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2012/02/22

El Hubble descubre una nueva clase de exoplaneta acuático

El telescopio espacial Hubble han identificado una nueva clase de exoplaneta compuesto por agua y envuelto por una atmósfera espesa de vapor. Se trata de un planeta descubierto en 2009, conocido como GJ 1214b, y cuyo diámetro es 2,7 veces superior al de la Tierra y tiene un peso siete veces mayor. Orbita a dos millones de kilómetros de una estrella enana roja y su temperatura es de 230ºC.
El equipo de investigadores que ha llevado a cabo la observación ha destacado que GJ 1214b tiene "una proporción enorme de su masa compuesta de agua" y, por ello, "no se parece a ningún otro planeta de los que se conocen hasta ahora".
En 2010, el científico del Centro Harvard Smithsonian de Astrofísica (CfA) Jacob Bean, ya había informado de que este exoplaneta podría estar compuesto de agua, tras analizar los componentes de su atmósfera. Sin embargo, los expertos dudaban de que los cálculos en relación a la presencia de agua estuvieran relacionados con la bruma atmosférica que envuelve al planeta.
Precisamente fue tras este estudio cuando comenzaron las observaciones con Hubble para poder estudiar mejor las características de GJ 1214b. Para llevar a cabo la investigación se ha observado el exoplaneta al cruzar por delante de su estrella. Durante ese tránsito la luz de la estrella se filtra a través de la atmósfera planetaria, lo que proporciona información acerca de la mezcla de gases que la forman.
Además la luces infrarrojas de Hubble han permitido conocer que GJ 1214b posee una densa atmósfera de vapor de agua (las brumas son más transparentes a la luz infrarroja que a la luz visible).
Del mismo modo, dado que se conocen la masa y el tamaño del planeta, los astrónomos pueden calcular su densidad, que es de apenas dos gramos por centímetro cúbico. Además, el agua tiene una densidad de un gramo por centímetro cúbico, en tanto que la densidad promedio de la Tierra es de 5,5 gramos por centímetro cúbico. Estos datos llevan a los científicos a la conclusión de que el planeta GJ 1214b tiene mucha más agua y mucha menos rocas que la Tierra.
Entre las características del exoplaneta, los científicos han destacado que, debido a "las temperaturas elevadas y las presiones altas puede formar materiales exóticos como 'hielo caliente' o 'agua superfluida'", sustancias que son completamente extrañas en la Tierra.

2011/12/07

Una 'tabla periódica' clasifica los planetas por su habitabilidad

Si aprender la tabla periódica era un suplicio para algunos estudiantes, memorizar la nueva versión puede ser imposible. Se trata de un catálogo de exoplanetas que clasifica, por similitud a la Tierra, 1.663 mundos fuera del Sistema Solar. Meterse la tabla en la cabeza puede ser duro, pero llevarla grabada en el portátil o el móvil podría ser útil para un futuro viajero interestelar y para los científicos que buscan vida extraterrestre en la actualidad.
"Un importante resultado de este ranking es la posibilidad de clasificar los exoplanetas de menor a mayor respecto a su probabilidad de albergar vida", asegura Abel Méndez, coautor del catálogo y director del Laboratorio de Habitabilidad Planetaria de la Universidad de Puerto Rico.
La tabla presenta cada planeta con datos como tamaño, distancia a la Tierra o categoría a la que pertenece. Este último apartado está compuesto por 18 tipos. Los gemelos de la Tierra entrarían en la categoría de los planetas "terrestres templados".
El equipo presentó ayer la tabla en la primera reunión científica sobre los resultados del telescopio espacial Kepler, un cazador de exoplanetas de la NASA. Por ahora, la tabla periódica sólo incluye dos habitables, Gliese 581d y HD 85512b, pero los nuevos datos presentados ayer en la conferencia, que se celebra en la localidad californiana de Moffet Field, podrían incluir uno nuevo.
Se trata de Kepler 22b, un mundo 2,4 veces mayor que la Tierra, que orbita a una distancia de su estrella que lo hace habitable y cuya existencia ha sido recién confirmada por el Kepler. "Su temperatura es de unos 72 grados Fahrenheit [22 grados centígrados]", dijo ayer BillBorucki, científico jefe del Kepler. El planeta está a unos 600 años luz, demasiado lejos para saber si se trata de un planeta rocoso como la Tierra o gaseoso como el invivible Júpiter.
En los últimos tres meses, el Kepler ha detectado 1.094 nuevos planetas candidatos, explicó ayer la investigadora de la NASA Natalie Batalha. Entre los más de 3.000 candidatos detectados desde el comienzo de la misión, el número de planetas del tamaño similar a la Tierra ha pasado de unos 60 a más de 200, añadió. Por ahora sólo se ha confirmado la existencia de 29 de estos candidatos.

Descubren un planeta muy parecido a la Tierra

Un grupo de astrónomos confirmó la existencia de un planeta similar a la Tierra en la "zona habitable", alrededor de una estrella no muy diferente a la nuestra.
El planeta, Kepler 22-b, está a unos 600 años luz, tiene 2.4 veces el tamaño de la Tierra y una temperatura promedio de unos 22 grados centígrados.

Es el planeta más parecido al nuestro que ha sido descubierto -una especie de "planeta Tierra 2.0".
Sin embargo, el equipo de investigadores todavía no sabe si Kepler 22-b está formado en su mayoría por rocas, gas o líquido.
Durante la conferencia en la que se presentaron los resultados de la investigación, el equipo de Kepler dijo que había encontrado 1.094 candidatos a planetas nuevos.

Confirmado formalmente

El telescopio espacial Kepler fue diseñado para observar una franja fija del cielo nocturno, enfocándose intensamente en unas 150.00 estrellas. El telescopio es suficientemente sensible para ver cuando un planeta pasa frente a una estrella, pues atenúa la luz de la estrella en una proporción minúscula.
Kepler identifica estos cambios tenues en la luz de las estrellas como candidatos a planetas, que luego se confirma a través de otras observaciones del Kepler y de otros telescopios tanto en órbita como en la Tierra.
El planeta Kepler 22-b fue uno de los 54 candidatos que el equipo a cargo del Kepler reportó en febrero y es el primero que se confirma formalmente gracias a la utilización de otros telescopios.

Es posible que se confirmen otros candidatos a planetas "Tierra 2.0" en el futuro cercano, aunque la redefinición de las fronteras de la zona habitable redujo el número a 48.
La distancia entre el Kepler 22-b y su sol es 15% menor que la distancia entre la Tierra y el sol, mientras su año dura unos 290 días. Sin embargo, su sol emite un 25% menos de luz, lo que mantiene el clima templado del planeta. Esto favorecería la existencia de agua líquida.
El equipo a cargo del Kepler tuvo que esperar a que el planeta pasara tres veces antes de que aumentaran su estatus de "candidato" a "confirmado".
"La fortuna nos sonrió con la detección de este planeta", dijo William Borucki, el principal investigador del Kepler en el NASA Ames Research Center.
"El primer paso fue capturado justo tres días después de declaráramos la nave espacial lista para efectuar operaciones. Observamos el tercer paso definitivo durante la temporada de vacaciones de 2010".
Los resultados tanto del planeta como de los candidatos fueron anunciados durante la primera conferencia científica del telescopio Kepler. El número total de candidatos que han sido descubiertos por el telescopio es de 2.326, de los cuales 207 tienen un tamaño aproximado al de la Tierra.
En total, los resultados sugieren que los planetas cuyos tamaños oscilan entre el de la Tierra y cuatro veces el de la Tierra -las llamadas supertierras- pueden ser más comunes de lo que se cree.

