Es lo que ha hecho Microsoft con Forza Motorsport, que en su última entrega además ha alcanzado una calidad técnica increíble, ajusta la simulación y ofrece enormes posibilidades online.
Lo mejor:
- El acabado técnico es sencillamente brillante; no sólo sus gráficos sino también el sonido, ¡con la voz del narrador de Más que Coches!
- El equilibrio entre simulador exigente y facilidad de manejo, si bien tiende más a lo segundo.
Lo peor:
- El rebobinado. Algunos gustarán de poder enmendar sus errores pero en el fondo resta emoción.
Forza Motorsport se ha convertido en el estandarte de la conducción en las consolas de Microsoft. El olor a goma quemada, a gasolina y a humo; el rugir de los motores, la velocidad en el rostro y la chapa abollándose; el rival a adelantar, el coche tuneado de un amigo y tu propia pegatina en el capó. Todo eso y muchísimo más es Forza 3. ¡Subid al coche!
El estilo de conducción de la tercera entrega de esta franquicia automovilística exclusiva de Xbox no alcanza la simulación exigente y fiel al comportamiento de los coches de Gran Turismo, ni tampoco llega al estilo arcade de Midnight Club o Need for Speed. Se sitúa en un término intermedio: realista pero accesible. Además, esta entrega incluye una buena serie de ayudas que facilitarán las cosas a los más inexpertos.
Ayudas en la conducción como la asistencia de frenado o estabilización ayudan a que los menos hábiles al volante dominen cada trazado y la función de rebobinado permite enmendar cualquier pifia. Una opción interesante pero que puede llegar a restar emoción a las carreras si recurrimos mucho a ella. No obstante, quien prescinda de estas ayudas, se enfrentará a un buen reto.
Lo que no cambia es la fabulosa experiencia de juego, estemos jugando al nivel que estemos jugando. Un control perfectamente ajustado, que cambia según el tipo de coche y permite elegir entre cinco perspectivas diferentes según el gusto del conductor, convierte cada partida en una gran experiencia.
Cientos de posibilidades
Forza Motorsport 3 presume de números. Un total de 50 marcas reales (Audi, Hyundai, Renault, Ford, Mercedes, Alfa Romeo, BMW...) prestan 400 de sus modelos, que recorren nada menos que 115 circuitos. Todos ellos van apareciendo en el impresionante y largo modo Carrera, el núcleo en solitario del juego. Un calendario con 200 eventos nos invita a superar carreras en función del modelo de coche que tengamos.
El simulador ha mejorado notablemente en otros apartados, como el multijugador o la personalización. Los amantes de "trastear" con su coche lo pasarán en grande modificando las piezas del motor para mejorar su rendimiento, pintando la carrocería o diseñando sus propios vinilos. Por si fuera poco, estos modelos se pueden compartir por Internet, con lo que quienes se aburran "tuneando" también pueden hacerse con modificaciones.
Otra cosa que podemos intercambiar son los vídeos y las fotografías que es posible capturar in-game de cualquier carrera. Con estas posibilidades, Forza Motorsport 3 da forma a una comunidad de amantes de la velocidad online que alarga la vida y diversión del título. Sin embargo, no es lo único que se puede hacer en internet. Los amantes de las carreras online pueden disfrutar de muchos y variados modos de juego, añadiendo divertidas variantes a competiciones al uso, como persecuciones entre usuarios concretos.
Apartado técnico brillante
Si todo son parabienes a la hora de hablar del control y modos de juego de Forza Motorsport 3, afortunadamente ocurre lo mismo cuando toca hablar de sus gráficos y su apartado sonoro. Empezando por unos menús sobrios y elegantes, el título salta a las carreras con un auténtico derroche de poderío gráfico. 60 cuadros por segundo casi constantes otorgan una fluidez envidiable a las carreras. Los trazados, mezcla de circuitos profesionales y rutas urbanas, muestran un nivel de detalle en la línea realista del título, siempre con muy buen gusto.
Pero quizá se lleven la palma los modelos de los coches, que han sido mejorados notablemente desde la segunda parte de Forza: 10.000 polígonos por vehículo concretamente. Y eso se nota hasta el punto de tener que esforzar la vista para distinguir si es un coche auténtico o una recreación virtual. Los daños ponen la guinda definitiva, con abolladuras en la chapa y rozaduras en la pintura increíblemente detalladas y realistas.
La banda sonora le va como un guante a todo el título pero los efectos toman el protagonismo en las carreras. El rugido de los motores y los derrapes reales digitalizados son una muestra de cómo hacer las cosas para meter al jugador de lleno en una carrera. Además, la voz de la voz en off del programa televisivo Más que Coches ameniza toda la navegación del juego, como ya hizo en el primer Collin McRae Dirt.
Conclusión
Cuando todas y cada una de las piezas de un engranaje ruedan y encajan a la perfección, resulta difícil poner pegas. Y eso es lo que ocurre en Forza Motorsport 3. Apartado técnico y control han sido pulidos casi hasta la perfección. Por otro lado, las ayudas en la conducción facilitan las cosas a los menos expertos pero la opción rebobinado no nos ha convencido ya que se convierte en un recurso que resta emoción.