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2011/10/03

La batalla de las potencias del conocimiento

Saber es poder -poder económico- y en este momento hay una lucha por ese poder en todo el mundo.
En Estados Unidos, Europa y en las potencias emergentes como China hay una motivación insaciable a invertir en investigación de alta tecnología e innovación.
Están en busca de los ingredientes que hagan que un proyecto universitario se torne en una corporación, como Google.

Además, quieren encontrar los empleos que reemplacen aquellos que se perdieron con la crisis financiera.
La posibilidad de no invertir es "impensable", según Marie Geoghegan-Quinn, la comisionada europea responsable de investigación, innovación y ciencia, quien está tratando de animar a la Unión Europea a tornar ideas en industrias.
Haciendo énfasis en que se trata de mantenerse, no de ostentar, Geoghegan-Quinn dice que Europa está enfrentando una "emergencia de innovación".
"En China, uno ve a los niños ir al colegio de las 06:30 de la mañana hasa las 8 o 9 de la noche, concentrándose en ciencia, tecnología y matemáticas. Uno se tiene que preguntar, ¿harían los niños europeos lo mismo?".
"Con eso es con lo que hay que competir. Hay que encarar el desafío y los Estados tienen que entender que la economía del conocimiento es la economía que va a crear los empleos en el futuro, es el área en la que hay que invertir".

Interés global

El interés en la frontera entre la educación y la economía cada vez es más pronunciado.
Este mes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) organizó su primer foro global sobre la economía del conocimiento.
Fue una especie de lluvia de ideas para gobiernos con presupuestos restringidos.
La respuesta francesa ha sido aumentar el gasto, lanzando un gran proyecto de US$47.000 millones para instalar una serie de "agrupaciones de innovación", que reúnen a universidades, grandes firmas e institutos de investigación para fomentar nuevas industrias.
Es un intento por recrear la plataforma de lanzamiento digital que es el Silicon Valley de California.

Unos saben, otros no

Sin embargo, la economía del conocimiento no dispersa sus semillas muy lejos. Cuando se habla de EE.UU. como un centro neurálgico de innovación, la mayor parte de esa actividad está basada en estrechas franjas en las costas este y oeste.
Un mapa de Europa que mide el número de aplicaciones para patentes muestra un patrón similar: altas concentraciones en esquinas de Inglaterra, Francia, Alemania y Finlandia.
Pero hay regiones vacías y si los buenos trabajos se empiezan a concentrar en estos centros de alta tecnología, los políticos tendrán que lidiar con incómodos cuestionamientos. De ahí la advertencia del El Fondo Monetario Internacional de la semana pasada en la que dijo que los gobiernos tienen que invertir en educación.
Jan Muehlfeit, director de Microsoft Europa, explicó que lo que era profundamente diferente en estas nuevas industrias digitales es que se expandían a una velocidad y escala que sería imposible en las industrias manufactureras tradicionales.
No obstante, señaló, los gobiernos que intentan participar en la lucrativa empresa tienen que asegurarse de que los jóvenes estén bien educados, sean creativos y adaptables.
Como ejemplo de éxito, Muehlfeit destacó el caso de Corea del Sur. Hace apenas una generación empezaron a invertir deliberadamente para mejorar los estándares de educación. Como resultado directo, Occidente está importando autos y televisiones surcoreanas.
Quizás no sea pura casualidad que el gobierno de Corea del Sur tiene un ministro dedicado a la economía del conocimiento.
Robert Aumann, Nobel de economía, también enfatizó el vínculo entre el salón de clase y el salón de exhibiciones. "¿Cómo hacer posible la innovación? Educación, educación, educación", dijo.

Menos puestos, más exigentes

Pero todo esto está muy lejos de reemplazar los empleos de las oxidadas industrias de ayer con nuevas versiones de alta tecnología.

Gordon Day, presidente del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos, una asociación profesional para la tecnología basada en EE.UU., apuntó que las firmas digitales pueden generar enormes ganancias pero no emplear tanta gente. En algunos casos, pueden tener una nómina diez veces más pequeña que una compañía tradicional de un tamaño similar.
Es una verdad incómoda para los gobiernos que buscan la recuperación del mercado de trabajo.
Pero quedarse quieto no es una opción.
Cifras reveladas por la OCDE mostraron cuánto ha cambiado al mercado de empleo la crisis financiera.
11 millones de empleos se perdieron, la mitad de ellos en Estados Unidos, y los más afectados fueron los trabajadores con pocas cualificaciones y de industrias manufactureras. Si las pérdidas se van a recuperar, va a ser con empleos más calificados, muchos de ellos diplomados.

En el problema está la solución

Los números de graduados muestran el cambio en la balanza del poder.

