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2010/04/12

Ingeniero peruano desarrolla extracción de oro sin contaminación del medio ambiente

Fuente: RPP.

La empresa Smallvill S.A.C, a cargo del ingeniero, Carlos Villachica, ha creado un prototipo capaz de recuperar el oro reemplazando al mercurio por sustancias biodegradables, que al desecharse no contaminará los ríos.
"El modelo de nombre, ECO-100V, funciona con un motor que puede ser accionado a gas natural o gasolina, permitiendo que el motor haga girara unas hélices en forma vertical, para mantener la arena en suspensión y aspirar una gran cantidad de aire que luego se dispersa en miles de burbujas pequeñas", señaló Villachica.
Agregó que, las partículas libres de oro que previamente han sido mezcladas con un reactivo colector, "se pegan" a las burbujas de aire siendo llevadas a la superficie, para obtener como resultado final un oro de calidad ecológica.
El prototipo es un, "Proyecto Especial 2006", que es subvencionado por el  Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (CONCYTEC), siendo menos costoso y más rápido que la forma tradicional de amalgamación..

2010/01/23

La contaminación de Asia alcanza a EEUU

Fuente: Publico.

El nivel de ozono en el oeste de Estados Unidos ha aumentado un 14% entre 1995 y 2008, según los datos de la Administración Oceánica y Atmosférica de EEUU (NOAA, de sus siglas en inglés). Los científicos de la Universidad de Colorado (EEUU) afirman que parte de este aumento ha sido provocado por la contaminación que se genera en Asia.

El estudio, publicado en la revista Nature, compara más de 100.000 mediciones de ozono con los modelos de viento atmosférico. Cuando las corrientes proceden desde el sur y el este de Asia, se producen los mayores aumentos de la concentración de ozono. Cuando los vientos tienen otra procedencia, el aumento es menor.

Al incluir los datos de ozono recogidos desde 1984, los investigadores descubrieron que el incremento de ozono en su atmósfera alcanza el 25%. Sin embargo, no se sabe "qué parte de este aumento está provocada por Asia", explica el autor principal del estudio, Owen Cooper.

Según el investigador, "es necesario estudiar más a fondo la influencia del ozono procedente de Asia y otras fuentes sobre la calidad del aire" para poder alcanzar el Estándar de Aire Limpio de EEUU.

2010/01/13

Descubren en Brasil que contaminación aire causa infertilidad masculina

Fuente: Pueblo en Linea.

Un estudio de la Universidad de Sao Paulo, de Brasil, divulgado el día 11, mostró que la contaminación urbana puede causar la infertilidad masculina.

De los 750 hombres que participaron en el estudio, 500 presentaron algún problema de fertilidad, según los resultados.

Además, hombres que se quedan expuestos a la contaminación durante todo el día, como taxistas y motocicletas para entrega, o sólo durante su trayecto casa-trabajo, pueden ser afectados.

La causa sería la gasolina y el diesel que concentran una gran cantidad de metales pesados que son lanzados al aire, perjudicando al organismo masculino.

La contaminación dejaría el espermatozoide más lento, además de aumentar el nivel de radicales libres en el semen.

Estos radicales libres en exceso harían que los testículos identificaran al espermatozoide como una célula invasora, que sería destruida.

El estudio también indica que sería necesario alterar la fórmula de los combustibles brasileños.

La Agencia Nacional de Petróleo de Brasil reconoce que es muy mala la calidad de la gasolina y el diesel vendidos en el país, e informa que está trabajando perfeccionar estos productos.

2010/01/06

China reconoce que el vertido de diésel en el río Amarillo es "grave"

Fuente: Publico.

Las autoridades chinas han reconocido que el vertido de diésel en el río Amarillo es "grave" y que puede afectar al suministro de agua potable de millones de residentes en el noroeste del país y que se abastecen de la segunda mayor arteria fluvial del país asiático.

El viceministro de protección ambiental, Zhang Lijun, ha pedido los máximos esfuerzos para proteger el agua potable de forma urgente, informa el diario China Daily.

