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2013/12/14

China logra el primer alunizaje controlado en más de 30 años

La sonda no tripulada china Chang E3, portadora del robot explorador Yutu, aterrizó este sábado en el cráter lunar Sinus Iridum (Bahía de los Arcoiris), lo que convierte al país asiático en el tercero (tras EE UU y la URSS) en lograr un aterrizaje controlado en la Luna, 37 años y cuatro meses después del anterior.

El Chang E3, lanzado desde la base aérea de Xichang (noroeste del país) el pasado 2 de diciembre, y que orbitaba a una velocidad de 1,7 kilómetros por segundo, comenzó a desacelerar cuando se encontraba a 15 kilómetros de la superficie lunar y alunizó con éxito este sábado (13.12 GMT, las 14.12 peninsular española).

El anterior alunizaje controlado de una nave fue el de la sonda soviética Luna 24, de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el 18 de agosto de 1976.

Con un peso de 140 kilos, el robot puede desplazarse a 200 metros por hora y está equipado, entre otras cosas, con cuatro cámaras y dos brazos móviles que pueden extraer muestras del suelo lunar.

Durante su misión, instalará un telescopio en la Luna por primera vez en la historia, observará la plasmaesfera (gas ionizado que circunda la Tierra) y examinará mediante radar la superficie del satélite.

Primer paso para permitir llamadas del móvil en los aviones

Por 3 a 2, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC) dio el jueves el primer paso hacia la eliminación de las regulaciones que prohíben las llamadas telefónicas durante el vuelo.

El presidente de la comisión, Tom Wheeler, aclaró que, sin embargo, la última palabra no la tiene la FCC sino la FAA, el organismo de aviación, y que, posteriormente, serán las compañías aéreas quienes decidan si permiten o no las llamadas en los vuelos.

Sin embargo, durante 20 años, su organismo ha prohibido el uso de aparatos móviles porque interferían las comunicaciones de la naves. Ahora Wheeler también se preocupa por la convivencia de los pasajeros si se levanta la prohibición. "No quiero que la persona del asiento de al lado esté ladrando a 35.000 pies de altura cuando habla por teléfono", explicó en su comparecencia ante el Congreso.

Otra miembro de la comisión, Mignon Clyburn, estuvo de acuerdo. "Siempre soy la primera en ponerme en la cola para entrar en el vagón silencioso cuando viajo en tren"; pero Clyburn también puntualizó que su comisión es para regular las comunicaciones y no las reglas de educación.

Las dos personas que votaron en contra, la demócrata Jessica Rosenworcel y el republicano Ajit Pai, insistieron en las protestas que levantará entre los pasajeros así como en las tripulaciones de vuelo, tanto por la convivencia como por la seguridad.

Wheeler ha aclarado que si la FCC no cambia su regulación, los pasajeros de avión seguirán sin poder enviar mensajes de texto o correos electrónico durante el vuelo.

Al margen de la prohibición o no, técnicamente no será fácil que un móvil volando a 5.000 metros de altura tenga cobertura para realizar y recibir llamadas.

Hace unos meses se aprobó el uso de aparatos durante el vuelo, pero no las llamadas de voz.

Triunfa un anuncio en YouTube que incita a las niñas a estudiar ingeniería

¿Quién dijo que las chicas quieren vestir de rosa y jugar con muñecas, si pueden construir máquinas complejas?

Ese es el mensaje central de un vídeo viral, visto más de seis millones de veces desde que fue colgado el 18 de noviembre en YouTube: el anuncio de GoldieBlox, una nueva empresa de juguetes que vende juegos y libros en Estados Unidos, para animar a las niñas a estudiar ingeniería.

En el anuncio, tres chicas se aburren viendo princesas vestidas de rosa en televisión, así que toman una caja de herramientas, unas gafas y unos cascos y empiezan a construir una máquina que lanza tazas de té rosas y muñecas por toda la casa, utilizando paraguas, escaleras de mano y, por supuesto, juguetes de GoldieBlox.

