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2012/01/18

Tecnología revoluciona aprendizaje de niños autistas

La tecnología ha cambiado la vida de Verónica por completo.
"Ha pasado de ser una niña pequeña sin medios para mostrarnos lo que sabía, a ser una niña que tiene un aparato portátil con el que puede reír, jugar y relacionarse", dice su madre Sam Rospigliosi, de Edimburgo, Escocia.

"Quién sabe, quizás lo use para hablar en los próximos años, en el caso de que nunca aprendar a hablar de nuevo".

Adentrarse en sus pensamientos

Verónica tiene seis años y sufre un autismo severo. Tiene grandes problemas para aprender y le es enormemente difícil relacionarse socialmente. Perdió su habilidad de hablar a los tres años.
Pero al igual que otros niños como ella, las computadoras de pantalla táctil le han proporcionado una forma de comunicarse.
Aparatos como los iPads se han convertido en un fetiche casi obligatorio para las familias con niños que sufren autismo.
Richard Mills, director del departamento de investigación del Research Autismo y el National Autistic Society, dice que la tecnología nos da la oportunidad de "avanzar un paso más en nuestro entendimiento del autismo".
"Nos permite adentrarnos en el modo en que el niño piensa".
"La gente con autismo tiene un tipo distinto de inteligencia. Su memoria visual es fuerte, por lo que las computadoras son muy motivadoras", señaló.

Aplicaciones

Verónica disfrutó mucho al participar en la prueba de una aplicación de iPad llamada FindMe, diseñada por un equipo de investigadores de la Universidad de Edimburgo.
"Cada vez que Verónica respondía correctamente conseguía una ficha, y ella sabía que tenía que conseguir cinco para acceder a la caja de música", explica su madre.
"Estaba muy motivada respondiendo las preguntas".
La aplicación está dirigida a niños mayores de 18 meses y tiene como fin que los jugadores se centren en otra gente y sus necesidades, algo bastante difícil para la gente con autismo.
El uso de tecnología con pantalla es crucial, afirma Sue Fletcher-Watshon, psicóloga de la Universidad de Edimburgo que lideró el desarrollo de la aplicación.
"Un ratón y un teclado no son accesibles a los niños más pequeños. Una intervención temprana es crucial en muchos casos severos y los iPads nos han permitido diseñar aplicaciones para los niños más pequeños", apuntó.
"Las aplicaciones permiten a los niños ensayar habilidades sociales simples una y otra vez".

Progresos sorprendentes

Mills afirma que quedó sorprendido con el progreso de algunos estudiantes en las escuelas empleando aplicaciones en tabletas con pantalla táctil.
Pero a su vez es cauteloso.
"No esperen milagros. La tecnología puede revolucionar el modo en que los niños con autismo se comunican, pero no en todos los casos".
Según él, "distintas aplicaciones funcionarán de forma distinta según las necesidades del niño".
"Los padres necesitan tomárselo de forma sensible y metódica".
También recomienda hablar con el personal de la escuela para asegurarse de que cualquier aplicación usada para aprender en casa sea compatible con su programa educativo.
Además, resaltó que los padres deberían restringir siempre la cantidad de tiempo que los niños invierten usando computadores, para asegurarse de que no se obsesionen.

Independencia y confianza

Pero para Sam el iPad de su hija es un elemento muy positivo que le ha proporcionado conocimiento y aumentado su independencia y confianza en si misma.
Además, le ha generado buena fama entre los otros niños.
Fletcher-Watson achaca el éxito de aplicaciones como ésta al modo en que los niños con autismo les gusta aprender.
"Familia y amigos premian a los niños con sonrisas y comentarios halagadores, pero los niños con autismo no entienden esas reacciones sociales".
Las computadoras les permiten desarrollar una forma de aprender mucho más motivada que les resulta cómodamente repetitiva".
Los compañeros de Verónica son todavía muy pequeños para entender las peculiaridades de su hija, cuenta Sam, pero ahora están viendo de lo que es capaz.
"Como dijo un niño pequeño el otro día en el autobús después de ver lo rápido que ella podía completar un puzzle: "¿Porqué no habla? Mira, si es inteligente".

