si Grecia decidiera unilateralmente actuar y simplemente tomar esa decisión, la llamada "opción nuclear" involucraría la introducción de una nueva moneda -el nuevo dracma- y dejar que la oferta y la demanda hagan lo que les corresponde.
En este caso, probablemente habrá más oferta que demanda.
"La nueva moneda caería al piso y la inflación estaría por los cielos", dice Peter Dixon, economista del Commerzbank.
Sería un campo minado legal, pues las transacciones financieras básicas, como las hipotecas, tendrían que ser redenominadas. Pero eso no sería el final de la historia.

"El nivel de vida se vería afectado gravemente. Puede parecer una opción atractiva, pero los costos a corto plazo son masivos", dice.
¿No aceptarían los bancos -que de hecho ya aceptaron someterse a un "corte" de 50%- la deuda devaluada y redenominada a dracmas?
"Pues, no, porque podría reducirse su valor a la mitad otra vez", respondió Dixon.
Los activos de los bancos en Grecia y aquellos en el extranjero que tienen deuda griega serían devaluados. Y, por supuesto, no podrían pedir prestado comercialmente.
Grecia probablemente tendría que imponer controles de capital para prevenir que salga todo el dinero, similar a como hizo Malasia en 1998 después de la crisis financiera en Asia.
Así que, en el mejor de los casos, Grecia no tendría ningún poder de adquisición, todo sería extremadamente costoso y, además, estaría en quiebra.
clic Lea también: Referendo en Grecia: cuando la democracia agita los mercados

Lecciones del pasado

Pero la idea es que, con su moneda tan débil, la economía de Grecia crecería rápidamente.
Las personas frecuentemente utilizan el caso de Argentina como punto de comparación en caso de que ocurra dicha situación, que el economista ganador del premio Nobel, Paul Krugman, calificó como un "paralelo imperfecto".
Argentina, que vinculó su peso al dólar estadounidense, no pudo pagar US$102.000 millones en deuda durante la crisis financiera de 2001-02.
En 2005, el país convenció a 76% de sus acreedores para que aceptaran un canje de deuda que redujo en casi dos tercios el valor de su participaciones.
Pero Argentina debió soportar años de sufrimiento y por lo menos tenía la ventaja de contar con su propia moneda. Los mecanismos para desvincularse fueron más fáciles.

Grecia tiene que empezar de cero.
Una comparación en ese sentido es Islandia, cuya moneda sufrió una depreciación masiva cuando sus bancos colapsaron en 2008.
La moneda islandesa, la corona, perdió más de la mitad de su valor en un verano. Sus tasas de interés rápidamente crecieron 15% y la inflación llegó a 14%.
Pero Dixon sugiere que el paralelo más reciente con una eventual salida del euro bien podría ser la separación de Checoslovaquia.
En febrero de 1993, la corona checoslovaca se dividió entre la corona checa y la corona eslovaca (Eslovaquia adoptó el euro en 2009).
Pero en ese escenario, como ocurrió cuando fueron reemplazadas las principales monedas de Europa Occidental por el euro, las personas tuvieron tiempo de adaptarse al concepto de una nueva moneda.
"Uno tenía un largo periodo para acostumbrarse a la moneda única", dice Dixon. "Eso no va a pasar al revés".
clic Lea también: ¿Y si Grecia no paga su deuda?

Un tratado para despedirse

Un tema importante es que sencillamente no hay ningún mecanismo para dejar el euro.
Una situación como esta nunca fue prevista por los políticos que generaron el ímpetu por la moneda, que debutó en 1999.
"Los tratados confirman lo que hemos venido diciendo acá: el tratado no prevé una salida de la eurozona sin una salida de la Unión Europea", dijo una vocera de la Comisión Europea el jueves.
Los tratados a los que ella se refiere son el Tratado de Maastricht de 1992, que llevó a la creación del euro, y su sucesor, el Tratado de Lisboa, en 2007.
Así que bajo sus obligaciones actuales, para que Grecia deje el euro, tendría que dejar también la Unión Europea (UE). Esta opción se dispuso en el artículo 50 del Tratado de Lisboa.

No hay que dar muchas vueltas para irse: un país miembro debe notificarle al Consejo de la Unión Europea, es decir, a los jefes de Estado de la Unión Europea, que se quiere retirar.
El Consejo entonces decide cuáles son los términos de esa salida de acuerdo con una mayoría calificada.
¿Sería el fin del mundo para Grecia si deja la Unión Europea? Probablemente no.
La parte clave del artículo 50 se refiere a "establecer los requisitos para el retiro, tomando en consideración el marco para su futura relación con la Unión".
A Islandia, Liechtenstein y Noruega les va bien y no están en la UE. Hacen parte del Espacio Económico Europeo, lo que significa que tienen acceso al mercado común.
Suiza ni siquiera es miembro de esa última organización y comercia con la UE con pocos problemas -dejando de lado a uno que otro exiliado por cuestiones fiscales.
La UE podría entonces rescatar a Grecia incluso a un tipo de cambio menor.
Pero, de nuevo, el caos de pasar de estar en la Unión a convertirse en un país fuera de ella -pero todavía justo en el centro de Europa- podría resultar peor de lo que está atravesando actualmente.
"Lo que pasa entonces es que la cura resulta peor que la enfermedad", dice Dixon.
Y la pregunta sería entonces si empezaría a formarse una fila para dejar la Unión Europea.
¿Dirían otros países rescatados que ya es suficiente y se unirían a Grecia? ¿Tendríamos, entonces, la nueva libra irlandesa? ¿El nuevo escudo? ¿La nueva lira?

2011/11/02

Referéndum en Grecia: cuando la democracia agita a los mercados

La decisión del primer ministro Yorgos Papandreu para que la última palabra sobre el rescate millonario del país quede en manos del pueblo griego ha tomado por sorpresa no sólo a los mercados sino a miembros de su propio partido.

Hace tan sólo una semana, la bolsas recibían con alivio el acuerdo alcanzado para condonar el 50% de la deuda griega y conceder al país un préstamo de US$179.000 millones, a cambio de nuevas medidas de austeridad.
Según el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, el plan de rescate es clave no sólo para salvar a Grecia de una quiebra inminente, sino para evitar una profunda crisis de estabilidad en toda la Eurozona y una reacción en cadena en el sistema financiero global.
Pero el acuerdo también significaría, según algunos, obligar a los griegos a convertirse en chivo expiatorio de la crisis financiera y pagar de por vida una factura que podría serles demasiado elevada para levantar cabeza.

Democracia contra mercados

Una vez más, Atenas es el ejemplo más claro de la crisis política que afecta a muchos países de Europa, donde en tiempos de recesión, el interés de los mercados vive enfrentado a la expresión de la voluntad ciudadana, lo que da lugar a la paradoja de que una consulta democrática de lugar a reacciones de espanto.
El gobierno socialista griego lleva meses metido en una olla presión; lidiando a la vez con brotes de desobediencia civil, protestas violentas y cinco huelgas generales en lo que va de año y con las exigencias del BCE y el FMI.
Con la convocatoria del referendo, el gobierno abandona su papel de mediador y plantea un diálogo directo. Pero la posible respuesta griega genera irritación y nerviosismo, sobre todo en Francia y Alemania, cuyos bancos son dueños de gran parte de la tóxica deuda helena.
Sondeos recientes muestran que el 60% de los griegos están en contra de los planes de recortes, incluso si esto supone deshacerse de parte de la deuda.
Según Gavitt Hewitt, editor de la BBC para Europa, los griegos incluso prefieren ya el caos de una bancarrota que años de privaciones.
En este escenario, no es de extrañar que de Nueva York a Tokyo los mercados hayan reaccionado al anuncio con caídas generalizadas.
El referéndum no sólo decidirá sobre un posible rescate, sino que da a los griegos la posibilidad de dar portazo al euro, lo cual podría iniciar una turbulencia financiera de consecuencias impredecibles.