2011/12/05

La NASA confirma la existencia de un planeta que podría ser habitable

Los descubrimientos científicos están consiguiendo que, paso a paso, la realidad vaya aproximándose a las historias de ciencia ficción con viajes a otros planetas habitables para el ser humano y formas de vida extraterrestre. En ese límite entre la imaginación y la realidad se ubica el descubrimiento que confirmó ayer la NASA. Se trata del planeta Kepler-22b, el cual podría albergar vida, ya que se encuentra en la zona de habitabilidad de una estrella similar al Sol. Ha sido gracias a la misión Kepler, el laboratorio espacial que desde 2009 busca exoplanetas por toda la Vía Láctea, que se ha podido comprobar que este planeta cumple la condición para poder tener agua en estado líquido en su superficie: estar en la «zona habitable» de una estrella.
De la lista de 54 exoplanetas que la NASA hizo pública en febrero de 2011, Kepler-22b es el primero en el que se ha completado el estudio para ratificar su clasificación como planeta en una zona habitable. Esta confirmación supone un paso más en el descubrimiento de planetas en los que podrían encontrarse formas de vida extraterrestre. «Este es un gran hito en la búsqueda del planeta gemelo a la Tierra», reconoció Douglas Hudgins, quien forma parte del programa Kepler.
Kepler-22b se encuentra a 600 años luz de distancia de la Tierra, su radio es 2,4 veces mayor al de nuestro planeta y el astro alrededor del que orbita es ligeramente más pequeño y más frío que nuestro Sol. Pero hay datos que aún se desconocen, como si su composición es mayoritariamente líquida, gaseosa o rocosa.
El sistema que Kepler utiliza para encontrar planetas es relativamente sencillo: analiza los cambios en el brillo de una estrella para comprobar si se deben al cruce de un planeta frente a ella. Para verificar que esa señal es un planeta necesita un mínimo de tres tránsitos o cruces y del análisis posterior desde la tierra realizado desde el telescopio espacial Spitzer. William Borucki, investigador principal de la misión Kepler, reconoce que en el caso del Kepler-22b la suerte los sonrió. «El primer tránsito fue capturado tres días después de que Kepler estuviera operativo». Su equipo tuvo que esperar hasta las navidades de 2010 para que el tercer tránsito ocurriera. Además de Kepler-22b, el equipo encargado de esta misión corroboró el descubrimiento de otros 1.094 candidatos a convertirse en planetas, lo que eleva a 2.326 el total de cuerpos celestes que podrían recibir esta clasificación en los próximos meses.

2011/11/18

Un posible hábitat de vida en una luna de Júpiter

Un equipo de investigadores estadounidenses dice haber detectado en Europa, la luna helada de Júpiter, una masa de agua líquida con un volumen igual al de los Grandes Lagos que se extienden entre EEUU y Canadá. El hallazgo, publicado en Nature, se basa en fotografías de la "joven y atormentada" corteza de Europa tomadas hace años por la sonda Galileo y su comparación con las que pueden observarse en lugares como Islandia o la Antártida.
"El agua puede representar un hábitat potencial para la vida y es posible que existan muchos otros lagos en las regiones de hielo poco grueso de Europa", aventura la Universidad de Texas (EEUU) en un comunicado comentando el trabajo de su investigadora Britney Schmidt, primera autora del trabajo.
El estudio fue anunciado ayer a bombo y platillo durante una rueda de prensa de la NASA, que actualmente está estudiando enviar una sonda a Europa. "Este puede ser un lugar donde haya vida en la actualidad", explicó ayer Schmidt durante una charla titulada "lagos escondidos" y en la que escenificó el comportamiento de los icebergs de Europa con la ayuda de un vaso de agua con hielo.
El estudio no es ni mucho menos el primero en afirmar que Europa esconde mares líquidos. Muchos otros equipos lo han defendido antes basados en los enormes canales, grietas y abombamientos que muestra la superficie del satélite fotografiado por sondas espaciales. Donde hay agua líquida, seguramente salada en este caso, puede haber vida, lo que sitúa a este satélite como objetivo privilegiado de futuras misiones en busca de seres extraterrestres. "Desde el punto de vista de habitabilidad, de presencia de vida, [Europa] es un punto caliente en el universo", explica Felipe Gómez, investigador del Centro de Astrobiología en Madrid.
El nuevo trabajo se centra en Conamara Chaos y Thera Macula, dos puntos situados en los llamados "terrenos del caos". Son formaciones "casi circulares de hielo resquebrajado". La primera es una especie de cúpula elevada sobre el terreno y la segunda una depresión con forma de olla. Los autores las comparan a los hielos que cubren volcanes activos de Islandia o zonas del hielo antártico en las que el calor forma grandes bolsas de agua líquida "con forma de lente" bajo la superficie. Esas grandes burbujas crecen en tamaño hasta que la corteza se parte en icebergs que quedan flotando.
Los investigadores han construido un modelo de cuatro fases que reproduce ese mismo fenómeno en Europa y que es coherente con el aspecto exterior de las dos zonas estudiadas. Cuando aparece la bolsa de agua, la corteza se viene abajo, dando lugar a calderas como Thera Macula, con una depresión de "entre 400 y 800 metros", dijo Schmidt. Su estudio asegura que, cuando Galileo tomó sus imágenes, el agua allí estaba líquida. Bajo el hielo habría entre 20.000 y 60.000 km3 de agua, que como poco equivalen a todos los Grandes Lagos juntos. Cuando el calor cesa y la masa de agua se vuelve a helar, dice el trabajo, la corteza queda abombada y elevada con ese aspecto "torturado" que muestra Conamara Chaos.

2011/10/21

Captan las primeras imágenes de un planeta en formación

El telescopio Keck ha logrado capturar la primera imagen directa de un planeta joven en proceso de formación alrededor de su estrella. El cuerpo, conocido por los astrónomos como LkCA 15 b, se parece a un "protoplaneta" caliente rodeado de una franja de polvo frío y gas que entran en el planeta.
El astrónomo del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawaii Adán Kraus ha explicado que, "hasta ahora no se había podido captar imágenes de un planeta en este proceso, puesto que ocurre muy cerca de la estrella", sin embargo, en este caso se ha podido observar la situación e, incluso, "se ha podido medir el polvo que se encuentra a su alrededor".
El estudio, del que se ha hecho eco The Guardian, ha utilizado un 'truco óptico' que usan los astrónomos en algunos casos y que combina la óptica adaptativa del telescopio, en este caso la de Keck, con una técnica llamada "máscara de apertura interferometría".
Así, con el telescopio se usa un espejo deformable para corregir de manera rápida las distorsiones atmosféricas de la luz estelar; mientras que la técnica consiste en colocar una pequeña máscara con varios agujeros en el camino de la luz recogida y concentrada. Gracias a este 'truco' los científicos pueden manipular las ondas de luz.

Como unos espejos

En este sentido Kraus explica que es como "tener una serie de pequeños espejos con los que se puede jugar y maniobrar con la luz al mismo tiempo que se cancelan las distorsiones que producen las estrellas".
Los científicos comenzaron a estudiar a LkCA 15 b mientras investigaban un cúmulo de estrellas. Asó, Kraus explica que el equipo vio una "débil punto cerca de una estrella" lo que les hizo pensar que "podría ser un planeta similar a Júpiter" lo que les llevó a indagar más en dicho cuerpo.

2011/09/28

Dos posibles planetas descubiertos por jugadores

Videojuegos aplicados a investigaciones científicas; videojuegos aplicados a mejoras en la calidad de vida en pacientes como enfermos de Esclerósis Múltiple. Y ahora, videojuegos aplicados a la investigación del Espacio, la última frontera.
Tras el título Foldit, que ha servido nada menos que para configurar la estructura de una encima retrovírica que actúa en el proceso de desarrollo y contagio del virus del SIDA, seguimos en la rama científica, aunque saltamos al espacio, ya que el juego para navegadores Planet Hunters ha permitido el descubrimiento de dos posibles nuevos planetas.
Los creadores de Planet Hunters, que cuentan con un equipo de ordenadores destinados a analizar la información del programa Kepler, señalan que "una cuestión obvia es por qué estos candidatos [los dos planetas descubiertos] no fueron identificados por el equipo Kepler".

