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2011/01/14

Unos pollos transgénicos no transmiten la gripe aviar

La última criatura salida del instituto que vio nacer a la oveja Dolly es un pollo transgénico que podría atajar una epidemia de gripe aviar. Se trata de aves modificadas genéticamente para impedir la propagación del virus H5N1. Los creadores del animal detallan que, si bien las aves transgénicas sucumben al patógeno tras un contagio, todas sus compañeras de jaula sobreviven. Argumentan que, si sus pollos resultan viables, podrían sustituir en un futuro a los animales corrientes destinados al consumo humano.
"Estos animales sabrían igual que cualquier otro y no se espera que tengan ningún efecto en nadie que se los coma", explica a Público Laurence Tiley, virólogo de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y autor del estudio que describe la criatura, publicado hoy en Science.
El trabajo ha usado la variante HPAI A(H5N1) del virus. Aunque es un patógeno de las aves, la enfermedad salta a humanos y tiene una gran virulencia. De los 516 casos registrados hasta ahora por la OMS, 306 han sido fatales. Dado que el virus muta con gran rapidez y que puede ser llevado a grandes distancias por aves migratorias, es uno de los grandes candidatos para protagonizar la próxima gran pandemia, además de posibles pérdidas millonarias al sector alimentario.
Aunque existen vacunas, es difícil mantener el virus a raya. "Es necesario actualizarlas constantemente y en ocasiones hacen desaparecer los síntomas de gripe, pero no los contagios entre aves", señala Tiley. Su idea es que los grandes productores de pollos que ya realizan selección natural de linajes para producir variantes nuevas críen también la clase transgénica que serviría de barrera a un contagio en una granja, lo que a su vez bloquearía el paso a humanos.

Mecanismo desconocido

El equipo demostró en dos ensayos que los pollos transgénicos modificados para bloquear el progreso del virus en su organismo no contagian a otros pollos cuando viven en la misma jaula. Aunque aún desconocen los detalles del mecanismo, creen que los animales transgénicos solo expulsan copias "desactivadas" de la gripe.
Los pollos transgénicos están especialmente pensados para China y el sureste asiático, donde se producen la mayoría de los casos de H5N1. "La introducción tendría que cumplir todas las regulaciones", advierte Helen Sang, coautora del trabajo y responsable de la creación y cría de los pollos en su laboratorio del Instituto Roslin de Edimburgo, donde se creó la oveja Dolly en 1996. "Al final será el público el que decida si merece la pena usar un animal transgénico teniendo en cuenta el impacto de una pandemia en la salud pública y la economía", añade.
"Es un estudio innovador y está realizado por verdaderos expertos", opina Lluís Montoliu, investigador del CSIC. Sin embargo, advierte de que "es un trabajo experimental y estamos muy lejos de valorar su uso en campo abierto o en granjas". Tiley cree que, si son viables, los pollos transgénicos podrían llegar a las granjas en unos diez años.

Publico

2010/02/06

El pollo separa más a China y Estados Unidos

China aumentará los aranceles a las importaciones de pollo procedente de Estados Unidos. Este anuncio es un nuevo obstáculo para las delicadas relaciones entre los dos países y una traba más para las exportaciones del pollo estadounidense, que ya sufrieron un revés recientemente en Rusia.

A partir del 13 de febrero, Pekín gravará con aranceles de entre 43% y 105% al pollo procedente de Estados Unidos.

Las autoridades chinas aseguran que las importaciones de pollo estadounidense están haciendo que los precios bajen y muchos productores locales no puedan sobrevivir.

La razón por la cual los precios del pollo estadounidense son extremadamente competitivos es sencilla.

En Estados Unidos los cuartos traseros de esta ave –patas, alas, muslo y rabadilla- son considerados desechos sin valor comercial.

En cambio, en China y en otras partes del mundo, algunas de estas partes son apreciadas como verdaderos manjares.

Mercado lucrativo

Esta diferencia de gustos convirtió al gigante asiático en un lucrativo mercado para las compañías avícolas estadounidenses, que pueden así vender a buen precio productos que de otra manera tendrían que desechar.


De este modo, el pollo es uno de los pocos sectores en los que Estados Unidos exporta a China más de lo que importa.

"Las patas y las alas de pollo no gustan en Estados Unidos y las venden a China por debajo del coste de producción. Durante más de una década, los productores locales han padecido esta importación", señaló Wang Xiulin, presidente de la Asociación China de Productores Avícolas.

