La aparición de un casco de realidad virtual que integre en un mismo aparato diferentes sensores que estimulen simultáneamente los sentidos de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el oído está casi a la vuelta de la esquina.
Así lo señala la profesora Marina Bloj, del departamento de Optometría de la Universidad de Bradford, quien participa en un proyecto liderado por las universidades de York y Warwick- todas ellas de Reino Unido- para construir un artilugio de este tipo en un plazo de cinco años.
Un prototipo de este casco fue presentado en Londres en uno de los expositores de la feria "Pioneros '09", organizada por el Consejo de Investigaciones en Ciencias Físicas e Ingeniería (EPSRC en sus siglas inglesas), aunque sus mentores precisaron que no ha sido posible crear uno que funcione todavía.
"Llevamos un año con este proyecto y nos hemos dado cuenta de que los trabajos realizados hasta el momento no tienen en cuenta el factor humano, es decir, cómo funciona el cerebro a la hora de combinar los diferentes factores", explicó Bloj.
El objetivo de su investigación se ha centrado hasta el momento en averiguar en qué punto se encuentran las diferentes tecnologías que confluirán en un mismo aparato, ya que "hace muchos años que se viene hablando de la realidad virtual sin que se haya conseguido un artilugio que lo tenga todo todavía". "Esto ya salía en las películas hace 20 años y sin embargo seguimos sin tenerlo", señaló.
Aplicaciones
La clave se encuentra, en su opinión, en adaptar tanto la intensidad de la señal como la forma de estimular a la aplicación, "e incluso a la persona". Entre las múltiples aplicaciones de estos aparatos destaca la de ser la pieza básica en el aprendizaje de nuevas habilidades.
"Si estás recibiendo clases de Historia, con el casco podrías visitar una iglesia bizantina a través del vídeo, escuchar la voz del tutor y los sonidos típicos de esa iglesia y al mismo tiempo oler y notar en tu piel la humedad del templo", detalló Bloj.
Enfrente del prototipo de casco, los promotores de este proyecto han colocado un simulador con estructura de velero en el que los visitantes a la feria pueden recibir algunas lecciones de navegación, en un claro ejemplo del estado de la realidad virtual en estos momentos.
Olfato y tacto
Entre los avances que integraría este casco se encuentra la atención al sentido del olfato, que se estimularía a través de unos tubos conectados a la nariz por los que se transmitirían una serie de olores y fragancias relacionadas con la aplicación.
"Tenemos mezcladores con cuatro olores diferentes que, una vez combinados entre sí, simulan aromas que hacen evocar el lugar en el que uno se encuentra virtualmente", aseguró Bloj, quien recordó también que el olfato "está relacionado con la parte más primaria del cerebro, por eso es tan importante".
Otra de las novedades incluidas en el prototipo de casco son una serie de sensores en la parte posterior del cuello para estimular el sentido del tacto.
"Dependería de la aplicación, ya que para sentir ciertas cosas hemos pensado en un guante o incluso en una especie de saco para todo el cuerpo en el caso de que se quiera simular un abrazo, por ejemplo", añadió.
Este casco de realidad virtual podría ayudar también a superar ciertos traumas como el vértigo, recreando las condiciones en que se producen estos episodios para tratar al paciente sin que suponga un riesgo para su salud, según estas mismas fuentes.