Pero aquellos que lo hicieron se mostraron menos contentos, especialmente si la comparación la realizaban con amigos y familiares y no sólo con colegas de trabajo.
El estudio del Economic Journal también encontró que los más pobres eran los más afectados.
Participe: ¿Le deprime comparar su salario?
Los investigadores, de la Paris School of Economics, utilizaron datos de la Encuesta Social Europea que contó con la participación de 19.000 personas en 24 países.
Las respuestas mostraron que entre más importancia le otorgaba las personas a dichas comparaciones, menos satisfechas se sentían con su calidad de vida, además de sentirse deprimidas.
No se encontraron diferencias entre hombres y mujeres cuando ambos comparaban su salario con personas cercanas.
Pero si las comparaciones se limitaban a compañeros de trabajo, éstas resultaban inofensivas, dado que las comparaciones con amigos resultaban ser el doble de dolorosas que las realizadas con colegas.
Se descubrió también que la gente en países pobres tiende a comparar más su salario que los habitantes de países ricos . Y dentro de un país, los ciudadanos más pobres comparaban más su ingreso con otros que lo que lo hacían personas ricas.
Vaso medio vacío
Los investigadores sugieren que cuando se trata de comparar ingresos con colegas, esto puede provocar una motivación adicional sobre el salario que se puede alcanzar en el futuro."Estar haciendo comparaciones constantes parece hacer del mundo un lugar menos feliz y más desigual", concluyeron.
El líder del estudio, el profesor Andrew Clark, añadió que el efecto visto en los grupos más pobres resultó una sorpresa.
"Pensaría que la gente rica compara más sus ingresos porque si uno se encuentra en un nivel más bajo tendería a pensar que lo importante es tener lo básico para subsistir, pero eso no fue lo que descubrimos", opinó Clark.
El profesor Cary Cooper, un experto en psicología organizacional y salud de la escuela gerencial de la Universidad de Lancaster, aseguró que el tipo de persona que se compara constantemente con otros tiende a ser insegura.
"Necesitamos saber qué ocurre primero. ¿Es que quienes ven las cosas como un vaso medio vacío hacen comparaciones como consecuencia de esa visión? ¿o es que la comparación los hace infelices?", se preguntó Cooper.
Añadió que probablemente las comparaciones con viejos amigos de la escuela y la universidad son las más peligrosas.
"Con colegas de trabajo es un asunto de justicia, pero con amigos de la escuela que han tenido las mismas oportunidades que tú podrías pensar 'Lo han hecho mucho mejor que yo, así que quizá yo soy menos competente".
"Le aconsejaría a la gente que no se compare y que sean felices con quienes son y la situación en la que se encuentran. Recuerden que aquellos con los que se están comparando no necesariamente son más felices", concluyó.