Sin embargo, según algunos analistas, el anuncio de Pekín podría ir más allá del pollo y ser la respuesta simbólica a otras medidas similares adoptadas por Estados Unidos.

"China empezó a investigar el comercio del pollo después de que Washington impusiera fuertes aranceles a los neumáticos chinos, mucho más baratos, el pasado septiembre", señaló el corresponsal de la BBC en Shanghai, Chris Hogg.

Relaciones tensas

Este conflicto comercial enturbia un poco más las relaciones entre los dos países.

Lea: relaciones China-EE.UU. en un mal momento

Los desencuentros entre Pekín y Washington empezaron con la disputa sobre la venta de armas estadounidenses a Taiwán –que Pekín considera parte de su territorio y los roces en torno a los ataques informáticos contra Google.

Este lunes, China advirtió a Estados Unidos contra una posible reunión entre el presidente Barack Obama y el líder espiritual tibetano, el Dalai Lama.

El mismo día, Obama aseguró que iba a ser "mucho más duro" con China para garantizar que abra su mercado.

Sin embargo, ¿qué consecuencias puede tener esta serie de desavenencias entre las dos potencias?

El experto diplomático de la BBC, Jonathan Marcus, señaló que tanto China como Estados Unidos tienen mucho que perder si se deterioran sus relaciones económicas. Esta dependencia, apunta el reportero, es un freno a un posible aumento de la tensión.

"La guerra del pollo"


Por otro lado, algunos analistas señalan que China no es el único frente que Estados Unidos tiene abierto en la "guerra del pollo".

Quizá el más importante sea la disputa con Rusia, donde el 1 de enero entraron en vigor nuevas reglas sanitarias –muy similares a las que ya funcionan en la Unión Europea- que prohíben la importación de pollo que haya sido tratado con cloro, práctica habitual en Estados Unidos.

"Las demandas rusas tienen un carácter técnico y no pretenden imponer limitaciones comerciales a los suministradores de producción segura y de calidad", apuntó hace unos días Andréi Nesterenko, vocero de la Cancillería rusa.

América Latina

Pero además de en Rusia y en China, el pollo estadounidense también encontró problemas en América Latina.

La importación de cuartos traseros de esta ave fue uno de los obstáculos importantes para la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) de Estados Unidos con Centroamérica y la República Dominicana.

El texto final acordó el mantenimiento de ciertos aranceles –que irían reduciéndose con el tiempo- aplicables a los trozos de pollo, pero no a la carne separada del hueso. Este punto fue polémico porque abrió la puerta a la importación de pollo para la fabricación de hamburguesas y otros productos derivados.

En Colombia –que todavía no firmó su TCL- los productores también pidieron aranceles especiales por temor a no poder competir con los precios a que Estados Unidos vende esas partes del ave.

Fuente: BBC Mundo.

2009/09/21

Frankenstein Rex

Fuente: Publico.

Hace 16 años, el paleontólogo de la Universidad del Estado de Montana (EEUU) Jack Horner ayudó a Steven Spielberg a construir su Parque Jurásico. Los dinosaurios revivieron con mucha dignidad tras 65 millones de años de entierro, pero a Horner, que lleva toda su carrera reconstruyendo aquel mundo, no le bastó. Ahora quiere que regresen de verdad. O casi.

El plan de resurrección es distinto del de los paleontólogos de Spielberg. Entonces, los científicos rescataban de entre los muertos a tiranosaurios y velocirraptores a partir de material genético conservado en ámbar. El nuevo proyecto no requerirá restos de ADN ajados por el paso de millones de años. Tratará de obtener el manual de instrucciones para construir un dinosaurio de unos seres que lo han guardado en su interior desde antes del Jurásico: los pollos.

Los dinosaurios y los pollos (y el resto de las aves) tienen un esqueleto muy parecido. Las pequeñas diferencias entre los dos tipos de animal sólo serían variaciones sobre un diseño anatómico básico. Eso significaría, según Horner, que los cambios no se deben a que su paquete de genes es diferente, sino a que estos genes se expresan de manera distinta. El plan de Horner consistiría en comprender cómo esos genes dejaron de producir dientes, brazos o colas para convencerles con argumentos bioquímicos de que recuerden su comportamiento del pasado, dejen de producir tanto pollo y produzcan más dinosaurio.