Consecuencias

El "no" de Grecia supondría su automática bancarrota. El Estado se vería incapaz de seguir pagando pensiones y sueldos a funcionarios y lo más posible es que se viera fuera del euro.

Para la Eurozona, afirman los analistas, podría conllevar el temido efecto contagio, donde el ojo del huracán se trasladaría a otros países con un elevado nivel de deuda pública como Italia o España. La incertidumbre europea también podría poner en peligro los intentos de la UE por conseguir fondos de China.
Pero todas estas predicciones son a corto plazo. A largo plazo lo que se teme es una segunda y más profunda recesión de los mercados internacionales, así como una profundización de la crisis política que vive la Unión Europea.

Referéndum clave

De momento, el referéndum no tiene una fecha concreta, pero todo indica que tendrá lugar en el mes de enero.
Antes de la consulta, el gobierno se someterá a una moción de confianza en el parlamento donde está previsto que salga triunfante el partido de Papandreu, que cuenta con la mayoría de los asientos del hemiciclo.
Por ahora, lo único que se sabe seguro es que en un futuro próximo los mercados de valores estarán sometidos a jornadas volátiles de mucha presión.
Éste será el primer referéndum que Grecia celebre desde 1974, cuando el pueblo decidió abolir la monarquía después de la caída del gobierno de facto.
La diferencia esta vez es que la consulta no sólo definirá el futuro de quienes votan en ella, sino que afectará al conjunto de los países miembros de la Unión Europea.

2011/10/28

Reducen la deuda de Grecia a la mitad, ¿se salvó el euro?

Tras una reunión maratoniana que se prolongó durante más de diez horas, los líderes de la eurozona anunciaron en la madrugada de este jueves un acuerdo para intentar poner fin a la crisis de la deuda que afecta a varias naciones europeas y que amenaza el futuro de la moneda común.
En el pacto alcanzado en Bruselas, destaca la decisión acordada por los jefes de gobierno y la banca privada de reducir el monto de la deuda de clic Grecia en un 50% (unos US$140.000 millones).
En julio pasado, la banca ya había aceptado pérdidas del 21% sobre los bonos soberanos helenos ante las dificultades de Atenas para hacer frente a su deuda. Finalmente, la quita ascenderá al 50% y será clic voluntaria.
Además de la reducción del valor nominal de la deuda griega, los líderes de la eurozona acordaron recapitalizar los bancos de la región con 106.000 millones de euros (unos US$150.000 millones), elevando las exigencias de capital de máxima calidad de las instituciones financieras hasta el 9% antes de julio de 2012.
También decidieron aumentar la dotación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para que su capacidad de intervención alcance hasta un billón de euros (US$1,4 billones).

"El trabajo efectuado por Europa ha estado a la altura de las circunstancias", aseguró el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al término de la reunión.
Por su parte, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, aseguró que su país "habría colapsado" de no haberse alcanzado un acuerdo.
"Ha llegado un nuevo día para Grecia, esperemos que también sea un nuevo día para Europa y que lo peor haya pasado", declaró Papandreu, quien también aseguró que "la reducción de la deuda dará un respiro a los ciudadanos y a la economía real".

"Decisión contundente"

Según Sarkozy, el acuerdo alcanzado por los países del euro supone una respuesta "creíble y ambiciosa" a la crisis de la deuda.
Para el presidente francés, el resultado de la cumbre debe "aliviar a todos los que esperaban una decisión contundente de la eurozona".
Lo cierto es que la noticia del acuerdo contribuyó a aumentar la cotización del euro en los mercados asiáticos, al mostrarse los inversores más optimistas sobre las perspectivas económicas para Europa.
En los últimos meses, numerosas voces han acusado a los líderes europeos de no hacer lo suficiente para resolver la crisis de la deuda, incrementando la incertidumbre y la inestabilidad financiera.
Además de las decisiones citadas, los líderes de la eurozona dieron el visto bueno a nuevas medidas de consolidación fiscal por parte de los países que necesitan "finanzas públicas más sostenibles y más reformas estructurales", según explicó el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la rueda de prensa que cerró la cumbre.
En este sentido, los líderes europeos mostraron su satisfacción por el "claro compromiso" de Italia para reducir su déficit.
El gobierno de Silvio Berlusconi presentó este miércoles en Bruselas un programa de reducción del gasto que incluye el aumento de la edad de jubilación hasta los 67 años, la venta de propiedades del Estado y la flexibilización del mercado laboral, entre otros.
Según el corresponsal de la BBC en Bruselas, Chris Morris, uno de los motivos de la urgencia para que los líderes europeos alcanzaran un acuerdo era evitar que la crisis que ha llevado a Grecia al borde de la bancarrota se extienda a naciones de más peso, como es el caso de Italia o España.

Cautela

El acuerdo fue recibido con cautela por parte de inversores y mercados.
"La idea completa de que estamos llegando a números concretos está funcionando favorablemente", le dijo a la BBC Andrew Robinson, de Saxo Capital Markets.
Agregó que el acuerdo de recorte de la deuda griega en 50% parece un compromiso que funciona tanto para los bancos como para los líderes europeos.
Ese pacto, que era el más conflictivo, eliminó el mayor obstáculo en los esfuerzos europeos para estabilizar el mercado de la deuda.
Apenas se conoció el acuerdo, el euro escaló a su punto más alto en siete semanas frente al dólar estadounidense.
En Asia, los mercados abrieron al alza, y por ejemplo, el índice Nikkei ganó un 0,5%.
Europa es un importante mercado para las empresas asiáticas, mientras que naciones como China poseen grandes activos en euros.

2011/10/26

Los que ganan con la crisis de Grecia

La crisis de la Eurozona amenaza la situación económica de millones de europeos, pero también es una oportunidad de oro para muchos otros.
En un país necesitado de dinero líquido como Grecia, Yannis Perrotis, el director gerente de la inmobiliaria CBRE –líder en el mercado local–, explica que mientras los negocios están afrontando enormes problemas, muchas empresas internacionales con mayor poderío financiero están pudiendo copar el mercado.

"Están en una posición mejor de cara a obtener beneficios, y en la mayoría de los casos se aprovechan de eso", se queja Perrotis.
El empresario acaba de asegurar una operación en una conocido centro comercial de Atenas para el gigante de la moda deportiva Nike que venía siendo ocupado por un banco griego. El nuevo arrendatario no pagará ni la mitad de lo que solía ser el precio.
Las multinacionales de la moda H&M y Mango también se han hecho con nuevas instalaciones en medio del desplome de precios, comenta Perrotis.
Los dueños de los edificios no querían aceptar una caída tan fuerte en la renta, "pero ahora tienen que hacer frente a la nueva realidad".
Las compañías en situación financiera desesperada también representan una oportunidad.
El especialista en reestructuraciones Haris Satamoulis, presidente ejecutivo de la griega LEADfinance, explica que son muchas las empresas que están agobiadas por unos compromisos bancarios que no van a poder afrontar.
Debido a que los bancos griegos se han visto obligados a reestructurar esos créditos, Stamoulis cree que hay una oportunidad de negocio en comprar esa deuda de los bancos.