2011/08/05

Juno, la nave que desnudará Júpiter

Juno, la diosa que según el mito creó la Vía Láctea con un chorro de leche escapado de su pezón, es también el nombre de la primera nave humana capaz de desnudar a Júpiter, el mayor planeta del Sistema Solar.
La sonda, cuyo lanzamiento está previsto poco después de las 17.30 de hoy (hora peninsular española), alcanzará con sus instrumentos más allá de la densa masa de gas que forma el planeta y desvelará una pregunta que persigue a los astrónomos desde tiempos babilónicos: ¿esconde Júpiter un núcleo terrestre? La respuesta aclarará de paso cómo nacen estos gigantes hechos de gas que abundan dentro y fuera del Sistema Solar. "Lo que realmente buscamos es la receta para hacer planetas", explica Scott Bolton, investigador principal de la misión, en declaraciones a AP.
El despegue será desde el Centro Espacial Kennedy (Florida), que apenas hace dos semanas dio el adiós a los transbordadores con los que EEUU mandaba astronautas al espacio. Donde el hombre no puede llegar, deben ahora alcanzar los dioses, convertidos en juguetes de tecnología punta.
La nueva Juno será la primera nave capaz de viajar a las vecindades de Júpiter, recorriendo 3.200 millones de kilómetros hasta llegar a su destino, a más de 800 millones de kilómetros del Sol, usando sólo energía solar. No es cosa fácil, ya que a una distancia del Sol cinco veces mayor que la de la Tierra, los rayos del astro rey apenas aportan energía suficiente como para encender unas cuantas bombillas. Por eso, la sonda diseñada por la NASA lleva tres alas de casi nueve metros recubiertas con paneles solares. Cuando, dentro de un viaje de cinco años, Juno llegue a las proximidades del gigante, esas alas le proporcionarán 400 vatios de energía solar. Con ellos será capaz de mantenerse un año dando vueltas a un planeta tan descomunal que podría albergar dos veces al resto de cuerpos del Sistema Solar, excluyendo al Sol. En la Tierra, los mortales usarán casi diez veces más energía que Juno para lavar los platos en el lavavajillas.
Hasta ahora, las naves que más se han aventurado hacia los confines del Sistema Solar lo han hecho con energía nuclear. Es el caso de las dos Voyager lanzadas en 1977, los artefactos hechos por el hombre más viajados. También la sonda de la NASA Galileo, que salió hacia Júpiter en 1995, llevaba un motor de plutonio.
Hasta ahora, los telescopios terrestres y las sondas espaciales han mostrado que aquel planeta es una bola de hidrógeno y helio gaseosos. La masa del planeta es tal que, si una persona pudiese entrar en ella, sentiría que su peso es dos veces y media mayor que en la Tierra. Iría bajando sin hacer pie a capas cada vez más densas hasta llegar a un punto en el que la presión lo aplastaría como a un bote de cerveza.
Las capas externas de Júpiter son tan opacas que nadie sabe lo que esconden. Su atmósfera, agrupada en serpenteantes cinturones ocres y blancos, es capaz de girar a 600 kilómetros por hora. En esa esfera repleta de amenazas la reina es la Gran Mancha Roja, una especie de tornado que lleva girando 300 años y que podría envolver dos tierras y media.
Juno será la primera nave capaz de ver más allá de esas nubes con sus siete instrumentos. Uno de ellos estudiará de dónde viene la energía para generar tormentas tan monstruosas. El lugar está tan lejos del Sol que la radiación del astro no basta para explicarla. Los astrónomos saben que un tercio de toda la energía del planeta viene de su interior, pero no de dónde. Sospechan que, en las profundidades del planeta, el hidrógeno está a tanta presión que se vuelve un fluido metálico que estaría generando un campo magnético 14 veces mayor que el de la Tierra, además de las espectaculares auroras que admiran los astrónomos. El magnetómetro de Juno, una especie de abrebotellas en el extremo de una de sus alas, será el encargado de averiguar si la teoría es cierta.

Corazón duro


El alcance de la misión es mucho mayor. Los instrumentos de la nave dirán si existe o no un núcleo de roca oculto bajo esa intratable atmósfera. "Esta cuestión, que parece un poco como si los científicos jugaran a cara o cruz, tiene en realidad implicaciones bastante profundas", advierte Mercedes López-Morales, experta en exoplanetas del Instituto de Ciencias del Espacio, en Barcelona. Se debe a que la existencia o no de un hueso en la enorme aceituna de Júpiter puede echar por tierra una de las dos teorías que explican cómo se originó el Sistema Solar.
Ambas comienzan con la descomposición de una gigantesca nube de gases y moléculas. La mayor parte se acumuló en el centro formando el Sol. Después llega la separación. La primera versión mantiene que el resto de la materia que había en torno al Sol naciente se fue agrupando gracias a su influjo gravitatorio, formando poco a poco núcleos rocosos crecientes. Algunos de esos núcleos nunca dejaron de ser rocosos y formaron planetas como la Tierra o Marte, cercanos al calor de la estrella. En los arrabales, los núcleos contendrían mucho más hielo. Su influjo gravitatorio atrajo nubes de gases cada vez más densas que formaron los planetas como Saturno, Neptuno, Urano y el mastodóntico Júpiter.
La teoría contraria mantiene que los gases se agruparon por sí solos por empuje gravitatorio, sin necesidad de núcleos. "Los teóricos llevan años en mitad de una batalla campal a cuenta de esto y, de momento, la que tiene más seguidores es la primera", explica López-Morales. "Esta predice que Júpiter tiene un núcleo rocoso", continúa; "si no es así, muchos se llevarán una gran sorpresa".
Los resultados tendrán eco fuera del Sistema Solar, ya que también pueden explicar cómo se forman los numerosos sistemas de exoplanetas que se han descubierto hasta el momento. La gran mayoría de los más de 500 exoplanetas que se conocen son gigantes gaseosos como Júpiter.
Juno también medirá el agua en la atmósfera, observará los polos con detalle y podrá sacar fotografías en color y alta resolución del planeta. Al cabo de 32 vueltas, el artefacto se zambullirá en picado en la atmósfera de Júpiter en una última misión suicida.

2011/07/13

El cumpleaños del misterioso Neptuno

 Neptuno está a punto de celebrar su primer cumpleaños. El 12 de julio se cumplirá un año neptuniano -o 164,79 años terrestres- desde su descubrimiento el 24 de septiembre de 1846. Pero ¿por qué sabemos tan poco sobre el lejano planeta?
A aproximadamente 4.400 millones de kilómetros de distancia de la Tierra se encuentra Neptuno, el primer planeta del Sistema Solar en ser descubierto deliberadamente.

Tras la clasificación del planeta Urano en la década de 1780, los astrónomos habían quedado perplejos por su extraña órbita. Los científicos llegaron a la conclusión de que o las leyes de Isaac Newton presentaban una falla fundamental o que otra cosa -otro planeta- estaba jalando a Urano de su esperada órbita.
Y así comenzó la búsqueda del octavo planeta.
"Fue un increíble asunto de las matemáticas el que hizo que buscar una aguja en un pajar pareciera como algo que un niño podía hacer en diez minutos", dice el doctor Alan Chapman, autor del libro "Victorian Amateur Astronomer" (El astrónomo amateur victoriano).
Si bien las predicciones matemáticas se habían realizado durante décadas anteriores, no fue sino hasta que las teorías del matemático francés Urbain le Verrier fueron puestas a prueba -en el Observatorio de Berlín por Johann Gottfried Galle- que el planeta fue visto por primera vez.