2011/05/30

No son despistados, son autistas

Cuando el director del Instituto de Investigación de Enfermedades Raras del Instituto de Salud Carlos III, Manuel Posada, estudiaba Medicina, el autismo era considerada una patología rara, de las que se diagnostican menos de cinco casos por cada 10.000 habitantes. En la Encuesta Nacional de Salud, que realiza anualmente el Ministerio de Sanidad, de 1999, se calculaba que había en España 5.000 casos. La semana pasada, un estudio realizado en Corea del Sur y publicado en American Journal of Psychiatry, con resultados extrapolables a cualquier país occidental incluido España, según su autora, cifraba en 2,64% la proporción de la población con trastornos del espectro autista (TEA), casi dos puntos por encima del 0,75% de media asumido en la mayoría de los países ricos. ¿Está experimentando el mundo una epidemia de esta enfermedad?
Para la coordinadora del Programa AMI-TEA (Atención Médica Integral a los TEA) del hospital Gregorio Marañón de Madrid, Mara Parellada, no hay que confundir incidencia (casos nuevos por año) con prevalencia (casos nuevos totales). "Seguro que hay más afectados de los que pensamos", asegura la experta, pero esto "no quiere decir que haya un aumento real".

Integración en los colegios

Lo que diferencia este trabajo de otros realizados anteriormente es el ámbito de búsqueda de los posibles casos. "En la mayoría de los registros se busca el trastorno entre los casos ya diagnosticados y los grupos de riesgo, los niños que, aún sin clasificar, han mostrado síntomas y están en la rueda del diagnóstico", explica por teléfono desde New Haven (EEUU) la autora principal, Young Shin Kim. "El 1,8% adicional lo hemos encontrado en colegios, entre niños que no declararon retrasos en su desarrollo, aunque afrontan su educación con gran sufrimiento", añade.
Posada considera la cifra de Kim exagerada. Él ha dirigido uno de los pocos estudios de cribado realizado en España, en el que se buscaron trastornos del espectro autista en 9.000 niños de entre 18 y 24 meses. "No sale más de un niño entre 300 (0,33%), pero la cifra puede aumentar si se incluyen trastornos de lenguaje o si se retrasa la edad del diagnóstico", señala.

Para este experto hay dos factores a los que atribuir el aumento de casos. El primero es de índole metodológica, en cuanto al diagnóstico, y el segundo se refiere a una probable influencia de factores ambientales que haya hecho dispararse el número de casos. "Es una hipótesis de trabajo defendible y hay muchas que se barajan, desde el efecto de la contaminación atmosférica durante el embarazo hasta la exposición a compuestos químicos como el mercurio", explica, puntualizando, eso sí, que la influencia de este tóxico no tiene que ver con las vacunas, sino con su presencia en el pescado. Los movimientos antiinmunización culpan a la administración sistemática de vacunas con mercurio del auge de casos de autismo, después de que un estudio en The Lancet, ya retirado, lo sugiriera. "A sus responsables se les ha prohibido ejercer la medicina", recuerda el experto.
El jefe de Psiquiatría Infantil de la Policlínica Gipuzkoa (San Sebastián), Joaquín Fuentes, cuenta: "Existe un acuerdo científico que parte de la evidencia disponible de que las causas genéticas son las predominantes. Puede haber otros factores, como infecciones o tóxicos en el embarazo, pero los efectos del entorno tendrían lugar también en los genes. Eso sí, sabemos que los padres no causan el autismo con su trato".
Respecto al posible aumento real de casos, la coordinadora de la Unidad Especializada en Trastornos del Desarrollo del hospital Sant Joan de Deu de Barcelona, Marta Maristany, afirma: "En este momento puede haber una impresión, pero no hay datos".
En lo que todos coinciden es en la principal conclusión del trabajo estadounidense: hay un claro infradiagnóstico de estos trastornos que, si se resuelve, acabará por hacer aumentar aún más los casos. "El problema principal se da en los niños que no tienen problemas de aprendizaje, sino en su conducta social; niños a los que antes llamábamos despistados", recalca la especialista del Sant Joan de Deu.
En este sentido, Fuentes advierte de que llegar a adulto con un TAE no diagnosticado es "no sólo posible, sino probable". Esto sucede porque, en algunos casos, sus altas capacidades "les han camuflado en la población general" y, en otros, "porque están sin clasificar en la población con discapacidad intelectual".
Para Kim, según su estudio esto es un hecho. "El diagnóstico es más fácil si el trastorno está combinado con retraso mental", apunta. La evidencia sobre este punto ha evolucionado mucho en los últimos años. Como recuerda Maristany, antiguamente "la gran mayoría de autistas presentaba retraso mental". Al haber ampliado el diagnóstico al espectro autista, el porcentaje ha bajado. "Hay muchos niños con inteligencia normal", subraya. "Pueden incluso ser brillantes. Algunos, por ejemplo, hablan como adultos, con un excelente vocabulario, pero son incapaces de establecer contacto visual; por eso, no les gustan a los otros niños y no tienen amigos", añade Kim.

