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2013/10/09

¿Está acabando Google con nuestra memoria?

Lo que sigue son unos fragmentos del libro de Clive Thompson Smarter Than You Think: How Technology Is Changing Our Minds for the Better, que acaba de publicar Penguin Press.

¿Está acabando internet con nuestra capacidad de recordar datos? Si alguna vez se ha lanzado a su smartphone durante una discusión de bar (“Cantante que solo tuvo un éxito y hoy es el padre de una estrella del pop que hace bailes obscenos”, ¡Billy Ray Cyrus!), entonces seguro que siente un persistente temor a estar perdiendo la memoria. Y, seamos sinceros, a medida que surjan herramientas de búsqueda cada vez más alucinantes y poderosas --desde el Watson que juega a Jeopardy! de IBM hasta la “búsqueda predictiva” de Google Now--, esa inquietud no va a hacer más que aumentar.

¿Es verdad? ¿Cada vez que echamos mano al ratón porque se nos han olvidado los ingredientes del Tom Collins o la capital de Arkansas estamos perdiendo la capacidad de retener conocimientos?

La respuesta rápida es que no. Las máquinas no están destrozando nuestra memoria.

La respuesta más larga es que ¡se trata de algo muchísimo más extraño!

Lo que sucede en realidad es que hemos empezado a adaptar las máquinas a una vieja técnica que desarrollamos hace miles de años, la “memoria transactiva”. Es decir, el arte de almacenar información en las personas que nos rodean. Hemos empezado a tratar los motores de búsqueda, Evernote y los smartphones como siempre hemos tratado a nuestros cónyuges, amigos y colegas. Son los cómodos dispositivos que utilizamos para compensar nuestra escasa capacidad de recordar detalles.

Porque, francamente, a nuestro cerebro siempre se le ha dado muy mal recordar detalles. Sabemos retener la información esencial. ¿Pero los datos concretos y engorrosos? No tanto. En un estudio de 1990, mucho antes de que las redes corroyeran nuestras mentes como se piensa, el psicólogo Walter Kintsch llevó a cabo un experimento en el que los sujetos leían varias frases. Cuando les preguntaba 40 minutos después, solían poder de recordar las frases al pie de la letra. Cuatro días después, eran totalmente incapaces de recordar la formulación exacta de la frase, pero aún sabían describir su significado.
La excepción es cuando alguien está obsesionado con un tema. Si una persona es muy aficionada a algo concreto --fútbol, la Guerra de Secesión, Pokémon--, suele tener gran facilidad para absorber y retener detalles. Cuando uno es experto en algo, no le cuesta nada aprender datos nuevos sobre la materia. Pero eso solo pasa con cosas que nos apasionan. Los aficionados al béisbol pueden recitar las estadísticas de sus jugadores favoritos y en cambio olvidar cuándo es su propio cumpleaños.

La humanidad, pues, siempre ha recurrido a dispositivos para averiguar esos detalles. Hace mucho que almacenamos conocimiento en libros, papeles, notas de Post-it.

¿Y cuándo necesitamos obtener información sobre la marcha, en cualquier momento y a toda velocidad? Entonces no utilizamos documentos tanto como creemos. No, recurrimos a algo mucho más inmediato: otras personas.

El psicólogo de Harvard Daniel Wegner y sus colegas Ralph Erber y Paula Raymond iniciaron el estudio sistemático de la “memoria transactiva” en los años ochenta. Wegner se dio cuenta de que los cónyuges, muchas veces, se reparten las tareas. El marido se sabe los cumpleaños de los familiares políticos y dónde están las bombillas de repuesto; la mujer, el número de la cuenta bancaria y cómo programar el DVD. Si se le pregunta al marido el número de cuenta, se encoge de hombros. Si se le pregunta a la mujer cuándo cumple años su cuñada, nunca se acuerda. Juntos, saben mucho. Por separado, un poco menos.

