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2008/01/30

«Quiero morir en una clase»

Fuente: Publico.es.
Los alumnos están encantados con sus clases, aunque la mayoría no pisa el aula en todo el año. A sus casi 72 años, el físico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) Walter Lewin es uno de los profesores más populares de la institución, gracias a sus asombrosas demostraciones de los principios de la Física, que ahora también triunfan en Internet. Los vídeos de sus lecciones sobre mecánica o magnetismo registran 300.000 descargas al año en la web del MIT. Desde que Apple creó su versión académica de iTunes ha sido número uno en visitas en varias ocasiones. La pasada semana Lewin acaparó el primer y segundo puesto, por delante del mediático presidente de Apple, el mismísimo Steve Jobs.

¿Por qué tiene tanto éxito?

La gente aprende. Y a la gente le gusta aprender. Y piensan que es divertido. Tal vez por primera vez en su vida ven que la física, que siempre pensaron que era aburrida, árida y terrorífica, es divertida. Y que es interesante y bella. Y todo eso sale de mis clases. La física es divertida, bella, interesante, excitante... ven mis clases mientras se beben una cerveza.Se lo pasan bien.
¿Tiene alguna fórmula?

No hay una fórmula mágica para una buena clase. Son muchos factores: preparación, coordinación, sincronización, imaginación. La clase tiene que ser divertida, pero también rigurosa, sin adulterar conceptos. Si ensayas con la clase vacía, escribes todas las fórmulas en la pizarra y practicas las demostraciones, todo tipo de errores salen a la superficie.

¿Cuál es su objetivo como profesor?

Hacer que todo el mundo ame la física y la ciencia. Que miren el mundo de una manera en la que tal vez nunca lo habían mirado. Que miren al cielo y se pregunten por qué es azul. Que miren al atardecer y se pregunten por qué es rojo. Que miren un arco iris y piensen por qué el rojo está en la parte exterior y el azul en la interior. Quiero aumentar su curiosidad sobre el precioso mundo que les rodea.
¿Deberían ser los profesores más divertidos?

Me abstengo de responder a esa pregunta. Ningún profesor quiere que le digan cómo impartir sus clases. Todos piensan que son grandes enseñantes. Y nunca me he puesto a pensar por qué mis lecciones son mejor consideradas que otras. Cada profesor tiene que tomar esa decisión por sí mismo. El único consejo que puedo dar a mis colegas es que en ocasiones olvidan lo importante que es ensayar antes de una clase. El entusiasmo también es muy importante. Los estudiantes deben ver que amas lo que haces. Y no todo el mundo tiene esa capacidad.
¿Cambiará Internet la manera de impartir clases?

Es posible. Si se extiende lo suficiente, los profesores tal vez cambien la manera que tienen de dar clases. Lo más importante es que ahora podemos llegar a millones de personas. Esa es una revolución fantástica. En 1440 Gutenberg inventó la imprenta y causó una revolución. Hay una revolución similar en la actualidad, porque ahora podemos difundir conocimiento a millones de personas en un chasquear de dedos. Si eso va a cambiar la forma de impartir clases, no lo sé. Nunca cambió mi forma de enseñar, siempre he sido así. Mis clases no cambiaron cuando empezaron a grabarlas.

Pero Internet ha alterado el impacto de sus lecciones...

Por supuesto. He cambiado la vida de la gente. Hay personas que dejaron su trabajo por mí. Hay gente que volvió a la universidad. Hay personas jubiladas que estaban aburridas de sus vidas a las que mis lecciones les dieron un nuevo sentido a su vida. Ahora se levantan con una sonrisa cada mañana. Eso es lo que me dicen. Tengo un impacto enorme.
¿Piensa en la jubilación?
No tengo planes de retirarme. Quiero morir en una clase.

Un fenómeno mediático

Walter Lewin ha conseguido, gracias a la Red y en sólo seis años, acercar la física a más de cuatro millones de alumnos de todas las edades. Un auténtico fenómeno mediático. Con 72 años, este holandés ha protagonizado una carrera profesional llena de descubrimientos y premios, pero también se ha manifestado como un fascinante educador. Viendo sus clases, su forma de manejar la pizarra y los experimentos que realiza, o escuchando su voz emocionada, nos damos cuenta de que estamos delante de un maestro de maestros, del que todos tenemos que aprender, bien física, o bien a enseñar física. Internet facilita asistir a sus extraordinarias lecciones. Sólo es necesario visitar la página web del MIT.
La apuesta por la enseñanza del MIT existe en diversas instituciones internacionales, entre otras, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha desarrollado en los últimos años dos estupendos programas: El CSIC en la Escuela, con niños incluso en etapa preescolar, y Ciencia en Acción, creado por la Real Sociedad Española de Física, desarrollado luego en colaboración con su entidad homóloga en Matemáticas, y hoy compartida además con el CSIC y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. En este programa también se intenta llevar el fascinante mundo de la ciencia a la calle. Estoy seguro de que una parte importante de los jóvenes que vean los vídeos de Lewin o que participen en estos programas estudiarán Ciencias Físicas. Entre ellos estarán los investigadores que España necesita para tener un futuro entre los países más desarrollados.
Por Gerardo Delgado, director del Instituto de Matemáticas y Física Fundamental (CSIC)

2007/09/29

Un aula real, en un mundo donde todo es simulación

Fuente: La Nacion.

Se dictó la primera clase del continente en Second Life.