Listas de espera

Además del problema del diagnóstico en afectados con inteligencia normal, existe la dificultad añadida del protocolo utilizado para localizar este tipo de trastornos. "No hay uno único", reconoce Parellada. "Debería haber una trayectoria clara para que si un pediatra ve signos de trastornos de espectro autista en un paciente de entre 18 y 24 meses lo derive al especialista. Incluso en los casos claros, hay listas de espera, por no hablar de los difíciles, como los que finalmente tienen trastornos del lenguaje o los de alto nivel intelectual, que necesitan equipos muy especializados", recalca.
Posada lamenta que la Dirección General de Política Sanitaria de la UE dejara recientemente de considerar el autismo "un asunto prioritario", lo que acabó con la financiación del desarrollo de un protocolo de prevalencia que, elaborado por su grupo, hubiera ayudado a dibujar un panorama claro de estos trastornos en Europa, con criterios de diagnóstico comunes.
Posada ve visos de mejora. La Iniciativa de Medicamentos Innovadores, con participación de la UE, convocó un proyecto de investigación aplicada sobre TEA muy bien financiado. Fuentes concluye: "Los TEA son trastornos heterogéneos. Habrá mecanismos comunes, pero cada subgrupo tendrá sus causas. Avanzaremos poco a poco".

Un grupo de enfermedades del que se culpó a Nadal


¿Cuál es la historia del autismo?
La palabra autismo viene del griego y quiere decir 'propio, uno mismo'. La utilizó por primera vez el psiquiatra suizo Eugene Bleuler en 1912, pero hasta 1943 no se definió como enfermedad. En ese año, el psiquiatra Leo Kanner, de la Universidad John Hopkins de EEUU, lo describió como síndrome. En Austria lo hizo a la par Hans Asperger.
¿Qué lo causa?
Todavía hoy no se saben las causas del autismo, aunque sí se sabe lo que no lo provoca. En la década de 1950, expertos de algunos países sugirieron que era un síndrome cercano a la psicosis y que estaba causado por un deficiente trato por parte de los padres, noción que se ha demostrado absolutamente falsa.
¿Qué lo define?
El autismo no constituye un problema único. Lo correcto es hablar de trastornos del espectro autista (TEA), que incluyen al autismo clásico o de Kanner, el síndrome de Asperger o el trastorno desintegrativo de la infancia, entre otros.
¿Cómo se diagnostica?
No existen pruebas médicas específicas para el diagnóstico del autismo. Este se basa en la observación de la conducta del niño. Los síntomas más comunes son la dificultad para seguir la mirada y la falta de interés en el resto de las personas.
¿Tienen retraso mental?
Antiguamente se decía que un 70% de los TEA tenían retraso mental, pero diversos estudios han reducido esa cifra, incluso a un 3%, aunque no hay acuerdo global.