Wegner sospechó que ese reparto de tareas se produce porque tenemos una buena “metamemoria”. Somos conscientes de nuestras cualidades y limitaciones mentales podemos intuir la capacidad de recordar de otras personas. Después de mucho tiempo con un colega o una pareja, sabemos que, mientras que nosotros no conseguimos recordar la hora de nuestra reunión, o una noticia, o cuánto mide un kilómetro en relación con una milla, ellos sí. A unos les encanta el tema X; a otros, el tema Y. Así que cada uno empieza a delegar subconscientemente la tarea de recordar esos datos en el otro, a tratarlos como si fueran un cuaderno de notas o una enciclopedia, y ellos hacen lo mismo. En muchos aspectos, indicó Wegner, las personas son mejores que los cuadernos y las enciclopedias, porque responden con mucha más rapidez: no hay más que gritar una pregunta vagamente formulada al cubículo de al lado (¿Dónde guardamos el cacharro que usamos para ese asunto?) y obtenemos una respuesta en cuestión de segundos. Compartimos el trabajo de recordar, destacó Wegner, porque hace que, como colectivo, seamos más inteligentes.

Los experimentos han corroborado la teoría de Wegner. Un grupo de investigadores estudió a parejas de ancianos que llevaban décadas juntos. Cuando los separaba y les preguntaba de forma individual sobre cosas que habían pasado hacía años, a veces se equivocaban con los detalles. Cuando les preguntaba juntos, los recordaban sin problemas. ¿Por qué? Porque se daban mutuamente pistas, una forma de despertar los recuerdos del otro. Así recordaba una pareja un espectáculo que habían visto durante su viaje de novios, 40 años antes:

Mujer: Y fuimos a ver dos obras, ¿te acuerdas de cómo se llamaban?

Hombre: Sí. Una era un musical, ¿o lo eran las dos? No… no… una…

Mujer: Actuaba John Hanson en ella.

Hombre: Canción del desierto.

Mujer: Canción del desierto, eso es, no me acordaba del título, pero sí, sabía que actuaba John Hanson.

Hombre: Sí.

En cierto sentido, estaban googleándose uno a otro. Otros experimentos han dado resultados similares. En uno de ellos, se enseñaba a unas personas a hacer una cosa difícil --montar una radio-- y se les examinaba una semana después. Los que habían aprendido en grupo y se examinaban con ese mismo grupo lo hacían mucho mejor que los que trabajaban a solas; juntos, recordaban más detalles y cometían menos errores. En 2009, unos investigadores observaron a 209 estudiantes universitarios en un curso de empresa, divididos en pequeños grupos para llevar a cabo un proyecto semestral. Los grupos que más utilizaban la memoria transactiva --es decir, los grupos cuyos miembros más recurrían unos a otros para recordar información-- sacaron mejor nota que los que no la empleaban. No es solo que los grupos trasactivos recuerden mejor: es que además analizan mejor los problemas y comprenden mejor sus principios fundamentales.

No recordamos de forma aislada, y eso está muy bien. “Simplemente, parece que grabamos tantos datos fuera de nuestra mente como dentro de ella”, escribe Wegner. “Las parejas que pueden recordar cosas de forma transactiva ofrecen a los individuos que la componen una capacidad de almacenamiento y acceso a una variedad mucho más amplia de informaciones que en caso contrario”. Estamos, según la deliciosa definición de Wegner, ante “los procesos mentales de la díada íntima”.

Y resulta que eso mismo es lo que hacemos con Google, Evernote y las demás herramientas digitales. Las tratamos como a unos amigos de memoria alucinante y que suelen estar a nuestra disposición. Nuestra “díada íntima” incluye hoy un cerebro de silicio.

Hace poco, una alumna de Wegner --la científica de la Universidad de Columbia Betsy Sparrow-- llevó a cabo varios experimentos que están entre los primeros que demuestran esta tendencia. Ofreció a sus sujetos frases con datos aleatorios (como “El ojo de un avestruz es más grande que su cerebro”, o “El transbordador espacial Columbia se desintegró al entrar en la atmósfera sobre Texas en febrero de 2003”) y les dijo que las escribieran en un ordenador. En algunos casos, les dijo claramente que la información no se iba a guardar. En otros, la pantalla les decía que se había guardado en una de cinco carpetas con nombres poco significativos, como DATOS, ASUNTOS o PUNTOS. Cuando Sparrow examinó a los estudiantes, los que sabían que el ordenador había guardado la información, en general, la recordaban peor que los que creían que los datos no se habían guardado. Es decir, si sabemos que una herramienta digital va a recordar un dato, es algo menos probable que lo recordemos.