Si la posibilidad de hacer un curso por Internet, de encontrarse en un aula virtual con otras personas o de asistir a una videoconferencia todavía lo sorprende, prepárese. Por más que usted no lo note, existe un mundo paralelo y tridimensional, donde las personas diseñan su apariencia, compran y venden, construyen sus casas, forman pareja, hacen deportes y donde, desde ayer, una universidad latinoamericana da clases.

Se trata de la plataforma virtual Second Life, en la que la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) tiene su campus virtual desde hace quince días. Ayer se dictó la primera clase en su auditorio, seguida por unos 20 estudiantes de ingeniería en informática y de diseño gráfico, la mayoría ubicados en la sede de la universidad, conectados a sus computadoras, mientras hubo quien la siguió desde su casa y hasta un profesor español que desde Madrid brevemente se sentó a escuchar.

La UADE es la primera universidad latinoamericana en Second Life, en la línea que inauguraron Harvard, Stanford y Oxford. Ahora, aspira a aprovechar su campus para todas sus carreras y extender sus actividades a asistentes de otros países.

En pocas palabras, Second Life es una cruza entre un videojuego y el chat. Cada persona tiene allí tridimensión (se habla de tener un "avatar"), puede elegir apariencia, nombre, vestimenta, género y condición: se puede ser hombre, mujer, animal, objeto o extraterrestre.

En el auditorio del campus virtual de la UADE -que tiene además un laboratorio y un centro cultural- se sentaron ayer los "avatares" de los alumnos, cada uno identificado con el nombre que eligió tener, entre los que se contaban un animal, un ET con antenitas que titilaban, un hombre con traje de buzo -recién llegado de una incursión por el océano que rodea el campus- y una suerte de monstruo que varias veces cambió de apariencia durante la clase.

Como en la vida real

El docente, Pablo Junquera -que dictó una clase sobre identidad corporativa y entornos virtuales- con su propio "avatar" en zapatillas, pasó un video y luego se apoyó en un power point para dar la clase. Desde su computadora, cada alumno podía acercarse a la pantalla de video, cambiar su punto de vista, hacer preguntas y hablar con algún compañero mediante el chat escrito, el equivalente a la voz baja de un aula real.

"Esto funciona como en la vida real: cuando hay que preguntar, nadie se anima", dijo Junquera al final de la clase, cuando invitó a intervenir y los estudiantes comenzaron a mirarse entre sí sin hablar. En efecto, durante la clase el auditorio virtual parecía real: un estudiante se durmió, otros se iban y regresaban, algunos hablaban entre sí.

"Second Life es un universo paralelo que aporta nuevas experiencias a tu vida cotidiana", se entusiasmó Ricardo Méndez, director del Departamento de Diseño y Publicidad de la UADE. El campus en Second Life tiene aplicaciones pedagógicas, desde la interacción con los alumnos, el dictado de clases de profesores extranjeros o la realización de experimentos y diseños virtuales.

"Lo más útil es la presencia a distancia para poder cursar si no podés estar en la clase. Tenés acceso desde cualquier lugar", dijo Raúl González, del último año de ingeniería en informática. "Participar no requiere mucha técnica; es simple e intuitivo", completó. "Si te perdés una clase, podés repetir las prácticas que hayan hecho en los laboratorios", apuntó Sabrina Muñoz Baudes, de la misma carrera, que creó su propio auto virtual.

Second Life tiene más de 8 millones de usuarios registrados de 105 países, 6000 de ellos en la Argentina. Cada habitante de ese mundo paralelo puede vender y comprar. Para eso, se necesita adquirir -con dinero real- un espacio de tierra virtual. Hay bancos, negocios, museos, boliches, casinos, hoteles y una bolsa de valores. Empresas como Warner, Adidas, Reuters, Toyota, Reebok y Disney están presentes.

Allí, hay que acostumbrarse a que la apariencia no es nada: hace unos días, un cubo con patas se acercó a pedir informes al campus de la UADE. Era un estudiante danés, que desde España se interesaba por la oferta de la universidad.

Por Raquel San Martín
De la Redacción de LA NACION

2007/09/14

Ofrece universidad californiana clases sobre YouTube

Fuente: El Universal.

Es el primer curso en el mundo en su tipo; todos los internautas del mundo pueden seguir la clase y hacer comentarios sobre ella.

La universidad californiana de Pitzer College se convirtió en la primera del mundo en ofrecer un curso sobre YouTube, la popular página web de intercambio de videos propiedad del buscador Google.

Los estudiantes del curso "Aprendiendo sobre YouTube" tienen que analizar los videos de la web y su repercusión social, informó hoy una vocera del centro educativo.

Los alumnos tienen clase martes y jueves en la sede física de la universidad, pero todos los contenidos y trabajos de la clase se filman y se publican en YouTube.

"Esta clase está resultando un experimento muy divertido y excitante, aunque a veces un poco difícil de controlar" , dijo Alexandra Juhasz, creadora y profesora del curso.

Juhasz reconoce que era escéptica sobre el fenómeno YouTube y cuenta que decidió crear esta asignatura para estudiar el potencial de la "expresión en medios democráticos de comunicación patrocinados por corporaciones" .

Los propios alumnos determinan la mayoría de los contenidos de la clase, en la que se han tratado hasta ahora temas como la libertad de expresión o el nivel de calidad de los videos de la web.

Sólo 35 alumnos asisten a esta asignatura, pero el resto de los internautas del mundo pueden seguir la clase y hacer comentarios sobre ella en www.youtube.com/MediaPraxisme.

"Es una experiencia interesante que cualquier persona en el mundo pueda participar" , dijo Juhasz.

Pero, agregó, "me preocupa que el nivel educativo de las discusiones baje, como ocurre a menudo con los contenidos y los comentarios en YouTube" .