China ahora tiene 12% de los graduados en las grandes economías mundiales, casi lo mismo que el Reino Unido, Alemania y Francia juntos. La superpotencia titular, EE.UU., todavía domina con el 26% de los graduados.
Corea del Sur ahora ocupa la sexta posición en esa lista de los graduados del mundo, superando a países como Francia e Italia.
Eso significa que EE.UU. y Europa tienen que competir con las potencias asiáticas.
Pero el sistema universitario estadounidense sigue siendo un generador de investigación formidáblemente bien dotado. Una clasificación hecha por la OCDE por primera vez este mes, que examinó las universidades del mundo que están teniendo más impacto, mostró que de los primeros 50 lugares, EE.UU. tenía 40.
Su riqueza se hizo aún más evidente esta semana con el informe del estado financiero de los dos centros universitarios más poderosos de Boston, Harvard y MIT, que entre las dos cuentan con US$42.000 millones en donaciones.
"El triángulo de innovación, educación y cualificaciones es extramadamente importante, pues define tanto el problema como la solución", declaró el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurria.
"Es un mundo de competencia aguerrida. Perdimos tanta riqueza, tanta exportación, tanto bienestar... perdimos empleos, empleos, empleos", le dijo a los delegados en París.
"Tenemos que reiniciar las economías con un tipo de crecimiento más inteligente".

2011/03/21

Qatar quiere convertir el petróleo en conocimiento

Podría parecer regar con agua la arena del desierto –casi literalmente–, pero con algo así, el reino de Qatar busca una transformación en su destino económico: usar la riqueza de los hidrocarburos para convertirse en un centro de conocimiento global.
Este pequeño pero muy rico país del golfo Pérsico ha invertido miles de millones de dólares en la construcción de la Ciudad de la Educación, un complejo destinado a la formación e investigación.
La asombrosa transformación física de lo que no era más que un desierto no es nada comparado con la ambición a largo plazo de convertirse en una cuna de la innovación global.
Los qataríes son conscientes de que los recursos petroleros que les han valido su vasta riqueza, llegarán a terminarse.
"El éxito económico del futuro dependerá cada vez más de la capacidad del pueblo qatarí de lidiar con un nuevo orden internacional basado en el conocimiento y extremadamente competitivo", reza una de las propuestas en su documento de Visión Nacional.

Exportando expertos

La Fundación para la Educación, Ciencia y el Desarrollo de Qatar se propone que una desértica península con una población nativa de menos un millón de habitantes rete a gigantes emergentes como China o India, con su enorme población y sus cada vez más desarrollados centros educativos.

De momento, ya han captado la atención de algunas prestigiosas universidades de EE.UU., como la de Georgetown, entre otras, así como la escuela de negocios francesa HEC París.
La última en unirse ha sido el University College de Londres (UCL), cuyo campus en Qatar se centrará en museos y estudios de arqueología. Su intención es comenzar con el posgrado este año y trasladar algunos de sus proyectos de investigación.
Una conclusión obvia es que en tiempos de recortes presupuestarios en el Reino Unido, sus universidades salen a países como Qatar a buscar financiación.
El profesor Michael Worton, uno de los coordinadores de la estrategia internacional del UCL, insiste en que es vital que se mantengan los estándares de la institución para mantener su reputación.
"Partimos de lo que tenemos en Londres, pero no exportándolo en una especie de forma imperialista, sino llevando nuestra experiencia en pedagogía, así como en la disciplina, creando algo totalmente correcto para el entorno", explica Worton.
"Una de mis ideas principales es que lo que hacemos en el extranjero queremos que nos sirva y poder decir 'mira, esto funciona aquí, a ver cómo lo podemos traer al Reino Unido'".

Centros de referencia

John O'Leary, autor de la Guía de las Mejores Universidades, ha observado las restricciones impuestas por los umbrales de calidad.

Para O'Leary, la Ciudad de la Educación está llena de edificios magníficos, con pocos alumnos.
"Con el tiempo se podrán ampliar, pero ni las universidades ni Qatar quieren que caigan sus estándares, así que es difícil ver de dónde vendrán grandes cantidades de estudiantes".
Además, todo no va siempre de forma armoniosa.
"Los países de acogida, razonablemente, tienden a imponer muchas condiciones y ha habido ya algunos fracasos en los que las universidades no han podido hacer que funcionen sus sucursales ahí", comenta O'Leary.
India tiene previsto abrirse a la instalación de recintos de universidades extranjeras. Hay cierto escepticismo sobre ellas, pero dado el tamaño potencial de la población estudiantil, seguro que despiertan interés.
"Aparte de los Institutos de Tecnología de India, ninguno de sus centros ha destacado en las clasificaciones mundiales, así que se puede pensar que los campus de excelencia atraerán candidatos bien cualificados, además de que ofrecen un lugar barato para la investigación", opina O'Leary.

BBC Mundo

2010/11/10

«Tanta información nos hace más cínicos»