Cambios en la estructura molecular del cerebro autista

Uno de los desafíos a los que se enfrentan los expertos en TEA es que estos trastornos no dejan huella física en el cerebro, lo que hace imposible diagnosticarlos por pruebas objetivas más allá de la observación clínica. Sin embargo, un estudio publicado en la última edición de 'Nature' podría cambiar las cosas, ya que, por primera vez, investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles han observado diferencias entre los cerebros de afectados por TAE y sanos.
Los autores estudiaron muestras del cerebro de 19 pacientes con autismo fallecidos y las compararon con las de 17 individuos sanos. La investigación reveló que, en los pacientes de TEA, no se apreciaban diferencias en la expresión de genes en los lóbulos frontal y temporal. En las personas sanas sí hay diferencias en estas zonas, donde se ‘alojan’ el raciocinio, la creatividad o las emociones. El problema del estudio de ‘Nature’ es que, al hacerse con muestras de tejido cerebral, no se podría aplicar al diagnóstico en vida de los autistas.

En lo que todos coinciden es en la principal conclusión del trabajo estadounidense: hay un claro infradiagnóstico de estos trastornos que, si se resuelve, acabará por hacer aumentar aún más los casos. "El problema principal se da en los niños que no tienen problemas de aprendizaje, sino en su conducta social; niños a los que antes llamábamos despistados", recalca la especialista del Sant Joan de Deu.
En este sentido, Fuentes advierte de que llegar a adulto con un TAE no diagnosticado es "no sólo posible, sino probable". Esto sucede porque, en algunos casos, sus altas capacidades "les han camuflado en la población general" y, en otros, "porque están sin clasificar en la población con discapacidad intelectual".
Para Kim, según su estudio esto es un hecho. "El diagnóstico es más fácil si el trastorno está combinado con retraso mental", apunta. La evidencia sobre este punto ha evolucionado mucho en los últimos años. Como recuerda Maristany, antiguamente "la gran mayoría de autistas presentaba retraso mental". Al haber ampliado el diagnóstico al espectro autista, el porcentaje ha bajado. "Hay muchos niños con inteligencia normal", subraya. "Pueden incluso ser brillantes. Algunos, por ejemplo, hablan como adultos, con un excelente vocabulario, pero son incapaces de establecer contacto visual; por eso, no les gustan a los otros niños y no tienen amigos", añade Kim.

Listas de espera

Además del problema del diagnóstico en afectados con inteligencia normal, existe la dificultad añadida del protocolo utilizado para localizar este tipo de trastornos. "No hay uno único", reconoce Parellada. "Debería haber una trayectoria clara para que si un pediatra ve signos de trastornos de espectro autista en un paciente de entre 18 y 24 meses lo derive al especialista. Incluso en los casos claros, hay listas de espera, por no hablar de los difíciles, como los que finalmente tienen trastornos del lenguaje o los de alto nivel intelectual, que necesitan equipos muy especializados", recalca.
Posada lamenta que la Dirección General de Política Sanitaria de la UE dejara recientemente de considerar el autismo "un asunto prioritario", lo que acabó con la financiación del desarrollo de un protocolo de prevalencia que, elaborado por su grupo, hubiera ayudado a dibujar un panorama claro de estos trastornos en Europa, con criterios de diagnóstico comunes.
Posada ve visos de mejora. La Iniciativa de Medicamentos Innovadores, con participación de la UE, convocó un proyecto de investigación aplicada sobre TEA muy bien financiado. Fuentes concluye: "Los TEA son trastornos heterogéneos. Habrá mecanismos comunes, pero cada subgrupo tendrá sus causas. Avanzaremos poco a poco".