El anuncio se ha convertido en un tema candente de conversación en las redes sociales y ha generado un debate sobre la escasez de mujeres en los campos de la tecnología y la ingeniería, donde solo una cuarta parte de los puestos técnicos están ocupados por mujeres.

“Verdaderamente revela que el problema no está en una falta de interés en las niñas, sino en que son víctimas del axioma ‘no puedes ser lo que no puedes ver”, comenta Rachel Sklar, defensora de la mujer en el sector tecnológico.

Cindy Gallop, de la agencia publicitaria británica Bartle Bogle- Hegarty, dice que el anuncio también ilustra que la publicidad creada para mujeres y niñas es poderosa porque estas son muy activas en las redes sociales y controlan la mayoría de las compras. Sin embargo, las agencias de publicidad están integradas predominantemente por hombres, añade, y los hombres en los anuncios suelen ser heroicos, mientras que las mujeres son sus compañeras.

“Yo les digo a los especialistas en mercadotecnia y del sector de la publicidad: ‘Cuando quieran que un vídeo sea viral, lo que tienen que hacer es hablar con mujeres y niñas, y hacerlo en el modo apropiado”, señala Gallop.

En un principio, el anuncio había previsto incluir la canción Girls, de los Beastie Boys, una balada decididamente antifeminista cuya letra reescribieron los creadores del anuncio. Los Beastie Boys cantan: “Las chicas, a fregar los platos/Las chicas, a limpiarme la habitación/Las chicas, a lavar la ropa/Las chicas, en el lavabo/Chicas, lo único que quiero son chicas”. Y una de las actrices del anuncio entona: “Chicas, construid una nave espacial/Chicas, programad la nueva aplicación/Chicas que crecen sabiendo/Que pueden crearlo/Chicas, lo único que necesitamos son chicas”. Pero los Beastie Boys publicaron el 25 de noviembre una carta abierta a la empresa en la que denegaban el permiso de utilización de sus temas en anuncios.

“Pensaba en mi infancia, con princesas y ponis, y me preguntaba por qué los juegos de construcción, matemáticas y ciencias son para los niños”, dice Debbie Sterling, fundadora de GoldieBlox. “Queremos generar un cambio cultural y acabar con la desigualdad entre sexos”.

En 2010, las mujeres estadounidenses obtuvieron solo un 18% de las titulaciones en informática, en comparación con el 37% de 1985, según el Centro Nacional para Mujeres y Tecnología de la Información.

Los analistas opinan que esas cifras tan bajas obedecen en parte a que no se anima a las chicas a que se decanten por las ciencias tanto como a los chicos.

Sterling fundó la empresa hace dos años, después de licenciarse en diseño de productos en la Universidad de Stanford. Después trabajó en diseño y mercadotecnia.

GoldieBlox, domiciliada en Oakland, California, no recurrió a una agencia publicitaria para el vídeo. Este fue producido por el pequeño equipo de la empresa, que hace unos meses lo ideó mientras degustaba una comida mexicana. El anuncio fue dirigido por The Academy, un grupo de cineastas de Los Ángeles. Brett Doar, artista especializado en la fabricación de máquinas, creó la máquina de Rube Goldberg que aparece en el vídeo. Y es que “está bien ser una princesa”, sentencia Sterling, “pero las chicas también pueden construir sus propios castillos”.

Rebelión en Twitter por el desbloqueo parcial de cuentas molestas

Las redes sociales, especialmente las más populares, viven en un cambio permanente. Cuando no lanzan una mejora en la aplicación, se trata de un cambio de políticas de uso. Twitter ha sido la última en dar un paso en falso y a las pocas horas ha tenido que rectificar.

La red social del pájaro azul cuenta con una opción, el bloqueo, para que desaparezcan los usuarios molestos. Basta con sentirse agredido por alguien para darle al botón con el que desaparecen sus mensajes donde se cita al agraviado y evitar que pueda seguirlo. Se impedía así que se produjese acoso. Tampoco podía ver su imagen de perfil o consultar su contenido.