"Activos trofeo"

"Si una empresa debe US$100 millones a un banco y no pueden pagarlos, y el banco ha sido obligado a hacer provisiones contables para esa pérdida, si alguien ofrece dinero por el resto del montante, sería recibido como música para sus oídos", aclara el financiero.

Stamoulis de hecho ya ha captado más de US$200 millones de un banco estadounidense para ese tipo de negocios. Muchos más, cree, llegarán cuando las autoridades europeas consigan estabilizar la situación, si es que lo hacen.
"Va a haber un montón de fondos buitres dando vueltas alrededor. Muchos estadounidenses y europeos están interesados en esto".
Otra oportunidad de negocio vendrá de las muchas y variados activos del Estado que están siendo liquidados, operación con la que las autoridades esperan recaudar algo menos de US$175 millones.
Entre lo que será privatizado está la lotería nacional, una de las mayores y más rentables del mundo, y un aeropuerto construido para los Juegos Olímpicos de 2004.
En las actuales condiciones de depresión económica, Grecia ha sido reticente a poner esos "activos trofeo" en el mercado, pero la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, conocidos como la troika, presionaron al país para que venda y reduzca así sus deudas.
Nuevas oportunidades seguro que aparecerán.
Pero tal vez, la oportunidad de inversión más sorprendente de todas se puede encontrar, paradójicamente, en la causa principal de la crisis: los más de US$485.000 millones de deuda que el Estado no tiene forma de pagar.

La agobiante carga de la deuda

La BBC ha podido saber que algunos fondos de cobertura (hedge funds) dedicados al a inversión de alto riesgo planean comprar deuda pública griega en forma de bonos del Estado.
La estrategia depende de si la troika convence a los bancos de aceptar el "recorte" en el valor nominal de esos bonos.

Sólo con esa reducción del valor, lo agobiante carga de la deuda estatal que pesa sobre Grecia, según insiste la troika, se puede evitar que la crisis sigan profundizándose.
Eso porque tal rebaja sería voluntaria por parte de los tenedores a los que los fondos de inversión quieren comprárselos. Una vez adquiridos, entonces podrán negar hacer ningún tipo de reducción en el valor y exigir el pago al completo una vez los bonos hayan vencido.
Christopher de Vrieze, que escribe sobre deuda soberana para el sitio especializado Debtwire, afirma que algunos de esos fondos tienen como objetivo la deuda griega a corto plazo que vence en marzo.
Si la troika persuade a los bancos para aceptar la reducción, De Vrieze cree que "Grecia podrá financiarse por otro par de años y podrá pagar su deuda a corto plazo".
Como resultado, los fondos de cobertura que rechazan ponerse de acuerdo con la rebaja del valor nominal demandarán el pago al completo, de fondos provistos a Grecia bajo el plan de rescate de la troika.
Cuanto más profundo sea el recorte que acepten, según De Vrieze, mayores serán los beneficios de quienes entren ahora en inversiones en Grecia y más posibilidades tendrá el Estado de cumplir las exigencias de los fondos de pagar al completo el valor de los bonos.

Los fondos de cobertura ganan

"Es un gran negocio para ellos", dice.
Es imposible saber cuánto de la deuda griega está en manos de fondos de cobertura. No hay un registro público.
Pero una fuente del gobierno le dijo a la BBC que tras la primera reestructuración voluntaria de la deuda propuesta en julio, al menos US$27.000 millones fueron adquiridos por entidades no bancarias, incluidos fondos de cobertura.
Sony Kapoor, director gerente del centro de investigación Re-Define, ha seguido de cerca las negociaciones sobre la reestructuración voluntaria y cree que estos fondos de inversión se plantean ganancias del 60% al 100%, mientras los bancos, bajo presión de gobiernos y reguladores financieros, se enfrentan a pérdidas.
"El contraste entre los griegos de la calle que están perdiendo sus empleos, por un lado, y las enormes cantidades de beneficios que hacen buitres extranjeros y fondos de inversión debería verlo cualquiera", dice Kapoor.
"Vamos a asistir a un crecimiento en la escalada de movimientos de protesta en Europa una vez que esto salga a la luz".

"Círculo vicioso"

Los fondos de cobertura no podrían beneficiarse si los recortes en el valor nominal de la deuda fueran obligatorios. Así, cada titular de bonos griegos, incluidos los fondos de cobertura, sería forzado a rebajar el valor de los que tienen y asumir pérdidas.
Pero según Simon Tilford, economista jefe del Centro para la Reforma Europea, instituto de investigación con sede en Londres, las posibilidades de que los fondos de cobertura sufran pérdidas es escasa.

Tilford opina que los políticos europeos temen las consecuencias de una reestructuración obligatoria. Porque creen que, en ese caso, los inversores asumirían que esa fórmula podría ser aplicada a la deuda de otros países.
"Están preocupados de que si obligan a los acreedores a asumir la devaluación de sus activos, entonces se lancen a vender los bonos italianos y españoles", opina Tilford. "Eso dispararía los costos de emisión de deuda para esos países".
Si España e Italia fueran a entrar en un círculo vicioso como el griego, Tilford advierte que "el futuro del euro estaría en duda".
La presidenta de la Comisión de Economía y Política Monetaria del Parlamento Europeo, la eurodiputada británica Sharon Bowles, está de acuerdo en que no es pragmático intentar evitar que los fondos de cobertura se beneficien de la crisis de deuda pública griega.
"A nadie le gusta la idea de fondos o cualquiera que se beneficia de la miseria ajena, pero ¿qué solución hay?", dice Bowles.
Así es que, mientras los europeos parecen enfrentarse a años de austeridad gubernamental, hay fondos de inversión que resultarán, en el corto plazo, los grandes ganadores de la crisis.

2011/10/21

Los cinco puntos del menú de austeridad que desatan la furia griega

Decenas de miles de manifestantes griegos se encuentran reunidos en los alrededores de la sede del parlamento en Atenas, luego de que diera inicio una huelga general de dos días que tiene paralizada buena parte del país.

La mayoría de los servicios públicos y miles de oficinas y comercios privados han cerrado para respaldar las protestas en contra de un nuevo paquete de medidas de austeridad que el gobierno propone para hacer frente a la deuda.
El plan del gabinete de Georgios Papandreou incluye nuevos impuestos y más recortes en el sector público para cumplir con los compromisos de Grecia con la eurozona y el Fondo Monetario Internacional.
Este ahorro permitiría asegurar un rescate de la economía nacional por parte de dichos organismos, pero de acuerdo a las organizaciones sindicales, acabarán de sumir al país en una espiral de deuda.
Grecia, al borde de una cesación de pagos, podría arrastrar a la crisis a otros miembros de la UE. Pero las severas condiciones que le exigen a cambio de ayuda tienen a la sociedad protestando en la calle desde hace meses.
Vea cuáles son los ejes del plan de austeridad que el gobierno podría reforzar con nuevas medidas.

