En el preciso instante en que el presidente
boliviano, Evo Morales, anunciaba la expropiación de la filial de una
firma española de electricidad en su país el 1º de mayo, el líder de
otra empresa española, la petrolera Repsol, lo esperaba para inaugurar
juntos una planta de procesamiento de gas natural en esa nación.
Esa misma semana, se abrían en América Latina
seis fases de octavos de final de la Copa Libertadores, el principal
torneo de clubes de fútbol del continente, al que desde hace un tiempo
se le añade el nombre "Santander" por el banco que la patrocina, también
de origen español.
Y pocos días antes, otro banco español, el BBVA, anunciaba que más de
la mitad de las ganancias que obtuvo en el primer trimestre de este año
provinieron de sus filiales en Latinoamérica.
Esta serie de hechos es sólo un ejemplo de cómo
diversas empresas españolas han consolidado en los últimos tiempos su
presencia en la región a fuerza de inversiones, estrategias de marketing
y, por cierto, contactos políticos al más alto nivel.
De hecho, varios expertos creen que, a pesar de
las recientes nacionalizaciones de algunas filiales en países de América
Latina, las compañías españolas mantienen un fuerte interés en hacer
negocios en una región que les ofrece grandes beneficios potenciales en
tiempos de crisis en su nación de origen.
¿Bueno para quién?
"América Latina es muy importante para las
empresas españolas que están internacionalizadas", dijo Miguel Pérez, un
especialista de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en
diálogo con BBC Mundo.
Sin embargo, una pregunta que plantean las
expropiaciones recientes de YPF en Argentina y de la filial de Red
Eléctrica Española en Bolivia es qué tan importantes son hoy las
empresas españolas para América Latina.
Al anunciar la nacionalización de YPF, la
presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner negó que la empresa
controlada por Repsol haya reinvertido sus dividendos en el negocio
local, lo que contribuyó a que el país debiera importar hidrocarburos.
Sin juzgar cómo esa expropiación fue hecha,
algunos analistas consideran de recibo el argumento de que las
inversiones de algunas empresas españolas en América Latina ahora están
por debajo de lo que podría esperarse en función de sus beneficios.
Pero otros señalan que esas inversiones derivan del modo en que sus negocios en la región fueron concebidos inicialmente.
"Líderes de los mercados"
Pérez indicó que dos tercios de los activos que
las empresas españolas tienen en el extranjero están en América Latina,
una proporción muy superior al agregado de la Unión Europea (9%),
Alemania (6%) o el Reino Unido (3%).
Esto es el resultado de una apuesta que grandes firmas españolas
realizaron en los años ’90, en tiempos de apertura económica y
privatizaciones en Latinoamérica, para convertirse en firmas
multinacionales.
Entre ellas estaban Telefónica en el sector de
telecomunicaciones, Endesa en el área de energía, y Santander y BBVA en
el sector financiero.
La situación cambió en el arranque del siglo XXI
con la crisis argentina y la llegada de algunos gobiernos con tendencia
a nacionalizar empresas, como el de Hugo Chávez en Venezuela.
Pese a eso, España se afianzó en la última
década como el principal inversionista europeo en América Latina, con
acento en sectores como energía, telecomunicaciones, infraestructura,
banca e hidrocarburos, según un informe divulgado por la CEPAL a
comienzos de mes.
Entre 2000 y 2010 grandes empresas de ese país
lograron adquisiciones en la región para convertirse "en líderes de los
mercados en que operaban", indicó el estudio.
Según la CEPAL, en 2011 España aumentó su
participación en el total de inversiones extranjeras directas en la
región, llegando a 14% (cerca de US$21.500 millones) del total, cuando
en años previos no alcanzaba 10%.
¿Beneficios desmedidos?
Todo esto permitió a las firmas españolas
cosechar importantes ganancias en medio de la gran crisis económica que
afecta a su país.
"Las operaciones de diversas empresas en América
Latina han sido una tabla de salvación para enfrentar la crisis
económica. En efecto, muchas empresas españolas están teniendo altos
niveles de rentabilidad en la región, lo que ha compensado los
resultados de sus operaciones en Europa", indicó el informe.
Firmas como Telefónica, Santander o BBVA obtuvieron en Latinoamérica
cerca de la mitad de sus ganancias durante 2011, mientras la región
aporta más de un tercio de los beneficios totales del grupo constructor
Obrascón Huarte Laín (OHL) y casi un cuarto para la aseguradora Mapfre.
Una reciente encuesta de IE Business School
indicó que aproximadamente la mitad de las empresas españolas con
presencia en Latinoamérica espera que para 2015 la región pase a ser un
mercado más importante para sus negocios que el propio país europeo.
Jorge Fonseca, catedrático de economía
internacional en la Universidad Complutense de Madrid, sostuvo que
algunas veces las ganancias de las compañías españolas en América Latina
son desproporcionadas respecto a la inversión que realizaron.
El especialista apuntó al caso de Repsol, que
según sus cálculos en los años ’90 adquirió la petrolera YPF argentina
pagando el equivalente a 11.500 millones de euros actuales (unos US$
14.900 millones) pero si esa participación vale lo que sostiene la firma
española, tendría una ganancia acumulada de 27.000 millones de euros
(casi US$ 35.000) millones.
"Repsol habría obtenido en beneficios dos veces y media el valor de la inversión", dijo Fonseca a BBC Mundo.
Además, sostuvo que como suele ocurrir con las
multinacionales, "las empresas españolas en América Latina han
reinvertido en buena medida los mismos beneficios que han generado ahí".
"Viajes y negociaciones"
Por todo esto, los expertos consultados
descartan que las expropiaciones recientes de YPF en Argentina o de la
filial de Red Eléctrica Española en Bolivia puedan espantar las
inversiones españolas de la región, como algunos han advertido.
"Las políticas de nacionalización de ciertas
empresas y sectores que se en algunos países en los últimos 10 años, han
estado bastante acotadas", dijo Pérez en la CEPAL.
"Y la evidencia es que la inversión extranjera directa en general y la española en particular sigue subiendo", agregó.
Países con mayor tradición de estabilidad en sus
marcos regulatorios y de respeto a los contratos, como Brasil, México o
Chile, suelen figurar entre los más atractivos para los inversores
extranjeros.
A su vez, datos de la Oficina Económica y
Comercial de la Embajada de España en Caracas obtenidos por BBC Mundo en
esa capital indican que la inversión bruta española en Venezuela ha
tenido altos y bajos entre 2001 y 2010.
Sin embargo, las empresas españolas mantienen
una importante presencia en ese país, donde dos de los principales
bancos pertenecen a los grupos BBVA y Santander, una filial de
Telefónica es la mayor operadora de telefonía móvil y Repsol participa
en proyectos energéticos.
Francisco Álvarez, ex consejero delegado de la
bolsa de Valencia y ex asesor de bolsas latinoamericanas, sostuvo que
las empresas españolas deben estar realizando un análisis sobre lo que
ocurrirá con las expropiaciones en la región a futuro.
A juicio de Álvarez, director de la consultora
Ética Soluciones Financieras, eso implica negociaciones reservadas a
nivel diplomático y empresarial para buscar equilibrios que sirvan a
ambos lados del Atlántico.
"No se dice de una forma abierta", dijo, "pero
estoy convencido de que en este momento hay viajes y negociaciones en
todo sentido".