Jon Lee Anderson no duda. Cuando se le pregunta si existe una forma óptima para contar el horror, responde: «La crónica es la mejor forma. Una publicación mexicana me pidió una colaboración y les mandé una crónica de la guerra del Líbano que nunca había salido publicada. Es una crónica del horror. Es muy eficaz. Tú sólo tienes que relatar lo que ves. El horror es la vida cotidiana vuelta patas arriba, con gran injusticia, sin piedad y sin discriminación. La crónica es muy funcional. A mí no me gusta leer historias que me van a deprimir. Lo mejor es llevar al lector de la mano para que viva lo que tú viviste. Y si lo que viviste es el horror, el lector lo vivirá. Esta forma puede dejar una huella mayor, porque el lector puede sentir lo que sentiste. Esto funciona mejor. Lo que uno tiene que buscar es sacudir al lector, incomodarlo, para que sienta que la realidad puede cambiar en un instante, porque aun cuando lo sabemos, vivimos como si ésta fuera inmodificable».
Insiste en esa reflexión: «La gente tiende a olvidar los detalles cuando mira. En Madrid, si te fijas en la Puerta de Alcalá, aún encuentras huellas de balas. Cuando andas por el Arco del Triunfo en París, te olvidas que Hitler caminó por allí y que una buena parte de la población francesa fue cómplice de la ocupación nazi».
Cronista agudo y escritor fascinante, Jon Lee Anderson es un testigo privilegiado y valioso de los acontecimientos de mayor gravitación mundial. Hace más de una década que cubre para la reconocida revista norteamericana «The New Yorker» los conflictos y los personajes que marcan nuestra vida contemporánea. Nacido en Estados Unidos, después de residir durante muchos años en España, vive actualmente en Reino Unido con su esposa y sus tres hijos. Enamorado de América latina, continente que ya forma parte de su vida, puede hablar de las realidades de México o Argentina, de Chile o Brasil con la profundidad de quien lleva años volviendo una y otra vez sobre los grandes temas de la región.
Anderson, autor entre otros libros de una biografía notable sobre el Che Guevara y un imperdible libro de crónicas, «El dictador y otros demonios», asegura en esta entrevista con ABC que en América Latina el periodismo está «lleno de talento. Hay una necesidad de contar historias, quizá porque son sociedades muy orales y sus voces han estado aisladas por mucho tiempo. En todos los países existe la misma emoción y el mismo dinamismo por narrar historias. Quizá el periodismo literario sea la gran novela de nuestro tiempo».
Jon Lee Anderson, reportero creíble y maestro de periodistas, acaba de realizar en Buenos Aires un taller de reportaje organizado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) fundada por Gabriel García Márquez y dio conferencias en la Patagonia argentina.
De las favelas de Río a las montañas de Afganistán, no hay paisaje en conflicto que Jon Lee Anderson no recorra, sólo porque antes que hablar del miedo de los otros, elige sentirlo en carne propia, como hacen los grandes reporteros.
¿Te sorprende la forma en que la gente se aferra a la normalidad en situaciones de caos?
Hay situaciones de pánico colectivo, cuando por ejemplo se piensa que habrá escasez de alimentos. En lugares donde hay guerras, mucha gente actúa de forma pragmática o histérica. No sé si tiene que ver con el carácter. Yo recuerdo una noche en Bagdad en que cayeron más de 2.000 misiles y bombas enfrente y alrededor de nosotros (los corresponsales de guerra) sobre los palacios e instalaciones militares de la ciudad. Todo volaba a nuestro alrededor. Eso duró horas y horas. Estábamos en un balcón y de pronto miré hacia abajo y vi una familia en la calle. Habían sacado sus sillas de patio y conversaban como si fuera una situación natural. Y al día siguiente, con la ciudad cambiada por las bombas, la gente iba a trabajar y caminaba como si nada hubiera pasado. Es algo siniestro. A pesar de que mi normalidad estaba alterada, yo también tuve que ir casi todos los días a que me atendieran de un dolor de espalda a un hospital totalmente vacío. En situaciones de anormalidad y caos, la rutina es importante porque no tienes otra cosa. Uno se olvida de comer y de tomar agua, porque todo es muerte. Sientes que estás viviendo algo muy grande y tu vida se altera. Entonces los pequeños rituales de la cotidianeidad son importantes.
«La muerte del gladiador»
¿Qué ventajas te da estar allí donde ocurren los hechos, por ejemplo, la guerra?
Ser el primer testigo de la historia, ser testigo en primera instancia del mundo en alteración repentina y dramática, con todo lo que eso puede significar. No es lo mismo leerlo que experimentarlo. No es lo mismo escribir sobre el miedo ajeno que sentirlo tú mismo. Y este tipo de periodismo, de contacto directo, es el que puede sacudir. Paradójicamente vivimos en un mundo inundado de imágenes y de aparente documentación gráfica muy fidedigna de la realidad que ocurre. Sin embargo no lo sentimos. Constatamos que los hechos han ocurrido, pero no sentimos lo que ocurre, porque somos espectadores. Y hasta caemos un poco en el morbo por eso mismo. En 1870 cuando empezó el periodismo de guerra, en Crimea, l as primeras noticias no llegaron de inmediato porque el telégrafo no estaba en el campo de batalla. Sin embargo tuvieron una increíble resonancia. Fueron impresiones que impactaron a más de una generación. Uno lee hoy esas crónicas y se da cuenta de su poder, hecho de economía de palabras, gran descripción. Los reporteros tenían que encajar toda una realidad en una pequeña galaxia de información. Tenían un propósito muy claro. Esas crónicas fueron escritas para que los lectores en Inglaterra sintieran lo que ocurría. Era una tarea heroica. Hoy tenemos CNN y otras cadenas, pero hay cosas que tienen que ser interpretadas. Hacen falta voces honestas que interpreten. No tienen que ser del todo objetivos. Es cierto que nuestra época está cargada de episodios en los que los periodistas tienen gran efecto. Hoy la información es tanta que la gente no siente mucho y hasta hay un poco de cinismo, porque la gente ya no se sorprende por las bombas suicidas. Me gustaría leer alguna crónica que pudiera sorprender a la gente. 
