La expropiación de la petrolera Repsol YPF, cuya ley aprobó ya el
Congreso argentino, busca, según sus impulsores, reducir la dependencia
de importaciones de energía que tiene actualmente el gobierno de
Cristina Fernández de Kirchner.
El ejecutivo argentino afirma que la casa matriz española de Repsol
no invirtió lo suficiente para evitar que el país tuviese que empezar a
importar energía a partir de 2010, a un costo promedio de unos US$10.000
millones por año.
Repsol rechaza no haber invertido suficiente en
YPF y su vocero le dijo a la BBC -el día del anuncio de la expropiación-
que más bien se trataría de una jugada de las autoridades para quedarse
con los derechos de explotación de un enorme reservorio energético en
el oeste argentino, llamado Vaca Muerta.
Esta es un área de 30.000 kilómetros, en la
provincia de Neuquén. Repsol-YPF tenía derechos de explotación en más de
un tercio de esa superficie.
El año pasado, la compañía española anunció
haber encontrado en esta zona "el mayor descubrimiento" de petróleo y
gas no convencional en la historia del país.
Según esos datos, en esta formación hay tanto
gas bajo tierra que, de hallarse un método rentable de extracción
Argentina sobrepasaría a Venezuela y Bolivia como los dos países de
Sudamérica con más reservas de este hidrocarburo.
Según la Administración de Información
Energética (EIA, por sus siglas en inglés), que es una dependencia del
Departamento de Energía de Estados Unidos, Argentina tendría 774 Tcf
(trillones de pies cúbicos) de gas no convencional o, como se conoce en
inglés,
shale gas.
Semejantes reservas de gas dejarían a Argentina
sólo detrás de Estados Unidos y China como los países con más gas no
convencional en el mundo.
Y una buena parte de estos recursos naturales
incluyen lo que se presume que hay en Vaca Muerta. Por ello, el enorme
malestar que dejó la medida de nacionalización para los propietarios
españoles.
Aunque el gobierno los acuse de haber "vaciado"
YPF para financiar negocios en otros países, Repsol dejó entender que la
expropiación les quitaba un pie de una zona de importante potencial.
Inversiones y política energética
"Con las inversiones necesarias, Vaca Muerta puede ser una zona muy,
pero muy importante", dice a BBC Mundo el reconocido experto en
hidrocarburos, y directivo de la Sociedad de Ingenieros de Petróleo de
Argentina, Eduardo Barreiro.
"El tema es que se necesitan inversiones
multimillonarias. Hablamos de unos US$1.000 millones anuales para lograr
una producción que cubra 30% o 40% del consumo nacional", afirma.
En la temporada de invierno de 2011, la de mayor
consumo de gas en Argentina, se importó aproximadamente 80% de este
combustible. Un aumento en la oferta interna reduciría sustancialmente
la cuenta anual del Fisco, que en 2012 podría ascender a US$14.000
millones.
Por otra parte, está el asunto de factibilidad y costos.
Para los analistas del mercado petrolero, un
pozo de crudo convencional logra recuperar la inversión en menos de un
año con precios favorables del mercado. Mientras, el no convencional
requiere unos 3 años para cubrir lo invertido.
Esto se debe a que, al ser no convencional, necesita de mayor esfuerzo y de un trabajo constante.
"Los pozos no convencionales pueden comenzar con
una producción entre 250.000 y 300.000 metros cúbicos, pero después se
cae rápido a 50.000 metros cúbicos por ejemplo. De ahí que hay que estar
perforando todo el tiempo el pozo", explica Barreiro.
Repsol asegura que para explotar todo el
potencial argentino de hidrocarburos no convencionales se deberían
invertir unos US$20.000 millones por año, pero, señala la compañía, como
el precio de los combustibles está subsidiado dentro de Argentina, no
habría incentivo para inyectar semejante capital.
"Dentro del país se paga el millón de British Thermal Unit
-una unidad de energía equivalente a 1.055,056 julios- de gas a unos
US$2, mientras que en el mercado internacional se vende a US$14 o US$16.
Entonces no hay incentivo de producir para venderlo en el país",
comenta a BBC Mundo el exsecretario de Energía de Argentina Daniel
Montamat.
"Por eso, más allá de que Repsol no invirtió lo
suficiente y eso llevó al gobierno a tomar esta medida de
nacionalización, se tiene que planificar una política energética de
largo plazo y dejar de pensar en soluciones a corto plazo para tratar de
solucionar el problema de la energía y abastecimiento", agregó.
Escepticismo
Dentro del sector de especialistas argentinos en temas energéticos
hay cierto escepticismo en cuanto al verdadero potencial de Vaca Muerta.
Más allá de la inversión necesaria, algunos
consideran que ha habido cierto apresuramiento en confirmar (y anunciar
de manera grandilocuente) un potencial energético que aún requiere ser
constatado de manera firme.
"Para empezar hay que distinguir si se comprueba
que este recurso es en efecto una reserva", señaló a BBC Mundo el
geólogo y asesor de petroleras en proceso de exploración Daniel
Kokogian.
"Un recurso es cualquier volumen de hidrocarburo
identificado en el subsuelo cuya cantidad está ya estimada; pero una
reserva es un volumen de hidrocarburos susceptible de ser explotado
económicamente. Es decir, cuando la inversión es recuperable y con
ganancia. Esto, en el caso de Vaca Muerta, aún no se sabe", explica.
Kokogian califica de "endebles, para no usar un
adjetivo más duro", las conclusiones de la EIA que indican que Argentina
tiene más de 700 Tcf de gas.
"Para mí no tiene mucho sustento técnico. Se
trató de un hecho comunicacional agresivo. Si el motivo de la
expropiación (de YPF) es ese (en referencia a Vaca Muerta), se dieron un
tiro en el pie", agregó.
En los años 80 y 90, en Canadá y Estados Unidos
se dio una explosión en el negocio del gas no convencional a raíz de que
el precio del hidrocarburo en el mercado internacional se quintuplicó.
"El volumen de inversión en estos países
inmediatamente después fue tan grande que a los 5 años el negocio creció
enormemente y ahora producen 45% del gas no convencional en el mundo",
dice Kokogian.
"Pero el valor del gas volvió a bajar y desde
hace rato nadie empieza un proyecto de este tipo. Sólo se siguen
explotando los proyectos que quedaron andando desde hace 10 o 12 años",
agregó.
"De ahí que iniciar nuevos desarrollos en Vaca Muerta son aún un desafío que aún no se sabe si será rentable".