Impuestos

Con la reforma el estado pretende recaudar US$3.212 millones más este año, y en 2012 otros US$4.679 millones más. Para 2013 el aumento sería de US$210,4 millones y para 2014 US$967 millones.
Los hogares contribuirán con una tasa de solidaridad de entre 1% y 5% del ingreso para recaudar US$1.910 millones.
El umbral de ingresos libres de impuestos bajará de US$16.600 a US$6.900, y los propietarios deberán pagar mayores porcentajes por sus inmuebles.
El IVA subirá del 19% al 23%, del 11% al 13% y del 5,5% al 6,5%. Para los restaurantes y bares, el IVA subirá del 13% al 23%.
También se deberá pagar más por algunos artículos considerados de lujo, como yates, piscinas y ciertos modelos de auto.
Varias excepciones impositivas serán anuladas.
Por otro lado, subirán los impuestos al consumo de productos específicos como la gasolina, los cigarillos o las bebidas alcohólicas y se comenzará a tasar a las empresas más productivas, a las propiedades de alto valor, y a los individuos de mayores ingresos.

Recortes en el empleo del sector público

Los salarios de los funcionarios públicos bajarán hasta representar un ahorro de US$2.770 millones para 2015. Además, los sueldos nominales serán recortados en un 15%.

Los salarios de los empleados de las empresas estatales serán recortados más aún, un 30% y se acotarán los aumentos y los bonos.
El número de funcionarios que pueden ser suspendidos con paga parcial subirá a 30.000 desde 20.000. Recibirán el 60% del sueldo durante un año, cuando sus contratos prometían un puesto de por vida.
Se pondrá fin a todos los contratos temporales.
En 2011 sólo se reemplazará a 1 de cada 10 empleados públicos que se retiren, y a uno de cada cinco en los años próximos.

Recortes en el gasto

Los gastos de Defensa se reducirán en US$276 millones el año próximo, y en US$461 millones en 2013, 2014 y 2015.
Los gastos en Salud se reducirán en US$429 millones este año y otros US$2.500 en el período 2012-2015, fundamentalmente bajando los precios de los medicamentos.
La inversión pública se reducirá en US$1.176 millones, así como los subsidios a los gobiernos locales.
El gasto en educación se recortará en un monto que equivaldrá al cierre o la fusión de 1.976 escuelas.

Recorte de beneficios

Los servicios de previsión social se recortarán en US$1.509 millones en 2011, US$1.772 millones en 2012, US$1.426 millones en 2013, casi US$1.400 millones en 2014 y alrededor de US$970 millones en 2015.
Se introducirán nuevas pruebas de control de ingresos y algunos beneficios se acabarán.
Las pensiones mensuales que superen los US$1.660 mensuales se rebajarán en un 20%.
Los jubilados menores de 55 años que existan a la fecha perderán un 40% de su mensualidad si supera US$1.384.
El gobierno además espera recaudar más contribuciones reforzando los controles contra la evasión y el trabajo en negro.
La edad mínima para la jubilación subirá a los 65 años y se requerirán 40 años de aportes para recibir la pensión completa.

Privatizaciones

El gobierno piensa ahorrar para 2015 cerca de US$70.000 millones mediante la privatización de disntintas empresas, como:
- La venta de su participación en el monopolio de apuestas OPAP, el banco de préstamos Hellenic Postbank, los operadores de puertos Piraeus y Thessaloniki, y Aguas Thessaoloniki.
- La venta de un 10% de las acciones de Hellenic Telecom a Deutsche Telecom por unos US$553 millones.
- La venta, el año próximo, de su participación en Aguas Atenas, la refinadora Hellenic petroleum, la proveedora de electricidad PPC, el banco ATE, así como puertos, aeropuertos, concesiones viales, tierras municipales y derechos de minería.
- A estas ventas se agregarán más privatizaciones por US$9.700 millones en 2013, US$18.000 millones en 2014, US$20.767 millones en 2015.

2011/10/17

¿Y si Grecia no paga su deuda?

Los ministros de Finanzas del G-20 reunidos en París se enfrentan a una cruda realidad: hace casi un año y medio que Grecia recibió su primer clic "rescate" y la crisis sigue sin resolverse.


Los líderes europeos volverán a ser cuestionados sobre qué van a hacer con Grecia.
Lo que parece seguro es que el país va a recibir el próximo mes la siguiente entrega del segundo rescate, que en total asciende a US$11.000 millones. Pero no es más que un parche y todo el mundo lo sabe.
Desde mayo de 2010, la economía Grecia se ha clic hundido y su deuda no ha hecho más que crecer. El próximo año se espera que alcance un 172% de su Producto Interno Bruto.
La mayoría de los economistas y banqueros cree que Grecia es insolvente. Algo con lo que cada vez más coinciden funcionarios y políticos de clic Alemania.
Los economistas ya estudian qué pasaría si se le condonara a Grecia parte de su deuda, si no devolviera una porción de lo que ha tomado prestado de la banca.

Un parche

El segundo paquete de rescate griego, negociado el 21 de julio, ya incluye una reducción del valor nominal de la deuda. Los bancos deberán asumir un golpe del 21%.

No obstante, resulta evidente que no es suficiente. Se ha extendido la creencia de que es necesario que el monto de la deuda soberana del estado griego sea cortada al menos en la mitad para poder encarar un escenario realista y albergar alguna posibilidad de retomar la senda de la estabilidad.
Con eso, los bancos y otras instituciones financieras podrían tener que asumir una rebaja del 50% en el valor de sus inversiones en bonos griegos.
Es por esa razón que el foco de atención en la información sobre la crisis se ha trasladado ahora a la salud de los bancos europeos. Las dos pruebas de estrés que se han hecho no resultan convincentes.
Nadie está seguro de lo que el impacto de una suspensión de pagos de Grecia podría tener en el sistema bancario. Así que hay prisa en apuntalar las cuentas. Y ese es el objetivo: limitar el impacto de la quiebra griega.
Pero como con casi cada paso que se ha dado en la búsqueda de una solución a la crisis, conllevaría nuevos riesgos. Si la banca necesita rehacer su capital, eso implicaría reducir los préstamos, lo que supone el peligro de que se congele el sistema financiero.
Esa fue la advertencia que lanzó una de las principales figuras de la banca mundial, Josef Ackermann, presidente del enorme clic Deutsche Bank.
Todo tiene que ser sopesado y discutido en los próximos días. Como dijo un alto funcionario, "no se puede tener un plan convincente sin reducir la deuda griega".
Pero hay otro factor, un comodín: el pueblo griego.

¿Y si dicen que no?

Es posible que el pueblo griego quiera alzar su voz para decir que simplemente rechazarán continuar con planes de austeridad impuestos desde el exterior por sus acreedores.
¿Qué pasa entonces los griegos dicen que no? ¿Qué ocurrirá si sabotean los planes a través de muchas y pequeñas -o no tan pequeñas- acciones?