 Después de sólo una hora de búsqueda, Neptuno fue observado por primera vez en la noche del 23 de septiembre de 1846. Fue encontrado casi exactamente donde le Verrier había predicho que estaría.
De forma independiente, el científico británico John Couch Adams también llegó a resultados similares y ahora tanto a él como a le Verrier se les da crédito conjunto por el descubrimiento.
Sin embargo, muchos afirman que no fue Galle quien documentó el planeta por primera vez, sino el famoso astrónomo y matemático Galileo. En su famosa obra "El mensajero de las estrellas" algunas evidencias apuntan a su descubrimiento.
"Si nos fijamos en los dibujos de enero de 1613, se puede observar un dibujo fantástico de Júpiter y sus lunas", señala el doctor Robert Massey, de la Real Sociedad Astronómica británica.
"Incluso incluye un objeto etiquetado como 'estrella fija', que es el primer dibujo telescópico del planeta Neptuno", afirma.
Controversias aparte, todavía es poco lo que se sabe comparativamente sobre el planeta.

Y Neptuno ¿cómo es?

Parte del problema es que no hay manera de que el planeta sea observado a simple vista y antes del desarrollo del telescopio Hubble, la observación científica era muy difícil.
Entonces, ¿cómo es Neptuno?

 "Es un pedazo congelado de gases y por ello supongo que no es un lugar terriblemente amigable", indica Chapman.
"Vamos a desearle un feliz cumpleaños, pero tal vez vamos a mantenernos tan lejos como podamos de él porque no nos dará la bienvenida", indica.
Una de las cosas más interesantes de Neptuno para los científicos es el clima.
"Nublado con posibilidad de metano", es como la científica Heidi Hammel, de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía, lo describe.
Los vientos pueden llegar a 1.930 km/h creando tormentas inimaginables en la Tierra. Estas grandes tormentas se ven como manchas oscuras en forma similar a como se observa la Gran Mancha Roja de Júpiter.
La razón por la cual los astrónomos saben tan poco es porque el planeta sólo ha sido fotografiado una vez a corta distancia, en la misiónVoyager 2 en 1989. Además, debido a que sus estaciones duran 40 años terrestres, sólo la primavera de Neptuno y principios de verano han sido bien documentados.
"Cada vez que acudimos a un telescopio y observamos a este planeta está haciendo algo nuevo. Está haciendo algo que no habíamos pensado antes", asegura Hammel.
Lo que Hammel encontró fue que las tormentas estaban apareciendo, se formaban y estaban cambiando mucho más rápido de lo que se había pensado previamente. Ella estaba observando un planeta muy diferente al de las fotos tomadas por el Voyager 2.
"En realidad sólo hemos estado observando a Neptuno con grandes telescopios desde poco antes de 1989", agrega.
"No lo hemos observado por mucho tiempo. Este planeta no es para los impacientes", expresa.

El lugar de Plutón

La oportunidad de saber más sobre el planeta de cerca todavía parece estar muy lejos, mucho más que los miles de millones de kilómetros de distancia que lo separan de la Tierra.
Las misiones de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) para descubrir más sobre el planeta han sido dejadas de lado por el momento debido a restricciones presupuestarias.

 La misión Neptune Orbiter, que una vez se planteó sería lanzada en 2016, ya no se encuentra en la lista de las misiones propuestas por la NASA.
"Nunca hemos tenido una misión dedicada a Neptuno," asegura el doctor Robin Catchpole, del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra.
"Sabemos cómo se inserta en la secuencia de los planetas en cuanto a su composición, pero no se sabe mucho más", añade.
Incluso la misión New Horizons para descubrir más acerca de Plutón y los límites exteriores del Sistema Solar, que debe pasar por el trayecto de la órbita de Neptuno el 24 de agosto 2014, no ha sido organizada para observar de cerca a este planeta.
En cambio, se tomarán fotos de ese planeta y su luna con el propósito de probar los equipos de imágenes más que con fines científicos.
Y esta misión está permitiendo a algunos preguntarse si Plutón puede ser reclasificado como el noveno planeta del Sistema Solar después de que fuera despojado en 2006 de su título de planeta primario.
De concretarse, Neptuno perdería el honor de ser el planeta más alejado del sol.
"Si Plutón es denominado como planeta o no, se trata de una cuestión de semántica", afirma Catchpole.
"La situación con las clasificaciones es que Plutón no encaja en el sistema (actual) muy bien. No creo que cambie de nuevo", agrega.
Así que feliz cumpleaños Neptuno, A pesar de que cualquier encendido de velas en una torta de cumpleaños puede ser una hazaña delicada debido a los fuertes vientos.

BBC Mundo

2011/05/20

El espacio está lleno de planetas rebeldes

El universo no deja de mostrar que otros mundos son posibles. Primero fueron los exoplanetas que orbitan estrellas fuera del Sistema Solar, después los supuestos gemelos de la Tierra y, ahora, una clase de mundos sin ataduras que se comportan de forma tan extraña que no hay ni consenso para ponerles nombre.
Son supuestos planetas que vagan libres por el espacio, sin dar vueltas a una estrella como hace la Tierra y la gran mayoría de los más de 500 exoplanetas confirmados desde 1995. Un equipo internacional describe hoy en Nature diez de estos mundos, a los que han llamado "masas planetarias". Tienen el tamaño de Júpiter, el mayor planeta del Sistema Solar, y su distancia a la estrella más cercana es diez veces mayor que la que hay entre el Sol y la Tierra (1.500 millones de kilómetros). Por ello, los autores sugieren que "la mayoría" de ellos "no están ligados a una estrella".
La idea de un planeta libre no es nueva. En 2000, un equipo de investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias fue el primero en observar estos cuerpos que habían soltado amarras de sus estrellas. Eran hasta 15 veces mayores que Júpiter y, en un artículo en Science, los astrónomos los bautizaron "planetas gigantes solitarios". También señalaron que su existencia cuestionaba las teorías terrícolas de cómo nace un planeta.
En su trabajo actual, los 30 investigadores de Japón, Nueva Zelanda, Reino Unido, EEUU, Polonia y Chile que firman el artículo ofrecen una posible explicación para su nacimiento. Los gigantes solitarios se formaron en torno a una estrella junto a otros planetas, es decir, el proceso habitual, pero en algún momento pasaron tan cerca de alguno de ellos que las fuerzas gravitatorias los expulsaron al espacio exterior.

Hacer un censo

"Nuestro estudio es como un censo de población", dice el astrónomo de EEUU David Bennett, coautor del trabajo, en una nota difundida por la NASA. Primero estudiaron una porción de la Vía Láctea durante dos años con el telescopio MOA de Nueva Zelanda, que capta picos de luz reflejada en estos planetas, y el OGLE, que hace observaciones directas desde Chile. Luego se cuenta el número de planetas solitarios y se extrapola al resto de la galaxia, explica Bennett.
El resultado es que este tipo de cuerpos pueden ser dos veces más numerosos que las estrellas normales, aunque por las técnicas de observación, basadas en la alineación de dos estrellas, son muy difíciles de ver. Eso significaría que en la Vía Láctea habría medio billón de estos rebeldes sin sol, según el experto en exoplanetas del CSIC Ignasi Ribas. "Es algo que predecían los modelos y que comenzamos a observar de forma directa", destaca.
Los autores del trabajo actual se cuidan de llamarlos planetas, ya que no está claro que un cuerpo que no orbita una estrella lo sea. Además se ignora de qué están hechos y si pueden albergar vida, algo que varios trabajos anteriores han visto que es posible. En un artículo complementario, el astrónomo de la Universidad de Heidelberg Joachim Wambsganss cita varias de las denominaciones que actualmente están en liza. Incluyen "planeta flotante", "planeta solitario" y, en un giro que recuerda al cantante Prince, "objetos antes conocidos como planetas". "Es un tema aún muy confuso, no sabemos cómo llamarlos, pero yo me resisto a que se les llame planetas", confiesa Ribas.