¿De qué conflictos te hubiera gustado ser testigo de primera mano?
Yo me crié con la guerra de Vietnam. Pero si tuviera que optar elegiría la Segunda Guerra Mundial, porque en el mundo hay un antes y un después de esa guerra, y sus efectos llegan hasta el día de hoy. De mi tiempo me hubiera gustado cubrir la Revolución Sandinista, porque me tocó cubrir lo que vino después. Y en Argentina la época de la dictadura militar.
¿Qué perfiles de líderes aún tienes pendiente?
En mi lista corta estaría el de Fidel. O sea Fidel con Fidel, porque él es como el gran ausente en la habitación. He escrito mucho sobre Fidel sin Fidel. Primero sería Fidel y luego Raúl Castro. Curiosamente se me ocurre George W. Bush, porque me inspira tanta emoción negativa. Nunca he detestado a un líder tanto como a George W. Bush. Fue tan dañino que me intriga hacerle alguna pregunta.
¿Ni Bin Laden?
Por supuesto que Bin Laden también.
Con la irrupción de internet y sus narrativas, ¿se puede hablar de nuevos géneros periodísticos?
Sí, pero creo que más que géneros hay estilos nuevos y con su multiplicación y su pujanza se van convirtiendo en géneros. Hoy existe una forma de escribir, por ejemplo los blogs, y de leer la noticia rápida que puede ser perspicaz. Lo que tienen en común es la noticia comentada, pero no está reporteada por la gente que escribe. Esto no es el periodismo como lo hemos conocido. No sé dónde irá a parar, pero hace reducir al periodismo de largo aliento y hace crecer la noticia de tipo circo romano, donde el que levanta más el pulgar provoca la noticia: la muerte del gladiador o su supervivencia. Me preocupa un poco. Parece como Gran Hermano. Es como si estuviéramos creando gente que conoce o no conoce las cosas de acuerdo a las reglas de un juego. 
O sea que cada vez conocemos más cosas, pero tenemos menos posibilidades de influir sobre ellas
Efectivamente. Eso nos crea más sensación de angustia y tensión, y quizá contribuye mucho al aspecto de «ruido blanco» en nuestra relación con las noticias. Nos protegemos sin importarnos lo que ocurre. Esto es negativo porque nos desensibiliza. Nos volvemos más curtidos, más cínicos. Los chicos lo saben. A los 15 años, mi hijo Max me dijo que internet arrebata la inocencia. Me sentí muy triste al escucharlo. Los chicos se dan cuenta. Por otro lado, yo me esfuerzo en transmitirle que todavía hay un mundo salvaje por explorar, que no todo está arruinado ni todo está en los portales de internet. Que no todo está en Animal Planet o en Discovery Channel. Hay en ellos cierta noción de que no les han dejado nada. Y el mundo virtual ha creado esa sensación. Es como si todo estuviera en todas partes todo el tiempo, como si ya no quedara tierra virgen ni personas por contactar. Pero hay chicos que ya están huyendo. Eso podría crear un nuevo nihilismo en chicos que no sean tan inteligentes para darse cuenta.
Wikileaks y Twitter
A pesar de estas nuevas formas de comunicación, prevalece el relato de los grandes medios de referencia que a su vez pierden lectores en el papel. ¿Cómo se entiende?
Por un lado, es como si en una sala de redacción que antes incluía la secretaria, el ascensorista, el cadete, los editores y los redactores, hoy todos estuvieran mandando artículos a la vez. Es como una torre de Babel, un fenómeno emocionante. Se hace porque se puede y no porque se debe. Entonces no se ha decantado nada. Internet no arroja afuera lo que no sirve. Las cosas siguen allí. Internet tiene 15 años. Y tendrán que pasar quizá otros 15 para que comiencen a decantar las cosas. Hoy todo el mundo vive mirando las pantallas. Vas en un tren y ves a todos enganchados en sus pantallas. Nadie está en el momento. Alguien podría bailar desnudo entre ellos y se lo perderían. Es como un túnel y aún no hemos llegado al final. Nadie sabe qué pasará. Hay excepciones como Wikileaks que crea la noticia, o Twitter en Teherán, donde el mainstream continúa después de la noticia. Pero Twitter no nos explica por qué envilecieron su comportamiento los guardias de Abuh Graib. Y Wikileaks publica los documentos cinco años después que los hechos ocurrieron. Todavía nos aferramos a lo que consideramos fidedigno y confiable.
¿Por qué creés que la ideologización del mundo musulmán es trasladable a América latina?
Lo digo en forma provocadora. El mundo musulmán es hoy un escenario en crisis y muy crispado. Hay una tendencia a ver el mundo en blanco y negro. Es un fenómeno muy preocupante. En América Latina me encuentro con gente que cree en cosas que no les consta. A eso me refiero cuando digo que hay ideologización y sectarismo. Lo veo mucho en Argentina. Cuando hablo, es como si me fiscalizaran. Siento que no hay un debate de rigor, por eso están fuera del debate. Si no están en un grupo gritando consignas, nadie les escucha. Y en parte es por la inmadurez de los procesos políticos. El mundo musulmán y América Latina son dos partes del mundo que conozco mucho. Esa tendencia se parece en ambos lados. Hasta las teorías conspìrativas tienen un efecto.
Los jóvenes que hace tres décadas eran captados por la guerrilla urbana hoy son captados por el narcotráfico. ¿No hay más utopías?
Hace 30 años si eras hijo de un machetero no tenías otra opción que ser machetero como tu padre o subir a las montañas. Pero hoy puedes hacerte rico sin salir de tu barrio, porque el dinero negro del narcotráfico fluye. Ya nadie cree que subiendo a las montañas va a construir una utopía, pero sí creen en que con el dinero podrán hacerlo. La utopía puede ser una casa de tres pisos, o un auto como el del vecino o un chándal Gucci. Lamentablemente las esperanzas de la gente son más mediocres y ellos más cínicos. Ya no creen en el hombre nuevo, pero sí en el dinero. Le echo la culpa, en parte, a que la época democrática en América latina no caló en la gente. Si un chico ve que un ex presidente que fue ladrón no está preso, quiere emularlo porque si hay impunidad, el chico querrá ser impune. Con estas cosas, la sociedad termina siendo sociópata. El hombre nuevo no está en la montaña, sino de compras. Este es el tiempo de los hombres mediocres. 

