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2010/10/13

Google se atreve con todo, lo próximo: el “Índice de Precios Google”

the INQUIRER

Google no tiene bastante con dominar el mercado de los buscadores y ya trabaja en una medición diaria de la inflación basada en la ingente base de datos con información sobre comprar online que posee.

Increíble pero cierto, el buscador es consciente de que arrasa con todos los productos que presenta, ya sea el coche sin conductor del que hablábamos ayer o del “Google Price Index” de hoy.
Se trata de una medición diaria basada en los datos que el buscador almacena sobre las compras online y que, quien sabe, algún día podría ser una alternativa a las estadísticas oficiales del IPC.
El proyecto está liderado por el economista, Hal Varian, que esta convencido de su éxito ya que los datos económicos se reúnen mucho más rápido a través de la web, mientras que los índices de precios tradicionales tardan semanas en publicarse.
El Google Price Index ya ha dado sus primeras valoraciones, según las cuales existe una “tendencia deflacionaria muy clara” para los artículos que se comercializan a través de la web en Estados Unidos desde la Navidad.
Aunque Varian ha reconocido que el Google Price Index no puede sustituir totalmente a un índice de precios minoristas porque los artículos que se venden en la web no son los mismos que los de la economía en general, sí hay ciertos productos como cámaras fotográficas y relojes para los que puede valer.

2010/09/18

¿El fin de la ropa barata?

BBC Mundo

El precio de los productos textiles fabricados con algodón podría dispararse en los próximos meses, han advertido varias cadenas de venta de ropa.
La razón: el algodón casi ha duplicado sus precios en los últimos doce meses, hasta colocarse en sus niveles más altos en 15 años.
La advertencia la han hecho cadenas como las británicas Next y Debenhams, la estadounidense Levi Strauss, la sueca H&M y la irlandesa Primark.
Los temores también se ven reforzados por la catástrofe que vive Pakistán -el mayor cultivador mundial de algodón- a raíz de las recientes inundaciones.
Las fuertes lluvias igualmente han afectado la producción de esa materia prima en China, mientras que en Estados Unidos la producción de algodón fue la más pequeña en 20 años.
Y dado que países como China e India cada vez dedican más tierras a cosechar comida y menos al cultivo de la planta, la tendencia global es que mientras crece la demanda se reducen las reservas.
De hecho, un informe del Departamento estadounidense de Agricultura dice que el consumo mundial de algodón superará a la producción el año próximo.

¿Aumento inevitable?

¿Significa esto que la ropa barata tiene los días contados?
Natalie Berg, del grupo Planet Retail, que lleva a cabo análisis de mercado, le recordó a la BBC que "la tendencia global está marcada por un aumento de precios" tanto de la ropa como de los alimentos.
Esta tendencia se verá reforzada por el incremento de la población en 3.000 millones de personas durante las próximas décadas.

Alimentos en alza: ¿crisis en ciernes?
Sin embargo, para Berg, que la industria textil pueda asumir o no el aumento de los precios dependerá mucho del nivel de competencia del mercado, pues cada cadena pugna por bajar los precios para captar clientes.
"Pero parece inevitable que los precios suban", afirmó.
El economista Juan Carlos Martínez Lázaro, del IE Business School de Madrid, España, no cree sin embargo que sea eso lo que vaya a acarrear el final de la época de la "ropa barata".
Martínez Lázaro le dijo a BBC Mundo que si bien "estamos en un momento récord de aumento de precios de las materias primas, no sólo del algodón, y pese a factores coyunturales, como las inundaciones en Pakistán, todo apunta a que la cosecha mundial (de la fibra) no va a ser mala este año, con lo cual podremos ver una relajación de los precios una vez que la cosecha de otoño esté a disposición de los fabricantes".
Según el economista, "lo más preocupantes es la subida del impuesto al consumo en algunos países, que eso sí tiene un efecto más directo sobre la venta, aunque no sólo de las prendas de algodón".
Otros factores que podrían incidir en la elevación de los costos de la ropa son, de acuerdo con el experto, "la subida del petróleo y los carburantes que elevan los costos de transporte, pues muchas prendas de algodón son transportada desde países asiáticos".