Hasta 150.000 litros de diésel se vertieron el pasado 30 de diciembre en los ríos Chishui y Wei, afluentes del Amarillo, a raíz de una rotura en un oleoducto de la principal petrolera china, CNPC (China National Petroleum Corp.).

Según un comunicado publicado hoy por el Gobierno de la provincia de Shaanxi (noroeste), "debido a este incidente, los ríos Chishui y Wei están gravemente contaminados".

CNPC no dijo la verdad al afirmar que estaba todo controlado

La noticia de la gravedad de la mancha y de su extensión se produce después de que CNPC asegurara el fin de semana pasado que la contaminación había sido controlada y eliminada.

En una reunión celebrada hoy entre funcionarios de las tres provincias y de CNPC, el viceministro Zhang ha pedido que se haga lo posible para evitar que el vertido llegue al embalse de Xiaolangdi, 130 kilómetros río abajo, que suministra a las ciudades de Kaifeng, con 4,8 millones de habitantes, y Zhengzhou, con 7,3 millones.

El embalse de Sanmenxia, en el río Amarillo y situado en las tierras de Henan, ha dejado de generar electricidad y está reteniendo las aguas desde el día 3 para evitar que la mancha siga su curso.

Las autoridades de las ocho ciudades situadas en las riberas del río Amarillo están tomando muestras del agua cada hora y, de momento, los niveles de contaminación son inocuos para el consumo humano y no han alterado la vida de los residentes, asegura el rotativo oficial.

Barriendo las culpas hacia fuera...

La petrolera CNPC ha culpado de la rotura del oleoducto (que transcurre desde la capital de Gansu, Lanzhou, hasta la de Hunan, Changsha) a una tercera empresa que estaba llevando a cabo unas obras a la altura del río Chishui.

Sin embargo, el subdirector de la Comisión de Recursos del Río Amarillo, Su Maolin, rebatió esta justificación y pidió más pruebas sobre el accidente una vez la mancha haya sido controlada.

2009/12/25

30.000 afectados ponen en jaque a una gran petrolera

Fuente: Publico.

"La familia Barberá murió entera. Vivía cerca del pozo número 2. El agua salía como café y la tomaban para beber, la usaban para bañarse. Era puritita agua de formación, el agua tóxica que sale de los pozos junto con el petróleo y que se tiraba directa a los ríos". Carmen Zambrano tiene 46 años y lleva 26 de ellos viviendo en la Amazonia ecuatoriana, en la zona donde se extrae el petróleo. En estos años, Zambrano ha visto enfermar, y morir, a muchos habitantes de una región contaminada sin escrúpulos por décadas de malas prácticas de las petroleras. Madre de ocho hijos y dedicada a trabajar el campo para consumo propio "Cultivo yuca, café, arroz y maíz", Zambrano se niega a abandonar la zona contaminada.

"No quiero marcharme. Nuestra lucha es que la contaminación se limpie", dice. Detrás de su casa, hay dos pozos.

Ella y muchos conciudadanos están desde hace meses pendientes de una esperada decisión judicial: la que el juez de Sucumbíos debe tomar sobre la demanda planteada contra Texaco (absorbida por Chevron en 2001) por las víctimas de la contaminación que causó desde que empezó a operar en 1972 hasta que abandonó el país en 1990.

El caso fue planteado en Estados Unidos en 1993, pero los tribunales de ese país dictaminaron que el asunto debía juzgarse en el lugar de los hechos y Chevron se comprometió a aceptar la jurisdicción ecuatoriana. Los 30.000 afectados que litigan contra la empresa presentaron la demanda en Ecuador en 2003.

El juzgado ha obtenido informes, ha tomado declaración a testigos, ha hecho pruebas y análisis de la toxicidad del agua y ha encargado informes periciales. Uno de ellos estima el coste de limpiar y reparar la zona contaminada en 27.000 millones de dólares. Si el juez condenara a la empresa a costear la reparación ambiental, se trataría de la indemnización más elevada de la historia. La petrolera Exxon pagó una indemnización de casi 4.000 millones por el vertido en Alaska de 37.000 toneladas de hidrocarburo en 1989.