Publico

2011/05/18

Descubierta una 'Tierra' "habitable y tenebrosa"

Un planeta rocoso dos veces mayor que la Tierra y en eterno crepúsculo se ha convertido en el nuevo favorito a albergar vida. Científicos de varios centros de investigación franceses proponen que Gliese 581 d, a 20 años luz de la Tierra, alberga una atmósfera protectora que permite la existencia de agua líquida.
"Es el primer exoplaneta que puede ser habitable", aseguraba François Forget, meteorólogo del Instituto Pierre Simon Laplace de París y coautor del trabajo, que se publicará en Astrophysical Journal Letters.
La estrella de este sistema solar, una enana roja llamada Gliese 581, ha sido la principal sospechosa de albergar posibles tierras desde 2007. Pero sus planetas más pequeños y parecidos a la Tierra están demasiado lejos para observarlos de forma directa. Los astrónomos sólo pueden medir cuánto se mueve la estrella cuando sus planetas pasan cerca de ella, una medida que ha dado lugar a una larga batalla científica en la que al menos tres de sus seis posibles cuerpos (sólo cuatro confirmados) han sido alzados como habitables y después descartados. Pasó con el planeta c en 2007, hoy considerado demasiado caliente, y con g en 2010, de cuya existencia duda la mayoría de expertos.
Los investigadores piensan que el d, que ofrece siempre la misma cara a su estrella, es el verdadero ganador. Se apoyan en un modelo climático que presupone una atmósfera rica en CO2. Se trata de una asunción "muy posiblemente cierta", dadas las características del planeta (con una masa cinco veces la Tierra), según Forget. Así, a pesar de recibir sólo un 30% de la radiación solar que recibe la Tierra, el efecto invernadero del CO2 elevaría las temperaturas hasta hacer posibles océanos, nubes y lluvias. No obstante, el planeta d sigue siendo muy diferente. Su gravedad es el doble que la terrestre y la luz "sería muy rojiza y tenebrosa", concluye Forget.

Publico 

2011/03/18

El 'mensajero de los dioses' conquista Mercurio

En la mitología romana, Mercurio, hijo de Júpiter y la ninfa Maya, era el mensajero de los dioses, el patrón de los viajeros y el encargado de conducir a los infiernos las almas de los muertos, y de traerlas de nuevo al mundo cuando volvían a habitar otros cuerpos. Con una propósito similar, y casi divino, la sonda Messenger de la Agencia Espacial estadounidense (NASA) inició anoche la última fase de su misión: viajar alrededor del planeta más cercano al Sol soportando temperaturas infernales para recoger y reenviar a la Tierra información sobre su composición, su campo magnético algo que en el Sistema Solar es casi una rareza, compartida con la Tierra y su casi inexistente atmósfera.
Tras un interminable viaje de seis años, siete meses y 14 días en los que ha recorrido cerca de 8.000 millones de kilómetros, incluidas ocho órbitas completas alrededor del Sol, la Tierra y Venus, la Messen-ger se prepara para hacer historia convirtiéndose en la primera nave humana en visitar Mercurio, algo que ya intentó sin éxito la sonda Mariner 10 hace más de tres décadas. Y es que, según parece, desde el principio de los tiempos, nadie había estado tan cerca de cumplir la misión del alado transmisor de la voluntad divina como la sonda Messenger debido a las dificultades que entraña el acercamiento a un planeta que se traslada por el espacio mucho más rápido que la Tierra y al extremo calor de su atmósfera.

El momento más delicado de la operación es el proceso de frenado. El artefacto espacial deberá poner al máximo sus motores durante 15 minutos "para adaptarse a los 104.607 kilómetros por hora a los que gira el planeta", según explicó Carl Engelbrecht, científico del programa Messenger de la NASA, quien reveló que los tres giros completos que la sonda realizó sobre Mercurio antes de iniciar la aproximación sirvieron "para utilizar la gravedad del planeta como un freno parcial antes de la inserción órbital". Las razones que han llevado a los científicos espaciales a tomar esta compleja decisión son la proximidad de Mercurio al Sol y la práctica ausencia de una atmósfera en el planeta, lo que obliga a utilizar esta técnica de frenado que se ha empleado ya en otras misiones espaciales.

Sólo una oportunidad

La maniobra de inserción es compleja y, además, sólo habrá una oportunidad para completarla con éxito. De no conseguirlo a la primera, los depósitos de combustible de la Messenger quedarían al 10% y la misión, con un presupuesto superior a los 440 millones de dólares, estaría abocada al fracaso: la sonda acabaría estrellándose contra la superficie del planeta que ha ido a estudiar. Sin embargo, si todo sale según lo previsto, la nave flotará sobre Mercurio a unos 200 kilómetros de altitud, dibujando un recorrido de 12 horas a su alrededor.

Una vez situada la sonda bajo el influjo de la gravedad de Mercurio, el problema serán las elevadísimas temperaturas a las que se deberá enfrentar. Con un tamaño poco mayor que el de la Luna, las condiciones atmosféricas de Mercurio se cuentan entre las más hostiles de los planetas del Sistema Solar, con temperaturas que recorren un rango desde los 180 grados bajo cero hasta 430 grados positivos, capaces de derretir metales como el plomo. "Hemos resuelto este problema colocando una gran sombrilla de cerámica altamente reflectante que soporta el calor y protege la nave espacial", asegura Sean Solomon, investigador principal del proyecto, quien reconoció que, a pesar de todo, la sonda se verá obligada a limitar a 25 minutos su estancia en las áreas más calientes del planeta.
Gracias a la sombra proyectada por el parasol frontal de la Messenger, de 2,4 por 1,8 metros, los instrumentos científicos de la misión podrán trabajar cómodamente a unos 70 grados. Pero las noticias tardarán en llegar a la Tierra. Tanto las órdenes que se quiera transmitir al satélite como los datos que emita con dirección a las instalaciones de la NASA llegarán con un retraso de entre 6 y 12 minutos, y las primeras fotos no estarán disponibles hasta el 4 de abril.
La misión de la Messenger durará sólo dos días, en tiempo de Mercurio, lo que equivale a 352 días terrestres por la lenta rotación del pequeño planeta. Por ello, aún habrá que esperar durante aproximadamente un año para que la comunidad científica pueda confeccionar un mapa completo del cuerpo más cercano al Sol y responder a cinco preguntas básicas sobre su composición: ¿Por qué es tan denso? ¿Cuál es su morfología? ¿Cuál es la naturaleza de su campo magnético? ¿Qué elementos volátiles son importantes? ¿Cuál es la estructura de su núcleo? Y, por último, ¿es hielo el material que se puede observar en sus polos?
Antes de anclarse a la órbita de Mercurio, la Messenger ha sobrevolado la superficie del planeta tres veces desde 2008, enviando a los científicos una avalancha de datos que ha permitido conocer detalles como la evidencia de un antiguo vulcanismo o la curiosa contracción de volumen que sufrió después de su enfriamiento, lo que llevó a Solomon a definirlo como "el increíble planeta menguante".

Publico

2011/02/23

Más de mil posibles planetas detectó telescopio espacial Kepler

Unos mil 235 candidatos a planetas, de esos 54 en la zona habitable de sus estrellas, visualizó durante su primer año en órbita la sonda espacial Keppler, proyecto auspiciado por la NASA.

