Cuando este verano, una abuelita con el cabello gris subió al escenario con un teléfono celular en el Festival Internacional de Startup, de Montreal, el joven empresario israelí Guy Rosen sabía que se había ganado un premio muy especial.
Su compañía, Onavo, que está radicada en Tel Aviv, ofrece una aplicación que reduce la información que tienen los teléfonos celulares para ayudar a los usuarios a ahorrar dinero. Es algo que atrae a cualquier persona de cualquier edad.
Eso convirtió a Onavo en el ganador del Premio de las Abuelas para la mejor compañía
startup (empresas innovadaras que acaban de arrancar). Los jueces del galardón estuvieron conformados por señoras de la tercera edad, con un espíritu un tanto incrédulo.
En su oficina en Tel Avi, Rosen recuerda el momento: "Ellas se subieron al escenario y dijeron: 'Amamos a Onavo y entendemos lo que hace'… Es una aplicación fácil de comprender. Ahorra dinero, eso es todo. Por eso nos aman".
Onavo busca comprimir los paquetes de datos de los teléfonos celulares y, así, consigue reducir el consumo.
Guy Rosen es uno de los varios jóvenes, que con gran entusiasmo emprendedor, salió del ejército y decidió formar su propia empresa de tecnología.
Israel, un pequeño país que ha estado envuelto en conflictos por décadas, ha logrado transformar su economía: ha ampliado sus tierras de cultivo y se han convertido en una maravilla tecnológica.
La fórmula del éxito
Israel tiene actualmente casi 4.000 empresas startup, una cantidad que supera a la de que cualquier otro país, con excepción de Estados Unidos, de acuerdo con el Centro de Investigación Israel Ventura Capital.
En 2010, el flujo de capital de riesgo ascendió a US$884 millones.
El resultado: las exportaciones israelíes están valoradas en US$18.400 millones al año. Esa suma representa más de 45% de las exportaciones israelíes, de acuerdo con el Buró Central de Estadísticas.
Israel es un líder mundial en lo que respecta al porcentaje de su economía que destina al gasto en investigación y en desarrollo.
Al comparar el tamaño de su población con el número de nuevas empresas y de ingenieros, Israel se ubica de primero.
Así mismo, es el primero en lo que se refiere a la inversión per capita en capitales de riesgo.
Nada mal para un país con alrededor de 8 millones de habitantes, muchos menos que en Moscú o en Nueva York.
El emprendedor Yossi Vardi señaló que existe toda una mezcla de factores a los que se les puede atribuir la transformación de Israel en un milagro de los startup.
Vardi invirtió en más de 80 compañías de tecnología de punta. Una de ellas fue la responsable del servicio de mensajería en internet ICQ.
Vendió muchas de esas herramientas a gigantes tecnológicos como AOL, Microsoft, Yahoo y Cisco.
"Si ves cómo este país fue creado, te das cuenta que fue un startup a gran escala", señaló Vardi, quien ha sido llamado el padrino de la industria de la alta tecnología.
"Un grupo de gente loca vino aquí para intentar cumplir un sueño de 2.000 años".
En sólo pocas décadas, los startups israelíes han desarrollado tecnologías innovadoras en áreas como la computación, las tecnologías limpias y las ciencias de la vida, por mencionar sólo algunas áreas.
"Mira la agricultura, la industria de la defensa, las universidades aquí", indicó Vardi.
"La alta tecnología es una historia popular en estos momentos, internet le dio mucha visibilidad, pero la historia de la cultura y del espíritu es una parte de los genes culturales del pueblo israelí".
Rol del gobierno
Pero hay mucho más en la escena de las startup que ciertos aspectos de la cultura israelí: la ausencia de jerarquía, las constantes fuerzas individualistas, el asumir riesgos.
El Ejecutivo ha jugado un papel clave en el rápido ascenso de la nación de las startups.
"El gobierno impulsó el sector", explicó Koby Simona del Centro de Investigación Israel Venture Capital.
Una forma fue a través de la creación del programa Yozma en 1993, un llamado "fondo de fondos" que se estableció para invertir en fondos de capitales de riesgo locales que dirigirían el dinero a nuevas empresas tecnológicas".
Pronto numerosas startups empezaron a salpicar el paisaje industrial de Israel y los fondos de capital de riesgo se multiplicaron por todo el país. Se trató de una industria floreciente que atrajo inversionistas extranjeros.
Las fuerzas de defensa de Israel también impulsaron el espíritu empresarial.
