Apple tiene el 8% del mercado mundial de móviles (no confundir con el 29% del mercado de smartphones),
pero obtiene el 73% de todos los beneficios del sector, un dato que
punto arriba punto abajo se repite cada trimestre, según las cuentas de Asymco.
El resto de las ganancias del sector se las lleva Samsung, que en un año ha crecido en sus ventas de móviles del 23,5% al 35,4%, aunque la cuota de sus beneficios se mantienen en torno al 26%. Es decir, que queda un 1% de beneficios que se deben repartir entre el resto de fabricantes: Motorola, Nokia, RIM, LG, HTC, ZTE, Huawei…lo que significa que muchos pierden dinero cada vez que una persona decide comprar uno de sus teléfonos.
Apple siempre se ha significado, no tanto por su grandes cuotas de mercado como por su gran margen de beneficio en cada aparato que vende; antes eran ordenadores y ahora iPod, iPad o iPhone. Hasta los réditos de la empresa de montaje Foxconn han caído en el último año por culpa de los draconianos contratos firmados con Apple para conseguir producir sus tabletas y teléfonos. A excepción de su época inicial, cuando sus ordenadores sí fueron un fenómeno de masas, posteriormente ha preferido buscar nichos de mercado, como el educativo, o élites dispuestas a pagar un sobreprecio a cambio de diseño, marca y cierta idea de exclusividad.
Según los mismos cálculos de Asymco, la concentración de los ingresos y beneficios del sector ha emprendido una rápida concentración, ya que hace dos años los ocho principales fabricantes se llevaban 5.300 millones de dólares en beneficios, y ahora son de 14.400 millones. La tendencia parece que continuará, aunque cambiando los jugadores, pues la continuada caída de Nokia, RIM y HTC parece que será ocupada por marcas chinas.
Samsung continuará con su liderazgo mundial gracias a la amplia gama de móviles, desde la baja hasta la alta. En ese mundo de los 700 euros, su Galaxy III deberá competir con los Ascend de Huawei, los Lumia de Nokia, los iPhone de Apple, los Blackberry o los One de HTC.
El resto de las ganancias del sector se las lleva Samsung, que en un año ha crecido en sus ventas de móviles del 23,5% al 35,4%, aunque la cuota de sus beneficios se mantienen en torno al 26%. Es decir, que queda un 1% de beneficios que se deben repartir entre el resto de fabricantes: Motorola, Nokia, RIM, LG, HTC, ZTE, Huawei…lo que significa que muchos pierden dinero cada vez que una persona decide comprar uno de sus teléfonos.
Apple siempre se ha significado, no tanto por su grandes cuotas de mercado como por su gran margen de beneficio en cada aparato que vende; antes eran ordenadores y ahora iPod, iPad o iPhone. Hasta los réditos de la empresa de montaje Foxconn han caído en el último año por culpa de los draconianos contratos firmados con Apple para conseguir producir sus tabletas y teléfonos. A excepción de su época inicial, cuando sus ordenadores sí fueron un fenómeno de masas, posteriormente ha preferido buscar nichos de mercado, como el educativo, o élites dispuestas a pagar un sobreprecio a cambio de diseño, marca y cierta idea de exclusividad.
Según los mismos cálculos de Asymco, la concentración de los ingresos y beneficios del sector ha emprendido una rápida concentración, ya que hace dos años los ocho principales fabricantes se llevaban 5.300 millones de dólares en beneficios, y ahora son de 14.400 millones. La tendencia parece que continuará, aunque cambiando los jugadores, pues la continuada caída de Nokia, RIM y HTC parece que será ocupada por marcas chinas.
Samsung continuará con su liderazgo mundial gracias a la amplia gama de móviles, desde la baja hasta la alta. En ese mundo de los 700 euros, su Galaxy III deberá competir con los Ascend de Huawei, los Lumia de Nokia, los iPhone de Apple, los Blackberry o los One de HTC.
