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Publico.
"El beneficio normal para un artista se obtiene dentro de las discográficas", aseguró el presidente de Promusicae (Asociación de Productores de Música de España), Antonio Guisasola, durante el juicio contra Pablo Soto. En este proceso, celebrado la semana pasada en Madrid, Universal, Sony, Warner, EMI y Promusicae exigen a Soto el pago de 13 millones de euros por crear tres programas para el intercambio de archivos. Pero Internet se ha convertido en la única herramienta de difusión para miles de artistas, que han elegido permitir la descarga gratis de su música con el fin de darse a conocer y que el público acuda a sus conciertos. En la descarga de música gratuita, Jamendo.com, cuyo nombre proviene de la fusión de las palabras jam session y crescendo, se ha convertido en una referencia.
Con más de 12.000 álbumes completos y un importante componente social, esta página se convirtió en protagonista de varias de las preguntas elaboradas durante el juicio de Soto. Los representantes de las discográficas negaban conocer esta web, nacida en 2005, y su abogado aseguró que "para que haya música de calidad es necesario proteger a la industria tradicional". Sin embargo, más de 6.000 artistas, entre los que se incluyen los reconocidos The Beastie Boys, Gilberto Gil y David Byrne, han optado por colgar gratis sus canciones en la web con el argumento de que la creatividad debe ser abierta.
LaMundial.net fue uno de los primeros grupos españoles que incluyó sus canciones en Jamendo.com. Su carrera musical arranca en 2001, cuando colgaron sus temas en su propia web. Otros grupos comenzaron entonces a enviar sus canciones para que también las incluyeran, algo que empezó a suponer un coste importante a medida que el tráfico de las descargas aumentaba.
Propuestas como las de Jamendo y el éxito de los programas P2P abrieron nuevas puertas para la difusión de los artistas. Ani Defunkid López, de LaMundial.net, sostiene que las licencias Creative Commons, con las que el autor permite la distribución de las canciones pero puede reservarse ciertos derechos sobre su música, no acaban con los intermediarios de la industria. "No se trata de prescindir de los profesionales sino de redefinir las relaciones con ellos. Es algo que Internet ha cambiado y que es imparable", añade López.
El líder de Stormy Mondays, Jorge Otero, en la misma línea, detalla cómo Internet ha resultado una "herramienta increíble" para su grupo. Aunque sus temas aún no están disponibles en Jamendo "por falta de tiempo", Otero también forma parte de esos artistas que utiliza la web como herramienta de promoción.
Recuerda cómo, gracias a la descarga gratuita de su música, se convirtió "en el primer y único grupo español en la historia del festival de Woodstock, en 1999". Con cinco discos disponibles, defiende que el mayor obstáculo de un artista es darse a conocer, incluso cuando se forma parte de una gran discográfica. "Es lo más importante que ha cambiado Internet. Los músicos se han dado cuenta de que hay que vivir de los conciertos", matiza.
A menudo, la industria ha definido a la música copyleft como poco profesional, Defunkid sostiene que "la cantidad de talento que hay en un arte no se mide por el medio mediante el que se difunde", en referencia a Jamendo y las web de los grupos independientes. "Antes de perder varios años llamando a las discográficas, los músicos están aprendiendo que es mejor colgar su música en la Red y, después, si les contacta una discográfica, estarán en mejores condiciones para negociar su contrato", detalla López. Otero añade que la estructura que defienden las discográficas es difícilmente compatible con la del copyleft: "Los derechos de autor nunca estuvieron pensados para que a un autor no le interesase cobrarlos".
Dos modelos de negocio excluyentes
La frecuencia en la búsqueda de Jamendo.com según Google Trends supera a la de las discográficas Universal, Sony, Warner y EMI, que aglutinan el 90% de la industria discográfica convencional.
Los músicos que optan por el ‘copyleft’ se quejan de que un contrato discográfico les impide decidir el uso que se hace de sus creaciones.
Jamendo incluye varias licencias Creative Commons, que permiten elegir hasta qué punto desea el artista ceder los derechos de sus canciones.