Un grupo de enfermedades del que se culpó a Nadal


¿Cuál es la historia del autismo?
La palabra autismo viene del griego y quiere decir 'propio, uno mismo'. La utilizó por primera vez el psiquiatra suizo Eugene Bleuler en 1912, pero hasta 1943 no se definió como enfermedad. En ese año, el psiquiatra Leo Kanner, de la Universidad John Hopkins de EEUU, lo describió como síndrome. En Austria lo hizo a la par Hans Asperger.
¿Qué lo causa?
Todavía hoy no se saben las causas del autismo, aunque sí se sabe lo que no lo provoca. En la década de 1950, expertos de algunos países sugirieron que era un síndrome cercano a la psicosis y que estaba causado por un deficiente trato por parte de los padres, noción que se ha demostrado absolutamente falsa.
¿Qué lo define?
El autismo no constituye un problema único. Lo correcto es hablar de trastornos del espectro autista (TEA), que incluyen al autismo clásico o de Kanner, el síndrome de Asperger o el trastorno desintegrativo de la infancia, entre otros.
¿Cómo se diagnostica?
No existen pruebas médicas específicas para el diagnóstico del autismo. Este se basa en la observación de la conducta del niño. Los síntomas más comunes son la dificultad para seguir la mirada y la falta de interés en el resto de las personas.
¿Tienen retraso mental?
Antiguamente se decía que un 70% de los TEA tenían retraso mental, pero diversos estudios han reducido esa cifra, incluso a un 3%, aunque no hay acuerdo global.

Cambios en la estructura molecular del cerebro autista

Uno de los desafíos a los que se enfrentan los expertos en TEA es que estos trastornos no dejan huella física en el cerebro, lo que hace imposible diagnosticarlos por pruebas objetivas más allá de la observación clínica. Sin embargo, un estudio publicado en la última edición de 'Nature' podría cambiar las cosas, ya que, por primera vez, investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles han observado diferencias entre los cerebros de afectados por TAE y sanos.
Los autores estudiaron muestras del cerebro de 19 pacientes con autismo fallecidos y las compararon con las de 17 individuos sanos. La investigación reveló que, en los pacientes de TEA, no se apreciaban diferencias en la expresión de genes en los lóbulos frontal y temporal. En las personas sanas sí hay diferencias en estas zonas, donde se ‘alojan’ el raciocinio, la creatividad o las emociones. El problema del estudio de ‘Nature’ es que, al hacerse con muestras de tejido cerebral, no se podría aplicar al diagnóstico en vida de los autistas.

Publico

2011/02/01

El autismo es el trastorno con menor presencia en Internet en 2010

La Fundación Orange ha presentado el 'Informe sobre el autismo en Internet' de 2010, que revela la menor presencia 'on line' del autismo respecto a otros trastornos, como el síndrome de Down y el Parkinson, en la red en idioma castellano.

El informe, elaborado por la consultora Oerreeme, ha analizado los 41.193 impactos online sobre el autismo que hubo en 2010 (entre medios 'on line' y blogs españoles, foros y redes sociales) y los ha comparado con los impactos que tuvieron el síndrome de Down, el Parkinson y el Alzheimer, según ha informado la fundación.

En este sentido, señala que "en España hay aproximadamente 300.000 personas con autismo, 35.000 personas con síndrome de Down, 150.000 con Parkinson y 800.000 con Alzheimer".

Sin embargo, afirma que la presencia 'on line' de cada uno de ellos no es proporcional a su peso demográfico, siendo el autismo el que posee un desequilibrio mayor, con tan sólo 14 impactos 'on line' por cada 100 personas, seguido del Alzheimer, con 16 impactos, el Parkinson, con 28 y el síndrome de Down, con 162.

Finalmente, explica que "el síndrome de Down es el que mayor presencia y conversación 'on line' genera en comparación con el número de personas afectadas (74 por ciento)". "En último lugar se sitúa el autismo, cuyo peso 'on line' respecto al número de personas que sufren este trastorno tan sólo representa el 6 por ciento del total", concluye.