"Me instalé aquí en 1973 y la Texaco no tenía ningún control de la contaminación", dice un testigo del juicio. Había roturas, vertidos y las carreteras se regaban con crudo para evitar el polvo. "La gente desconocía los efectos del petróleo. Nadie sabía nada".

La tasa de leucemia es tres veces más alta en niños de 0 a 4 años que viven en zonas de explotación operadas por Texaco que en otras regiones del país, según un estudio del International Journal of Epidemiology. La tasa de cáncer es un 150% más alta y el índice de abortos supera en 2,5 la media nacional.

"Hervimos el agua entubada. Hay metales que no se van, pero al menos hace algo", dice Carmen Amelia Pérez, promotora de salud, de 57 años, que tiene un pozo a 500 metros. "La gente que no tiene agua entubada cava seis metros y la saca, pero el agua sale amarilla y aceitosa".

"Triunfo de la perseverancia"

Luis Yanza, del Frente de Defensa de la Amazonia, impulsor del caso desde sus inicios, considera que el hecho de que el caso haya llegado tan lejos "es un triunfo de la gente organizada y de la perseverancia en la lucha por lograr justicia". Yanza recuerda cómo el caso ha aumentado drásticamente la concienciación de la población sobre los efectos de la contaminación y ha transformado actitudes. "Cuando empezamos, pocas personas denunciaban. Hoy la gente ya no calla: frente a los atropellos, reaccionan, reclaman y se enfrentan a las petroleras".

Para el investigador Pablo Araujo, también es significativo ver cómo han evolucionado las movilizaciones en la Amazonia, "un territorio lejano, donde el Estado no tenía fuerza". "El tejido social estaba apoderado por el terror en los setenta. Nadie se movilizaba. En los ochenta, empiezan a aparecer niños enfermos. Los movimientos sociales han ido pasando de una actitud timorata a una reivindicativa y contestataria", explica.

Araujo destaca cómo en 2005 y 2006 hubo movilizaciones de hasta 30.000 personas para pedir más servicios y lograron parar la producción durante 15 días. El Estado cedió, dio más acceso a agua entubada no potable y construyó más carreteras.

Sin embargo, el abogado y miembro de Acción Ecológica Raúl Moscoso considera que el Gobierno de Rafael Correa, pese a una retórica de progresismo ambiental, "está obsesionado con el activismo". "Las luchas de las comunidades son vistas como intereses particulares frente a los intereses de la nación", dice. "Hemos visto una campaña del Gobierno para acabar con movimientos sociales que no son dóciles", añade.

"Faltan muchos avances en salud y educación. Seguimos siendo un área marginada", dice la coordinadora del Comité de Derechos Humanos de Shushufindi, Ivonne Macías, para quien luchar por los derechos más básicos "aquí equivale a muerte, a amenazas. Supone vivir en un espacio de persecución. Hemos visto a compañeros asesinados, como Freddy Valverde, del Comité, o Wilson Fajardo, hermano del abogado de la causa".

"Este caso ha hecho pensar a mucha gente", apunta Macías. "Lo importante es que un pueblo de la Amazonia tiene en jaque a una empresa transnacional. Sí se puede".

2009/10/26

Hanford: el lugar más sucio de América

Fuente: Publico.

Los encargados de limpiar el lugar más contaminado de América acaban de topar con un nuevo problema: excrementos radiactivos de conejo. El hallazgo lo ha hecho un helicóptero equipado con aparatos de medición que acaba de sobrevolar parte de una zona acordonada conocida como Hanford Site. Esta área en el Estado de Washington (EEUU) fue durante más de 40 años la principal factoría de plutonio del país bajo el más alto secreto. De sus nueve reactores nucleares salió la carga de Fat Man, la bomba que lanzó el ejército estadounidense sobre Nagasaki, y otros miles de proyectiles atómicos.

Hoy la zona incluye una reserva natural, un laboratorio de investigación científica, un antiguo reactor abierto al público y una central nuclear. Sus 1.500 kilómetros cuadrados también albergan aún dos tercios de los residuos radiactivos más peligrosos del país. Se trata de millones de toneladas de desechos que contienen uranio, plutonio y otros isótopos radiactivos que se han filtrado de los tanques de contención o simplemente siguen en las fosas y vertederos en los que se desecharon durante décadas. El lugar es también el mayor proyecto de rehabilitación jamás emprendido por el Gobierno de EEUU.

