Hay gente en este mundo a la que el salario de un banquero le parece nada más que monedas.
Personas que ni siquiera considerarían levantarse de la cama por los US$13 millones que Goldman Sachs le pagó el año pasado a su jefe, Lloyd Blankfein. Y es que ese "insignificante" paquete equivale a únicamente a unos pocos días de trabajo de algunos ejecutivos del mundo financiero increíblemente bien remunerados. Si los banqueros viven en otro planeta, dice John Purcell, un cazador de talentos que reside en Londres, "estos tipos viven en su propio universo". ¿Cuántos? ¿Quiénes? Pero, ¿cuánto ganan estos sujetos, que son casi exclusivamente hombres? Como explica Richard Anderson, corresponsal de Economía de la BBC, a la cabeza de la tabla estamos hablando de unos US$4.000 millones. Sí: cuatro mil millones de dólares. Esto incluye, por supuesto, bonos y comisiones, además de salarios. De hecho, su salario es sólo una mínima parte de lo que ganan. ¿Y quiénes son? Son gerentes de fondos de protección, (mejor conocidos por su nombre en inglés, hedge funds), es decir, inversionistas que compran y venden instrumentos financieros con el objetivo declarado de hacer dinero para sus clientes, y para ellos. Averiguar más sobre ellos es tremendamente difícil. "Son un grupo bastante privado", explica Purcell, "en gran medida por lo mucho que ganan. Mantienen en secreto la mayor parte de lo que hacen". Pero descubrir cómo han llegado a hacer tanto dinero es más sencillo. Mitos populares
Como explica Anderson, los fondos de inversión de riesgo son uno de los productos financieros menos comprendidos. Tienen una mala reputación, en buena medida por culpa de algunos fracasos espectaculares, como Long Term Capital Management -que se derrumbó en 1998 y casi se lleva con él a Wall Street- y Amarith Advisors, que perdió miles de millones de dólares durante unas pocas semanas en 2006, por malas inversiones en el sector del gas natural. Muchos también han intentado responsabilizarlos -aunque sin éxito- por alguna de las prácticas riesgosas que desencadenaron la crisis financiera global. Y es que como explica una fuente de la industria, el valor total de los hedge funds "apenas" asciende a aproximadamente US$1.5 billones, es decir "menos que los bienes registrados en libros de algunos bancos". En otras palabras, los fondos de inversión de riesgo no son las bestias arriesgadas de la mitología popular. De hecho, la mayoría son todo lo contrario, pues buscan garantizar "retornos absolutos" -es decir, ganancias que superan las que generaría un banco- todos los años. En otras palabras, están diseñados para ser de bajo riesgo. Lo que los diferencia de otros fondos de inversión es la diversidad de instrumentos y estrategias que emplean. Mientras los gerentes de fondos de inversión tradicionales compran acciones y bonos con la esperanza de que aumenten de valor, o negocian con derivativos financieros, sus contrapartes en los hedge funds pueden hacer mucho más. Por ejemplo, pueden aprovechar los cambios en las tasas de cambio o interés, en las reestructuraciones de compañías o sus bancarrotas, o anomalías en el sistema de definición de precios de diferentes mercados. Una de sus estrategias más importantes es el shorting, que consiste en tomar prestadas acciones para vender en el mercado con la esperanza de que bajen de valor y luego volverlas a comprar por poco precio. De esta manera, hacen dinero cuando los mercados caen. Celebridades Esa libertad en la inversión es lo que atrae a muchos administradores de inversión a los hegde funds. Eso, y la extraordinaria cantidad de dinero que los mejores pueden ganar. Hay una diferencia crucial con los banqueros. Los administradores de los fondos reciben bonos solo cuando producen utilidades. Es decir, no hay premio al fracaso en esta industria competitiva. Para los que no consiguen ganancias en sus negocios, en muchos casos no existe siquiera un salario fijo. Por esa razón, "muchos de estos administradores no hacen ningún dinero en absoluto", dice un conocedor del sector. Del mismo modo, estos gerentes invariablemente tienen su propio dinero invertido en los fondos que administran, a diferencia de los banqueros que generalmente emplean dinero ajeno. Es importante también tener en cuenta que los gerentes de hedge funds mejor pagados - los John Paulson y George Soros de la industria - son dueños de sus propias empresas. En otras palabras, George Soros