La empresa textil española Inditex, propietaria de la marca Zara, dijo que está reforzando los controles en su cadena de producción, después de que se supiera que los trabajadores inmigrantes de un taller brasileño al que le compraba ropa estaban sometidos a condiciones denigrantes.
Las autoridades brasileñas descubrieron en una redada en Sao Paulo a los inmigrantes, la mayoría provenientes de Bolivia, trabajando por una miseria en condiciones inseguras.Inditex aseguró que tiene una política de cero tolerancia con este tipo de incumplimientos.
La compañía señaló que los trabajadores eran empleados de manera ilegal por una empresa subcontratada.
Las autoridades encontraron a los inmigrantes hacinados, trabajando en condiciones insalubres durante largas jornadas laborales.
Según explicó el periodista de la BBC Paulo Cabral, quien acompañó a los agentes en la redada, el lugar estaba lleno de cables eléctricos que colgaban de las paredes sobre montañas de telas.
Medios brasileños informaron que los trabajadores recibían un salario de entre US$0,7 y US$0,12 por pieza.
Inditex, la mayor compañía textil del mundo, dijo en un comunicado que encontraron a 15 trabajadores en el taller trabajando para un subcontratista sin su conocimiento.
Tras percatarse de lo que estaba sucediendo, la empresa tomó medidas de forma inmediata, aseguraron.
"Compensación"
"El proveedor aceptó toda la responsabilidad y va a pagar una compensación a los trabajadores como requiere la ley brasileña y el código de conducta de Inditex", señaló la compañía española.
Inditex también aseguró que el proveedor va a mejorar las condiciones de trabajo del subcontratista para ponerlas al mismo nivel que las de aquellas instalaciones auditadas y aprobadas por los inspectores de la empresa.
La compañía española tiene unos 50 proveedores en Brasil, que emplean a cerca de 7.000 trabajadores.
Inditex aseguró querer "promover las mejores condiciones posibles en la industria textil brasileña".
Según Paulo Cabral, en el estado de Sao Paulo hay cientos de fábricas que producen prendas de ropa para el floreciente mercado brasileño.
Recientemente, las autoridades crearon un grupo especial para localizar y clausurar las maquiladoras en las que se trabaja en condiciones ilegales.
Muchos de los trabajadores de esos talleres son introducidos ilegalmente en Brasil desde Bolivia, según le explicó a la BBC Luiz Alexandre Faria, del Departamento de Trabajo de Brasil.
"No pueden abandonar los talleres hasta que hayan pagado los costos del viaje. Algunos empleadores incluso les confiscan sus documentos", aseguró Faria.
El código penal brasileño considera trabajo esclavo aquél en el que se obliga a una persona a trabajar durante largas horas, sometida a condiciones inseguras y con restricciones en sus movimientos desde o hasta el trabajo.
Inditex también aseguró que el proveedor va a mejorar las condiciones de trabajo del subcontratista para ponerlas al mismo nivel que las de aquellas instalaciones auditadas y aprobadas por los inspectores de la empresa.
La compañía española tiene unos 50 proveedores en Brasil, que emplean a cerca de 7.000 trabajadores.
Inditex aseguró querer "promover las mejores condiciones posibles en la industria textil brasileña".
Según Paulo Cabral, en el estado de Sao Paulo hay cientos de fábricas que producen prendas de ropa para el floreciente mercado brasileño.
Recientemente, las autoridades crearon un grupo especial para localizar y clausurar las maquiladoras en las que se trabaja en condiciones ilegales.
Muchos de los trabajadores de esos talleres son introducidos ilegalmente en Brasil desde Bolivia, según le explicó a la BBC Luiz Alexandre Faria, del Departamento de Trabajo de Brasil.
"No pueden abandonar los talleres hasta que hayan pagado los costos del viaje. Algunos empleadores incluso les confiscan sus documentos", aseguró Faria.
El código penal brasileño considera trabajo esclavo aquél en el que se obliga a una persona a trabajar durante largas horas, sometida a condiciones inseguras y con restricciones en sus movimientos desde o hasta el trabajo.