Fauna atómica

El ecosistema único de Hanford ha dado lugar a una fauna característica cuyo último exponente son conejos que llevan décadas consumiendo sales contaminadas. Sus excrementos contienen trazas de radiactividad y cubren parte de la extensión de Hanford. Los responsables de los gobiernos federal y estatal han minimizado el riesgo que suponen los excrementos, pero la noticia ha vuelto a poner en entredicho la polémica rehabilitación del lugar.

"Los excrementos son sólo uno de los muchísimos problemas que tenemos", explica a Público Cheryl Whalen, del Departamento de Ecología del Estado de Washington. Señala que el estiércol sólo contiene niveles bajos de contaminación. "Nuestra mayor preocupación es que estos u otros animales salgan del recinto", confiesa. Explica que ya no hay conejos en la zona y los excrementos son el resultado de una "contaminación histórica" que se desarrolló durante décadas.

"A la gente le molesta mucho que haya conejos radiactivos corriendo por ahí", señala Tom Carpenter, director de Hanford Watch, una de las ONG que vigilan las actividades de limpieza de la zona. Carpenter dice que aún hay conejos contaminados por la zona y que los trabajadores del lugar ganan un sobresueldo dándoles caza. Los llaman money bunnies, algo así como los conejillos del dinero.

Daños biológicos

Esta no es la primera vez que la fauna y flora de Hanford causan dolores de cabeza a sus administradores. Hace unos meses, mientras se desarrollaban las actividades de demolición de los nueve reactores y otros edificios en los que se producía y procesaba el plutonio, se descubrieron nidos de avispa abandonados en los que se registraron niveles de contaminación considerables.

Los animales habían erigido los nidos con tierra procedente de una fosa en la que se había almacenado combustible nuclear usado. Contenían varios isótopos radiactivos como el cesio y el cobalto. Además, las avispas construyeron sus nidos sobre un área que acababa de ser rehabilitada, lo que obligó a deshacer parte del trabajo hecho. Fue un pequeño gasto más en un proyecto que cuesta unos 2.000 millones de dólares al año.

Otros incidentes han incluido moscas de la fruta y arbustos rodadores que desplazaban restos radiactivos por la zona. Tanto Whalen como Carpenter coinciden en que los niveles de radiación de estos animales no les causan daños biológicos. De hecho, hay problemas mucho más urgentes, como los efectos que los residuos de Hanford pueden estar causando en sus trabajadores y en los habitantes de la zona.

Hanford Site fue creado en 1943 como parte del Proyecto Manhattan. Bajo el máximo secreto, el Gobierno de EEUU quería desarrollar la bomba atómica antes que Alemania. Mientras en otros laboratorios se desarrollaban los aspectos técnicos, en Hanford se fabricaría el plutonio necesario para cargar los proyectiles nucleares. El lugar fue elegido por ser remoto, bien abastecido de agua y poco poblado. No obstante, unas 1.500 personas fueron realojadas, en algunos casos en el plazo de un mes.

Hanford se convirtió en la cuna del primer reactor nuclear del mundo para producir plutonio. Aquí se fabricó el material radiactivo que se utilizó en Trinity, la primera bomba nuclear de la Historia que fue detonada en pruebas en el Estado de Nuevo México. También generó la carga de Fat Man, la bomba que se lanzó sobre Nagasaki (Japón) en 1945 causando 40.000 muertos.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de la Guerra Fría, Hanford entró en su periodo de esplendor. Durante años tuvo nueve reactores nucleares que produjeron 67.000 toneladas de plutonio para abastecer el nutrido arsenal nuclear estadounidense. Estaban refrigerados con el agua del Columbia, que fue durante años el río más radiactivo del mundo.

La producción de armamento continuó a medio gas durante las décadas de 1970 y 1980 hasta que en 1987 se clausuró el último reactor. Dos años después, el Gobierno federal y el del Estado de Washington comenzaron un proyecto aún más complicado: limpiar los millones de toneladas de residuos que habían dejado 40 años de producción de armamento nuclear.