2010/05/14

De los datos al conocimiento

Fuente: Cinco Dias.

Hace 10 años el estudiante que quería eliminar totalmente el riesgo de no encontrar trabajo al acabar la carrera estudiaba ingeniería informática. Hoy sigue siendo una carrera con suficiente demanda, pero estoy convencido de que hay otra que será mucho más demandada en el futuro: la de ciencias actuariales y estadística.
El desafío hace 10 años era el de construir potentes infraestructuras técnicas y eficientes líneas de código para desarrollar la creciente necesidad digital del manejo y gestión de la información. Con más de 1.800 millones de personas conectadas a internet, el desafío hoy es de la interpretación y aplicación práctica de esa información.
La cantidad de información digital creada en el mundo creció un 62% el año pasado llegando a los 800.000 petabytes (un petabit son 1.000.000.000.000.000 unidades de información) y llegará a los 2 zetabytes a finales del 2011. Hacia finales del 2006 por primera vez en la historia la cantidad de información creada fue mayor que los soportes disponibles para almacenarla. Hoy casi la mitad de la información creada no puede almacenarse: correos que se borran, cálculos que no se guardan y fotos que no se almacenan. Facebook, que no existía en 2004, tiene hoy más de 60.000 millones de fotos en sus servidores; Google StreetView es uno de los mayores generadores de fotos del mundo; un coche de fórmula 1 envía 20 gigas de información por carrera desde sus 100 sensores distribuidos por toda la carrocería, y la cadena de grandes almacenes de Wal-Mart tiene una base de datos de operaciones equivalente a 167 veces el tamaño de la biblioteca del congreso de EE UU.
El abaratamiento de los soportes digitales de almacenamiento y el crecimiento de la capacidad de proceso de los ordenadores han hecho que la cantidad de información almacenada y procesadas crezca exponencialmente. El problema ahora es qué hacer con esa información. Hace 20 años el problema era obtener los datos que te permitiesen analizar la información. Bastaba con unas pocas muestras para conseguir esclarecedoras conclusiones. Hoy el problema es muy diferente, la información nos desborda, el problema es cómo analizar esa información para que sea relevante y pueda tener una utilidad directa en nuestras actividades y negocios.
El desafío ahora es contar con el talento necesario para que los datos se conviertan en información y ésta en conocimiento. Hace 20 años una empresa mediana contaba con pocos recursos para conocer la marcha del negocio. Hoy puede controlar las existencias, saber cuánto cuesta cada venta y cuándo y de dónde vienen los clientes. Poder analizar y entender la información que generemos será una ventaja competitiva que marcará el éxito de las empresas.
Y esto no ha hecho más que empezar. Tanto en el ámbito de la empresa como en el personal la generación de información seguirá aumentando exponencialmente. En el fondo somos animales de costumbres y, por tanto, bastante predictivos en nuestros comportamientos. El almacenamiento y análisis de la información que produce nuestra vida diaria generará servicios muy útiles y productivos. No dentro de mucho los coches con GPS serán los que hagan los mapas en tiempo real, los móviles determinarán qué sitios están de moda y los supermercados ofrecerán descuentos personalizados a los clientes. Y ese futuro no está muy lejos.

2010/03/27

Doce millones de euros para la creación de Centros de Conocimiento en 2010

Fuente: Silicon News.

El Plan Avanza ha destinado más de 425 millones de euros para la puesta en marcha de este tipo de proyectos entre 2006 y 2009.

El secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Francisco Ros, participó de la inauguración de la Primera Jornada de Centros de Conocimiento, organizada por Citilab-Cornellá y el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

Allí el funcionario destacó que el Plan Avanza2 destinará 12 millones de euros para la puesta en marcha de Centros de Conocimiento durante 2010, con el objetivo de que éstos funcionen como un polo de dinamización empresarial, industrial, cultural y social. El detalle del presupuesto refleja que, de los doce millones de euros, nueve millones se desembolsarán en forma de préstamo y los tres restantes, como subvenciones.