Sin embargo, en la madrugada del jueves decidió cambiar la mecánica de este sistema de bloqueo. Se mantenía el nombre de la acción “bloquear”, pero la protección pasaba a ser mucho más laxa. De hecho, solo silenciaba pero podía leer los mensajes y seguir el perfil del agredido. Sencillamente, se silenciaban sus alusiones y no aparecía en la lista de seguidores, pero sí podía pasar a seguirle y hacer referencia, aunque no le apareciesen.

Solo tres horas después del anuncio un aluvión de mensajes les hizo rectificar. Michael Sippey, vicepresidente de producto, ha explicado la decisión en el blog de la empresa: “hemos decidido deshacer los cambios después de las impresiones de muchos usuarios. Nunca haremos cambios cuyo coste sea que nuestros clientes se sientan inseguros. Cualquier bloqueo que se haya hecho antes de los cambios, sigue vigente”.
Al mismo tiempo, expone que no es la opción que consideran más adecuada, pero que van a trabajar hasta dar con la correcta. El directivo considera que va contra la propia esencia de Twitter: “Se construyó para compartir idea e información rápidamente. Tenemos que encontrar un equilibrio para que el funcionamiento siga siendo fluido sin que nadie se siente expuesto”.

Mauro Fuentes, director de Social Ogilvy en España, considera la rectificación como una atención al usuario, pero cree que así no se ataja el problema de uso inadecuado del botón de bloqueo: “Muchos perfiles usuarios no usan el bloqueo con la intención de protegerse, sino solo de dejar de leer a alguien. Con el cambio se perdía parte de la privacidad”.

Inma Ferragud, directora de redes sociales de la agencia Internet República, considera que el cambio se enfocaba más en los famosos que en los usuarios de a pie: “la intención de Twitter cambiando las opciones de bloqueo es aminorar el ruido negativo y las discusiones que procedían de la acción del bloqueo, en especial cuando el que bloquea es un personaje público o el bloqueado, un troll con demasiado tiempo libre y lengua afilada”.

En su opinión, la limitación del bloqueo es adecuada e insiste en que la posibilidad de tan solo silenciar, se puede hacer con herramientas de gestión de varias cuentas. “No es tan radical y es útil para dejar de leer de forma temporal un tema o hashtag concreto, sobre un programa de televisión o un partido de fútbol, por ejemplo, sin tener que bloquear y que se ofenda alguien”, matiza.

En todo caso, la experta en redes sociales subraya que es muy sencillo pasar por encima de un bloqueo. “Podemos acceder a una cuenta concreta que nos han bloqueado entrando sin registrarnos. Otra opción es usar el buscador, basta con poner el nombre de usuario sin la arroba delante para ver sus tuits. La información sigue ahí. Bloquear solo sirve para impedir que te sigan o que te envíe mensajes directos. La seguridad es una asignatura pendiente para Twitter”, concluye.

Un ‘drone’ español para vigilar incendios y fronteras

Francisco Gayá (Madrid, 1952) no podía dejar de ver las noticias en el verano de 2006, incendio tras incendio. “Tanta desgracia tenía que tener una llamada a la acción”, se justifica. Así fue como este empresario, hasta entonces especializado en medios de comunicación y piloto aficionado, decidió montar Flightech Systems, la primera empresa española que ha fabricado un drone, avión no tripulado, para poder vigilar y monitorizar este tipo de emergencias.

Llamó a 21 amigos. 17 dijeron que sí. Desde entonces han sumado 27 accionistas para sumar 9 millones de euros y activar el proyecto. El modelo creado, Altea Eko, pesa 80 kilos, tiene autonomía para cuatro horas y media de vuelo y alcanza una velocidad de hasta 120 kilómetros por hora. Eso sí, no puede alejarse más de 100 kilómetros de su base. El camino no ha sido sencillo: “Rompimos y estrellamos muchos prototipos hasta dar con la mejor opción”. Aunque todavía no ha comenzado su actividad, este es el único modelo que cuenta con matrícula, imprescindible para poder volar, de la Agencia Estatal de Seguridad.

La empresa, cuya sede social está en Madrid, guarda sus 8 drones en un garaje de Alicante, donde también está su equipo de investigación y desarrollo. “En total 28 personas, de los que 21 tienen un perfil técnico”, indica el presidente de la empresa. La media de edad es de 32 años y son ingenieros aeronáuticos, de telecomunicaciones y físicos.

