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2010/11/12

El G20 promete poner fin a la guerra de divisas

Los líderes del Grupo de los 20 (G20), integrado por las principales economías del mundo, llegaron a un acuerdo para abstenerse de practicar "devaluaciones competitivas" de sus monedas para obtener ventajas en el comercio.
El acuerdode tono más retórico que práctico fue alcanzado luego de un segundo día de difíciles conversaciones en la capital de Corea del Sur, Seúl.
Al término de la cumbre se emitieron también "directrices indicativas" para hacer frente a desequilibrios comerciales que afectan al crecimiento global.
La cumbre se llevó a cabo en medio de crecientes tensiones entre algunas delegaciones, principalmente las de China y EE.UU., sobre la devaluación de algunas divisas y su influencia en el intercambio internacional.
Corresponsales de la BBC describieron las conversaciones entre ambos países como "ásperas".
En el comunicado emitido al final del encuentro, los líderes del G20 también prometieron renovar sus esfuerzos para alcanzar acuerdos comerciales globales.
Según el analista en temas económicos de BBC Mundo, Marcelo Justo, el acuerdo alcanzado en la cumbre no ofrece ninguna garantía de que se pueda evitar una guerra de divisas encubierta y una agenda proteccionista, sobre todo con los cambios en el Congreso estadounidense tras la derrota demócrata.
"Se ha resguardado el escenario negociador, en este caso el G20, pero no hay certezas de que este acuerdo alcance los objetivos planteados", completó Justo.

Lea también: América Latina, entre las más afectadas por la guerra de divisas

Tensiones

Ante los temores de que el conflicto principalmente entre China y EE.UU. pueda poner en peligro el crecimiento mundial, el presidente estadounidense, Barack Obama, dijo que no debería haber controversia sobre la necesidad de reparar el desequilibrio "que contribuyó a la crisis que acabamos atravesar".
"Los tipos de cambio deben reflejar las realidades económicas", afirmó.
Washington ha denunciado que la moneda china, el yuan, se mantiene artificialmente débil, lo que ofrece a los exportadores chinos una ventaja desleal, al mismo tiempo que le permite a Pekín acumular enormes reservas de divisas.
Sin embargo, las autoridades chinas han dicho que tienen un "firme" compromiso de reformar su régimen monetario, pero advirtieron que ello requiere de la estabilidad económica global.
Por su parte, EE.UU. fue acusado por varios países del G20 de usar la expansión monetaria anunciada la semana pasada por la Reserva Federal para devaluar de hecho su moneda, inundando el mercado internacional con dólares.
Durante la cumbre, Obama trató de atenuar las críticas en este sentido.

BBC Mundo

2010/10/09

EE.UU., Europa, Asia y la guerra de divisas

BBC Mundo

La guerra cambiaria está a la orden del día. El tema será central en el desayuno de trabajo en Washington que mantienen este viernes los ministros de finanzas del G20 en el marco de la reunión bianaual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
En una entrevista con la BBC, el director del FMI, Dominique Strauss-Khan, advirtió que una guerra cambiaria es "una amenaza real".
EE.UU. y la Unión Europea (UE) acusan a China de manipular el valor de su divisa para abaratar sus exportaciones.
El primer ministro Wen Jiaobao, de visita en Bruselas, contratacó con sombrías profecías sobre el impacto que una apreciación de la moneda tendría para China.
"No es sólo China y Estados Unidos. Los mercados cambiarios se han convertido en un campo de batalla", señaló a BBC Mundo el economista de la Universidad de Sevilla Juan Torres López, autor de "Toma el dinero y corre. La globalización neoliberal".
Este campo de batalla está enfrentando a los países desarrollados occidentales y las naciones asiáticas que, con China, Japón e India a la cabeza, están interviniendo para bajar la cotización de la moneda y estimular sus exportaciones, pero tiene también como actor, por el momento invisible a nivel mediático, a los Fondos de Inversiones que, con su movimiento planetario irrestricto, suelen ejercer una irresistible presión sobre el valor de las monedas.

