Samsung, 
Oracle, Lenovo...Han pasado cinco días desde que 
HP anunciara  que se quería desprender de la fabricación de ordenadores y ya empiezan  a salirle novias y novios. Algunas más propagandistas que otra cosa.  Sin embargo, el proceso será largo, ya que según anunció su consejero  delegado, Leo Apotheker, la venta tardará entre 12 y 18 meses. Ese largo  paréntesis está dando pie a la competencia a planear otras estrategias,  y no siempre amistosas con HP.
HP, que le ha bajado el precio de la acción de 50 a 24 dólares en un  año, necesita demostrar que el brusco viraje de su estrategia dará  frutos a medio plazo. A corto será doloroso, con sus tabletas TouchPad a  precio de saldo y sin saber qué hacer webOs, un sistema operativo que  le costó más de 1.800 millones de dólares hace dos años. ¿Podría estar  interesado Facebook? HP necesita rápidamente buenas noticias, aunque  sean rumores. Si su acción sigue cayendo -de momento se ha parado- HP en  su conjunto podría ser objeto de una OPA hostil.
La división de  ordenadores de HP es su mayor fuente de ingresos (21.800 millones de  euros) pero su menor fuente de beneficios, apenas 1.200 millones. Hasta  que no se haya materializado la 
spin off anunciada se desconoce a cuántos de sus 300.000 empleados afectará la separación.
"En marzo delimitamos una estrategia basada en la nube, en soluciones y en 
software  para hacer frente a las necesidades cambiantes de nuestros clientes,  determinadas en gran medida por las tendencias de un mercado convulso  que revela nuevos hábitos en el consumo y el despliegue de nuevas  tecnologías", explicó el jueves Apotheker. "Al observar la precipitación  en el ritmo de estas tendencias, nos ha llevado a valorar una serie de  medidas para transformar HP". La más sorprendente, quitarse de en medio  sus ordenadores.
Hasta hace poco HP era un socio fiel del llamdo  binomio Wintel (sistema operativo Windows más chips de Intel). La nueva  estrategia de HP pone en alerta a ambas compañías y les obliga también a  adoptar nuevas posiciones.
"La exploración de alternativas para  la división de ordenadores podría mejorar su rendimiento, mantener su  liderazgo tecnológico, su posición en el mercado y permitirle competir  más eficazmente", añadió Apotheker. "Es un negocio a escala mundial con  una posición líder en cuota de mercado y una cadena de suministro  eficaz, con grandes capacidades de penetración y comercialización.  Creemos que hay alternativas que podrían otorgar a la división de  ordenadores una mayor autonomía y flexibilidad para tomar decisiones de  inversión más estratégicas y, de esta forma, mejorar la posición para  sus clientes, socios y empleados".
HP se orientará al 
software  y al servicio para empresas. Su giro estratégico recuerda al de IBM, de  hace una década, pero quizás es tarde o quizás no lo pueda acometer  ella sola. Si por un lado se desprende del pecé, por otro se plantea  posibles fusiones. La más evidente, en esta nueva línea de servicios  empresariales, sería llegar a acuerdos con la alemana SAP. Y en ese  campo se chocará con Oracle, la empresa de Larry Ellison, que se  significa por su agresividad comercial y empresarial. Oracle cobija a  Mark Hurd, el penúltimo consejero delegado de HP, despedido en pleno  éxito por gastarse dinero de la empresa en cumplidos con sus amantes.
Hasta de final de año no se cree que HP desvele qué tipo de solución ha encontrado para su 
spin off.  Lo único que ha dicho es que hasta entonces no entrará a comentar  ningún infomración sobre posibles empresas interesadas en la compra.
Samsung,  con sus plantas de fabricación en China, es una posible candidata, más  cuando este país es ya el primer comprador de pecés del mundo, según  IDC, superando a Estados Unidos. Allí se encuentra Lenovo, que hace  siete años se hizo con los pecés personales de IBM, y a quien le está  costando vender fuera de Asia. Si Lenovo se hace también con los  ordenadores de HP le sería dedifícil digestión.
Otra opción  barajada, la de Samsung, sería de alto riesgo, ya que HP donde menos  implantación tiene es Asia, y en Europa los ordenadores de la firma  norcoreana no están teniendo gran éxito, a diferencia de sus móviles y  televisores.
Entre ese vacío de dirección, que también paralizará a  los consumidores, quien se frota las manos es Michael Dell, creador de  la empresa de su mismo nombre, que ve reverdecer laureles, ya que hace  una década fue el primer vendedor mundial de ordenadores. Pero Dell  tiene mucha fuerza en Estados Unidos y poca en el resto.
Al final  la gran cuestión no es quién heredará la marca de ordenadores sino el  futuro del pecé como tal. La tableta, y concretamente el iPad, ha puesto  en cuestión el futuro de este aparato personal. Tampoco su venta  garantizará el futuro de HP, pues entrará a competir directamente con  IBM y Oracle, que lleva una estrategia más recta y decidida.