Gayá insiste en que el funcionamiento es sencillo, pero no apto para cualquiera. “Se debe hacer un plan de vuelo previo, pero para pilotar a distancia, en tiempo real, es necesario tener licencia de piloto. De lo contrario, sería una amenaza para la seguridad y se estrellaría”, expone. En este aspecto, han tomado sus precauciones. Por un lado, el avión cuenta con un paracaídas que se activa en caso de caída libre. Por otro, porque si detecta cualquier problema en el aparato, se pierde la señal de radio o un intento de ‘hackeo’, vuelve de inmediato a la base.

La intención es ofrecerlo a comunidades autónomas para control de incendios y catástrofes, pero también a las fuerzas de seguridad como una forma de recopilar información. “Puede ser práctico para monitorizar las fronteras más eficazmente. Las imágenes de la cámara de alta definición se pueden ver hasta en un iPad si se desea”, indica Gayá. Y aprovecha para añadir un matiz: “No está pensado para llevar armas ni como avión de ataque, es para uso civil”.
En un principio ofrecen un paquete de tres aviones, la estación terrestre, que sirve de base de control, así como zona de despegue y aterrizaje, y el mantenimiento durante cinco años. Gayá considera que el ahorro por ahora es notable con respecto a los sistema tradicionales. Otro modelo de negocio, cuyo precio no estima durante la conversación, podría ser el alquiler para hacer publicidad o en algún evento. “En una playa, como se ha hecho siempre, sería sencillo, pero en áreas urbanas no se puede”, subraya.

El siguiente paso de Altea Eko será la búsqueda de mercado en América Latina. “Nos interesa especialmente por contar con grandes extensiones forestales y explotaciones agropecuarias. Con un drone la labor de vigilancia es más intensiva y completa”, expone.

A Gayá la última propuesta de Jeff Bezos para repartir los paquetes de Amazon con aviones de dimensiones reducidas le produce cierto sonrojo: “A mí también me encanta la ciencia ficción, de verdad. Ha hecho una campaña espléndida para su empresa, pero no es real. Son como los que uso con mis nietos en el parque Juan Carlos I, sí, muy divertidos. Al margen de bromas, lo que propone es un peligro”.

Los internautas se escabullen de los científicos

Los métodos para medir la actividad humana en la red ofrecen una imagen incompleta acerca del aprendizaje y la comunicación en línea, en especial porque las herramientas que se emplean fragmentan excesivamente las intervenciones de los usuarios. Esta es la principal conclusión de una reciente investigación llevada a cabo en el Centro Berkmnan para Internet y la Sociedad de la Universidad de Harvard.

Sus responsables, Rebekah Heacock y Rob Farris, aducen que la mayoría de las observaciones focalizadas en la Web se fundamentan en encuestas, que resultan “caras, a menudo sesgadas, poco representativas, subjetivas e inconscientes”. Para ejemplificar sus críticas, ambos expertos incluyen en su documento diversos trabajos puestos en circulación por prestigiosas instituciones como el Foro Económico Mundial, Eurostat, el Web Index o el Centro de Investigación Pew.

En opinión de otra analista, Caroline O’Donovan, del Laboratorio de Periodismo Nieman, también de Harvard, uno de los principales méritos del equipo de Berkmnan es su capacidad para descomponer el estudio del comportamiento de los navegantes en categorías más fáciles de cuantificar: búsquedas, etiquetas, gustos, seguidores, etc.

Con todo, Farris y Heacock conocen sus límites: “No está claro hasta dónde podemos llegar con la minería de este tipo de datos. Es posible que apenas hayamos arañado la superficie de la mente colectiva digital”, admiten. Los autores subrayan sus dudas sobre la eficiencia de las empresas que recopilan y venden información sobre hábitos de consumo en internet. “Alexa y ComScore han hecho un negocio de esto”, señalan. Pero quienes se avienen a participar en estas experiencias, “¿representan a los crédulos, a los ingenuos o a los aventureros?”, se preguntan. Y añaden: ¿Esta mecánica altera su actitud?”.