Los beneficiados

Por lo pronto organizaciones de consumidores como Action Aid, del Reino Unido, han pedido a los comerciantes que no utilicen el aumento coyuntural del aumento del precio del algodón y las inundaciones en Pakistán como un pretexto para elevar el precio final de los productos textiles.
En cualquier caso, los grandes productores latinoamericanos de la fibra, como Brasil, Argentina y México, saldrán beneficiados.
"El proceso de encarecimiento de muchas materias primas que hemos estado viendo en los últimos meses ha mejorado las perspectivas de crecimiento de las economías exportadoras latinoamericanas", le dijo a BBC Mundo Martínez Lázaro.
"El algodón no va a tener el impacto que puede tener el aumento del precio del petróleo, determinados minerales, o la misma soja, que es el oro verde, pero no se puede desdeñar la repercusión que puede tener en las balanzas comerciales y en la mejora de los ingresos fiscales de estos países", agregó.
Según datos de la FAO, Brasil es uno de los cinco primeros países productores de fibra de algodón y el primero en América Latina mientras que Argentina y México se encuentran entre los primeros veinte a nivel mundial.
Y esta semana, en la Bolsa de materias primas de Nueva York, el precio de la libra para entrega en diciembre saltó a 93,17 centavos, un valor que no registraba desde septiembre de 1995.

2010/02/22

Cómo se fijan los precios de productos en la Red

Fuente: La Nacion.

En algunas páginas comerciales online que venden productos tales como televisores, cámaras digitales y joyas, falta un dato crítico: el precio.

Para ver cuánto cuestan estos ítems, los compradores deben agregar la mercadería a su lista de compras, llevándola de hecho hasta la caja virtual para verificar el precio. Los precios ausentes son parte de una batalla más amplia en el mundo del comercio electrónico. Desconfiando de la tendencia de Internet a hacer bajar los precios, marcas y fabricantes de primer nivel -y ahora también editores de libros- están respondiendo con una serie de tácticas y herramientas para controlar como se presenta sus productos online y a qué precio.

"Se ve todo tipo de firmas testeando la situación" con estrategias para controlar los precios online, dijo Christopher Sprigman, profesor adjunto de propiedad intelectual de la facultad de Derecho de la Universidad de Virginia y ex abogado anti-trust del departamento de Justicia. "Ahora sienten que tienen más libertad para hacerlo".

En muchos casos esa libertad surge de un dictamen de la Suprema Corte de 2007, en el caso de Leegin Creative Leather Products vs. PSKS. El dictamen dio a los fabricantes mucho más margen para imponer precios minoristas, lo que en un tiempo se consideraba una violación de las leyes anti-trust, que le hace muy difícil a los minoristas demostrar que esto es malo para los consumidores.

Los minoristas dicen que desde que la Corte Suprema adoptó esa decisión los fabricantes se han vuelto cada vez más agresivos con una herramienta en particular: impedir a los minoristas ofrecer sus productos por debajo de cierto precio.

Para los minoristas con tiendas a la calle como Wal-Mart y Best Buy, eso significa no ofrecer productos por debajo de esos precios en sus boletines y en avisos en los diarios.

Sin embargo, los minoristas online tienen una mayor carga. Los fabricantes consideran que las páginas de productos en sitios como los de eBay y Amazon.com son avisos publicitarios, y se quejan cuando sitios de comercio electrónico fijan los precios por debajo del mínimo determinado por ellos.

Esto lleva a los sitios a reemplazar los precios con notas que dicen cosas como: "Para ver nuestro precio, agregue este ítem a su carro de compras". Un día de la semana pasada en Amazon.com faltaban los precios de productos tan diversos como una perforadora Milwaukee Sub-Compacta, un reloj Esperanza de Movado y un receptor de home theater de 7.2 canales Onkyo.

Como resultado de ello esos precios tampoco aparecían en sitios de búsquedas de productos como el de Google o PriceGrabber.com. La tendencia ha debilitado una de las virtudes implícitas del comercio electrónico: que las búsquedas rápidas y las visitas a sitios en los que se puede comparar precios permitan encontrar las mejores ofertas.