Según la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA), Hanford contiene 33 millones de metros cúbicos de residuos radiactivos y otros 100 millones de metros cúbicos de suelo y escombros contaminados. Billones de litros de agua contaminada se vertieron directamente sobre la zona, lo que ha extendido la contaminación a acuíferos que cubren unos 200 kilómetros cuadrados. "Cantidades ingentes de productos químicos y radiactivos se sepultaron en fosas, vertederos, pozos o simples agujeros cavados en el suelo", destaca Carpenter.

Los residuos más peligrosos se sepultaron en 177 contenedores bajo tierra. Al menos 67 de ellos tienen brechas por las que ya se han escapado cuatro millones de litros.

Problemas de salud

Tal volumen de contaminación ha causado durante décadas muchas dudas sobre el impacto en la salud de los trabajadores de Hanford y los habitantes de la zona. Carpenter señala que, según un estudio publicado en 2002 por la EPA, los niños de las poblaciones indígenas que habitan en la zona tienen 100 veces más posibilidades de contraer enfermedades inmunológicas y del sistema nervioso que el resto de la población.

Otro estudio financiado por el Departamento de Energía recién publicado en American Journal of Industrial Medicine acaba de estudiar la salud de más de 6.000 personas que trabajaron en Hanford y otros centros donde se fabricaban armas nucleares. Aunque los índices de mortalidad no son más altos entre este grupo, la mortalidad por cáncer es casi un 30% mayor que en la población general. Sin embargo, los autores advierten de que, con los datos actuales, no se puede establecer una relación directa entre la radiación en estos lugares y las enfermedades que contraen sus trabajadores. Por ahora hay unos 3.000 juicios abiertos por parte de habitantes de la zona que dicen haber sufrido problemas de salud debido a la radiación, señala Carpenter.

El problema de la contaminación no va a terminar pronto. Según Whalen, el Departamento de Energía ha revisado su calendario y ha retrasado considerablemente la fecha de finalización del proyecto. Primero habrá que terminar de construir una planta para vitrificar los residuos más peligrosos de los 177 tanques y después almacenarlos en contenedores de doble capa que deberían resistir durante décadas. No terminarán hasta 2040. Carpenter piensa que, siendo realista, el proyecto no terminará hasta dentro de 90 años. "Hay que limpiar una enorme zona industrial", comenta. "No será fácil ni rápido, pero es un reto que tenemos que afrontar", concluye.

Una factoría de plutonio para el Proyecto Manhattan

En 1939 se puso en marcha el Proyecto Manhattan para conseguir la bomba nuclear antes que la Alemania nazi. El proyecto se sustentaría en las tres ‘ciudades atómicas’: Los Álamos, en Nuevo México; Oak Ridge, en Tennesse; y Hanford, en el Estado de Washington. En el primer enclave se desarrollaría la tecnología para las primeras bombas atómicas.

El segundo debía generar uranio 235 que después se transformaría en plutonio en los reactores de Hanford. De este centro salió el plutonio con el que iba cargada ‘Fat Man’, una bomba dos veces más potente que la que se lanzó sobre Hiroshima. La bomba fue lanzada el 9 de agosto de 1945 desde el bombardero ‘Bockscar’. A pesar de su mayor potencia, la bomba causó menos bajas que en Hiroshima debido a la irregularidad del terreno.

Murieron unas 40.000 personas y otras 25.000 resultaron heridas. Era la tercera bomba atómica que se lanzaba, después de ‘Trinity’, un prototipo que se probó en un área militar de Nuevo México dentro de una zona conocida como Jornada del Muerto, y ‘Little Boy’, que estaba cargada con uranio y se lanzó el 6 de agosto de 1945 sobre Hiroshima. Mató a 66.000 personas e hirió a otras 70.000.

2009/07/01

La contaminación se mide con celular

Fuente: BBC Mundo.

Ciclistas, autobuses, autos e incluso peatones podrían convertirse en detectores móviles de contaminación gracias a una iniciativa lanzada este martes en Reino Unido.

El proyecto -dirigido por el Imperial College de Londres- probará tres tipos de sensores de contaminación móviles e inalámbricos.