Canarias7

2010/12/03

Una prueba logra diagnosticar el autismo

Un equipo de investigadores del hospital McLean, de la Universidad de Harvard y de la Universidad de Utah (EEUU) ha publicado un estudio que podría suponer la validación del primer test biológico para detectar el autismo. El trabajo, publicado ayer en Autism Research, es capaz de detectar en una resonancia magnética hasta siete anomalías en la imagen de los circuitos cerebrales que identifican, con un 94% de eficacia, a las personas que sufren autismo.
Los propios autores hacen un llamamiento a la cautela ya que, de validarse su trabajo, se podría hablar de una auténtica revolución en el diagnóstico de este trastorno, que se localiza tarde en más del 60% de los casos. "Todavía no está listo para usarse en la práctica clínica, pero nuestros hallazgos son los más prometedores hasta la fecha", declaró en un comunicado el autor principal, el psiquiatra Nicholas Lange. Los investigadores probaron el sistema en 30 autistas y el mismo número de individuos sanos, con el nivel de eficacia antes descrito.
Para la psiquiatra responsable de la Unidad de Autismo del hospital Gregorio Marañón de Madrid, Mara Parellada, el trabajo demuestra "una buena capacidad para diferenciar entre autismo y personas sanas, pero no estudia si es útil para distinguir entre el autismo y otras muchas posibles patologías".
Para esta experta, que seña-la que la forma actual de diagnosticar el autismo es mediante entrevistas y pruebas (cuestionarios y observación de conductas), un test que pudiera hacer un diagnóstico objetivo "de manera fiable y rápida" sería "muy deseable". "Sin embargo, aún estamos lejos de eso", apunta.
Para Parellada, uno de los problemas principales es que los síntomas del autismo pueden esconder otros trastornos neuropsiquiátricos. Otro obstáculo para el diagnóstico precoz es que hay comportamientos autistas que no se terminan de manifestar hasta que el niño alcanza los tres años de desarrollo cognitivo por lo que, en algunos casos, "hay que dar diagnóstico inespecífico en espera de evolución".

Publico

2010/02/18

Un nuevo sistema permite a las personas con autismo comunicarse a través de dispositivos móviles

Fuente: Yahoo!

El grupo de investigación en especificación, desarrollo y evolución de software (GEDES) de la Universidad de Granada ha diseñado un sistema de comunicación que permite a personas con autismo u otras necesidades especiales relacionarse con su entorno. La comunicación se consigue mediante ordenadores o terminales móviles como teléfonos, Iphone o Ipod. A través de los citados dispositivos, los usuarios envían la información hasta unos sensores colocados en la vivienda o en el centro educativo, informa Andalucía Innova.

Estos instrumentos se enmarcan en el proyecto Sc@ut, puesto en marcha por el citado grupo desde la Facultad de Informática y Telecomunicaciones de la UGR para elaborar comunicadores destinados a personas con problemas de comunicación, como autismo, "que contribuyeran a mejorar las capacidades de interacción y planificación y les ayudaran en las relaciones sociales".

La función principal no es la comunicación social, sino la interacción con el entorno para que los usuarios realicen determinadas actividades. La directora del GEDES, María José Rodríguez Fórtiz, señala que el objetivo es adaptar las viviendas o los centros de educación en los que se desarrolla la actividad de estas personas, a los nuevos dispositivos móviles. De esta forma, los usuarios podrán abrir o cerrar ventanas y puertas a través del dispositivo que envía una señal a los sensores.

El propósito final es que el ordenador central que controle las acciones tenga una lógica que ayude a estas personas en la toma de decisiones, además de avisar si detecta algún tipo de anomalía. Las pruebas con el primer prototipo se realizarán en algunos centros educativos de Granada, lo que permitirá realizar adaptaciones. "Los afectados y sus familias y cuidadores nos ayudan a mejorar las carencias del producto y a que se acerque más a sus necesidades", destaca Rodríguez Fórtiz.

La investigadora señala que, a medio plazo, se pretende avanzar en las posibilidades de los comunicadores con el entorno, ya que se incorporarán biosensores que controlen distintas constantes del organismo para que el propio dispositivo pueda ejecutar avisos cuando los datos que registre no coincidan con la pauta normalizada. Se podría controlar el tiempo que un individuo tarda en subir una escalera y analizar sus constantes durante esa actividad, de forma que si al estar solo y realizar la acción, el sensor registra unos datos distintos, comunicará a un centro de emergencias que algo ocurre.