Sin embargo, estamos bastante seguros de dónde podemos encontrar ese dato dentro del ordenador. Cuando Sparrow pidió a los estudiantes que recordaran si un dato se había guardado o se había borrado, se acordaban mejor de los casos en los que el dato se había guardado en una carpeta. Como explicó en un ensayo para Science, “pensar que uno no va a tener acceso a la información en el futuro refuerza la capacidad de recordar la información en sí, mientras que creer que la información se ha guardado en otro sitio refuerza la capacidad de recordar que es posible acceder a ella”. Cada situación refuerza un tipo diferente de memoria. Otro experimento llegó a la conclusión de que a los sujetos se les daba verdaderamente bien recordar los nombres concretos de las carpetas que contenían el dato exacto, pese a que los nombres de las carpetas eran de lo más anodino.

“Igual que mediante la memoria transactiva aprendemos quién sabe qué en nuestra familia y en nuestra oficina, estamos aprendiendo lo que ‘sabe’ el ordenador y cuándo debemos acudir al sitio en el que hemos almacenado la información en nuestras memorias informáticas”, escribió Sparrow.

Podría decirse que eso es precisamente lo que más miedo nos da: ¡nuestra capacidad mental está disminuyendo! Pero, como de indicó Sparrow cuando hablamos sobre su trabajo, ese pánico es exagerado. Llevamos siglos almacenando una gran parte de lo “sabemos” en las personas que nos rodean. No solemos ser conscientes de ello porque preferimos vernos como unos cerebros aislados y cartesianos. A los novelistas, en especial, les encanta ensalzar las glorias de la mente solitaria; es lógico, dado que su trabajo les exige estar sentados a solas en una habitación durante años y años. Pero los demás, en general, pensamos y recordamos de manera social. Somos más tontos y tenemos una mente menos ágil si no estamos con otras personas; y ahora, otras máquinas.

De hecho, como interlocutores transactivos, las máquinas tienen varias ventajas sobre los humanos. Por ejemplo, si les hacemos una pregunta, podemos acabar obteniendo mucha más información de la que creíamos. Si estoy tratando de recordar qué parte de Pakistán ha sido blanco de toneladas de bombas arrojadas por aviones no tripulados y le pregunto a un colega informado sobre los asuntos internacionales, me contestará que “Waziristán”. Pero cuando hice la pregunta en internet, me enviaron a la página de Wikipedia sobre “Ataques con aviones no tripulados en Pakistán”. Acabé leyendo sobre el asombroso aumento de los ataques con aviones no tripulados (de uno al año a 122 al año) y varias informaciones muy interesantes sobre la sorprendente división de opiniones entre los residentes de Waziristán. Es evidente que era una forma de perder tiempo --pasé alrededor de 15 minutos echando un vistazo a distintos artículos de Wikipedia sobre tamas relacionados--, pero también aprendí más cosas y mejoré mis conocimientos generales y “esquemáticos” sobre Pakistán.

Imaginemos que mi colega se hubiera comportado como un motor de búsqueda y me hubiera dado una conferencia de cinco minutos sobre Waziristán. Lo más probable es que yo le hubiera interrumpido bruscamente. “¡Venga, tío!, que tengo que volver al trabajo”. Cuando las personas nos sueltan información sin que se la hayamos pedido, resultan hasta groseros. Cuando lo hacen las máquinas, resultan fascinantes. Y hay muchas oportunidades de comprobarlo. Se podría pensar que los motores de búsqueda se utilizan sobre todo para responder preguntas, pero algunas investigaciones han descubierto que hasta el 40% de todas las búsquedas son para recordar. Estamos intentando refrescar los detalles de algo que ya sabíamos.