Ros recordó que, entre 2006 y 2009, el Plan Avanza movilizó 425,8 millones de euros para la creación de 80 Centros de Conocimiento. El Ministerio de Industria fue el encargado de aportar 352,4 millones de euros de ese total.

La Primera Jornada de Centros de Conocimiento se encargará de entregar, por otra parte, una serie de recomendaciones al Ministerio con el objetivo de contribuir a la elaboración de la nueva estrategia digital europea, que será aprobada el próximo mes de abril en Granada.

Sistema de tramitación telemática para la creación de empresas

En otra noticia, el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto que establece las condiciones para la creación de empresas individuales (autónomos) a través de un sistema de tramitación telemática.

El Gobierno aseguró a través de una nota de prensa que el nuevo procedimiento administrativo telemático hará “más fácil, rápida y cómoda la creación de empresas individuales”, que constituyen el 53% del total de las empresas en España.

2010/03/17

Cuando el niño sabe más que yo

Fuente: El Pais.

Cualquiera puede comprender la creciente preocupación de los padres por el uso que hacen sus hijos de Internet, donde muchos chavales comparten sin miramientos datos personales y fotos comprometidas que quedan al alcance casi de cualquiera, con casos de adultos trastornados que contactan con menores en la Red, con acoso entre iguales... Pero si al miedo a las peores pesadillas de un progenitor se suma el desconocimiento del medio, las respuestas pueden ser exageradas y, sobre todo, contraproducentes, según expertos como el presidente de la asociación Protégeles, Guillermo Cánovas, o la investigadora de la Universidad del País Vasco Gemma Martínez.
El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, explicó la semana pasada un experimento que había realizado: se había dado de alta con una identidad falsa en la red social Tuenti, una de las más populares entre los chicos y chicas españoles, para controlar qué imágenes se suben o con qué personas contactan, antes de decidir si permitía a su hija darse de alta. El perfil ya está borrado, y Canalda dice que su hija conocía el experimento, pero el debate sobre hasta dónde es lícito y adecuado entrar en la intimidad de los menores para garantizar su seguridad en la Red ha quedado abierto de par en par.
"La actual es la primera generación de niños que saben más que sus padres sobre algo", las nuevas tecnologías, dice Cánovas. Lo primero que tienen que hacer los adultos es informarse sobre las ventajas y desventajas, por ejemplo, de las redes sociales, y sí, desde su organización aconsejan que los padres se den de alta en las redes sociales, "pero no falseando su identidad", añade. "Hay que trasladar a Internet las mismas pautas de actuación que en el espacio real. Por ejemplo, los padres quieren y deben saber con quién salen sus hijos el sábado por la noche. Pero no colocarían un micrófono oculto en el banco del parque para escuchar lo que dicen", añade.
Pero siguiendo con los ejemplos, a la investigadora Gemma Martínez ni siquiera le parece adecuado que los padres estén en las redes sociales con sus hijos. "Es como empeñarse en salir con él y sus amigos el fin de semana. El comportamiento del niño o la niña va a ser distinto", explica. Martínez comprende que "los padres están en una situación muy compleja", en un entorno desconocido en el que a cada rato se le plantea la misma pregunta: ¿cómo lo hago?
Las páginas y los decálogos de consejos para padres se multiplican de forma proporcional a la preocupación y entre las recomendaciones suelen destacar la colocación del ordenador en una zona compartida por la familia y acordar los horarios de uso, navegar junto a los niños o fomentar su espíritu crítico. Y, en general, estas medidas se van siguiendo. Según el informe de mayo de 2009 del observatorio de seguridad del Instituto Nacional de tecnologías de la Información (Inteco), el 91,7% de los padres informa a sus hijos sobre los posibles riesgos existentes en la Red y el 80,1% tiene el ordenador en un lugar común de la casa. Pero lo que no se puede hacer es relacionarse con los hijos y sus amigos a con una identidad falsa, dice Martínez: "Porque es lo que hacen otras personas con malas intenciones".
Canalda ya no quiere hacer más declaraciones sobre este tema, pero el domingo había explicado al EL PAÍS que su intención era comprobar el funcionamiento de la Red antes de dar permiso a su hija para que participara. Junto a ella, y con el perfil falso, Canalda estuvo varios días "como espectador", "sin participar en las conversaciones" de sus hijos, pero viendo lo que hacían "como si fuera un chico más", ha explicado. Ese control es "algo necesario a pesar de que puede resultar controvertido, porque alguien puede entender que es vulnerar la intimidad de los hijos", ha dicho el Defensor, que aseguró que, invitado por su hija, no vulneró su intimidad. Aunque eso sea así, ¿y la intimidad del resto de chicos a cuyas conversaciones asistió bajo un nombre falso?