El servicio militar es obligatorio, pero además de las unidades militares regulares, el ejército también ha diseñado unidades de alta tecnología, en las que a los interesados en informática y en computación se les piden ideas innovadoras en disciplinas como seguridad informática, comunicaciones y guerra electrónica.
"El ejército le pide a los jóvenes en ciertas unidades a que desarrollen sus habilidades tecnológicas y proyectos tecnológicos, en los que necesitarán improvisar para llegar a soluciones rápidas", dijo el profesor Niron Hashai de la Escuela de Administración de Negocios de la Universidad Hebrea.
Varios alumnos militares usan la experiencia que recientemente han adquirido para comenzar sus propias startups tecnológicas.
También hay que tomar en cuenta la inmigración judía, un motor de la economía del país desde su fundación.
La más grande e importante ola migratoria provino de Rusia, señala Hashai.
"Muchos eran muy inteligentes y con conocimientos tecnológicos", señaló el docente.
"Quizás no eran empresarios, pero cuando ellos se reunieron con ciudadanos nacidos en Israel, muchas cosas interesantes pasaron".
La década perdida
El primer boom de las startup de la década de los noventa sólo duró unos pocos años.
Pero, cuando la burbuja del global dot.com estalló en 2000, la fortuna de los capitales de riesgo israelíes empezó a declinar.
Hoy en día, miembros de la industria hablan de la década pérdida.
Todavía, los capitales de riesgo siguieron fluyendo dentro del país y ahora los inversionistas están cosechando las recompensas.
Durante los pasados dos o tres años, la nueva generación de startups de Tel Aviv comenzó a emerger y se preparó para demostrar que la industria de la última tecnología israelí volvía a la carrera.
Take Takadu, una compañía fundada en 2008 que ofrece sistemas de vigilancia inteligentes para infraestructura relacionadas con el servicio de agua, detecta -a larga distancia y en tiempo real- fugas de tuberías en todo el mundo.
Uno de los clients de Takadu es la británica Thames Water. Cuando una tubería en Londres explota, hay grandes probabilidades de que primero se de cuenta una computadora en Tel Aviv.
Otro ejemplo es Boxee. Los cinco fundadores israelíes decidieron, desde el primer momento, instalar sus oficinas principales en Delaware, en Estados Unidos, pero ubicar la unidad de investigación y desarrollo en Tel Aviv.
Boxee intenta proporcionar el vínculo faltante entre el contenido de la televisión e internet.
Una vez el pequeño cubo negro de Boxee se enchufa al televisor, se puede conectar vía inalámbrica a la red de tu hogar.
Con un control remoto, puedes hacer búsquedas y ver contenido online en la pantalla del televisor, no sólo películas, videos en YouTube o televisión por internet, pero también los videos que tus amigos han colocado en Facebook, Twitter y otras redes sociales.
Poco después de su lanzamiento en 2008, la pequeña caja de Boxee podría encontrarse en más de dos millones de hogares en Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, indicó Tom Sella, uno de los fundadores de la empresa.
Boulevard Silicon
El resplandeciente sol del Medio Oriente empieza a ocultarse y, de esa forma, a teñir los techos de Tel Aviv con sombras rojas, pero una parte de ciudad continuará activa por muchas horas.
Se trata del Boulevard Rothschild, también conocido como el Boulevard Silicon, centro de las oficinas de startups como Face.com y Soluto.
A algunas de ellas no les importa seguir los pasos de ICQ, 5Min, LabPixies y otras iniciativas que han atraído la atención de los gigantes tecnológicos.
Por ejemplo, Gifts Project fue creado por un grupo de entusiastas jóvenes que comparten una oficina pequeña, cuyo balcón da al Boulevard Rothschild.
La empresa fue adquirida por la principal tienda de compras online: eBay.
Otros quieren hacerlo por su cuenta. Uno de ellos es Soluto, una empresa que tiene como objetivo fabricar computadoras que sean "más amigables" con los usuarios y que pueda brindarles apoyo técnico a usuarios en todo el mundo, de forma gratuita.
Cualquiera sea su estrategia, todo parece indicar que están listos para causar un impacto.
"Estos empresarios están pensando en grande, están usando las últimas tecnologías de internet, están buscando construir un negocio global. No estarán satisfechos con construir algo pequeño. Realmente están intentando construir algo grande", señaló Saul Klein, un inversionista radicado en Tel Aviv que trabaja para la empresa británica Index Ventures.
"Creo que la nueva escena tecnológica israelí se está rebelando contra los últimos 10 años, en los que por muchos años Israel no dio la talla".
"Este es el Boulevard Rothschild y creo que este es lugar que no hay que perder de vista".