Éstos medirán la contaminación del tráfico por todo el Reino Unido y podrán transmitir los datos a través de la red de telefonía móvil.

Según los científicos, las mediciones detalladas en el sensor móvil podrán ayudar a mejorar la gestión de la calidad del aire.

Detalles sutiles

Cuatro universidades del Reino Unido están colaborando en el proyecto que desplegará 100 sensores en Londres, Leicester, Gateshead y Cambridge.

Cada uno medirá más de cinco diferentes contaminantes del tránsito simultáneamente, incluyendo monóxido de carbono y dióxido de azufre.

"Seremos capaces de reunir muchos más detalles sutiles acerca de la contaminación y realmente entender su microestructura," dijo a la BBC Neil Hoofe, coordinador del proyecto Sistema de Monitoreo Ambiental Móvil a través de la Red.

Además, explicó que las medidas se incluirán en una base de datos a la que se puede acceder "en tiempo real".

"Cada sensor tiene un sistema de posicionamiento por satélite, así que un autobús podría ir trazando un mapa de la contaminación del aire mientras circula a lo largo de su ruta", dijo.

"Estos datos podrían ser utilizados para dárselos a las personas de la localidad -tal vez hasta avisos para aquellas con problemas respiratorios antes de que vayan al trabajo.

"En un sentido todavía más extenso, podría ser utilizado por los agentes de tránsito para ayudarles a decidir cuándo cambiar las señales del semáforo, de manera que se pueda reducir la contaminación del trafico."

Sensores portátiles

El más pequeño de los sensores podrá ser transportado fácilmente y conectado a los propios celulares. Estas "células electroquímicas" convierten los contaminantes en pequeñas descargas eléctricas.

Los dispositivos medianos, capaces de monitorear la temperatura y los niveles de ruido, así como la contaminación, se han diseñado para ser usados en los postes del alumbrado público y los semáforos.

Los más sofisticados -y más grandes- de los tres dispositivos están diseñados para ser instalados en vehículos y utilizan luz ultravioleta para diferenciar entre los contaminantes.

"Hay mucho que no sabemos acerca de la calidad del aire en nuestras ciudades y pueblos porque la actual generación de sensores no proporciona información suficiente", dijo el director del proyecto, el profesor John Polak del Centro de Estudios de Transporte del Imperial College de Londres.

"Prevemos un futuro en el que miles de sensores móviles se desplieguen en todo el país."

2009/06/08

Hallan una bacteria capaz de eliminar la contaminación de metales pesados

Fuente: ABC.es.

Una especie de bacteria que se encuentra en las profundidades del Océano Pacífico podría convertirse en una herramienta de gran potencia para limpiar la contaminación generada por metales pesados, según un estudio de la Universidad de Agricultura de Huazhong en Wuhan (China) que se publica en la revista Microbiology.

Los investigadores describen cómo la variedad Mn32 de 'Brachybacterium' demostró ser muy eficaz para eliminar el manganeso de distintas soluciones. La bacteria no sólo oxidó el manganeso sino que consiguió «comerse» el metal de la solución, convirtiéndose en un potente candidato para el uso de la limpieza biológica de la contaminación.

Además de eliminar el manganeso de su ambiente, la 'Brachybacterium' también absorbió cantidades importantes de zinc y níquel. Todos estos metales se encuentran como contaminantes en aguas y suelos debido a los vertidos de las industrias pesadas como la del acero.

Los óxidos de manganeso pueden producirse industrialmente y se conocen por absorber el zinc y el níquel, pero los óxidos que producen estas bacterias absorben entre dos y tres veces más metal.

Los investigadores, dirigidos por Gejiao Wang, mostraron que la estructura cristalina de los óxidos de manganeso bacterianos es diferente a la de los producidos químicamente y que tienen una mayor superficie que les permite absorber más iones de metal.

Según explica Wang, «la siguiente fase de nuestra investigación es inmovilizar esta variedad bacteriana en un biorreactor para evaluar su capacidad de eliminar manganeso y otros metales pesados en un sistema de este tipo. Si tenemos éxito se podrían desarrollar una vía más eficaz para limpiar los contaminantes de metales pesados».