La mayoría de los minoristas online se quejan de que la falta de precios confunde a los consumidores y da una ventaja a las grandes cadenas como Wal-Mart, que no tienen el mismo problema en sus tiendas. También dicen que la práctica de imponer precios mínimos se ha extendido gradualmente de los aparatos electrónicos a otros sectores como el de artículos para deportes y joyería, que también tratan de contener la presión hacia abajo sobre los precios de las ofertas online.

Amazon no quiso hacer comentarios sobre la cuestión, pero lo que piensa al respecto es sabido. "Los minoristas como Amazon tienen derecho legal a fijar sus propios precios de manera independiente, pero algunos fabricantes imponen restricciones en cuanto a la manera en que se comunican esos precios" dice una explicación que aparece en las páginas de Amazon con productos sin precio. "Entendemos que esto es un inconveniente y trabajamos para educar a los fabricantes respecto de cómo afectan sus políticas a nuestros clientes".

Unos pocos minoristas online, como Buy.com, dicen que las restricciones publicitarias no han afectado las ventas de manera mensurable. Pero la mayoría de las compañías de comercio electrónico protesta ruidosamente. "Creemos que se sirve mejor a los consumidores cuando el mercado minorista es abierto y transparente y los minoristas tienen la oportunidad de ofrecer los mejores precios y servicios y no son controlados desde arriba por los fabricantes", dice Brian Bieron, director de eBay para relaciones con el gobierno.

Por supuesto, los fabricantes tienen una visión distinta. Dicen que la competitividad de Internet ha desatado una carrera descendente, con todos, desde grandes corporaciones, hasta las tiendas de barrio bajando los precios e incluso vendiendo a pérdida, en un esfuerzo por ganar control del mercado y la atención de los motores de búsqueda y los sitios de comparación de ofertas. También les preocupa que sus principales socios minoristas puedan no estar dispuestos a equiparar las rebajas online y lleguen a no querer vender sus productos.

"Si no existe el ida y vuelta entre el fabricante y el minorista, la tendencia natural es bajar el precio a cero" dijo Wes Shepherd, jefe de Channel Velocity, que vende software que permite a las compañías recorrer la red en busca de violaciones y acuerdos de precios.

Southern Audio Services, con sede en Baton Rouge, Louisiana, fija un precio minorista sugerido de 80 dólares para sus audífonos estéreo, mientras que el precio mínimo en las publicidades es de 50 dólares. La mayoría de los minoristas online los vende por alrededor de 50 dólares, pero Amazon los vende por 48,40 dólares, evitando colocar el precio en la página del producto.

"Se volverá una carrera para llegar a cero si no se hace algo para manejar la cuestión", dijo Jon C. Jordan CEO de Southern Audio Services. "Así el producto se devalúa al punto de que es difícil lograr su distribución y los consumidores pierden interés".

La batalla puede trasladarse a Washington. Compañías como eBay y Amazon están pidiendo al Congreso que rechace aspectos del dictamen sobre el caso Leegin. En este momento se está analizando en la cámara baja un proyecto de ley que anularía el dictamen de la corte. En octubre secretarios de Justicia de 41 estados escribieron una carta a miembros del comité de asuntos judiciales de la cámara baja, sosteniendo que la decisión de la corte resultó en precios más altos para los compradores.

Al igual que otros fabricantes de productos, editores de libros también se han sentido envalentonados a partir del dictamen sobre el caso Leegin. En su caso quieren evitar que los bajos precios de los libros electrónicos los obliguen a bajar los de sus ediciones de tapa dura, más rentables.

En vez de vender libros electrónicos en forma mayorista a minoristas como Amazon.com, los editores quieren venderlos directamente, fijando los precios y que los minoristas actúen como agentes, con una comisión fija del 30 por ciento. Macmillan recientemente llegó a un acuerdo de este tipo con Amazon.com, luego de una larga disputa que llevó a Amazon a quitar, por breve tiempo, los libros electrónicos y físicos de Macmillan de su sitio. Probablemente sigan acuerdos similares con otros editores importantes.

2009/12/16

Ante la crisis, subida de precios

Fuente: ABC.