Monedas y economías

El tema es particularmente grave porque la economía mundial está saliendo lentamente de una recesión global y una guerra cambiaria podría descarrilar un pilar de toda recuperación: el comercio internacional.
Según el columnista del Financial Times John Pendler, el peligro es que todos los países se lancen a devaluar sus monedas para abaratar sus exportaciones.
"Como en la década del 30, todos están tratando de superar sus problemas por medio de la exportación. Esto, por definición, no puede ocurrir. De manera que los desequilibrios globales se están intensificando", señala Plender.
En Asia, India y Tailandia dejaron en claro esta semana que preparan una "inminente" intervención para evitar la apreciación de sus monedas siguiendo el ejemplo de China, Japón y Corea del Sur.
Por su parte, los bancos centrales de Malasia, Indonesia y Filipinas han indicado que estaban dispuestos a intervenir para limitar las fluctuaciones del precio de sus monedas.

Fondos especulativos

Según el Financial Times, en India y Tailandia, altos funcionarios del Banco Central, acusan a los Fondos de Inversión occidentales que, en busca de una mayor rentabilidad, están poniendo presión sobre las divisas de países en desarrollo.
En el caso de India, la rupia llegó esta semana a su valor máximo en dos años mientras que el baht, la moneda tailandesa, se apreció un 4% en el ultimo mes, y un 11,3% en lo que va del año.
"En el valor que tiene una divisa influyen la política de un gobierno y los movimientos especulativos de los Fondos de pensiones. Estos fondos tienen una estrategia cortoplacista en su búsqueda de una máxima rentabilidad. Esta estrategia choca con las del estado que apunta más al comercio y necesita estabilidad y previsibilidad para su planificación", señaló a BBC Mundo Juan Torres López.
La única manera de neutralizar la presión de los mercados financieros es imponer controles al ingreso de capitales de corto plazo o golondrina.

El caso Brasil

El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva autorizó este miércoles la adquisición ilimitada de dólares en el mercado de cambios para neutralizar el alza del Real que está perjudicando las exportaciones brasileñas y su desarrollo industrial.
Al mismo tiempo el gobierno ha duplicado el impuesto del 2% al ingreso de capitales establecido en octubre de 2009.
El problema es que sus elevadas tasas de interés lo han convertido en un imán para los movimientos especulativos que, a pesar de estas medidas, siguen haciendo significativas ganancias respecto al rendimiento que tendrían sus inversiones en el mundo desarrollado que tiene tasas que no superan el 1%.
"La política de Brasil tiene un comportamiento esquizofrénico. El mundo disminuyó las tasas de interés y Brasil la subió supuestamente para hacer frente al riesgo de inflación", señaló al diario argentino Página 12 el economista de la Universidad Federal Fluminense Carlos Pinkusfeld.
Las valorización del Real favorece a sus vecinos del Mercosur, en especial a Argentina, que ha incrementado las exportaciones a Brasil, aunque sin cerrar el equilibrio comercial negativo.
Esto ha causado tensiones bilaterales. Empresarios brasileños han acusado a Argentina de manipular la cotización del peso para abaratar los productos que exporta a Brasil y desplazar la producción local.

¿Acuerdo con el G20?

Todas las miradas están puestas en la cumbre del G20 en noviembre en Seúl, Corea del Sur, tema central del desayuno de trabajo en Washington, de los ministros de Finanzas del Grupo.
Muchos comentaristas están alentando una nueva versión del acuerdo del Hotel Plaza en Nueva York en 1985.
En septiembre de ese año, Estados Unidos, Francia, Alemania Occidental, Japón y el Reino Unido acordaron una depreciación coordinada del valor del dólar estadounidense.
Según John Plender, el acuerdo tuvo consecuencias imprevistas que llevaron a una profunda crisis en Japón .
"La tasa de interés de Japón bajó para fortalecer el dolar y ayudó a crear una burbuja inmobiliaria y bursátil que explotó en 1990", señala el analista del Financial Times.
A este advertencia de la historia, hay que sumar las claras diferencias que hay entre EE.UU y UE por un lado y China, Japón, el anfitrión Corea del Sur y la mayoría de los países emergentes por el otro: beneficioso o no un acuerdo será un hueso duro de roer.