Problemas económicos

El reto del paleontólogo de Montana, en el que contará con la colaboración de Hans Larsson, de la cátedra de macroevolución de la Universidad McGill de Montreal (Canadá), parece ciencia-ficción. Y es posible que lo sea. Por el momento, Horner reconoció esta semana a Público que "desafortunadamente, a causa de la crisis económica", está "teniendo problemas para reunirel dinero necesario para continuar con el proyecto". "Por eso, por el momento, va a estar parado durante un par de meses mientras intento conseguir alguna financiación", añadió. El científico ha calculado que la producción de su criatura no costaría más de "un par de millones de dólares". Pese a las dificultades, Horner no pierde el optimismo: "Aún creo que tendremos un dino-pollo en los próximos cinco o diez años".

Si se pudiese crear un pollosaurio, sería posible hacer crecer miembros amputados

Ante la creación de su Frankenstein aviar, los científicos cuentan con algunos indicios que muestran que tienen posibilidades de éxito. Hace casi dos siglos, Etienne Geoffroy Saint-Hillaire, uno de los padres de la anatomía comparada, observó que, durante su desarrollo, los loros tienen diminutas protuberancias en el pico parecidas a dientes. El científico atribuyó este peculiar rasgo a una herencia silenciada de formas primitivas. La idea no tuvo demasiado eco hasta hace tres años, cuando el investigador de la Universidad de Wisconsin (EEUU) Matthew Harris estudió pollos mutantes que desarrollaban los tejidos de los que surgen los dientes. Pese a desconocer cómo funciona la mutación, Harris fue capaz de crear un virus que imita las señales moleculares que provoca y logró que especímenes normales desarrollasen dientes. Este estudio muestra que las aves conservan el potencial para tener dentaduras y es un paso para comprender cómo algunas estructuras desaparecen durante la evolución.

El trabajo del investigador de Wisconsin será un apoyo en la producción del pollosaurio, pero es un paso aún diminuto en el camino que quieren recorrer Horner y Larsson. Para que su logro sea algo más que un truco de embriólogo-prestidigitador, tendrán que aprender mucho más sobre lo sucedido hace más de 70 millones de años, cuando los dientes desaparecieron de los picos de los ancestros de las gallinas. Y esa es sólo una parte. Después tendrían que recuperar estructuras como la cola, o sustituir las plumas por escamas.

Por el momento, Larsson se ha centrado en el desarrollo de la cola y ha logrado pequeños avances aplicando ácido retinoico un componente que estimula la secreción de una proteína importante para promover el crecimiento durante el desarrollo a los embriones de pollo. Pero el sistema es mucho más complejo de lo que se pensaba, y no existe una investigación previa que explique cómo crecen las colas. El investigador canadiense tendrá que empezar a hacer investigación básica por su cuenta para resolver ese enigma.

El experimento

Cuando se comprendan los mecanismos para cada uno de los órganos -hay otros grupos en el mundo que estudian los dientes o las extremidades-, Larsson tiene en mente un plan que explicó a la revista Discovery. "El experimento que imagino consiste en un embrión en desarrollo dentro de un huevo con varios puntos de inyección y varios tipos de molécula para manipular con mucha precisión la regulación de los genes", describió. "Seremos capaces de inyectar distintas moléculas en distintas partes del embrión en distintos momentos de su desarrollo. Si hacemos eso, si el momento y el lugar son correctos, seremos capaces de manipular muchos tipos diferentes de morfologías: plumas, alas, dientes, colas", agregó Larsson.

La reacción de los científicos ante el anuncio de Horner es de escepticismo generalizado. "Pero no como algo negativo, es un trabajo atrevido en el buen sentido", matiza el paleontólogo Luis Alcalá, director de la Fundación Dinópolis de Teruel. "En principio, parece complicado que lo consigan. En España tenemos el ejemplo del bucardo, un animal extinguido hace muy poco tiempo [el último murió en 2000] que se ha intentado recuperar y no se ha conseguido [en 2003 se creó un clon que murió a los 10 minutos]", apunta. "Sin embargo, en la historia de la ciencia se ha visto muchas veces que algo que parece imposible en un momento no lo es 100 años después", remacha.

Interesante pero casi imposible

Menos diplomático que Alcalá es el profesor de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) Alfonso Martínez-Arias. "No digo que no vayan a lograr cosas interesantes, mi escepticismo está en que esta gente se pone unos objetivos que son un poco absurdos", afirma. El investigador, que lleva "más de 20 años jugando con los mecanismos que generan los animales", cree que este tipo de proyectos son una manera de darse publicidad y obtener dinero "generando falsas expectativas en la gente". "Si fuesen capaces de reprogramar así un pájaro, sería posible hacer crecer los brazos de gente que los ha perdido o acabar con el hambre en el mundo porque podrían convertir pájaros en cerdos", afirma. "Ellos quieren reprogramar un pájaro cuando aún no sabemos cómo se programa", agrega. "Es como [el científico estadounidense] Craig Venter, que dice que va a crear vida en el laboratorio, pero aún no sabemos cómo funciona la célula, necesaria para que su organismo funcione".

