Un equipo de científicos italianos consiguió con éxito la conexión entre el cerebro de un paciente y la mano biónica que se le había implantado, según informaron hoy medios de comunicación italianos.
El equipo del campus biomédico de Roma, formado por médicos, cirujanos, anestesistas, neurólogos y bioingenieros, logró que las órdenes del cerebro del paciente italo-brasileño Pierpaolo Petruzziello se comuniquen a la mano cibernética con total éxito.
Así, el cerebro transmite a la mano, a través de cuatro electrodos, cada uno de ellos provisto de ocho canales, la orden de apretar el puño o mover el meñique, por ejemplo.
Hace un año, el equipo implantó al paciente, que había perdido su antebrazo izquierdo en un accidente de auto, los dos kilogramos que pesa la mano artificial. Sin embargo, los electrodos deben ser retirados de nuevo quirúrgicamente dentro de un mes.
Los logros obtenidos hasta ahora fueron valorados por el equipo como prometedores, pues en tres años este paciente podrá tener permanentemente una mano robótica.
La prótesis fue desarrollada por la escuela técnica superior Sant'Anna de Pisa y los electrodos fueron montados por la empresa alemana Ibmt.
Aunque el implante se hizo el 20 de noviembre de 2008, hubo que realizar un largo trabajo previo y asegurar una sustanciosa financiación de dos millones de euros, proveniente de un fondo de la Unión Europea concedido para un periodo de cinco años.
La mano biónica cuenta con cinco dedos de aluminio, partes mecánicas de acero y una superficie que la recubre de fibra de carbono. Las fibras de los electrodos que se conectan con los nervios del brazo son "biocompatibles" y son de una delgadez de diez micromillones de milímetro.
Gracias a estas conexiones, la mano del paciente puede comunicarse perfectamente con su cerebro e, incluso, puede sentir.