Como aún no tienen claro de qué manera se va a implantar, si es que se opta por este modelo, el pago por contenidos en internet, los editores han decidido pasar a la acción y buscar dinero al más puro estilo tradicional: subiendo el precio de sus publicaciones, según publica MediaWeek.
Condé Nast plantea subir los precios de The New Yorker, Golf Digest y la revista Teen Vogue en 2010, después de haberlo hecho ya con Vanity Fair, Bon Appétit, Condé Nast Traveler y Lucky este otoño.

El otro gran grupo de revistas, Hearst, también se propone aumentar el precio de Good Housekeeping, Esquire y Veranda, aunque no descarta hacerlo en el caso de otros títulos. Wenner Media subió el precio de Men's Journal y la revista Rolling Stone recientemente y Meredith tiene también en proyecto una medida similar para Ladies’ Home Journal, Family Circle and Traditional Home, mientras que Rodale está buscando hacer lo mismo con sus revistas especializadas en salud.

En otros casos, los editores están optando por elevar los precios de suscripción. Así, mientras que Time Inc. va a mantener el precio de sus títulos para 2010, los suscriptores de Fortune pagarán lo mismo por siete temas menos (bajará de 25 a 18). La suscripción de Esquire y House Beatiful, de Hearst, subirá en 2010 (aunque no se conoce cuánto), mientras que estos títulos publicarán uno y dos números menos, respectivamente.

2009/12/07

Comparador de precios online de supermercados

Fuente: the INQUIRER.

La crisis afecta a todos por igual, y esos céntimos que nos podemos ahorrar en cada producto pueden llegar a convertirse en euros si tenemos en cuenta todas las compras del mes. Por ello os presentamos un nuevo servicio web que sirve de comparador de precios de numerosos productos entre varios supermercados.

El servicio es interesante aunque de momento sólo funciona en fase beta y ofrece comparaciones para Palma de Mallorca y Madrid. Es interesante cómo en un mismo producto podemos encontrar diferencias notables y sabiendo de antemano dónde ir a por el precio más económico nos podremos ahorrar unos euros y más ahora que se acerca la época navideña.

Todos los gastos extra de estas fechas pueden verse en cierta manera paliados con esta suma de pequeños ahorros, que nunca vienen mal. En varios productos el precio se ve reducido a la mitad.

2009/07/22

Microsoft baja los precios

Fuente: El Pais.

Microsoft no quiere perder cuota de mercado y que el precio sea un obstáculo para la penetración de sus productos en los mercados menos desarrollados. Solución: bajar los precios. En España, las rebajas serán menos vistosas. Con todo, fuentes de Microsoft en España han manifestado a este diario que la licencia completa de la versión Home Premium del Windows 7 costará entre un 15% y un 35%menos, según sean licencias para el consumidor final o corporativas, que la versión similar de Vista.

Con el futuro Office 2010 ya anunció que ofrecería una versión menos poderosa de forma gratuita en la Red. En general, el nuevo sistema operativo que lanzará en octubre, el Windows 7, llegará a las tiendas del mundo a un precio unos 40 dólares inferior al que costó Vista (240 dólares), según Business Week. Se trata de la mayor rebaja de precio en el lanzamiento de un Windows.

Con la bajada de precios, Microsoft espera incrementar las ventas lo que compensaría la reducción de los márgenes comerciales. Distintas promociones de Office sitúan su precio real en los 100 dólares cuando el nominal es de 150. Pero en países como India o Brasil, se pueden encontrar mejores precios. Según la compañía, las unidades vendidas en esta segunda mitad del año han crecido un 415%.

La política más agresiva de precios la hará en China, donde el 95% de los programas de Office instalados en los ordenadores son piratas. Una oferta promocional lanzada en setiembre, que situaba el Office en 29 dólares ha hecho crecer las ventas un 800%. El propio Steve Ballmer, máximo ejecutivo de la compañía, ha admitido que no será fácil, pero que es una oportunidad para crecer en el beneficio total.

Esta política comercial responde no sólo a un intento para combatir la piratería de programas. También a la existencia de ofertas gratuitas desde Internet de programas hermanos por parte de Google.