"Es complicado fijar dónde está la línea entre el deber de protección de los menores y el derecho a su intimidad", dice Jorge Flores, director de Pantallas Amigas, una web de promoción de la seguridad de los jóvenes en las nuevas tecnologías. El debate está constantemente en la sociedad, dice, y recuerda la obligación de las chicas de 16 años de informar a sus padres si quieren abortar.
El psiquiatra infantil Paulino Castells cree que la clave está en la relación afectiva de padres e hijos: "Si el hijo se siente querido nunca será una intromisión". En general, asegura que hay que respetar en la medida de lo posible la intimidad de los menores, pero señala que, ante la sospecha de un padre o un educador de que hay situaciones peligrosas, es mejor traspasar la línea del "intervencionismo". Castells recuerda cómo evitó el suicidio de dos adolescentes hace años gracias a que una madre llegó a su consulta con el diario de su hija -la versión antigua y de papel de muchos blogs personales actuales-. Pero, en general, Castells considera que lo básico es enseñar a los chavales cuáles son los peligros de la Red, dónde pueden acudir si les ocurre algo y que sepan que sus padres siempre están para escucharles. "Es verdad que hay una cierta psicosis que hace que nos pasemos de la raya", añade.
En febrero del año pasado se presentaron los datos de una encuesta de la Comisión Europea que decía que los padres españoles son de los que más restricciones ponen a sus hijos en el uso de Internet (tiempo máximo de utilización, del uso del correo electrónico, la mensajería instantánea o chats). En un foro, poco después, algunos se congratulaban de esa enorme preocupación que demostraba ese dato, cuenta Martínez, que estuvo implicada en ese estudio. Pero la nota matizaba y reorientaba esa interpretación: "Los padres europeos que usan Internet son los menos preocupados", mientras que "los padres españoles no alcanzan los estándares de alfabetización digital de los padres anglosajones o escandinavos". Y por esa razón, a pesar de la preocupación, "tienen una menor tasa de uso de programas de filtrado y de monitorización que la media europea": un 42,7% y un 32,2%, frente a un 48,8% y 37%, de media (en Reino Unido un 77% de los padres usa el filtrado).
El caso de Canalda no parece fruto del desconocimiento. "A mí me parece más bien un toque de atención para que los padres estén encima y acompañen a sus hijos", dice el psiquiatra Castells. De hecho, Canalda ha explicado que no le gustaron las informaciones que vio intercambiar alegremente a los chicos -"Suben información por un tubo, tanto ellos como sus amigos, información que puede ser accesible a personas como yo, que soy un amigo que nadie conoce"- y por eso decidió junto a su hija que ésta no se diera de alta en Tuenti.
Al responsable de comunicación de Tuenti, Ícaro Moyano, le parece muy bien que los padres, sobre todo al principio, acompañen a sus hijos en el uso de estas herramientas, y que se den de alta en las redes, pero, una vez más, el problema es la identidad falsa. Moyano explica que Tuenti cumple con los protocolos de seguridad fijados por la Comisión Europea, por ejemplo que sólo están autorizados a entrar mayores de 14 años, los perfiles no aparecen en los buscadores de Internet y todo menor tiene activados por defecto los controles de privacidad más altos.
En cualquier caso, por grandes que sean los controles, y como ha demostrado Canalda, los peligros están ahí. En el servicio de atención de la asociación Protégeles, las consultas más frecuentes son por casos de acoso y sobre vulneración de la intimidad. Además, expertos en violencia escolar, como la catedrática de Psicología de la Universidad de Córdoba Rosario Ortega, alertan con preocupación del aumento de la violencia mediante el uso de las nuevas tecnologías, redes sociales o el cyberbullying.
Así, la pregunta de cualquier padre, aun despojado de esa psicosis a la que se refería Castells, es: ¿qué puedo hacer? "No se trata de un tema de fiscalización e intromisión, mucho menos exitosas, sino de educación", asegura Guillermo Cánovas, de Protégeles. "Hay que educar al menor desde que es pequeño", añade Gemma Martínez: sentarse junto a él a navegar -por ejemplo, elegir junto al chico o la chica los niveles de seguridad de su perfil en una red social- y, sobre todo, hablar con él. "Cuando eso falla se va a las restricciones, sin pararse a pensar que eso puede causar al menor problemas de exclusión entre sus amigos". Y, además, si un menor tiene vetado Internet o la red social en casa, "probablemente los use fuera, en un cibercafé, que es mucho más peligroso", dice Martínez. Pero claro, como recuerda Rosario Ortega, todas esas recomendaciones que los expertos colocan por encima de las demás requieren "dedicarle mucho más tiempo tanto a los niños como a los adolescentes".

