Fuente:
BBC Mundo.
No hace mucho tiempo, la perspectiva de una escasez mundial de azúcar dio a los fabricantes de alimentos un ataque de pánico.
Las malas condiciones meteorológicas golpearon los cultivos en las dos más grandes naciones productoras de azúcar en el mundo, Brasil e India, y esto hizo que el precio de los productos dulces se elevara en los mercados internacionales.
En agosto del año pasado, empresas como Kraft Foods, General Mills y Hershey estaban tan preocupadas que escribieron una carta conjunta al gobierno de Estados Unidos pidiendo el derecho a importar más azúcar libre de aranceles, pero su propuesta no fue escuchada.
Después de eso, los precios siguieron subiendo hasta el 1 de febrero, cuando los futuros del azúcar alcanzaron un máximo de 30,4 centavos de dólar por libra, el más alto precio desde enero de 1981.
Sin embargo, desde esa fecha, el descenso ha sido vertiginoso. El azúcar se cotiza ahora a no más de la mitad de ese nivel, ya que la producción tanto en Brasil como en India parece en camino de recuperación.
El colapso del precio del azúcar es claramente una preocupación para la industria, que necesita invertir en la plantación de cañas y en el mantenimiento y modernización de sus plantas.
Por ahora, no obstante, hay algo de alivio ante la perspectiva de una cosecha abundante.
"Nosotros en Brasil hemos tenido dos cosechas preocupantes, una atrás de la otra", dijo Emmanuel Desplechin, de Única, la Asociación de la Industria de la Caña de Azúcar del país.
"Es algo muy estacional. Siempre dependerá de las condiciones meteorológicas en el momento de la cosecha", agregó.
Predicciones de abundancia
El año pasado, el comienzo del fenómeno climático del monzón en el subcontinente asiático fue el más débil desde hace muchos años, dando lugar a una extensa y dura sequía que afectó a los cultivos de caña de azúcar en India.
Sin embargo, las precipitaciones aumentaron los rendimientos finales. En lugar de una cosecha prevista de 13 millones de toneladas de azúcar para la temporada 2009-10, India logró producir 18,5 millones de toneladas.
Mientras que India estaba luchando con la falta de lluvia, Brasil tuvo el problema opuesto. Sus cultivos fueron anegados por una serie de aguaceros más pesados de lo esperado en la región centro-sur del país, la mayor área de cultivo de caña de azúcar en el mundo.
Pero ahora Brasil espera que la próxima cosecha de 2010-11 en la región sea la mayor y rompa incluso un récord, con una proyección de 33,5 millones de toneladas.
Por supuesto que una vez triturada la caña de azúcar de Brasil, es más probable que termine como combustible que en alimentos.
En años recientes, el 60% de la caña del país se ha convertido en etanol en vez de azúcar, ya que en las carreteras brasileñas ha estado aumentando el número de automóviles híbridos, cuyos motores utilizan una mezcla de gasolina y alcohol.
Más del 90% de los automóviles nuevos en Brasil pueden utilizar sólo etanol como combustible, gracias a un programa de biocombustibles que se inició a mediados de la década de 1970, como un intento del gobierno militar de esa época para reducir su dependencia de las importaciones de petróleo.
Hasta ahora, el modelo brasileño no ha sido adoptado de manera amplia en otros países.
Sin embargo, Emmanuel Desplechin, representante de la industria de la caña de azúcar de Brasil en Bruselas, confía en que esto cambiará en consonancia con la nueva legislación de la Unión Europea, que requiere que el 10% del combustible para el transporte provenga de fuentes renovables en 2020.
"Esta ley impulsará la necesidad de los biocombustibles", indicó Desplechin y añadió que a diferencia de los autos eléctricos, el etanol ya está disponible en el mercado, a un costo razonable.
La chispa innovadora
Y resulta que ahora la caña de azúcar de Brasil está produciendo no sólo biocombustibles, sino bioelectricidad también.
El residuo de la caña molida, el "bagazo", se quema para alimentar los molinos de caña, que son así autosuficientes en energía.
Sin embargo, los molinos producen más electricidad de la que necesitan, así que el superávit es "exportado" a la red nacional de Brasil.
Alrededor del 3% de la electricidad del país proviene ahora de esta fuente. Única prevé que este porcentaje aumentará hasta el 14% en 2020.
"La belleza de esto, es que estamos usando la caña completa", dijo Desplechin.
La utilización de los residuos de caña de azúcar para generar electricidad complementa a las plantas hidroeléctricas, que proporcionan gran parte de la energía de Brasil, ya que el uso del bagazo como combustible para producir bioelectricidad se activa durante la estación seca, cuando los niveles de agua son bajos.
La consolidación
Brasil va en camino a mantener su posición como el productor mundial más grande de caña de azúcar y el segundo de etanol.
Según el Ministerio de Agricultura, el gigante sudamericano producirá 28.500 millones de litros de etanol en la temporada 2010-11, frente a 25.800 millones del año anterior.
Pero los actuales precios bajos, tanto del azúcar como del etanol, están ejerciendo una fuerte presión sobre los molinos de caña de Brasil que, en gran medida, son propiedad familiar, y obligando a la consolidación de la industria.
Las empresas petroleras están comprando grandes porciones del sector. El mes pasado, la petrolera estatal Petrobras gastó US$920 para obtener una participación de 46% del cuarto grupo más importante del país productor de etanol, Acucar Guarani.
Y a principios de este año, la Royal Dutch Shell anunció una fusión de US$12.000 millones con la empresa brasileña Cosan, la mayor productora mundial de azúcar de caña y etanol.
Shell venderá en sus puntos brasileños de distribución, tanto sus combustibles como etanol.
Otras empresas extranjeras también están invirtiendo en el etanol brasileño. En los últimos tres años, la proporción de molinos locales de caña de azúcar productores de etanol, con respaldo extranjero, pasaron del 7% al 22%, de acuerdo a cifras del grupo de consultoría Dextron Management.
Aunque el mercado local está creciendo, Brasil tiene la intención de mantener una constante en la exportación de 15% de su etanol.
El país todavía tiene que mejorar el servicio de transporte y las redes de comunicación, para que el producto pueda entregarse en los puntos donde se necesita.
"De momento, no tenemos una red de tuberías para el etanol", admitió Desplechin.
Los planes para transportar el etanol en tuberías desde el interior del estado de Sao Paulo hasta el puerto de Santos están apenas en su infancia.
Sin embargo, debido a que el apetito mundial por combustibles sigue creciendo, el proyecto es claramente una de las principales prioridades para el futuro.