El artículo de The New York Times sobre las condiciones de práctica esclavitud en que trabajan los obreros de las fábricas suministradoras de Apple ha provocado una reacción nunca vista. Aunque muchos episodios eran conocidos, el reportaje ha escandalizado en Estados Unidos y se están produciendo todo tipo de respuestas en Internet. Ya hay más de una campaña abierta reclamando a Apple que cambie su política laboral. El sitio Sumofus ha abierto una para pedir que el próximo producto de Apple, el teléfono iPhone 5, sea “ético”. De momento, 50.000 internautas han suscrito la petición.
En el sitio explican sumariamente las razones de la campaña. “En el otro lado del mundo”, empieza, una chica trabaja durante 12 horas, seis días a la semana, sobre cientos de miles de pantallas. Para limpiarlas emplea una potente neurotoxina. El único motivo para inhalar esta peligrosa sustancia es que seca unos segundos más rápidamente que otros productos menos nocivos. Al cabo de unos años, explica el sitio, será despedida debido a los daños neurológicos que le habrá producido la citada sustancia.
Taren Stinebrickner-Kauffman, responsable del sitio, y cliente de productos de Apple, asegura que le gustaría ver que la compañía cambia su política laboral con los suministradores, aunque sea al precio de menos beneficios o de trasladar los costes al consumidor. Bastaría, asegura, añadir 65 dólares al precio del producto para que los trabajadores chinos tuvieran un salario comparable al de un obrero de Estados Unidos. El sitio, que tiene abiertas otras campañas, asegura que ésta es la que está teniendo un éxito viral más notable. Sumofus se presenta como un movimiento de consumidores, trabajadores y accionistas para replicar al creciente peso de las grandes corporaciones.
Otra campaña en marcha ha sido iniciativa de un internauta en el sitio Change.org. Ya ha recogido 154.000 firmas. El promotor publica una carta abierta a Apple en la que, apelando al lema de la compañía, afirma que se supone que Apple piensa distinto. “Quiero continuar usando y amando los productos que ustedes fabrican, porque están cambiando el mundo y previamente han cambiado mi vida. Pero también quiero saber que cuando compro uno de estos productos suyos no es a costa de horribles sufrimientos humanos”.
A otro nivel, el magnate Donald Trump ha pedido a Apple que fabrique en Estados Unidos. Considera amargo que el cien por cien, “o casi”, de los productos de Apple estén fabricados en el extranjero. “Sería una gran cosa que el nuevo líder de Apple empezara a construir fábricas en Estados Unidos”. Los deseos de Trump coinciden con los del presidente Obama que en una reciente inauguración de una planta de Intel, el fabricante más importante de procesadores, destacó que había oportunidades para crear empleos domésticos en la fabricación de alta tecnología y aseguró que recompensarían a las compañías que invirtiesen creando empleo en casa.
En este contexto, el patrón de Apple, Tim Cook, tras la aparición del artículo, ha remitido un mensaje a los empleados de la empresa en el que asegura que la firma se preocupa de “todos los trabajadores de nuestra cadena de suministro en todo el mundo”. Cook afirma que cualquier accidente es motivo de preocupación para la compañía y que cualquier insinuación de que no les importan los problemas en las condiciones de trabajo son falsas y ofensivas. “Acusaciones de este tipo son contrarias a nuestros valores”, asegura.
De momento, sin embargo, la única noticia en China es que Foxconn, el suministrador principal de Apple, prepara una oferta de empleo de cien mil trabajadores. Forbes informa de un estudio de tres profesores estadounidenses que asegura que apenas 10 dólares de los costes salariales de un iPhone o una iPad se destinan a los trabajadores chinos. Mientras que los componentes y el ensamblado de estos productos se hace en Asia, Apple continúa reteniendo en Estados Unidos las tareas de diseño, desarrollo de programas, gestión de producto y mercadotecnia y otras tareas, las mejor retribuídas.
En el sitio explican sumariamente las razones de la campaña. “En el otro lado del mundo”, empieza, una chica trabaja durante 12 horas, seis días a la semana, sobre cientos de miles de pantallas. Para limpiarlas emplea una potente neurotoxina. El único motivo para inhalar esta peligrosa sustancia es que seca unos segundos más rápidamente que otros productos menos nocivos. Al cabo de unos años, explica el sitio, será despedida debido a los daños neurológicos que le habrá producido la citada sustancia.
Taren Stinebrickner-Kauffman, responsable del sitio, y cliente de productos de Apple, asegura que le gustaría ver que la compañía cambia su política laboral con los suministradores, aunque sea al precio de menos beneficios o de trasladar los costes al consumidor. Bastaría, asegura, añadir 65 dólares al precio del producto para que los trabajadores chinos tuvieran un salario comparable al de un obrero de Estados Unidos. El sitio, que tiene abiertas otras campañas, asegura que ésta es la que está teniendo un éxito viral más notable. Sumofus se presenta como un movimiento de consumidores, trabajadores y accionistas para replicar al creciente peso de las grandes corporaciones.
Otra campaña en marcha ha sido iniciativa de un internauta en el sitio Change.org. Ya ha recogido 154.000 firmas. El promotor publica una carta abierta a Apple en la que, apelando al lema de la compañía, afirma que se supone que Apple piensa distinto. “Quiero continuar usando y amando los productos que ustedes fabrican, porque están cambiando el mundo y previamente han cambiado mi vida. Pero también quiero saber que cuando compro uno de estos productos suyos no es a costa de horribles sufrimientos humanos”.
A otro nivel, el magnate Donald Trump ha pedido a Apple que fabrique en Estados Unidos. Considera amargo que el cien por cien, “o casi”, de los productos de Apple estén fabricados en el extranjero. “Sería una gran cosa que el nuevo líder de Apple empezara a construir fábricas en Estados Unidos”. Los deseos de Trump coinciden con los del presidente Obama que en una reciente inauguración de una planta de Intel, el fabricante más importante de procesadores, destacó que había oportunidades para crear empleos domésticos en la fabricación de alta tecnología y aseguró que recompensarían a las compañías que invirtiesen creando empleo en casa.
En este contexto, el patrón de Apple, Tim Cook, tras la aparición del artículo, ha remitido un mensaje a los empleados de la empresa en el que asegura que la firma se preocupa de “todos los trabajadores de nuestra cadena de suministro en todo el mundo”. Cook afirma que cualquier accidente es motivo de preocupación para la compañía y que cualquier insinuación de que no les importan los problemas en las condiciones de trabajo son falsas y ofensivas. “Acusaciones de este tipo son contrarias a nuestros valores”, asegura.
De momento, sin embargo, la única noticia en China es que Foxconn, el suministrador principal de Apple, prepara una oferta de empleo de cien mil trabajadores. Forbes informa de un estudio de tres profesores estadounidenses que asegura que apenas 10 dólares de los costes salariales de un iPhone o una iPad se destinan a los trabajadores chinos. Mientras que los componentes y el ensamblado de estos productos se hace en Asia, Apple continúa reteniendo en Estados Unidos las tareas de diseño, desarrollo de programas, gestión de producto y mercadotecnia y otras tareas, las mejor retribuídas.