Después de 130 años alumbrando el mundo, ha llegado el momento del relevo para las bombillas incandescentes. Desde que Thomas A. Edison inventara la primera lámpara en 1879, su tecnología ha cambiado poco: una corriente eléctrica pasa por un filamento que, al calentarse, ilumina a su alrededor. Su escasa eficiencia (el 73% de la energía que liberan es en forma de calor y sólo el 8% en luz) las había condenado.
Ahora, en una esperada unión entre tecnología y electricidad, llegan unas bombillas que no llevan ni alambre ni gas en su interior, sino un chip. Son diez veces más eficientes y duran una eternidad, pero también diez veces más caras. Aunque aún no hay precios disponibles, el coste de un bombilla podría estar entre 30 y 60 euros.
El fabricante de ordenadores Toshiba presentó hoy en Madrid sus bombillas E-core. Por fuera parecen las de toda la vida, pero por dentro recuerdan más a un ordenador que a una lámpara. Una placa con chips de un material semiconductor como el silicio está conectada a un cable. Al ser atravesada por la corriente, emite luz. Es lo que se conoce como tecnología LED (diodo emisor de luz, en inglés). Aunque conocida desde los años sesenta, su escaso desarrollo la había arrinconado a servir de chivato de encendido de los aparatos electrónicos.
Sin embargo, en los últimos años se ha vencido gran parte de los obstáculos que presentaba. El color de la luz era uno de ellos. Los primeros LED sólo podían ser rojos; el tono específico dependía del material con el que se hacía. El uso de nuevos semiconductores, como el galio o el indio, abrió la paleta de colores por medio de la combinación con el verde y el azul. Aunque los LED no emiten luz blanca, se recubren con un material como el fósforo para conseguirla.
"La gran ventaja de las incandescentes era su calidez, con una luz casi como la del sol", explica la directora general de la recién estrenada división de iluminación LED de Toshiba, Inés López. Este era otro de los frenos de la tecnología LED: los primeros eran muy fríos, como los tubos fluorescentes de una vieja cocina.
Reproducción del color
Además, su capacidad para reproducir fielmente los colores no deja de aumentar. Las nuevas bombillas alcanzan un índice de reproducción cromática (CRI) de 80, frente al 100 de las antiguas. "Pero esto no ha hecho más que empezar, va tan deprisa que no sé de cuánto estaremos hablando en seis meses", añade López. Toshiba traerá a España en septiembre sus primeras bombillas de nueve vatios, equivalentes en teoría a 100 vatios de las viejas lámparas.El punto fuerte de los LED es que consumen una fracción de la electricidad que se comían las bombillas tradicionales. "En las incandescentes, hasta el 95% de la energía es calor, casi como una estufa. En los LED casi todo es luz", explica el responsable de iluminación con LED de Philips, José Ramón Córcoles. Su bombilla Master LED, con una vida útil de hasta 45.000 horas, consume hasta un 80% menos que las incandescentes.
Iluminando las calles
El consumo medio de cada español al año es de 166 kw, muy lejos de los 43 kw de los franceses. Aunque el Plan de Eficiencia Energética 2004-2012 del Gobierno se fijó el objetivo de bajar el consumo a 75 kw por ciudadano y año, a falta de menos de dos años, ninguna ciudad española lo ha conseguido. El alumbrado público encabeza la lista de derrochadores. Según datos del sector, un tercio de las bombillas que iluminan las calles se basan en tecnología de hace 40 años."Sobreiluminamos las ciudades porque nos da una sensación de seguridad", explica Córcoles. Pero, con la tecnología LED, al ser luz blanca, "podríamos bajar el nivel lumínico manteniendo aquella sensación", añade. Philips ya ha puesto sus bombillas en algunas calles de ciudades españolas. Pero sólo Olmedo (Valladolid) se ha convertido en un pueblo LED 100%.
El otro gran actor de la tecnología LED es General Electric. Fue un ingeniero suyo, Nick Holonyak, el que creó el primer diodo emisor de luz en 1962. La compañía tiene previsto lanzar a finales de año la bombilla más avanzada hasta el momento. Con 12 vatios, la Energy Smart A60 dará 806 lúmenes, unidad que mide el flujo luminoso.
Para el responsable de GE Lighting, Miguel Florido, los sistemas actuales ya han cumplido y "ahora toca pasar página". Aunque las bombillas de bajo consumo fluorescentes seguirán por un tiempo, "la eficiencia de los LED está ya por encima y la diferencia seguirá aumentando", explica. Esta tecnología, apoyada en la investigación con nuevos materiales, no deja de crecer. GE ya trabaja en el OLED, donde el material semiconductor es de origen orgánico, que aumentará su flexibilidad. "Podremos iluminar paredes, cortinas... lo que se nos ocurra", dice. El material orgánico con más posibilidades es el carbono, el que usó Edison en el filamento de su bombilla.
Glosario
LúmenesLas nuevas bombillas van a obligar a los compradores a hacer un cursillo acelerado de electrónica. En las etiquetas aparecen unidades como los lúmenes, que miden el flujo luminoso, que no aparecían en las bombillas tradicionales.
Vatios
Las LED consumen entre 3 y 9 vatios (en 2011 llegarán las de 12). En un ejercicio de picaresca, algunos fabricantes hacen una equivalencia irreal con las incandescentes que confunde más que aclara. Por ello, en septiembre entra en vigor una norma para que las etiquetas muestren datos reales.
Grados kelvin
En las cajas aparecen ahora cifras como 2700K, 3300K o 4000K. Indican la temperatura del color y se mide en grados Kelvin. Cuanto más baja es la cifra, más cálida es la luz. Al contrario, cuanto más alta, más se acerca al ultravioleta y da sensación de frialdad.