Las dos sondas gemelas Voyager abandonarán el Sistema Solar en "unos cinco años", según reconoció en rueda de prensa el jueves Ed Stone, uno de los científicos de la NASA que llevan cuatro décadas dirigiendo este viaje.
Las Voyager 1 y 2 están atravesando la heliofunda, la última capa de espacio donde aún llega el viento de partículas que escupe el Sol y que forman un huevo protector conocido como la heliosfera, que envuelve a todos los planetas. Según Stone, la heliofunda se extiende unos 4.000 millones de kilómetros, una distancia que espera que las Voyager hayan recorrido en 2016, aproximadamente. Más allá se extiende el espacio interestelar, al que nunca antes ha llegado un instrumento humano. "Es posible que estén fuera en cinco años, pero es sólo una estimación, porque se ignoran las características de la región de espacio interestelar más cercano", explica a Público Norman Ness, profesor emérito de la Universidad de Delaware (EEUU) y miembro del equipo de las Voyager desde hace 40 años. Entre otras muchas cosas, el programa ha demostrado que los límites de la heliosfera son irregulares y cambiantes. Debido a esas irregularidades y a que la zona nunca se ha explorado, cada miembro del equipo tiene una opinión sobre cuándo dejarán las sondas el sistema solar de forma definitiva. "Probablemente lo hagan antes de cinco años", opina Stamatios Krimigis, que dice ser el miembro en activo más veretano del proyecto, con 42 años empleados en las Voyager. "No creo que nuestra generación vea otra misión equiparable a esta", señala. El plutonio que alimenta las naves durará hasta 2015, según Ness, justo cuando estarán cruzando la frontera. "Técnicamente pueden funcionar más tiempo, pero tendrán que apagar algunos instrumentos", señala.
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Las Voyager 1 y 2 están atravesando la heliofunda, la última capa de espacio donde aún llega el viento de partículas que escupe el Sol y que forman un huevo protector conocido como la heliosfera, que envuelve a todos los planetas. Según Stone, la heliofunda se extiende unos 4.000 millones de kilómetros, una distancia que espera que las Voyager hayan recorrido en 2016, aproximadamente. Más allá se extiende el espacio interestelar, al que nunca antes ha llegado un instrumento humano. "Es posible que estén fuera en cinco años, pero es sólo una estimación, porque se ignoran las características de la región de espacio interestelar más cercano", explica a Público Norman Ness, profesor emérito de la Universidad de Delaware (EEUU) y miembro del equipo de las Voyager desde hace 40 años. Entre otras muchas cosas, el programa ha demostrado que los límites de la heliosfera son irregulares y cambiantes. Debido a esas irregularidades y a que la zona nunca se ha explorado, cada miembro del equipo tiene una opinión sobre cuándo dejarán las sondas el sistema solar de forma definitiva. "Probablemente lo hagan antes de cinco años", opina Stamatios Krimigis, que dice ser el miembro en activo más veretano del proyecto, con 42 años empleados en las Voyager. "No creo que nuestra generación vea otra misión equiparable a esta", señala. El plutonio que alimenta las naves durará hasta 2015, según Ness, justo cuando estarán cruzando la frontera. "Técnicamente pueden funcionar más tiempo, pero tendrán que apagar algunos instrumentos", señala.
Bach y las ballenas
La Voyager 1, lanzada en septiembre de 1977, es el artefacto humano que ha llegado más lejos en el espacio. Su gemela se lanzó en agosto del mismo año y es aún la única nave que ha visitado Urano y Neptuno, los dos planetas más lejanos del sistema solar. Ambas llevan el mismo mensaje de la humanidad grabado en un disco de oro que incluye saludos para extraterrestres en 55 idiomas, incluido el español. También recoge una colección de sonidos de la Tierra, como llamadas de ballenas, además de piezas musicales de Bach. Una vez escapen del Sistema Solar comenzará una misión imposible. A la velocidad de 17 kilómetros por segundo del Voyager 1, la sonda tendría que funcionar 40.000 años para llegar a las estrellas más cercanas con su mensaje a bordo.Publico