Fuente:
BBC Mundo.
Un hombre acusado hacerle perder unos US$ 6.000 millones al banco francés Société Générale será juzgado desde ese martes en París, en un caso que puede arrojar luz sobre las fallas de un sistema financiero enfermo por la búsqueda de ganancias.
Jérôme Kerviel, el operador bursátil que sorprendió al mundo en enero de 2008 por la magnitud de sus apuestas financieras para Société Générale, enfrenta cargos de falsificación, abuso de confianza y uso indebido del sistema informático del banco.
Sin embargo, Kerviel sostiene que sus superiores conocían los riesgos de sus operaciones y que ahora pasó a ser el chivo expiatorio por el fracaso de un esquema que definió como una "gran orgía bancaria".
El caso fue considerado en su momento uno de los mayores fraudes bursátiles de la historia, pero el escándalo fue relativizado luego por los derrumbes de Lehman Brothers y Bernard Madoff en Estados Unidos.
De hecho, algunos creen que con apenas 31 años de edad en ese entonces y procedente de una familia humilde, Kerviel permitió, sin proponérselo, que el mundo comenzara a descubrir los excesos que causaron la gran crisis financiera reciente.
"Es un ejemplo muy interesante del funcionamiento que tenían las entidades financieras, con empleados que habían obtenido beneficios muy importantes para ellas", dijo Francisco Alvarez, ex director de la Bolsa de París, a BBC Mundo.
La gran pregunta
Se espera que el juicio se extienda durante tres semanas y, si Kerviel es hallado culpable, podría recibir penas de hasta cinco años de prisión y una multa hasta 450 mil dólares.
En el momento en que surgió el escándalo, las operaciones financieras realizadas por Kerviel expusieron a Société Générale por la friolera de US$ 60 mil millones, haciendo tambalear uno de los mayores bancos de Francia.
Pero la gran pregunta que sobrevolará las audiencias en el Palacio de Justicia de París es la misma que todos se hicieron cuando saltó el escándalo y que sigue sin una respuesta clara: ¿Cómo fue posible que sucediera?
Según Société Générale y la Fiscalía francesa, Kerviel transgredió las reglas del sistema, ocultó sus transacciones riesgosas y, para eliminar sospechas, mintió a sus superiores y falsificó documentos.
El abogado del banco, Jean Veil, un profesional de prestigio en Francia, ha descartado que sus superiores estuvieran al tanto de los excesos.
De hecho, ningún ejecutivo de Société Générale enfrenta cargos por lo ocurrido, aunque algunos renunciaron tras el escándalo y la autoridad bancaria francesa multó al banco por el equivalente a US$ 5 millones.
Société Générale sostiene que desde entonces mejoró sus controles internos, logró superar las pérdidas netas ocasionadas por Kerviel y ha vuelto a registrar ganancias.
Con el juicio, el banco espera dejar definitivamente en el pasado el escándalo que afectó su imagen.
"Una prostituta"
Sin embargo, Kerviel y su abogado parecen dispuestos a lograr que el juicio tenga un efecto boomerang sobre la institución financiera.
En un libro publicado el mes pasado, el acusado admitió haber transgredido las reglas del juego, pero sostuvo que el banco se lo permitía para obtener las grandes ganancias que llegó a conseguir.
"En la gran orgía bancaria, los operadores bursátiles sólo tienen el tipo de respeto que se le da a una prostituta ordinaria: el rápido reconocimiento de que la ganancia del día anduvo bien", comparó.
Su abogado, Olivier Metzner, dijo a BBC Mundo que "todas las operaciones que él pasaba estaban en una pantalla accesible para 1.300 colaboradores de Société Générale".
"En todo caso lo dejaron hacer, y sabían lo que hacía", sostuvo. "Cuando el sistema descarrila, preferimos poner la responsabilidad sobre un solo hombre, en este caso Kerviel".
Metzner, otro reconocido abogado francés que también defiende al ex líder panameño Manuel Noriega en el juicio que enfrenta por lavado de dinero en París, cuestionó los límites a los que Kerviel debía atenerse.
"Veremos en la audiencia que esos límites son difíciles de conocer o definir, porque no están escritos y cada uno tiene una versión diferente", indicó.
Una carrera en ascenso
Es posible que el juicio también explore la carrera que Kerviel realizó dentro de Société Générale, que fue en ascenso hasta el escándalo.
Hijo de una peluquera y un obrero metalúrgico de un pequeño pueblo al noroeste de Francia, Kerviel ingresó al banco en el año 2000 después de haber estudiado economía y finanzas sin lograr notas excepcionales.
Sin embargo, un lustro después fue promovido como corredor bursátil de Société Générale, para monitorear índices en bolsas europeas y realizar inversiones en función del mercado.
Tiempo después, sus superiores le aumentaron por cinco el límite de riesgo que podía asumir, hasta el equivalente a US$ 6 millones, aunque acababa de ser amonestado por transacciones no autorizadas.
En el último trimestre de 2007, sus apuestas arriesgadas produjeron beneficios por el equivalente a más de US$ 1.600 millones. Según Veil, Kerviel ocultó esos dividendos. Según Metzner, es imposible que el banco los desconociera.
Pese a los bonos que cobraba por las ganancias que reportaba, Kerviel asegura que nunca se hizo rico y mantuvo una vida modesta en un apartamento de 45 metros cuadrados en París.
Luego del escándalo y de pasar cinco semanas en prisión, el ex operador bursátil fue contratado por una pequeña compañía de informática en los suburbios de París, donde cobra un salario mensual equivalente a US$ 2.700, nada excepcional en Europa.
En un país como Francia, donde muchos desconfían del capitalismo, Kerviel es visto por algunos como símbolo de la voracidad bancaria por el dinero y por otros como un héroe que le dio al sistema su propia lección.
Quizás después del juicio todos conozcan mejor quién era exactamente Jérôme Kerviel.