Una de las nuevas medidas del último plan de austeridad incluye usar la factura de la electricidad para establecer una tasa a la propiedad.
Los manifestantes ya han ocupado las oficinas de la compañía eléctrica. Si no hay facturas, no hay que pagar.
Podría decirse que la institución clave en la gestión de la crisis es el Ministerio de Finanzas. Pues bien, sus funcionarios acaban de convocar una huelga de diez días a partir del 17 de octubre.
El país depende de los ingresos del turismo, pero los manifestantes protestan bloqueando el acceso a la Acrópolis. Los marinos que operan los ferrys que navegan entre islas planean ir a la huelga y las ciudades están llenas de montañas de basura por la protesta de los trabajadores municipales.
Algo llamativo, un despacho de la agencia Reuters: "Los abogados rechazan presentarse en los jugados y los médicos marchan frente al Ministerio de Salud, mientras un grupo de pacientes de cáncer de riñón lo hacían a las puertas del Ministerio de Economía, ya ocupado por funcionarios en huelga".
Suele ser muy fácil exagerar el impacto de las protestas callejeras. Siempre hay una mayoría silenciosa. Pero en Grecia no parece que eso siga siendo así.
El ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, ha advertido de un círculos vicioso, de que las huelgas están llevando a los acreedores griegos a dudar de que el país pueda cumplir sus compromisos y nuevas medidas de austeridad resulten necesarias.
Venizelos se lo dice a la gente tal y como lo ve él: no hay alternativa al plan de la troika que forman la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo.
Están las cumbres y están las calles. En los próximos días habrá muchas negociaciones sobre cómo salvar la Eurozona, pero el pueblo griego, no sólo los sindicatos del sector público, puede simplemente alterar el plan.

2011/09/28

Grecia intenta atraer inversión alemana

El primer ministro griego, George Papandreou, le dijo este martes a los empresarios alemanes durante un acto en Berlín que invertir en Grecia sacará a su país de la profunda crisis en que se encuentra.
Agregó que su país estaba introduciendo reformas sin precedentes para recuperar la competitividad.
En el mismo acto la canciller alemana, Angela Merkel, recalcó que Europa no puede salir de la crisis de la deuda asumiendo más gastos.
Papandreou se encuentra en Berlín para reunirse con Merkel y convencerla de los progresos que su país ha logrado hacia la reducción del déficit fiscal.
Este jueves el parlamento alemán somete a votación la aprobación de fondos adicionales para Grecia, como parte del plan de rescate acordado por líderes europeos en julio.
Si Grecia no consigue el dinero adicional antes de mediados del próximo mes, el gobierno de Papandreou sostiene que no estará en condición de pagar sus deudas.
Los principales mercados europeos abrieron al alza este martes, abrigando esperanzas de que se tomen acciones para enfrentar la crisis de la deuda.
Previamente, las bolsas asiáticas cerraron con ganancias.
clic A fondo: crisis en la eurozona

2011/09/16

¿Será Grecia la Lehman Brothers de Europa?

Hoy hace tres años, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Hank Paulson, tomó una decisión trascendental: permitió que el banco de inversiones Lehman Brothers colapsara.
El gobierno de Estados Unidos había ayudado a rescatar una serie de instituciones financieras, pero los mercados colocaban a más entre la espada y la pared.
A Paulson se le agotaban el tiempo y las opciones. No había apoyo político en Washington para seguir gastando dinero para resolver el problema.
Wall Street tendría que aprender a enfrentar las consecuencias de su propia locura.
Hoy, muchos dicen que fue una decisión errada.
La crisis financiera resultante (el mercado de valores se desplomó 43%) obligó a las autoridades a hacer exactamente lo que habían tratado de evitar: comprometer miles de millones de dólares en rescatar el sistema financiero.

¿Va a cambiar?

Ahora volvamos al presente. La "troica" de prestamistas de Grecia –la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo- podría pronto enfrentar un momento decisivo de dimensiones similares.
Pese a que lo prometió, el gobierno en Atenas no ha mantenido su promesa de los gastos excesivos y sigue pidiendo dinero.
Los griegos se quejan de que los recortes de gastos exigidos por la troica están destruyendo la economía de su país, lo que a su vez reduce los ingresos fiscales y aumenta la necesidad de más dinero prestado.
Pero Alemania y otros prestamistas creen que los europeos del sur han vivido más allá de sus posibilidades y que es hora de que aprendan a tener disciplina.
¿Realmente se atreverían a cortar el flujo de recursos a Grecia y convertirla en un ejemplo? o, con las protestas diarias en Atenas ¿acaso decidirá Grecia por sí sola retirarse de la mesa?
Y si lo hicieran, ¿desatarían otra crisis global?

Política miope

"En ambos casos, las autoridades que podrían lanzarse al rescate, no quieren comprometerse", dijo el execonomista del Banco de Inglaterra John Gieve.
En parte, eso se debe a lo que llaman "riesgo moral", indicó el experto: cuando rescatar a un banco o a un gobierno temerarios sólo promovería más imprudencias.
Alemania, por ejemplo, tiene un ojo puesto en los tímidos intentos de Italia por implementar medidas de austeridad.
Eso crea una especie de juego de póquer, con cada parte usando la amenaza de catastrofes para ganar concesiones: austeridad vs. rescates.
"Es racional para todo el mundo tomar medidas para fortalecer el sistema", señaló Gieve. "Pero, debido a que lo estás haciendo al borde de un abimso, hay un riesgo de que no todo te salga a pedir de boca".
El principal problema es político. El gobierno alemán sufrió una gran derrota en las elecciones regionales. Los rescates en Grecia no son populares con los votantes alemanes.
"La política no es un proceso racional. La crisis provoca miopia", indicó Jerome Booth, director de investigaciones de la empresa de inversiones Ashmore.
Booth considera que el mayor riesgo es que Grecia se retire: "Todo lo que necesitas es que algún político se pare y diga 'voten por mí y no tendrán que volver a pagar sus deudas'".

Devaluación

Evidentemente sería muy irracional para Grecia que deje cooperar. Si no recibe los rescates proporcionados por la troica, el país no podrá pedir prestamos.
Pero incluso si dejara de pagar sus deudas, Grecia tendría que hacerle frente a un terrible trauma.
El año pasado, el gobierno prestó el equivalente a 10,5% de su producción económica anual, sólo para financiar el gasto general del gobierno.
Ese exceso de gasto tendría que cesar inmediatamente. Los bancos griegos colapsarían, carentes de cualquier apoyo externo.
Tras haber cruzado la barrera de la moratoria unilateral, muchos economistas creen que los griegos deberían abandonar el euro.
Una razón es la necesidad de devaluar su moneda para restaurar su competitividad. "Grecia necesita mover su tasa cambiaria en al menos 30% para tener la oportunidad de recuperar empleos", dijo Booth.
Otra razón es que el Banco Central de Grecia podría entonces financiar las continuas solicitudes de préstamos del gobierno imprimiendo de nuevo dracmas. Pero la inflación se dispararía y las importaciones se volverían más caras.

Reacción en cadena

¿Qué significaría esto para el resto del mundo?
En 2008, bancos de todo el mundo se habían endeudado hasta el extremo y fueron incapaces de absorber las pérdidas que se extendieron desde el mercado inmobiliario estadounidense.
Eso amenazó con una reacción en cadena de bancarrotas, lo cual provocó un deterioro de la confianza en todo el sistema financiero internacional.

La corrida bancaria electrónica resultante fue la causa inmediata de la crisis. Bancos, casas de bolsa, fondos de seguros y los especuladores confiaban plenamente en un suministro seguro de financiamiento barato a corto plazo, que de repente desapareció.
Los bancos han pasado los tres últimos años apretándose el cinturón. Reconstruyeron su capital, es decir, su capacidad para absorber pérdidas.
La dependencia en préstamos a corto plazo también se ha reducido y los bancos centrales están preparados para proporcionar préstamos de emergencia que rescaten el sistema.
Y no habría factor sorpresa
"(A diferencia de Grecia) la agonía de Lehman no duró dos años", señaló Gieve. "Sustancialmente, los bancos ya han descontado las deudas (griegas)".

Desorden legal

No obstante, los bancos europeos son ampliamente vistos como el talón de Aquiles del continente, con los precios de sus acciones cayendo 50-70% en los últimos seis meses.