Otro de los objetivos es apoyar a los profesores para que puedan diseñar ejercicios educativos y unidades didácticas que se realicen de forma individual o cooperativa por parte de un grupo de alumnos interconectados. El investigador Fernández López desarrolla un programa denominado PICA, para iPod Touch e iPhone, con varios tipos de ejercicios como puzzles, asociaciones de elementos a conjuntos o exploración de elementos multimedia. Los ejercicios pueden personalizarse para adaptarse a las carencias y habilidades propias de cada alumno.

2009/07/19

Se solicitan empleados con autismo

Fuente: BBC Mundo.

En Dinamarca se encuentra la primera empresa dedicada a emplear a personas que padecen autismo y ha sido tan exitosa que pronto abrirá una sucursal en Escocia.

Specialisterne es una firma de computación creada por un hombre cuyo hijo de tres años fue diagnosticado con autismo o Trastornos del Espectro Autista (TEA), término como el que se denomina actualmente al conjunto de síndromes que resultan en el autismo.

Thorkil Sonne se preguntó un día porqué tantos adolescentes y adultos inteligentes, como su propio hijo, no podían usar su energía y habilidades especiales en el sector empresarial.

Tras años de investigación sobre qué era lo que la gente con TEA quería y podía hacer mejor, Sonne fundó su empresa de análisis de software, donde 75% de los empleados -unas 40 personas- tienen alguna forma del espectro autista.

En los próximos meses espera reclutar a otros 50 empleados para su nueva planta en Glasgow.

Invisible

Los trastornos autistas afectan a cerca del 1% de la población.

Según la National Autistic Society (NAS, por sus siglas en inglés) (Sociedad Autística Nacional del Reino Unido) la gente con TEA suele afirmar que un empleo es el factor que realmente mejoraría su vida.

Y sin embargo, sondeos llevados a cabo en Europa revelan que 62% de adultos con autismo no tienen ningún tipo de trabajo.

Tal como expresa Sonne, los sistemas y servicios de salud en Europa funcionan bien con las discapacidades "visibles", pero carecen de experiencia y conocimiento cuando se trata de enfrentar las discapacidades "invisibles" como los TEA.

El empresario, que fue uno de los presidentes regionales de la organización danesa Autism Denmark, pudo conocer a muchos adolescentes y adultos con TEA.

Los autistas tienen dificultades en la interacción social y las incertidumbres, pero sobresalen en tareas repetitivas que requieren una alta capacidad de precisión.

Así que Sonne se dio cuenta de que probar nuevos programas de software era una labor idónea para estas personas.

Fuente inexplorada

Soeren Ljunghan, de 42 años, tiene una forma de autismo llamada Síndrome de Asperger y es uno de los empleados de Specialisterne.

Tal como le explicó a la BBC, su enfermedad le permite concentrarse y ser persistente, pero debido a sus dificultades sociales pasó mucho tiempo desempleado.

"Era un infierno. Asistía a entrevistas de empleo pero siempre quedaba en segundo lugar", dice.

"Era un proceso muy estresante y comencé a cuestionarme si algún día podría volver a trabajar".

Ahora, en Specialisterne Soeren trabaja 25 horas a la semana probando software.

"Me gusta el trabajo porque sé lo que puedo esperar de cada día", dice.

Por su parte, Throkil Sonne afirma que con el tiempo ha sabido reconocer que sus empleados con autismo necesitan un ambiente tranquilo y rutinas fijas.

Y con las condiciones adecuadas, dice, estas personas sobresalen en las tareas técnicas.

"Pasé mucho tiempo leyendo sobre los trastornos autistas -afirma Sonne- pero había demasiados libros describiendo lo que la gente no podía hacer".

"Y sin embargo, mis empleados hasta son capaces de ir y trabajar en las instalaciones de nuestros clientes".

"Estoy muy orgulloso. No pensé que sería posible lograrlo cuando empecé la compañía hace cinco años", afirma Sonne.

La experiencia de Dinamarca ha demostrado que los trabajadores autistas son una "fuente sin explotar", y darles empleo, afirman los expertos, sería una forma ideal de ayudarlos a enriquecer sus vidas.