2010/10/02

La guerra de las divisas

BBC Mundo

"Estamos en medio de una guerra cambiaria internacional"
Las palabras del ministro de finanzas del Brasil Guido Montega el lunes destaparon un secreto a voces en circuitos gubernamentales y financieros.
Este viernes el primer ministro de Japón señaló que seguiría interviniendo en los mercados de divisas "cuando fuera necesario".
El miércoles, la Cámara de Representantes de EE.UU votó a favor de un proyecto de ley que podría allanar el camino a sanciones comerciales a China como represalia por la política cambiaria de este país.
"Estamos presionando a China porque su moneda está subvaluada", explicó el presidente Barack Obama.
El problema es que lejos de ser excepciones, China y Japón encabezan una larga lista de países - de Corea del Sur a Colombia y Suiza - que han intervenido en los últimos meses en el mercado de divisas para controlar el precio de la moneda nacional.
Según los detractores, se trata de una medida "desleal" para mantener artificialmente bajo el valor de la moneda y favorecer las exportaciones a fin de ganar competitividad en el comercio internacional.
El gran temor es que una generalización de estas políticas obstaculice la frágil recuperación económica mundial como sucedió en la crisis de los años 30.

Una cuestión bilateral

La posibilidad de una guerra comercial entre EE.UU y China, los dos motores de la economía mundial, es el principal peligro.
Según la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, si China no interviniera en el valor de su moneda, EE.UU crearía "millones de puestos de trabajo y reduciría el deficit comercial en unos 100 mil millones de dólares".
El proyecto de ley tiene que ser aprobado por el senado y rubricado por el presidente Obama, pero China le advirtió este jueves a Estados Unidos que su aprobación podría dañar las relaciones entre ambos países.
Según el gobierno chino, EE.UU está desviando la atención de sus problemas internos por motivos políticos (elecciones de renovación del congreso en noviembre).
En una reunión bilateral el jueves 23 de septiembre, el primer ministro chino, Wen Jiabao, le advirtió al presidente Barack Obama que China no iba a cambiar de política porque una valorización del Yuan del 20% llevaría a una masiva pérdida de puestos de trabajo y bancarrotas sin otorgar ningún beneficio a EE.UU.

Una cuestión unilateral: Japón

El conflicto sino-estadounidense ha estado cocinándose a fuego lento en los últimos cinco años.
El 15 de septiembre se añadió a la cocción un ingrediente inesperado.
El Banco Central de Japón intervino por primera vez desde 2004 en los mercados de divisas con una venta masiva de yenes y, como aclaró este viernes el primer ministro Naoto Kan, va a seguir haciéndolo.
El gobierno de Kan lo justificó por la crisis económica que atraviesa el país que no ha logrado despegar de la burbuja financiera e inmobiliaria que vivió a fines de los 80.
En Estados Unidos el congresista republicano Tim Murphy lo interpretó como la luz verde que la política intervencionista china estaba dando a países como Japón.
En la Unión Europea, los 16 miembros que manejan el euro como moneda, acusaron a Japón de irresponsabilidad.
"Acciones unilaterales de este tipo no son apropiadas para lidiar con los desequilibrios globales", señaló el presidente de los países de la eurozona Jean-Claude Juncker.
La palabra clave es "unilateral".

¿Acuerdo posible?

