A pesar de su imponencia, su inconfundible olor y agradable textura, la realidad es que su contenido se desactualiza muy rápido. "Sabíamos que esto iba a ocurrir", admite Jorge Cauz, presidente de la Enciclopedia Británica.
"Una enciclopedia impresa es obsoleta en el minuto en que se imprime", explica Cauz, y agrega: "por su parte, nuestra edición en Internet se actualiza constantemente".
"Las ventas de enciclopedias impresas han sido insignificantes durante varios años", agrega el presidente de la compañía, que tiene su sede en Chicago, Estados Unidos.
Los editores de la Enciclopedia Británica -o Encyclopædia Britannica , tal es su nombre original en latín- anunciaron que solo existirá una versión en línea, una vez que logren vender las existencias actuales de cerca de 4.000 colecciones. La última edición de papel, por lo tanto, será la de 2010.
En sintonía con los tiempos que corren, la publicación se centrará ahora en su expansión digital, en medio de la creciente competencia de sitios web como Wikipedia .
La empresa, que solía vender sus enciclopedias de puerta en puerta, ahora genera casi el 85% sus ingresos con las ventas en línea, especialmente a bibliotecas e instituciones educativas. De forma reciente, lanzó una versión digital de la enciclopedia para tabletas.
Mucho más rápido
Las empresas de todo el mundo intentan impulsar su presencia en línea, en un intento de sacar provecho de ese mercado de rápido crecimiento. En sólo dos años las ventas de libros electrónicos se triplicaron, según datos de la Asociación de Editores de EE.UU.Varios periódicos, revistas e incluso casas editoriales lanzan cada vez más versiones online de sus productos ya que un número creciente de lectores elige acceder a la información a través de dispositivos como las tabletas y los teléfonos inteligentes.
La Enciclopedia Británica dijo que si bien su decisión de centrarse en las ediciones en línea fue influenciada por el cambio en el patrón de consumo, la capacidad de actualizar el contenido en un corto plazo también jugó un papel muy importante.
Al mismo tiempo, los usuarios frecuentes de la enciclopedia dicen que prefieren utilizar la versión en línea más que la de papel.
"Tenemos que contestar miles de preguntas cada mes a través del chat, por teléfono y por correo electrónico, y tenemos que hacerlo tan pronto como sea humanamente posible", explica Richard Reyes-Gavilán, de la Biblioteca Pública de Brooklyn, Estados Unidos.
"En muchos casos, hacer una búsqueda por palabra clave en Internet es mucho más rápido que ponerse a contemplar el índice de la Enciclopedia Británica y luego encontrar el volumen adecuado".
En los últimos años la Enciclopedia Británica -la empresa- se ha alejado de su trabajo en la enciclopedia para volcarse más a la venta de herramientas educativas. La pregunta ahora es cuántas personas pagarán los 70 dólares al año que sale acceder al servicio on line, teniendo acceso gratis a Wikipedia.
Al fin de cuentas, todo dependerá, de cuánto valoren la venerable reputación de la Encyclopædia.