Seguridad y supervisión

- Seguridad. El 93,4% de los padres de menores de edad advierten a sus hijos de los peligros de facilitar en la Red datos personales propios (nombre, dirección, teléfono, contraseñas, fotografías...) o de personas cercanas, según el último informe del Observatorio de Seguridad del Inteco, del segundo trimestre de 2009. En el primer trimestre fue el 92,2%.
- Información. El 91,7% le ha informado a su hijo de los riesgos de la Red. Esta cifra apenas ha variado con respecto a la anterior.
- Tiempo de conexión. El 73,8% vigila el tiempo de conexión de los menores; este dato es menor que tres meses antes: 75,7%.
- Espacio compartido. El 80,1% tiene el ordenador en un lugar común de la casa. La anterior cifra era el 78,2%.
- Contactos. El 77,5% sabe quiénes son sus amigos en la Red (anterior: 72,9%).
- Confianza. Un 54,3% revisa el historial de navegación para ver las páginas que ha visitado (cifra que ha bajado: era el 55,8%). Un 62,8% dice confiar en su hijo y le permite navegar sin su supervisión.
- Temores. Un 21,3% dice que es posible que su hijo vea contenidos inadecuados.

2010/01/13

El nuevo «broker» del conocimiento

Fuente: ABC.

La gran cantidad de información que se genera diariamente en el universo de internet y en las comunidades creadas por los propios usuarios no sólo ha dado lugar a la aparición de herramientas de filtrado cada vez más potentes y avanzadas, sino que ha llevado a expertos e investigadores a plantear nuevos perfiles profesionales que, sin duda, tendrán un papel esencial en la evolución de la Red.

Dolors Reig es una de ellas. Asegura, en declaraciones a ABC.es, que una de las tendencias sobre las que se hablará y mucho este recién estrenado 2010 es el surgimiento de un nuevo intermediario de la información cuyas funciones van más allá de las que se le presuponen al tan de moda «community manager». Se trata del «content curator» que, en una traducción inexacta al castellano, se podría definir como un «evangelizador» del conocimiento o, en otras palabras, una especie de «gatekeeper» renovado que debe dar sentido al océano informativo de internet.
Es una figura que, a su juicio, debe tener un valor crucial en las organizaciones periodísticas, ya que «no sólo se puede poner el acento en la creación de herramientas tecnológicas que nos ayuden a filtrar tanta información como los lectores de feeds, sino que es necesaria la presencia de un profesional que recoja el conocimiento que aporta la comunidad (audiencia) y lo revista de sentido y calidad». Y esta tarea lo distancia de otro de los perfiles profesionales que ha entrado con fuerza en los medios, como es la del «community manager», a quien se le exige como prioridad dinamizar la información y generar comunidad en torno a los contenidos.

Un «gatekeeper» renovado

La investigadora y profesora catalana explica que el «content curator», sobre el que ya existen interesantes referencias, debe asumir una labor evangelizadora y de intermediación, de manera que «recopile todas las fuentes y recursos y las haga útiles y operativas para la organización periodística». Esta es, sin duda, la esencia de ese «gatekeeper» renovado y que se hace imprescindible en una jungla digital, en la que la evolución hacia la Web 3.0 y la era de la personalización informativa puede complicar y mucho el trabajo al periodista en particular y al medio en general.

El «content curator», añade Reig, es «un intermediario crítico del conocimiento que busca, agrupa y comparte de manera continua -lo que conecta con la Real Time Web en la que vivimos- lo más relevante». Y, en consencuencia y si se compara con otras profesiones (por ejemplo, la de generador de contenidos), su objetivo pasa por «mantener la relevancia de la información que fluye libre o apoyada en herramientas concretas para la creación de entornos informacionales».
Dolores Reig explica en su blog que, aunque las funciones de estos dos nuevos profesionales son diferentes, no deben percibirse como incompatibles, puesto que lo ideal además es que «trabajen de forma coordinada». Indica asimismo que el término de «content curator» se atribuye en el ámbito del marketing a Rohit Bhargava, si bien otros autores vinculados a otros campos temáticos también han tratado sobre ello. Es el caso de Grant McCracken en su obra «Curator: meme in motion» o Steve Rubel en «The Digital Curator in Your Future» de los que a su vez habla Juan Freire y que define como los «brokers del conocimiento».

2008/01/22

La cocina del conocimiento

Fuente: La Rioja.

Decir Madrid Fusión es decir gastronomía con mayúsculas y también referirse a la cita más mediática del mundo de la alta cocina. Sin embargo, detrás de los miles de focos y de los cientos de periodistas acreditados en el Palacio Municipal de Congresos del Campo de las Naciones de Madrid -más de 300-, subyace una cita indispensable para los cocineros y los amantes de la restauración, tal y como demuestra el hecho de que la mayoría de los que pagan los 590 euros de la matrícula corresponde al gremio. El programa de esta edición, que tiene por título 'Gastronomía, Internet y las nuevas tecnologías' define por sí solo cuáles son los objetivos de este sexto capítulo del evento organizado por José Carlos Capel, director y programador de la cumbre.

De hecho, uno de los debates más esperados será el que trate de desenmarañar el papel de la Sociedad de la Información, de los blogs e Internet en la nueva cocina de los tiempos web, de los restaurantes informatizados y de las reservas on line.

Fogones nórdicos

Una de las características de cada edición del evento es apostar por una gastronomía internacional y si el año pasado causaron furor los maestros japoneses, en esta ocasión la mirada se depositará en Escandinavia, con representación de cocineros de Dinamarca y Suecia: René Redzépi -considerado como el padre de la nueva cocina nórdica, que disertará sobre los 'bocados antiglobalización'-, Bo Bech y Rasmus Kofoed, de Copenhague y Mathias Kofoed y Magnus Ek, desde Estocolmo, que demostrarán sus técnicas más novedosas -importadas muchas de ellas de 'El Bulli', de Ferrán Adriá- con los productos tradicionales de su ámbito geográfico. Otra de las figuras internacionales que atraerá las miradas es Fulvio Pierangelini, un cocinero italiano muy especial que, según Capel, es «un auténtico filósofo del gusto».

En Madrid Fusión también habrá espacio para la gastronomía asiática, ya que el exotismo en los tiempos actuales lo protagonizarán Susur Lee, de origen chino, y Vinet Bathia, máximo exponente de la cocina de la India.