Si utilizar el ordenador para despertar la memoria transactiva tiene algo de peligroso, no es que nos vaya a volver más tontos o más desmemoriados. Es que su mecánica es inescrutable. La memoria transactiva es más eficaz cuando una persona sabe cómo funciona la mente de su interlocutor: qué se le da bien, qué se le da mal, si tienen algún prejuicio. Son cosas que es posible saber de la gente a la que conocemos bien. Pero con las herramientas digitales es más difícil, sobre todo con los motores de búsqueda. Son empresas privadas que protegen sus algoritmos como si fueran las joyas de la corona. Y en ese sentido son distintas a todas las formas anteriores de memoria transactiva mecánica. Una biblioteca pública, un cuaderno, un montón de papeles, no guardan secretos intencionados sobre sus mecanismos. Un motor de búsqueda sí, y muchos. Necesitamos aprender sobre estas herramientas del mismo modo que enseñamos a los niños a leer y escribir; tenemos que ser escépticos cuando las empresas de búsqueda aseguran que son árbitros “imparciales” de la información.

Además, la memoria transactiva no es un cheque en blanco cognitivo. Alumnos de bachillerato, lo siento por vosotros: seguís teniendo que aprenderos de memoria montañas de datos, por razones cívicas, culturales y prácticas, porque una sociedad necesita bases comunes de conocimientos. Y, a nivel personal, porque sigue siendo importante estudiar despacio y aprender a fondo los temas, entre otras cosas, porque el pensamiento creativo --los hallazgos más innovadores-- nace de una reflexión profunda y a menudo inconsciente, la labor del cerebro que da vueltas a todas las informaciones que ha absorbido.

Ahora bien, dejemos de preocuparnos por que el iPhone nos vaya a arrebatar la memoria de nuestro cerebro. Hace tiempo que la memoria no está ahí y, sin embargo, sigue a nuestro alrededor.

Clive Thompson es desde hace muchos años colaborador de The New York Times Magazine y columnista en Wired. Es autor de Smarter Than You Think: How Technology Is Changing Our Minds for the Better.

La justicia respalda a un profesor que miró sin permiso el móvil de un alumno

La actividad educativa es una "misión pública" que prevalece sobre "el derecho a la protección de datos". Al menos es así, según una reciente sentencia de la Audiencia Nacional, en el caso del director de un colegio de Madrid que accedió a los datos del teléfono móvil de un alumno de 12 años para comprobar si contenía un vídeo de contenido sexual; una compañera se había quejado de que el muchacho se lo había enseñado. Así, la audiencia avala la actuación del director, porque “el derecho a la protección de datos no es ilimitado sino que, como cualquier otro, puede quedar constreñido por la presencia de otros derechos en conflicto”. La sentencia, del pasado mes de septiembre, se puede recurrir ante el Tribunal Supremo.

En noviembre 2011, el docente, con ayuda del informático del centro, hizo aquella comprobación y abrió expediente sancionador al niño. Poco después, el padre denunció al colegio por violación del derecho a la intimidad, privacidad y secreto de las comunicaciones; primero en un juzgado de Madrid y, después, ante la Agencia Española de Protección de Datos. La familia recurrió la decisión de la agencia y ahora la Audiencia Nacional vuelve a dar la razón al colegio.

Y lo hace aun reconociendo que el director accedió a unos datos de carácter personal y que, en principio, debería haber contado con la autorización de los padres, ya que se trataba de un menor. Sin embargo, los magistrados de la audiencia consideran que en este caso “se ha de conjugar el contexto real en el que se produjo, esto es, en el marco de una acción disciplinaria iniciada tras la comunicación de una niña que expresó sentirse violentada por los archivos audiovisuales que le fueron exhibidos por el hijo del recurrente y, por ende, en protección de los derechos de esa misma niña o de otros menores alumnos del mismo centro”.

Así que, mirar el móvil era necesario para el "cumplimiento de una actividad de interés público", una de las salvedades que la normativa contempla para el tratamiento de los datos de carácter personal sin necesidad consentimiento. Y resulta “notorio el interés del director del centro cual es una adecuada prestación el servicio educativo que tiene encomendado y la protección de los derechos de los otros menores, cuya guarda, asimismo, se le confía”, añaden los magistrados.

El profesor de Derecho de la Universidad Carlos III plantea algunas dudas sobre la decisión de la Audiencia. "Claro que cuando hay conflicto de derechos hay que ponderar, pero se trata de un derecho fundamental [a la privacidad, a la protección de datos personales] y probablemente habría que haber consultado a la fiscalía y a los padres antes de acceder al contenido del móvil", dice Campoy.