Notablemente, cuando hicieron las pruebas de solvencia de los bancos, en julio pasado, los reguladores europeos no incluyeron la posibilidad de que un gobierno se declarara en cesación de pagos.
Pero esto sólo ha aumentado la incertidumbre sobre quién sufrirá con mayor intensidad las consecuencias de una moratoria, socavando la confianza en todos los bancos.
Hay evidencia que señala que, durante el verano, los bancos europeos han estado silenciosamente sacando su dinero de Europa, mientras que se ha reportado que para un cierto banco francés es imposible pedir prestado en dólares.
Booth asegura que algunos bancos no podrían soportar las pérdidas generadas por la deuda del gobierno griego, digamos que hasta un 75% su valor original, y un simultáneo colapso de los bancos griegos.
Y una salida griega de la zona euro crearía un inmenso desorden legal: ¿tiene Grecia el derecho de dejar el euro? ¿Podrían las compañías transformar contratos hechos en euros a contratos en devaluados dracmas? ¿Cómo serían reconvertidos los ahorros y las deudas personales?

Goteo financiero

Economistas aseguran que el daño más grande de una moratoria griega o de una salida griega del euro podría ser el precedente que sentará.
A diferencia de 2008, ahora hay un segundo y más preocupante canal para un contagio financiero: la deuda gubernamental.
Durante el nerviosismo de las últimas semanas, los mercados han estado diferenciando más claramente entre la segura Alemania y los riesgosos países del sur de Europa. ¿Por qué prestarle a un país que podría seguir los pasos de Grecia o convertir euros en devaluadas liras?
La preocupación de cada líder europeo es que los inversionistas puedan dejar de prestarles a España y a Italia, economías que juntas son más de 10 veces el tamaño de la griega.
Las dos ya han sido puestas en régimen de inyecciones financieras de Banco Central Europeo.
"Se necesita difundir con claridad que otros países no tienen el mismo problema (que Grecia)", dice Booth.
Y el cree que los respectivos programas de austeridad están avanzando bastante en esa dirección.

Dolores que crecen

Sin embargo, otros economistas advierten que las medidas de austeridad empeoran un problema diferente, que muchos países del sur de Europa comparten con Grecia.
Gracias a que los salarios aumentaron durante los años de vacas gordas, todos estos países han visto cómo su capacidad de competir con Alemania se ha visto gradualmente minada, pero cómo pertenecen a la eurozona no pueden restaurarla a través de la devalución de su moneda.
Y con Alemania insistiendo en que todos los gobiernos -incluyendo el propio- corten sus gastos, el crecimiento económico se ve bajo amenaza. Eso, a su vez, hace que las deudas sean más difíciles de pagar.
El problema acaba de completerse con la gradual pérdida de confianza en sus bancos, lo que hace que más difícil para ellos conseguir prestado el dinero que necesitan para apoyar su economía.
De hecho, sin el soporte financiero de Alemania, puede estar más allá de las posibilidades de Italia, España -o incluso Francia- rescatar sus bancos mientras permanezcan atados al euro. Lo que sólo socava aún más la confianza.
Sin embargo, el hundimiento de un banco europeo de gran tamaño ahora sería tan inmanejable como en 2008 y con las mismas probabilidades de diseminar una crisis financiera a lo largo y ancho del globo.
Algunos economistas dicen que que las soluciones a la crisis aún están al alcance de Europa. El problema es la poca voluntad de los políticos a tomar los pasos necesarios, pues estos causarían dolor y pérdida de votos.
Entonces, al igual que con Lehman Brothers, la gran pregunta que deben hacerse ahora a los mercados es: ¿cuán grande tiene que llegar a ser la crisis financiera para que produzca coraje político?
¿O es que acaso a los políticos se les acabará el tiempo antes?

2011/08/05

Grecia endurecerá las leyes sobre Internet tras las protestas contra los recortes


Grecia se dispone a endurecer su legislación de Internet y medios para atajar la violencia contra los políticos que respaldan un impopular plan de austeridad, dijo el ministro de Justicia.
La iniciativa llega tras advertencias públicas del primer ministro George Papandreu el mes pasado de que las protestas contra los recortes de gastos, decretados por su Gobierno para satisfacer a los prestamistas internacionales, amenazaban la democracia.
Las medidas de austeridad requeridas a cambio de un rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional han generado ataques contra los políticos y sangrientas manifestaciones en las calles de Atenas, donde jóvenes encapuchados se han enfrentado con la policía antidisturbios.
Los manifestantes han usado a menudo Internet para coordinar e informarse del paradero de los políticos a los que planeaban agredir. El ministro de Justicia, Miltiadis Papaioannou, dijo que la nueva ley facilitaría la identificación de los blogueros anónimos, informó la agencia Europa Press.
"No habrá más gente enmascarada en Internet", dijo en un comunicado. "En manos de unos pocos, Internet se ha convertido en una herramienta dañina para amenazar las vidas de los ciudadanos".
En un intento para atajar las voces críticas en los diarios y la televisión, Papaioannu también invitó a los medios a abordar conjuntamente una serie de normas voluntarias y posiblemente a incrementar los poderes del regulador de los medios.
"La violencia que se ha extendido en los últimos meses está minando las instituciones democráticas", dijo el ministro.

2011/07/27

Crisis en Grecia: por qué le dicen "canje" cuando quieren decir "default"

Parecería una discusión meramente semántica, pero se ha tornado en una de las claves del plan de rescate a Grecia: las autoridades europeas hablan de "canje" de bonos, mientras las agencias de calificación de riesgos lo llaman "suspensión de pagos".
El debate no es inocente: además del daño a la cotización de la deuda soberana griega, una "suspensión" de pagos permitiría cobrar a los tenedores de seguros contra la deuda (Credit Default Swap o CDS) a las grandes instituciones financieras que los detentan.

Aunque es imposible saber a cuánto ascienden los CDS contra Grecia, en bruto, la cifra podría rondar los US$78.000 millones, algo que en neto abriría al menos un agujero de US$5.000 millones en las entidades que los han emitido, según el editor de Economía de la BBC Paul Mason.
Las consecuencias de la ejecución de esos CDS es algo que tampoco queda claro, porque se desconoce en qué medida han apostado las entidades consideradas sistémicas "o demasiado grandes para dejarlas caer", como se dijo durante la crisis de Lehman Brothers, en 2008.
Lo único que parece que no está en duda es la resolución de las autoridades europeas a no dejar que pase y por eso su insistencia en hablar de todo menos de "suspensión de pagos". Las agencias de calificación de riesgos no están de acuerdo.

Canje de bonos

El nuevo plan de rescate a Grecia por US$155.000 millones aprobado en el seno de la Unión Europea incluye que los acreedores privados intercambien sus títulos de deuda por otros que vencerán más tarde y por los que obtendrán menos rentabilidad en términos de intereses.
Así, se espera que el sector privado termine aportando US$71.000 millones. Según el Instituto Internacional de Finanzas (IIF, por sus siglas en inglés), entidad que representa a los mayores bancos internacionales, el acuerdo les costará a los acreedores privados un 21% del valor estimado de la deuda que poseen.

