Goldman Sachs tendría “explicaciones” que dar sobre su papel en el colapso financiero del 2007 y por eso la Fiscalía del estado de Nueva York citó a los directivos de la institución que para muchos se ha convertido en el villano principal de aquella crisis.
La citación en Nueva York se suma a las investigaciones que hacen, por separado, la Fiscalía de Manhattan, el Departamento de Justicia y la Comisión de Valores de Estados Unidos.
Y se produce después de que se conociera un informe del Comité de Finanzas del Senado, presidido por Carl Levin, muy crítico con lo que definió como prácticas “engañosas” del banco.
Según fuentes financieras neoyorquinas, los directivos de Goldman Sachs no corren el riesgo de enfrentar acciones penales, aunque eso podría cambiar a medida que los investigadores van encontrando evidencias que comprometen la ética del banco.
Malos negocios
En el reporte parlamentario se asegura que Goldman Sachs había vendido a inversionistas títulos hipotecarios y otros productos de los conocidos como derivados a sabiendas de que eran un mal negocio.
La firma no habría advertido sobre los riesgos de esos productos, mientras al mismo tiempo habría trabajado el mercado con inversionistas para debilitar esas hipotecas con estrategias de inversión que ocultaba a sus clientes.
El año pasado Goldman aceptó pagar US$500 millones para resolver una demanda por fraude presentada por la Comisión de Valores estadounidense por engañar a compradores de hipotecas.
En ese momento aunque la firma reconoció que hubo omisión de información clave, no admitió haber actuado mal o ilegalmente, aunque “lamentó” lo que dijo que había sido una “falla”.
Operaciones al borde
Quienes critican las prácticas de Goldman Sachs aseguran que el banco obtuvo ganancias indebidas haciendo operaciones casi al límite del colapso del mercado de hipotecas de alto riesgo y otros valores considerados “tóxicos”, de manera que dejó a sus clientes con las pérdidas mientras la institución quedaba protegida.
En el caso del fiscal de distrito de Nueva York, Cirus Vance, (hijo del homónimo ex secretario de Estado) no buscarían nuevos documentos, aunque si quisiera hacer nuevas preguntas sobre el informe de Levin.
Tanto la fiscalía distrital neoyorquina como la estatal están analizando la información que obtienen del caso a la luz de una ley de 1921 que establece severas penas en el caso de fraudes en el mercado de valores.
Pero mientras la justicia del estado de Nueva York puede entablar una demanda civil o criminal, el fiscal de la ciudad sólo puede actuar en el terreno criminal, lo que expertos legales aseguran que exigiría pruebas contundentes por parte de la acusación para demostrar la culpabilidad de los banqueros.
Presión pública
Toda esta atención sobre Goldman Sachs es reflejo de cómo la presión de la opinión pública estadounidense está forzando a las agencias del gobierno a tratar de determinar las responsabilidades del sector bancario en la crisis hipotecaria estadounidense del 2007, que eventualmente llevó a casi todo el mundo a la mayor recesión desde los años 30.
Los investigadores federales han analizado las prácticas comerciales de las ahora intervenidas gigantes hipotecarias como Fannie Mae o Freddie Mac, o de empresas desaparecidas como Lehman Brothers o la aseguradora American International Group.
Hasta ahora no han habido procesos contra directivos que manejaban esas empresas al momento de desencadenarse la crisis, en parte porque se considera muy difícil demostrar que prácticas financieras riesgosas puedan ser equiparadas a conductas criminales o siquiera negligentes.
Pero según un trabajo presentado en 2009 por el Fondo Monetario Internacional la crisis hipotecaria costó globalmente unos US$4 billones, que fueron absorbidos por gobiernos que pusieron en marcha paquetes de ayuda financiera y por millones de personas que perdieron sus propiedades.
BBC Mundo