  Esos cuerpos fueron detectados en solo una pequeña porción de todo el cielo visible, y los científicos realizaron después una estimación sobre el porcentaje total de estrellas que podrían tener mundos en órbita.

En nuestra galaxia, una de cada dos estrellas tiene uno o más planetas en órbita, explicó William Borucki, líder del proyecto Keppler, en la recién concluida conferencia anual de la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias.

Destacó además que una de cada 200 estrellas tiene planetas dentro de su zona de habitabilidad.

El número real de planetas podría ser mucho mayor, dado que Kepler hasta ahora se ha limitado a buscar mundos muy cerca de sus estrellas, destacó el especialista.

Ahora nos centraremos en las órbitas más alejadas, donde es probable la existencia de más candidatos, aseguró Borucki.

Un exoplaneta rocoso similar a la Tierra figura entre los más recientes hallazgos del telescopio espacial con una órbita muy cerca de su estrella, pero imposible para la vida.

Kepler 10b presenta 1,4 veces el diámetro de nuestro planeta y una masa 4,6 veces mayor. Es el planeta más pequeño detectado hasta ahora fuera de nuestro sistema solar, según informe la agencia espacial estadounidense.

Una de las principales misiones del Kepler es buscar signos de planetas distantes.

Prensa Latina

2011/02/03

Detectan seis exoplanetas en lejana galaxia

Un grupo de astrónomos de la NASA detectó un sistema solar de seis planetas a unos 2.000 años luz de la Tierra.
Estos planetas cuentan con radios que miden de dos a cuatro veces más que la circunferencia de nuestro planeta y tienen masas que son de dos a 13 veces mayores.
Cinco de los planetas orbitan su estrella a una distancia menor que la de Mercurio en relación al Sol de nuestro sistema.
El hallazgo dado a conocer en la revista Nature aporta los datos más recientes del telescopio espacial Kepler, que incluyen detalles acerca de más de 1.000 candidatos adicionales a exoplanetas, o planetas extrasolares.
Es probable que estos planetas tengan atmósferas compuestas de gases ligeros, pero igualmente se cree que son demasiado calientes para poder sostener formas de vida.

Comparten datos

El equipo Kepler de la agencia espacial estadounidense divulgó la información en bruto de los hallazgos en el marco de su compromiso de poner sus conclusiones al alcance del público.
El Kepler ya había aportado evidencia de un sistema de tres planetas, el Kepler-9, y en enero el equipo anunció que había detectado el primer exoplaneta rocoso, Kepler-10.
Este nuevo sistema solar, que gira en torno a la estrella Kepler-11, es un abundante "laboratorio" para el estudio de la formación de planetas.
El sorprendente número de planetas en órbitas muy cercanas entre sí le permite a los astrofísicos observar un sistema único para refinar sus teorías sobre cómo se forman los planetas.
Este hallazgo difiere del sistema planetario HD10180, anunciado en agosto de 2010, en el cual un rico sistema de exoplanetas compuesto por al menos cinco planetas orbita una estrella a 127 años luz de distancia.
En ese estudio la "interferencia" que la gravedad de los planetas generó en la estrella anfitriona fue utilizada para detectar su presencia y todavía queda por confirmarse la presencia de un sexto y un séptimo planeta.
El telescopio Kepler en cambio opera a través de una observación más directa y mide el minúsculo destello que ocurre cuando los planetas pasan por delante de su estrella anfitriona.

Mediciones

Típicamente en esas mediciones de "tránsito" los destellos señalan la posible presencia de planetas, algo que luego se puede confirmar con telescopios de tierra que buscan detectar la "interferencia", un método conocido como medición de velocidad radial.
En el caso del Kepler-11, los planetas orbitan su estrella anfitriona con tanta cercanía entre sí que se nota el efecto gravitatorio entre ellos. Estos efectos cambian de forma rítmica el tiempo que cada uno requiere para orbitar la estrella. De esa forma los autores de la investigación pudieron calcular la masa de los planetas.

BBC Mundo

2011/02/01

Menú para salvar al planeta

¿Carne con papas?¿Sopa de lentejas? ¿Yogur con cereales?
Lo que elijamos a la hora del desayuno, el almuerzo o la cena puede tener consecuencias para el futuro del planeta, asegura el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF en sus siglas en inglés.
Junto a científicos del Instituto Rowett de Salud y Nutrición de la Universidad de Aberdeen, en Escocia, el Fondo acaba de publicar la "Dieta para Vivir Bien", un menú semanal que incluye platos saludables y al mismo tiempo de impacto reducido en el medio ambiente.
La dieta está dirigida a consumidores británicos, pero su influencia bien puede llegar a otros rincones del mundo. "En el Reino Unido importamos 40% de los alimentos que consumimos. Esto tiene un impacto directo en los países productores, incluyendo muchos países de América Latina", dijo BBC Mundo Mark Driscoll, director del programa "Un Planeta" de WWF, que busca reducir el impacto ambiental de la producción y consumo de alimentos.
Una de las principales recomendaciones es reducir el consumo de carne. Los británicos consumen un promedio de 79 kgs de carne al año (incluyendo todo tipo de carnes rojas y blancas). La dieta busca reducir ese consumo a 10 kgs al año, con lo que, según el Fondo, no sólo los británicos serían más saludables, sino que el Reino Unido reduciría en un cuarto sus emisiones de gases de invernadero.

Menos carne y más verduras

El consumo de carne es una forma ineficiente de obtener calorías, asegura Mark Driscoll. "Se requieren 10 kgs de alimento animal, como maíz, para producir un kilo de carne vacuna".
La dieta sugerida no es vegetariana y admite el consumo de cantidades limitadas de carne varias veces a la semana.
Otra de las recomendaciones es consumir más frutas y verduras y menos alimentos procesados, que requieren de actividades industriales intensivas.
"Vivir bien" no siempre significa consumir productos locales, de acuerdo a la nueva dieta. "Tomates producidos en otro país pueden tener un impacto menor en el medio ambiente que, por ejemplo, tomates producidos en el Reino Unido en grandes invernaderos donde hay que mantener la temperatura en forma artificial. Lo importante es siempre preguntar sobre lo que compramos en el supermercado".

Soja para alimento animal

El Fondo destaca especialmente el impacto del consumo de carne en el mundo industrializado en regiones como el Cerrado (sabana) o la Amazonia en Brasil, donde organizaciones ambientalistas denuncian la destrucción de ecosistemas para hacer lugar a cultivos de soja.
La mayor parte de las soja importada por el Reino Unido proviene de Brasil y Argentina, según WWF, y el 80% es destinado a alimentos para animales, según la misma organización.
Algunos críticos señalan que la "Dieta para Vivir Bien" tendrá impacto limitado porque no afecta a los consumidores en las economías de Asia, especialmente China e India, donde el consumo de carne roja es visto como símbolo de estatus y se ha disparado entre los sectores de mayores recursos.
La dieta sugerida por el Fondo puede tener un impacto limitado, pero en un planeta que tendr'a 9.000 millones de habitantes en 2050, Driscoll asegura que es hora de cambiar hábitos a la hora de comer.
"No debemos olvidar que todos podemos influir en el futuro del planeta al menos tres veces al día".