Leer novelas es bueno para la empatía

Cuando en 2012 la escritora Louise Erdrich obtuvo el premio nacional de literatura de EE UU por su novela The round house, no sabía que su obra estaba contribuyendo a incrementar la empatía de sus seguidores. Este y otros títulos novelísticos han servido a dos investigadores estadounidenses para concluir que las lecturas de este género ayudan a las personas a identificar mejor las emociones ajenas. Según el trabajo, publicado esta semana en la revista Science, este tipo de literatura permite apreciar el mundo desde otros puntos de vista e identificarse con los personajes, lo que afecta positivamente al desarrollo de las habilidades sociales.

Durante el ensayo, los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos. Uno de ellos recibió un texto de ficción, otro uno de no ficción y el último ninguna lectura. Los investigadores, miembros del Nuevo Centro de Investigación Social de Nueva York (EEUU), seleccionaron las obras según los premios que habían recibido.

"Hemos utilizado diferentes tipos de textos", indica a SINC David Comer Kidd, uno de los autores del estudio. "Seleccionamos extractos de los primeros capítulos de algunos libros que fueron finalistas de los Premios Nacionales de Novela o best sellers en Amazon, y algunas historias cortas de la colección de ganadores del Premio Henry en 2012", añade.

Los expertos hicieron tres pruebas posteriores, basadas en la Teoría de la Mente (TdM), que refleja el grado en que un individuo es capaz de percibir las emociones y los pensamientos de los demás. Este modelo tiene dos componentes, una parte cognitiva y otra emocional. "La TdM cognitiva se refiere a nuestra habilidad para reconocer lo que otra gente piensa y cree acerca del mundo que les rodea", explica Comer. La afectiva implica la apreciación de los sentimientos.
Calibrar sentimientos

Dos de los ensayos determinaron ese desarrollo cognitivo de las habilidades sociales en los participantes. Uno es el test de los ojos de Baron-Cohen, que consiste en pedir a los sujetos que describan las emociones de la persona cuya mirada aparece en una fotografía. El otro es la prueba de reconocimiento de expresiones faciales, similar a la anterior, aunque en este caso las imágenes muestran un rostro completo.

Por último, los investigadores utilizaron el test de Yoni, utilizado para estimar también la capacidad de empatía emocional de los participantes, que requiere la deducción de los pensamientos y sentimientos de un personaje mediante unas mínimas pistas visuales y escritas.

"El hallazgo más importante es que una simple lectura corta de ficción literaria conlleva un incremento inmediato en los resultados de los test de la TdM", explica el investigador estadounidense. "Este efecto fue igual de palpable en las personas que ya estaban familiarizadas con este tipo de textos y en aquellas que no solían leerlos", concluye.

Según los autores, las personas que leen ficción literaria calibran los sentimientos de los demás con mayor precisión en comparación con los que leen no ficción, ficción popular, o nada en absoluto. "Es la literatura de ficción la que mejora el rendimiento en la TdM porque los lectores deben implicarse totalmente en el texto", señala Comer. Por el contrario, "la ciencia ficción o las novelas románticas tienden a ofrecer personajes y situaciones establecidas, mientras que la novela de ficción supone un desafío para las convicciones de los lectores y les fuerza a penetrar en la mente de los personajes", recalca.
Desde la infancia

El trabajo pone de manifiesto el valor de la ficción literaria a la sociedad y recalca sus implicaciones en los debates sobre la necesidad de las humanidades y las artes en las escuelas. Jordi Solves, investigador y profesor en el departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales y Sociales de la Universidad de Valencia, se muestra de acuerdo con estos autores. "Lo que se debería fomentar es el gusto por la lectura", indica el experto.

"Como todo, empieza en la infancia, en casa y en la escuela", recalca Solves. "Los niños nos tienen que ver leer en casa, hay que leerles cuentos por la noche, escucharles leer cuando sepan hacerlo, guiarles en la lectura", añade.

Los científicos indican que las conclusiones del trabajo pueden servir para tomar mejores decisiones acerca del grado en el que se apoya la literatura, y, de una manera más amplia, el arte. "Vivimos rodeados de ficción en los libros, la televisión y en las películas; pero sabemos muy poco acera de cómo nos afecta psicológicamente", destaca Comer. "Esta investigación será de gran interés para la psicología y para aquellos interesados en conocer cómo la cultura afecta a las personas", concluye el estadounidense.