Eso, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, "no cree" que se pueda llamar "suspensión de pagos".
Al contrario, las agencias de calificación de riesgos no parecen estar de acuerdo con la terminología oficial y ya comienzan a cumplir su advertencia de tomarlo como un "default".
La última, Moody's, que justificó su decisión de este lunes de volver a rebajar su calificación de la deuda griega diciendo que "el anunciado programa europeo implica que la probabilidad de un canje, y por lo tanto una suspensión de pagos o moratoria en los bonos griegos es virtualmente del 100%".
"Una vez que se complete el canje, Moody's revisará la calificación de Grecia para garantizar que refleja el riesgo asociado al nuevo perfil de riesgo del país, incluido el potencial de nuevas reestructuraciones de deuda", señala el comunicado.
Y es que según la agencia, "Grecia todavía se enfrenta a problemas de solvencia a medio plazo. Su deuda acumulada estará por encima del 100% del PIB durante muchos años".
La resolución de Moody's llega días después de que Fitch, otra de las grandes agencias de calificación de riesgos, advirtiera que registraría el acuerdo como una "suspensión de pagos selectiva" por parte de Atenas.

Sin contagio, por el momento

Pese a la insistencia de Moody's en tomar la medida como una moratoria impuesta al sector privado, su previsión general sobre el largo plazo en la economía griega es positiva.
"Mirando más hacia delante, el programa de la UE y la propuesta de canje incrementará la probabilidad de que Grecia pueda estabilizarse y eventualmente reducir su deuda", señala el comunicado.
"El paquete además beneficia a toda la deuda soberana de la zona euro del alto riesgo de contagio en el corto plazo que hubiera provocado una caída en una suspensión de pagos desordenada".
No obstante, la agencia también apuntó que considera que Atenas todavía tendrán que enfrentarse a "significativos riesgos derivados la implementación de las reformas económicas y fiscales".
Estas reformas, parte de un severo programa de austeridad aprobado por las autoridades griegas a exigencia de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), resultan muy impopulares entre la ciudadanía y se enfrentan a una auténtica ola de protestas en la calle.

BBC Mundo

2011/07/04

Grecia está en venta: ¿quién la compra?

La escalada de alivio vivida en los mercados internacionales tras la aprobación del paquete de austeridad en Grecia lleva a preguntarse quiénes son los inversores que se han lanzado a comprar.

Lo más extraordinario fue que la bolsa de Atenas terminó la semana con subidas. Sólo el martes, fue de un 4%.
¿Por qué alguien querría comprar en Grecia justo cuando se aprueba un plan de austeridad que básicamente garantiza que la economía caerá en más de un 3%, llevará el desempleo al 15% y ofrece al país pocas esperanzas de recuperación al corto plazo?
Y no olvidemos que en la medida que el Producto Interno Bruto retrocede, crece el déficit medido en porcentaje del PIB, lo que en teoría hará que se requiera un nuevo programa de autoridad que frenará la economía y hará que vuelva a crecer el déficit, y así hasta el infinito.
La palabra "crecimiento", tan querida por el corazón de los inversores, brilla por su ausencia.
Si los planes de austeridad se implementaran al completo –y hay poca confianza en que eso pase– los impuestos subirán y el gasto se quedará en los huesos.
El tercer aspecto, es la privatización, diseñada para obtener más de US$70.000 millones en cinco años. Más de US$20.000 millones sólo en el bienio 2011-2012.
Viendo que el gobierno griego no consiguió vender US$10.000 millones en tiempos de bonanza (2004-2008), las oportunidades son que una subasta sólo consiga poner algo en el mercado con precios por debajo de escandalosas ofertas.

¿Nueva escoba?

Aunque con la privatización se puede conseguir algo más que llenar las vacías arcas estatales. Jamie Stewart, director del centro de investigación independiente Eden Financial, opina que hay "obviamente una ventaja en tener fondos conseguidos de las ventas, pero también en una nueva forma de gestión de la infraestructura de estas enormes compañías, hacerlas volver a crecer y que contribuyan con impuestos".
El gobierno anunció la venta "inmediata" del grupo de telecomunicaciones OTE, correos, los puertos de Atenas y Tesalónica y la compañía pública de aguas en Tesalónica.
Deutsche Telekom ya poseía el 30% de OTE. En 2008, el gobierno le ofreció otro 10%.
La multinacional alemana no debería estar tentada en ampliar su participación en una empresa cuyos beneficios netos cayeron un 54% en el primer cuarto del año. Pero, de nuevo, no se puede culpar al gobierno griego de tratar de ingresar los casi US$600 millones que podrían valer esas acciones de OTE.
Vender bancos puede ser algo más problemático. Tienen una débil posición en el mercado y para salir adelante necesitan inyecciones de capital.
El Banco Agrícola de Grecia tiene el terrible honor de haber fracasado en las primeras pruebas de estrés de las entidades financieras europeas, lo que dio una costosa muestra de su precaria salud.

Bonanza de infraestructuras

Las empresas de aguas, los puertos y algunas de las empresas de materias primas pueden conseguir más compradores, a pesar de que todas tienen sindicatos muy organizados, algo que no ven bien los potenciales nuevos dueños con tendencia a recortar costos.

La más desalentadora es la Empresa Pública de Energía de Grecia, que carga con una sucia red de centrales alimentadas con lignito.
En dos años, se enfrentará a las enormes facturas por los certificados de emisión de carbono de la Unión Europea. Y sus sindicatos son tan duros como cualquier otro en el país.
Pero del otro lado, el agua ha comprobado ser menos problemática, especialmente con potenciales inversores, como Veolia Environment y Suez Enviroment, que tienen experiencia en economías volátiles y a menudo en medio de batallas contra privatizaciones.
El gobierno también pretende vender el 49% de su presencia en el grupo ferroviario OSE, que podría resultar atractivo para inversores extranjeros, siempre y cuando el gobierno se haga cargo de los US$10.000 millones de su deuda y las libre de algunas de las líneas "sin ánimo de lucro".
En venta, también, estarán algunas de las empresas deficitarias en el sector de defensa, sobre las que hay informes de interés en EE.UU., Israel y Alemania, si la administración asume parte de su deuda.

Se busca jugadores

Tal vez el candidato más atractivo para los inversores internacionales sea la compañía estatal de apuestas y loterías, la empresa europea más grande del sector y que gestiona nueve casinos, un operador de carreras de caballos y las loterías.

En total, sus ingresos en 2008 fueron unos US$12.600 millones y tiene el monopolio de las apuestas deportivas y las loterías hasta 2020.
Y, hablando de juegos, muchas de las propiedades olímpicas van a ir a la subasta, también, y su construcción jugó un papel que no es insignificante en meter a Grecia en todos estos problemas.
Aunque las ventas de propiedades están llenas de obstáculos legales: el primero, la ausencia de un registro de tierras confiable y centralizado.
Lo que significa es que el gobierno podría acordar la venta de un pedazo de tierra y se tarde años de retrasos y peleas legales para hacerlo efectivo.
Y eso se puede decir de todo el proyecto de privatización.

BBC Mundo

2011/06/29

Lo que Grecia puede aprender de Argentina

A medida que la crisis financiera de Grecia se prolonga - el Parlamento acaba de aprobar el clic plan de austeridad del gobierno, lo que podría derivar en más descontento popular-, los expertos que han estado buscando precedentes se han referido en reiteradas ocasiones al último país que sufrió un fiasco económico comparable: Argentina.
En el peor de los casos, el pasado reciente de Argentina es el futuro de Grecia.