Una manera de evitar devaluaciones competitivas como la de los años 30 es llegar a acuerdos internacionales que den una mayor previsibilidad a la política monetaria internacional.
Los acuerdos de Bretton Woods de 1944 tomaron esta experiencia en cuenta para establecer un sistema de tipo cambio fijo que rigió hasta principios de los 70, pero el modelo histórico que muchos empiezan a analizar para evitar una guerra cambiaria son los acuerdos del Hotel Plaza en los 80.
En septiembre de 1985, Estados Unidos, Francia, Alemania Occidental, Japón y el Reino Unido se reunieron en el Hotel Plaza en Nueva York y acordaron una depreciación coordinada del valor del dólar estadounidense.
Estados Unidos pudo mejorar su desequilibrio comercial con las otras naciones y el acuerdo fue la base para una coordinación macroeconómica internacional de los países del G7 de ahí en adelante.
Pero el acuerdo no es visto con buenos ojos por China que es consciente del alto precio que pagó Japón.
"Con la competitividad de sus exportaciones dañada por la apreciación de su moneda y con la presión estadounidense para que redujera su superávit de cuenta corriente, Japón eligió una expansión monetaria que terminó en una burbuja y la década perdida de los 90", puntualizó esta semana el editor del Financial Times, Martin Wolf.

El G20

Es difícil que el proyecto aprobado por la cámara baja se convierta en ley antes de las elecciones legislativas de noviembre, y no está claro tampoco que, en caso de que sea aprobado, cuente con la firma del presidente Barack Obama.
El Departamento de Comercio, entre otros, ha manifestado su oposición al proyecto, al que ha calificado de "contraproducente".
La estrategia del gobierno estadounidense parece apuntar a aumentar la presión sobre China de cara a la cumbre del G20 en Corea del Sur en noviembre.
En la cumbre de Toronto en abril esta presión no dio el resultado deseado.
El canciller de Brasil, Celso Almorín, dejó en claro la semana pasada que no formaría parte de una campaña para obligar a Pekín a apreciar su moneda.
Como recordó Amorin, "China es nuestro principal socio comercial".
En la cumbre en Seúl, podrá visualizarse con más claridad el nuevo paisaje económico-diplomático global que ha creado la emergencia de China.
Lo que está claro es que, por el momento, no hay acuerdo internacional en la "guerra de las divisas".

2009/07/10

China: ¿comerciar sin divisas extranjeras?

Fuente: BBC Mundo.

China ha lanzado un programa piloto que permite a los países vecinos con los que comercia cerrar los negocios en su propia moneda, el yuan o renminbi, sin necesidad de convertir los pagos a otro tipo de divisa.

Seis compañías de Shangai han firmado contratos con contrapartes en Hong Kong e Indonesia para comenzar a negociar en renminbi.

De acuerdo a estos contratos, si las partes tienen yuanes a mano, no necesitan convertirlos ni ingresar al mercado internacional de divisas para cerrar los tratos.

Algunos ejecutivos han señalado que esta facilidad ahorra costos a las empresas y tiene la ventaja de que evita los riesgos de las fluctuaciones de los tipos de cambio.

La mayor parte del comercio exterior chino se negocia en dólares o euros, lo que a los exportadores los vuelve vulnerables a las variaciones en las pizarras.

Expansión

El yuan no es una moneda de convertibilidad libre. Pero los observadores señalan que si este programa se extendiera, llevaría al fortalecimiento de la moneda china.

"Al principio, el programa tendrá un impacto limitado en el valor del yuan, por las restricciones oficiales y porque las empresas necesitan familiarizarse con el procedimiento", dice Liu Dongliang, analista de moneda del Banco de Comerciantes de China en Shenzhen.

"Pero con su expansión, a largo plazo aumentará la presión para que el yuan se aprecie a medida que se fortalece en el mercado internacional", agrega.

Se espera que el experimento sólo se limite a Hong Kong y Macao fuera de china continental, y a las provincias de Shangai y Guangdong.

Sin embargo, se espera que pronto se extienda para que el yuan pueda ser utilizado también en negocios entre partes de China oriental y el grupo de países del Asean (Brunei, Birmania, Camboya, Indonesia, laos, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam).

El mes pasado, el Banco Central de China reiteró que convertirá parte de sus reservas en dólares a una nueva moneda.

Según el comunicado del Banco Popular Chino, una moneda "súper soberana" debería reemplazar al dólar, y se deberían establcer mayores regulaciones a los países que emiten monedas que sostienen al sistema financiero.