BBC Mundo

2011/01/19

Un exoplaneta revienta el récord de calor

El infierno cósmico tiene nueva sucursal. Un equipo de astrónomos profesionales y aficionados ha colaborado para detallar su nueva ubicación, a casi 380 años luz de la Tierra. Se trata de WASP-33b, que a unos 3.200 grados es el planeta más caliente que se ha detectado hasta el momento.
El exoplaneta es un gigante gaseoso que tiene más de cuatro veces la masa de Júpiter y que orbita una estrella algo más grande que el Sol, pero mucho más extraña, ya que aumenta y disminuye de tamaño cada hora.
"Estamos ante una estrella pulsante, que varía su radio como un globo que se hincha y se deshincha", explica a Público Enrique Herrero, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (IEEC-­CSIC), quien acaba de detallar el comportamiento de la estrella y su planeta en un estudio publicado en Astronomy and Astrophysics. Si la vida es posible en la Tierra porque orbita al Sol a la distancia adecuada, unos 150 millones de kilómetros, WASP-33b está a apenas tres millones, lo que le convierte en el mayor horno planetario conocido.
Un astrónomo aficionado fue el primero en observar algo extraño en la estrella WASP-33. En septiembre del año pasado, Ramón Naves detectó variaciones en el brillo del astro desde el observatorio que ha construido en Cabrils, a 25 kilómetros al norte de Barcelona. Tras detectar el parpadeo, el aficionado se puso en contacto con el equipo de Herrero, que pasó tres meses vigilando la estrella con el telescopio del Observatorio Astronómico del Montsec, en Lleida.
Las observaciones confirmaron que WASP-33b es el primer planeta fuera del sistema solar que se descubre orbitando una estrella cuyo brillo varía cada hora como si palpitase. Las observaciones también permitieron ver cómo el punto negro de WASP-33b cruzaba por delante del astro y confirmaron que gira en sentido contrario o, como prefieren los astrónomos, tiene una órbita retrógrada. Debido a su cercanía a la estrella, el planeta da una vuelta completa cada 29 horas.

Mareas solares

Según Herrero, sus observaciones también han ayudado a otro equipo a ponerle el termómetro al planeta. Se trata del grupo de Barry Smalley, de la Universidad de Keele (Reino Unido), que cifra su temperatura en 3.466 grados Kelvin (unos 3.200º C) en un estudio que publicará Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
A pesar de ser incompatible con la vida conocida, este remoto sistema solar puede ser muy útil. Aún se ignora la razón por la que la estrella tiembla como la llama de una vela, pero el equipo de Herrero cree que es el propio planeta el culpable. Se debe a que, por su tamaño, causaría flujos en la estrella. "Sería algo parecido a las mareas en los océanos de la Tierra que provoca la Luna", detalla Herrero. Si las próximas observaciones de su equipo lo confirman, el investigador podrá ponerse otra medalla. WASP-33b sería el primer planeta que dicta los cambios en el brillo de su estrella.

Publico

2011/01/05

Se venden parcelas de un exoplaneta en eBay

Gliese 581g vuelve a estar en los papeles. El planeta «que más se parece a la Tierra», ese en el que podría haber agua líquida y que se encuentra a «solo» veinte años luz de nosotros, está, de nuevo, de plena actualidad. Y no es que se hayan producido más novedades científicas. La razón es que un par de norteamericanos más que espabilados lo están vendiendo por parcelas (como suena) en la popular web de subastas eBay. A razón de 20 dólares por cada diez acres (algo más de cuatro hectáreas). Alguien da más?
A finales del pasado septiembre, el planeta fue el centro de una polémica científica que aún no está resuelta. Sus descubridores, un equipo de astrónomos de las Universidades de California y Santa Cruz y del Instituto Carnegie de Washington, lo anunciaron como el primer planeta «realmente habitable» hallado fuera del Sistema Solar.
Se trata del séptimo planeta descubierto en órbita de Gliese 581, una oscura y pequeña enana roja a 20 años luz de la Tierra. El nuevo mundo, dijeron, tiene la masa correcta y está a la distancia adecuada de su estrella para permitir la existencia de agua en estado líquido.
Pero las comprobaciones realizadas después por otros equipos sembraron el desconcierto. Mientras que unos (los astrónomos del observatorio Keck, en Hawaii), confirmaban el descubrimiento, otros (desde Chile), no conseguían detectar el planeta. Y así, de momento, sigue la cosa, en espera de datos nuevos y más fiables.
Pero mientras la Ciencia debate la cuestión, dos avispados estadounidenses han decidido reclamar la propiedad de Gliese 581g y, como sus «dueños legítimos», lo están vendiendo en parcelas a través de eBay. Según Jason Connell Y Alison Tippins, que así se llaman los flamantes terratenientes espaciales, no hacen más que aprovecharse de un «vacío legal» en el Tratado de Espacio Exterior de la ONU de 1967, que prohibe a las naciones reclamar propiedades en el espacio, pero no a los ciudadanos particulares.
Se trata de la misma «puerta trasera» esgrimida por otros que en el pasado han intentado vender terrenos en la Luna y Marte. Y la misma que, más recientemente, permitió a la gallega Ángeles Durán proclamarse el pasado noviembre como legítima dueña del Sol.
Así que, ya saben. Cualquiera que esté interesado, no tiene más que visitar la página y pagar sus veinte dólares. A cambio, recibirá el título de propiedad de su parcela de cuatro hectáreas en el planeta Zamina (el nombre que le dio uno de sus descubridores), además de una ilustración en alta calidad del planeta junto a su estrella y una copia de la Declaración de Derechos y la Constitución de Zamina. El precio incluye también todos los datos científicos del descubrimiento.
Como «ventajas adicionales» para los compradores, Connel y Tippins citan, por ejemplo, el hecho de que la duración de un año en Gliese 581g sea de solo 37 días terrestres, lo que aumenta las espectativas de vida de los compradores a unos 749 años. O que, debido a las fuerzas de marea que obligan al planeta a presentar siempre la misma cara a su estrella, se pueden comrar terrenos en zonas en las que se vea «Un perpetuo amanecer o un perpetuo atardecer». Conmovedor...
 

2010/12/10

Descubierto el cuarto planeta de un sistema solar 'imposible'

Un equipo de astrofísicos describe hoy un sistema solar que no debería existir y que, sin embargo, han podido fotografiar.
Está en torno a una estrella algo más grande que el Sol y casi cinco veces más luminosa. Hace dos años, sus tres planetas gigantes fueron el primer grupo de exoplanetas cazados en imágenes directas por telescopios terrestres a pesar de estar a casi 130 años luz de la Tierra. Ahora, nuevas imágenes del astro, llamado HR8799, desvelan la existencia de un cuarto objeto gigante que parece desafiar las leyes del universo.
El conjunto es una versión XXL de los confines de nuestro sistema solar. "El de HR8799 es un ejemplo asombroso de lo extremos que pueden llegar a ser los sistemas formados en torno a estrellas", explica hoy en Nature el equipo de Christian Marois, investigador del Consejo Nacional de Investigación de Canadá.
Los cuatro planetas son gigantes de gas que orbitan más allá de la llamada línea de nieve, es decir, que están a -123ºC o menos. El cuarto planeta es diez veces más grande que Júpiter, y sus compañeros tienen un tamaño similar. El estudio, en el que también han participado investigadores de Estados Unidos, no descarta que haya también un planeta rocoso como la Tierra mucho más cerca de la estrella.
Ninguna de las dos teorías predominantes explica cómo pueden coexistir los cuatro planetas. La primera dice que estos se forman a partir del polvo y gas en torno a una estrella durante un proceso que puede tardar más de 3,5 millones de años. Pero, según esta hipótesis, el planeta recién descubierto habría tardado en formarse unos 200 millones de años, algo que triplicaría la edad estimada para la estrella de la que supuestamente nació, de 60 millones de años según el estudio.
La segunda opción, que los gigantes apareciesen en escalas mucho más rápidas (unos 10.000 años) a partir de polvo y gas enfriados, tampoco cuadra con el cuarto planeta, pues su órbita está demasiado cerca de su estrella para alcanzar la temperatura adecuada.
La única posibilidad es que ambos procesos sucediesen, o que incluso existan otros desconocidos. "Es posible que haya procesos de aparición nuevos en los que no habíamos reparado antes", reconoce a Público Tristan Guillot, un experto en exoplanetas del Observatorio de la Costa Azul (Francia) que no participó en el estudio. "Es un sistema muy exótico, pero es el primero de muchos otros que van a ser descubiertos gracias a las técnicas de imagen directa usadas en este estudio", concluye Guillot.