Particulares y empresas como Devin Gaffney –exploró las elecciones iraníes en 2009–, Panos Panagiotopoulos, Alinaghi Ziaee Bigdeli y Steven Sams –fijaron su atención en los disturbios del verano de 2011 en Londres– o SocialFlow –dedicada a diseccionar el debate presidencial de 2012 en Estados Unidos– se valen de Twitter y sus hashtags como instrumentos para calcular el interés que suscitan determinados acontecimientos. Pero, como recuerdan Rebekah Heacock y Rob Farris, basándose en las teorías de la socióloga Zeynep Tukekci, “estas etiquetas pueden tener distintos significados en contextos diferentes, e igualmente los debates pueden persistir a pesar de que los usuarios hayan abandonado el uso de hashtags relacionados”.

Los problemas sin resolver de los drones de Amazon

Los planes de Amazon de repartir paquetes con aviones no tripulados han causado gran expectación, aunque muchos países trabajan ya en distintas iniciativas, tanto en el ámbito industrial como en centros de investigación, para desarrollar tecnologías que permitan a estos aparatos realizar todo tipo de tareas civiles; hasta hace unos años su uso se restringía al ámbito militar.

Asimismo, también se estudia su uso para servicios de agricultura "inteligente" y la detección de plantas en grandes fincas que requieran una intervención individualizada, como riegos en momentos concretos o fumigación. También para detección de incendios o el reconocimiento de zonas afectadas por catástrofes.

Otro uso frecuente de los aviones no tripulados es como juguete: muchos aficionados compiten con carreras en el aire, con cámaras a bordo que permiten grabar espectaculares imágenes.

Las posibilidades de uso de los drones son cada vez mayores pero persisten escollos tecnológicos. Es sólo "cuestión de tiempo" desarrollar una tecnología que permita a estas aeronaves detectar y evadir al resto de aeronaves, según fuentes de la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA).

En una aeronave tripulada, en última instancia es responsabilidad de los pilotos ver y evitar al resto de aeronaves que vuelen por el mismo espacio aéreo, manteniendo una separación adecuada.

Sin embargo, en un dron no existe aún una solución tecnológica aceptable para garantizar esa capacidad de detectar y evitar al resto de aeronaves. Una vez logrado ese reto, el uso de las aeronaves no tripuladas "se expandirá de modo considerable", han añadido las fuentes.
El problema de las baterías

Los dispositivos aéreos no tripulados tipo multirrotor disponen de capacidad de guía para llegar al punto de entrega de la mercancía; sin embargo, la duración de sus baterías es limitada, lo que les impide trayectos de vuelo largos.

El ingeniero Adrián Carrio, investigador en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), perteneciente al Grupo de Visión por Computador, premiado en una reciente competición internacional de microvehículos aéreos por un sistema para controlar el vuelo de aviones sin piloto en zonas de catástrofe, ha destacado asimismo el reto tecnológico de mejorar la autonomía de vuelo de los drones.
Errores de navegación

Este investigador de la Asociación Española de Sistemas Aéreos no Tripulados (AERPAS) se ha referido asimismo al desafío que supone desarrollar sistemas que corrijan los errores de navegación en los que incurren muchas veces los drones, con fallos excesivamente grandes y derivas de posicionamiento que alcanzan varios metros.

Ha añadido que la investigación en el área de vehículos aéreos no tripulados se centra actualmente en el desarrollo de sistemas a bordo suficientemente "robustos" para soportar fallos en la navegación, y para que puedan interactuar con otras tecnologías complementarias a la hora de solucionar problemas en casos de necesidad.

Otra de las áreas de investigación tecnológica en este ámbito tiene que ver con el desarrollo de algoritmos de visión para el procesado "inteligente" de las imágenes que obtiene el dron.

El reto es dotar a estos artefactos de mayor capacidad para interpretar correctamente la información que obtienen con sus cámaras y sensores para conseguir así una navegación totalmente segura, a partir de un análisis útil de datos que les permita saber su posición exacta e incluso la velocidad a la que navegan.