posee Soros Fund Management. Por el contrario, Lloyd Blankfein, no es el dueño de Goldman Sachs. Y si bien es relativamente fácil de averiguar lo que el jefe de una empresa con acciones en bolsa posee, es mucho más difícil de descubrir lo que el dueño de una empresa privada se paga a sí mismo. Los gestores individuales de hedge funds en realidad ganan una fracción de lo que ganan sus empleadores - en promedio US$4,9 millones en 2007, el último año del que hay cifras disponibles. Aún así, es buen trabajo, si puedes conseguirlo. De hecho, cuando se trata de comparaciones, los jefes de bancos están muy lejos de los ejecutivos mejor pagados de las empresas, incluso de las que cotizan en bolsa. H. Lawrence Culp Jr., director del grupo tecnológico estadounidense Danaher, recibió US$141 millones en 2009, mientras que Larry Ellison, director del gigante Oracle, recibió US$130 millones, según la revista Forbes. Ni siquiera las estrellas del deporte o los actores pueden acercarse a esas cifras: Tiger Woods, por ejemplo, ganó US$91 millones ese año, mientras que Johnny Depp embolsó US$75 millones. Caritativos Por más impresionantes que parezcan las sumas, resultan insignificantes en comparación con los paquetes de miles de millones de dólares que ganan los gestores de hedge funds del más alto rango. Es importante no olvidar la gran cantidad de impuestos que pagan muchos de ellos -salvo los que tienen el dinero en paraísos fiscales. Otros muchos también donan grandes sumas de dinero en concepto de beneficencia y se han convertido en reconocidos filántropos. Carl Icahn, por ejemplo, que ganó US $ 1.300 millones en 2009, recientemente se sumó al grupo Giving Pledge, un club de multimillonarios que se han comprometido a donar grandes tajadas de su riqueza a obras de caridad. Aún así, se mire como se mire, US$4.000 millones que es una gran cantidad. Lo que un hombre común ganaría durante muchas vidas. LOS DUEÑOS DE HEDGE FUNDS MÁS RICOS DE 2009 (Fuente: AR Magazine) David Tepper (Appaloosa Management) US$4.000 millones George Soros (Soros Fund Management) US$3.300 millones
James Simons (Renaissance Technologies) US$2.500 millones John Paulson (Paulson & Co.) US$2.300 millones Steve Cohen (SAC Capital Advisers) US$1.400 millones Carl Icahn (Icahn Capital) US$1.300 millones
Terra
Consumir contenido a través de aplicaciones sin un navegador como intermediario se está convirtiendo en un fenómeno cada vez más común. Aparecen nuevas formas de consumo a través de smartphones, tablets, consolas, eReaders y lo que está por venir, como la WebTV. Todo ello puede acabar por cambiar nuestra forma de consumir.
Un informe de GlobalWebIndex ha aportado algunas reflexiones interesantes sobre la nueva era del “entrenimiento social”, un término relacionado con la incorporación de la tecnología a tiempo real en nuestras vidas cotidianas.
Un ejemplo de este fenómeno se puede encontrar en una discusión mantenida a través de Twitter por una persona sentada frente a un televisor a la vez que consume contenidos pasivamente.
En lo que se anuncia como la era de la interactividad, las conclusiones de este informe chocan con la idea de consumidor proactivo que existe hoy. Según cuenta el analista de GlobalWebindex, Tom Smith, el cambio en los patrones de consumo en la era del 2.0 convierte al usuario en gestor de sus contenidos, y por ello puede despertar sus más primarios instintos de ocio. Servicios como Facebook – con todas sus opciones para conectar a la gente – o Twitter convierten a los consumidores en distribuidores de contenido.
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Estamos viendo que esta tesis se está cumpliendo en nuestros tiempos, donde las redes sociales son una fuente de contenidos continua. Smith explica: “Como consumidores volveremos a las necesidades más tradicionales fundamentadas en una experiencia pasiva.”
Además, los medios tradicionales están encontrando su punto de apoyo en la web gracias a el surgimiento de estas plataformas y de las redes para compartir.
Si analizamos el nivel de interactividad de los usuarios podemos darnos cuenta de que es posible llegar a profesionales de manera más directa, hablar con amigos y otras gentes que se encuentran viendo el mismo programa en TV, todo ello en tiempo real, incluso argumentar en blogs o hacer anotaciones en los libros que leemos y compartirlas a través de los eReader. Esto no es precisamente una labor pasiva.