En el principio, había un museo
Matthew Wells
BBC, Kentucky
Un nuevo "templo de alta tecnología del fundamentalismo cristiano" -como algunos lo describen- abrirá sus puertas en mayo próximo en el corazón de Estados Unidos con el objetivo de iniciar una campaña de refutación nunca antes vista de las teorías evolucionistas de Charles Darwin.
Los empleados y entusiastas de la organización "Respuestas en Génesis" lo llaman "El Museo de la Creación".
Pero muchos científicos disputarían el uso tanto de la palabra "museo" como del vocablo "creación" para describir las funciones que tendrá el edificio casi completamente terminado que se levanta al oeste de Cincinnati, en los límites con Ohio, Kentucky e Indiana.
Sea cual sea la opinión que se tenga en el debate sobre evolución y creacionismo, es difícil no sentirse impresionado por el esfuerzo que ha requerido el proyecto, de US$27 millones, que espera atraer a cientos de miles de visitantes cada año.
"Tenemos un planetario a la izquierda, y una librería casi terminada". El museo queda justo debajo de ese arco", me explica Mark Looy, una de las personas que trabaja en el proyecto, parado en el vestíbulo junto a un dinosaurio animado que intenta devorar una planta sintética.
Personas y dinosaurios
El objetivo del museo es explicar el "Génesis", el primer libro de la Biblia que habla sobre la creación del mundo, para un público de todas las edades, y promover la idea de que la Tierra tiene menos de 10.000 años de antigüedad.
Todos los empleados del museo tienen que suscribir la creencia de que la vida fue creada en seis días y rechazar la idea defendida por la mayoría de los científicos de que se necesitaron millones de años de evolución de la materia para que los seres vivos alcanzaran sus formas actuales.
"En la mayoría de los museos los modelos de dinosaurios se utilizan para llevar al público la información", dice Looy.
"Nosotros queremos cambiar ese hecho -expresa- y usar los dinosaurios para demostrar que la Biblia presenta la verdadera historia del mundo. Usaremos dinosaurios y personas a la vez".
Creer y no creer
A pesar de las obras no han terminado, algunos visitantes entusiastas ya se dejan ver.
El doctor Michael Sherwin, procedente de Colorado, recorría las instalaciones con su familia.
"Soy patólogo", dice. "Considerando que una sola célula contiene toda la información que necesita, cuando estudiaba genética me preguntaba cómo era posible que evolucionara".
La organización "Respuestas en Génesis" se enorgullece de contar con científicos cualificados, como la doctora Georgia Purdom, una genetista molecular procedente de una de las más importantes universidades de Ohio.
A ella le preocupa que muchos cristianos no están dispuestos a aceptar la creación del mundo como una verdad literal expresada en la Biblia.
"Es una verdad esencial", comenta. "Si no creemos en el Génesis, ¿cómo creer en otras partes de la Biblia?
"Uno no puede seleccionar a su antojo qué creer y qué no creer", añade.
Tesis inicial
Ken Ham, de origen australiano, es la persona al frente del la organización que ha generado el proyecto del museo.
Él describe con tibieza el llamado movimiento del diseño, o designio, inteligente, que ve como una concesión al pensamiento evolutivo.
Sin embargo, su posición con respecto al ateísmo científico es de respeto: "Todo parte de un presupuesto inicial. Por ejemplo, (el británico) Richard Dawkins dice que Dios no existe. De ahí se deriva toda su teoría".
Ham añade: "Él asume de entrada el materialismo. Nosotros asumimos de entrada la Biblia".
Global
De acuerdo con las encuestas, un 40% de los estadounidenses cree que Dios creó al hombre tal como es hoy en día, por lo que el museo podría trabajar directamente en beneficios de los creyentes del creacionismo.
Dos terceras partes de los estadounidenses, además, vive a una distancia promedio de seis horas en automóvil de Cincinnati. Pero Ham tiene ambiciones más globales y quiere que el museo alcance rango internacional.
A pesar de adoptar una estructura y tecnología como los más extravagantes museos de ciencia del mundo, el esfuerzo de esta institución carecería de sentido sin la aceptación previa de las aseveraciones bíblicas.
Sin esa premisa, en vez de museo estaríamos ante otro reino mágico al estilo de los parques Disney.