Publico

2010/12/09

Avispa 12b: un "exoplaneta de diamante"

Astrónomos de Estados Unidos y el Reino Unido descubieron el primer planeta con una concentración muy alta de carbono.
 
Los investigadores dicen que el hallazgo respalda la idea de que pueden existir planetas rocosos y ricos en carbono con un suelo compuesto de diamante y grafito.
 
"Podrían tener masas de tierra y montañas formadas por diamantes", le dijo a la BBC el doctor Nikku Madhusudhan, quien encabezó el equipo de astrónomos que realizó el descubrimiento.
 
El estudio del equipo, publicado en la revista Nature, plantea nuevas inquietudes sobre cómo se forman los planetas.
 
El trabajo ha sido descrito como una hazaña astronómica.
 
Los especialistas detectaron la radiación térmica del planeta, a 1.200 años luz, usando el Telescopio Espacial Spitzer, de la NASA estadounidense.
 
A partir de esa información calcularon la composición de la atmósfera planetaria, según explicó el doctor Marek Kukula, del Observatorio Real de Greenwich en Londres.
 
Fuera de este mundo
"Es absolutamente asombroso que estos científicos sean capaces de empezar a desentrañar los detalles de la composición de planetas fuera del Sistema Solar", dijo.
 
"El planeta es miles de veces más débil que la estrella que orbita. Por eso, los científicos tiene que realizar una asombrosa hazaña de medición para conocer detalles. Es algo fuera de este mundo que sean capaces de aportar información sobre la composición de este planeta".
 
Hasta la fecha, los astrónomos han descubierto más de 500 exoplanetas, o planetas extrasolares, que orbitan una estrella diferente al Sol y, por lo tanto, no pertenece a nuestro Sistema Solar.
 
Hace muy poco tiempo que los instrumentos y métodos de análisis son lo suficientemente potentes como para discernir la composición de esos cuerpos celestes.
 
Avispa 12b
Este nuevo planeta, el Avispa 12b, es el primero conocido que tiene más carbono que oxígeno.
 
Es un gigante gaseoso, como Júpiter, principalmente compuesto de hidrógeno.
 
No obstante, su núcleo podría estar compuesto por alguna forma de diamante, grafito y otros tipos de carbono, posiblemente en forma líquida. Este descubrimiento sugiere que podría haber muchos planetas del tamaño de la Tierra en nuestra galaxia ultraricos en carbono.
 
Pero estos mundos se diferencian de nuestro planeta: "Los estudios teóricos sugieren que podrían estar dominados por rocas de diamante y por grafito", según Madhusudhan.
 
"Eso significaría que en las montañas, una gran parte de la masa de roca, y mucha masa de tierra, podía estar compuesta de diamante, mucho más de lo que vemos en la Tierra", explicó.
 
Estos planetas tendrían carencia de agua. O sea, que si las temperaturas son lo suficientemente altas, su superficie tendría materia líquida muy rica en carbono, como el alquitrán.
 
Diamantes como arena
Entonces, ¿cuán comunes son los planetas de diamante? Los astrónomos simplemente no lo saben.
 
Pero el descubrimiento de uno de ellos va a hacer que los expertos sigan buscándolos.
 
Y el doctor Madhusudhan considera que podrían ser comunes.
 
"Tengo la firme creencia de que una fracción razonable de los exoplanetas que hemos descubierto podría ser rica en carbono. Es interesante la hipótesis de que en esos planetas rocosos, la arena puede ser un bien escaso mientras el diamante abundaría. La pregunta clave es cómo se forman esos planetas", agregó.
 
La pregunta inmediata es por qué el Avispa 12b es mucho más rico en carbono que los planetas que conocemos.
 
La teoría dominante es que cuando los planetas de nuestro Sistema Solar se formaron había abundancia de agua helada. Esto podría no haber sido así cuando se formó el Avispa 12b.

El Nacional

2010/11/19

Descubren el primer planeta de origen extra galáctico

Un equipo europeo de astrónomos ha descubierto el primer planeta extra galáctico con un telescopio del Observatorio La Silla, en el norte de Chile, informó hoy en Santiago el Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés).

Según la agencia espacial, el nuevo planeta, que se asemeja a Júpiter, orbita una estrella que entró en la Vía Láctea desde otra galaxia.

La estrella forma parte de la llamada corriente Helmi, un grupo de astros que originalmente pertenecieron a una galaxia enana que fue devorada por la Vía Láctea, en un acto de canibalismo galáctico que ocurrió hace unos nueve mil millones de años.

Los astrónomos han calificado el descubrimiento de "muy apasionante" ya que en los últimos 15 años se han detectado casi 500 planetas orbitando estrellas en nuestro vecindario cósmico, pero ninguno fuera de nuestra Vía Láctea.

"Debido a las grandes distancias involucradas, no hay detecciones confirmadas de planetas en otras galaxias. Pero esta fusión cósmica ha puesto un planeta extra galáctico a nuestro alcance", señaló el responsable de la selección de las estrellas para este estudio, Rainer Klement, del Instituto Max-Planck para Astronomía (MPIA).

La estrella, conocida como HIP 13044, está ubicada a unos 2.000 años luz de la Tierra, en la constelación meridional de Fornax (el Horno).

Los pequeños tambaleos de la estrella, causados por el tirón gravitacional de un cuerpo orbitando a su alrededor, permitieron a los astrónomos detectar -con el espectrógrafo de alta resolución FEROS del telescopio MPG/ESO de 2,2 metros del Observatorio La Silla de ESO- este planeta al que se ha bautizado HIP 13044 b.

El planeta, que tiene una masa mínima de 1,25 veces la de Júpiter, está, en el punto más cercano de su órbita elíptica, a menos de un diámetro estelar de la superficie de su estrella madre, el equivalente a 0,055 veces la distancia entre el Sol y la Tierra, por lo que completa su órbita en sólo 16,2 días.

El descubrimiento, que también publica hoy la revista Science Express, es también inusual porque la estrella alrededor de la que orbita el planeta se acerca al fin de su vida y podría estar a punto de envolver al astro.

HIP 13044b es uno de los pocos exoplanetas conocidos que ha sobrevivido el período en que su estrella madre se expande masivamente después de agotar las reservas de combustible de hidrógeno en su centro, conocida como la fase de roja gigante en la evolución estelar.

El comportamiento de este nuevo planeta podría ofrecer pistas relevantes sobre el destino de nuestro propio sistema planetario en un futuro distante.

"Este descubrimiento es particularmente fascinante cuando consideramos el futuro distante de nuestro propio sistema planetario, ya que se piensa que el Sol también llegará a ser una gigante roja en unos cinco mil millones de años", dijo el astrónomo de MPIA Johny Setiawan, quien dirigió la investigación.

Aunque la estrella en torno a la que gira HIP 13044 b se ha vuelto a contraer y está quemando helio en su centro, se expandirá nuevamente en la próxima fase de su evolución, por lo que el planeta podría desaparecer al ser rodeado por la estrella.

Según la ESO este futuro podría esperarle también a nuestros planetas más externos, como Júpiter, cuando el Sol se acerque al fin de su vida.

Además, la estrella, que contiene muchos menos elementos más pesados que el hidrógeno y el helio que cualquier otro astro que albergue planetas, podría ayudar a entender mejor cómo se forman los planetas gigantes

"Para el modelo ampliamente aceptado de formación de planetas es un rompecabezas explicar cómo esta estrella, que casi no contiene elemento pesado alguno, pudo haber formado un planeta", indicó Setiawan.

Canarias7