"Me apuesto lo que quieran a que en cinco años no tienen el pollosaurio. Quizá saquen aberraciones, un ave con algunos rasgos de dinosaurio... Sería interesante, por ejemplo, ver si logran que le crezcan escamas, pero no lograrán un dinosaurio", asevera Martínez-Arias. "Cuanto más lo pienso, más difícil me parece, aunque sería interesante poder cambiar el pavo de Navidad por un Archaeopteryx [una especie a medio camino entre las aves y los dinosaurios] ", bromea.

Las críticas de sus colegas no parecen amedrentar a Horner. "Los científicos que juegan según las reglas de otros no tienen muchas posibilidades de realizar descubrimientos", ha declarado. Y pese a la dimensión de los retos que tiene por delante, en How to build a dinosaur (Cómo construir un dinosaurio), el libro en el que el paleontólogo presentó al mundo su provocativo proyecto, ya soñaba con llevar a su criatura al programa de la influyente presentadora estadounidense Oprah Winfrey. "[El pollosaurio] sería muy útil para convencer a la gente de que de este tipo de experimentos podemos aprender mucho sobre biología, desarrollo y evolución", asegura.

El canadiense Larsson, menos atrevido que su colega, matiza que, aunque la investigación podría concluir con la reproducción de animales desaparecidos hace millones de años, no tiene planes de llegar hasta ese extremo por razones éticas y prácticas. Su objetivo, en el que coincidecon Horner, es ofrecer una "ilustración de la evolución". "Si puedo demostrar claramente que el potencial para el desarrollo anatómico de los dinosaurios existe en los pájaros, entonces esto prueba que las aves descienden directamente de los dinosaurios", cuenta.

Además de poner a prueba los mecanismos de la evolución, a muy largo plazo, si el proyecto planteado por Horner pudiera hacerse realidad, las capacidades necesarias para construir un dinosaurio a partir de un pollo permitirían hacer caminar a los paralíticos o curar los defectos genéticos. Como dice Martínez-Arias y sugiere el sentido común, este sueño no se cumplirá en la próxima década y costará mucho más de dos millones de dólares. La propuesta de Horner puede ser una manera de atraer la atención del público y de las fuentes de financiación hacia un reto apasionante, pero el medio puede plantear tantos dilemas éticos como el alumbramiento del pollosaurio. Entretanto, si la crisis lo permite, Horner podrá soñar con una criatura en la que se mezclarán rasgos de animales separados por millones de años de evolución, mucho más pavorosa, quizá, que los dinosaurios que ayudó a resucitar a Steven Spielberg.

2009/08/26

Un científico canadiense quiere transformar pollos en dinosaurios

Fuente: Yahoo!

Un paleontólogo canadiense que pasó años buscando animales prehistóricos fosilizados quiere ahora devolverles la vida manipulando pollos genéticamente, anunció el científico este martes.

Hans Larsson, de la cátedra de macro-evolución de la Universidad McGill de Montreal, espera poder reproducir en estos gallináceos las características de dinosaurios desaparecidos hace millones de años, manipulando genéticamente embriones de pollos.

Esta investigación está en sus inicios, reconoció el científico en una entrevista con AFP, pero podría conducir un día a producir reptiles prehistóricos vivientes. No obstante, Larsson no tiene planes de llevar la investigación a ese punto, por razones éticas y prácticas.

Construir una criadero para dinosaurios "sería una empresa demasiado vasta". El objetivo es solamente ofrecer una "ilustración de la evolución", dijo Larsoon, que ha estudiado la evolución de las aves durante 10 años.

"Si puedo demostrar claramente que el potencial para el desarrollo anatómico de los dinosaurios existe en los pájaros, entonces esto prueba que las aves descienden directamente de los dinosaurios", dijo.

Varios organismos científicos canadienses y el grupo National Geograhic aceptaron financiar el proyecto, cuya idea surgió tras conversaciones con un conocido paleontólogo estadounidense, Jack Horner, quien fuera asesor técnico de los filmes de 'Parque Jurásico'.

Horner escribió recientemente un libro titulado 'Cómo construir un dinosaurio', donde cita los experimentos en embriones como parte de la búsqueda de crear un 'pollosaurio'.