El colapso del peso, la mayor cesación de pagos (default) de la historia y los posteriores disturbios sociales y políticos que sacudieron a Argentina en 2001-2 son vistos por muchos economistas como una terrible advertencia para los políticos en Atenas, la capital griega, y Bruselas, sede de las principales instituciones de la Unión Europea.
Incluso a primera vista, los problemas de Grecia tienen mucho en común con los de Argentina hace casi una década.
En el nivel del instinto -que es, después de todo, como en general funcionan los mercados- la crisis griega da la misma sensación de accidente ferroviario en cámara lenta que caracterizó el deslizamiento de Argentina hacia el caos.
clic Lea también: Grecia, lo que está en juego para América Latina
En el caso de Argentina, el gobierno se esforzó por mantener la economía en los rieles, a pesar de que contaba con la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), durante casi todo el 2000 y 2001, antes de que el presidente Fernando de la Rúa se viera obligado a dimitir.
Su sustituto, Adolfo Rodríguez Saá, sólo duró una semana en el cargo. Pero antes de dejar el poder, provocó un default de la deuda de US$102.000 millones, que el país todavía está tratando de remediar.
Los argentinos comunes y corrientes sufrieron las consecuencias de la crisis. La tasa de desempleo llegó a 21,5% y no volvió a un solo dígito hasta fines de 2006.
clic Lea también: Una vieja fórmula del FMI para ayudar a Grecia

Visión a corto plazo

Si esa era de turbulencia en Argentina tiene algo que enseñarle al mundo, es discutible si el país sudamericano, de hecho, aprendió algo de su propia experiencia.

En Buenos Aires, como en Atenas, sigue siendo popular culpar a forasteros como el FMI por la situación del país, sin llegar a admitir la medida en que su propio comportamiento contribuyó a la crisis.

Y con la presidenta argentina Cristina Fernández como candidata a un segundo mandato en las elecciones previstas para el 23 de octubre, el mismo enfoque económico de corto plazo es muy evidente.

Al igual que Grecia amañó sus estadísticas nacionales, en primer lugar, para que se le permitiera unirse al euro, la falsificación flagrante en Argentina de los datos de su inflación ha sido ampliamente denunciada por los analistas financieros.

Muchos observadores han señalado que los problemas de Grecia se podrían resolver adecuadamente sólo después de años de dolorosas reformas estructurales, mientras que dudan si realmente los griegos podrían soportar una solución como ésta.

En Argentina, también, el deseo de hacerles frente a los problemas estructurales subyacentes de la economía se desvaneció cuando el país volvió a crecer, aumentando los temores de que su actual auge eventualmente llegue a ser insostenible.

Crisis monetaria

Aparte de la larga duración del sufrimiento de Grecia, hay otros paralelos más profundos entre los aprietos de los dos países.

Para empezar, ambos se encerraron en un régimen cambiario que no les dio flexibilidad.
Grecia, por supuesto, está en la zona euro, por lo que su política monetaria la decide el Banco Central Europeo en Fráncfort, Alemania.

Por el contrario, Argentina mantuvo su propia moneda, el peso. Pero bajo la Ley de Convertibilidad, aprobada en 1991 y vigente hasta enero de 2002, el valor de éste se fijó en paridad con el dólar de Estados Unidos.

Esa política fue creada por Domingo Cavallo, entonces ministro de Economía del presidente peronista Carlos Menem, como una forma de restaurar la credibilidad de la moneda después de años de una inflación galopante.

Inicialmente, funcionó bien. Tan bien que incluso se convirtió en un artículo de fe para la opositora Unión Cívica Radical (UCR).

A fines de la década de 1990 entrevisté al economista de la UCR José Luis Machinea, favorito para ocupar la cartera de Economía una vez que el partido ganara las siguientes elecciones.

Él insistió en que "la convertibilidad" sería la piedra angular de su política y cumplió su palabra cuando obtuvo el puesto en diciembre de 1999.

Sin embargo, duró menos de 15 meses en el cargo, antes de renunciar cuando los esfuerzos del gobierno por defender la paridad cambiaria condujeron a recortes de gastos poco populares.

Las deudas pendientes

Argentina había permitido que su deuda pública se saliera de control, como lo ha hecho Grecia ahora, pero la situación de Grecia es mucho peor, con una deuda pública actual de un 158% del producto interno bruto (PIB), en comparación con el 62% del PIB en Argentina en 2001.
Al mismo tiempo, el vínculo de Argentina con el dólar significó que sufrió los altibajos de la economía estadounidense, al igual que la zona euro impone una camisa de fuerza de talla única para sus diversas economías, lo que les impide la devaluación o el establecimiento de sus propias tasas de interés.

Si Grecia quiere seguir a Argentina, tendrá que abandonar el euro y dejar de pagar la mayoría de su deuda.

Esto se ve muy poco atractivo, ya que Argentina todavía está siendo penalizada por su default. A pesar de que ha firmado acuerdos con la mayoría de sus acreedores, sigue sin poder pedir prestado en los mercados mundiales.

Argentina se encuentra actualmente en conversaciones con el grupo de acreedores del Club de París para liquidar la mayor parte de sus deudas pendientes, pero hay pocas señales de progreso.

Por supuesto, Grecia tiene niveles de deuda mucho más altos que los que tenía Argentina y es menos competitiva en los mercados mundiales.

Y mientras que no hubo un mayor contagio del default argentino, una salida griega del euro empeoraría las cosas para los demás países de la euro-periferia, como Irlanda y Portugal.

Las economías argentina y griega, por cierto, son muy similares en tamaño en la actualidad: la clasificación mundial del FMI el año pasado las puso en los número 27 y 32, respectivamente.

Pero antes de la crisis, la economía de Argentina era mucho más grande. En 1999, ocupaba el lugar 16, según el FMI. Ésa es otra razón para que Grecia tenga cuidado con los cantos de sirena que la instan a entrar en default.

Debajo del colchón

Es evidente que Argentina tiene lecciones para enseñarle a la eurozona. Sin embargo, el Reino Unido también debe prestar atención.
A finales de los años 90, cuando la convertibilidad todavía funcionaba para Argentina, había un sentimiento entre la élite de Buenos Aires de que el país había cambiado realmente y se había convertido en un lugar más responsable.
En los días de la hiperinflación, la gente había mantenido el valor de sus ahorros intercambiando sus pesos en efectivo por dólares y escondiéndolos en algún lugar en sus hogares.
El único banco en que confiaban era en el "banco del colchón".
Ese hábito cayó brevemente, pero ahora está de vuelta. Al igual que el Reino Unido nunca eliminó realmente el ciclo de auge y decadencia, la naturaleza esencial de Argentina se mantiene sin cambios.
Y si uno quiere pruebas para respaldar la opinión atribuida al presidente del Banco de Inglaterra, Mervyn King, antes de las elecciones generales del Reino Unido el año pasado - que el nuevo gobierno tendría que tomar medidas económicas tan impopulares que después permanecería fuera del poder durante una generación – basta con ver lo que pasó en Argentina.
Aunque fueron los peronistas de Menem quienes introdujeron la paridad de la moneda y aumentaron la deuda, la crisis resultante ocurrió durante el mando de la UCR, que quedó casi destruido como partido político.
Hasta ahora, los líderes de Grecia parecen no estar preparados para el efecto destructivo que la actual crisis podría tener en su propio sistema político.
Pero a menos que se las arreglen para reunir un consenso entre los partidos para aplicar el paquete de austeridad de cinco años del gobierno, las perspectivas son sombrías.

BBC Mundo