Entre sus próximos proyectos se encuentra el estudio de los efectos a largo plazo de una exposición crónica a la ficción literaria.

La versión digital del 'Financial Times' mandará sobre la impresa

El Financial Times se renovará en la primavera de 2014 con un nuevo diseño que afectará no sólo a su apariencia sino también a sus contenidos, de modo que "el producto impreso se derivará de la oferta web, y no al revés", como hasta ahora.

Así lo ha anunciado Lionel Barber, editor del rotativo en un comunicado a la plantilla que recoge The Guardian. El plan incluye lanzar, para la primera mitad de 2014, una sola edición de su versión impresa. "El nuevo Financial Times será rediseñado y actualizado para reflejar los gustos y hábitos de lectura modernos", explica.

En este sentido, Barber señala que "el estilo de publicación de periódicos de los años 70, basado en ir realizando cambios en múltiples ediciones según avanza la noche, está muerto". "En el futuro, nuestro producto impreso se derivará de la oferta web, y no al revés", subraya.

El nuevo diario será realizado por un equipo "pequeño", enfocado en el papel, e integrado en uno mayor encargado de lanzar noticias para la web durante el día.

En el área del diseño, Barber ha avanzado que los esfuerzos se pondrán en las páginas con gráficas y datos. Además, cambia la filosofía. Se pasa, en la versión impresa, de dar noticias a ofrecer contexto y "valor añadido" a las historias más relevantes que hayan sido noticia durante el día, con acento en el periodismo de investigación.
Nuevos tiempos

En cuanto a la versión digital, cambian los tiempos. Las historias se publicarán en la web pensando en aquellos momentos en los que hay más gente navegando por internet más que en los "antiguos cierres de la versión impresa". En este sentido, el editor compara esta nueva rutina con los tiempos que se manejan en los informativos de televisión.

Todos estos cambios implicarán que el periódico transfiera más recursos y personal que ahora trabajan en el cierre durante la noche al día, y de la tarde a la mañana, todo con el objetivo de atender primero a la web. El periódico también reconoce que agregará contenidos elaborados por terceros.

Para Barber, todos estos cambios son una "extensión lógica" de la evolución realizada por el diario durante la última década. "Hemos transformado nuestro modelo de negocio, cobrando exitosamente por contenidos y construyendo un negocio global de suscripciones", señala. En este sentido, recuerda que el último año las suscripciones online sobrepasaron a la circulación impresa por primera vez en su historia. Actualmente, el diario tiene 100.000 suscripciones digitales más que ventas del periódico.

"No es momento para quedarse parados. Las competencias en nuestro sector por adaptarse a un contexto en el que cada vez somos leídos más en el ordenador, teléfono y tabletas es más fuerte que nunca", ha señalado.

LG presenta Pad 8.3, una tableta con pantalla de mejor resolución que el iPad

LG Electronics presentó el lunes su primera tableta con una pantalla de gran resolución, sumándose a los rivales mundiales que tratan de desafiar el dominio de Apple en el popular mercado de las tabletas de pequeño tamaño.

La G Pad 8.3 es la primera tableta que saca al mercado la firma surcoreana en dos años, con la que LG intenta recuperar el terreno perdido en el mercado móvil por su lenta respuesta al cambio de la industria hacia los smartphones. El tercer mayor fabricante mundial de teléfonos avanzados después de Samsung Electronics y Apple espera que la nueva tableta, dotada con una pantalla mejor, le ayude a remontar durante la temporada navideña, ya que las tabletas con Android continúan ganando cuota de mercado al iPad.

El lanzamiento llega días después de que fuentes próximas a la cadena de suministro de Apple apuntasen la posibilidad que el iPad Mini con pantalla de retina se retrase más allá de la fecha prevista, este mes de octubre. Si se confirmase esta información, el iPad, dispositivo líder del mercado, no dispondría de las pantallas que ofrecen tabletas rivales.

La G Pad 8.3 tiene una resolución de 1.920 por 1.200 con 273 píxeles por pulgada. Es por tanto mejor que la del iPad Mini de 7,9 pulgadas, que tiene una resolución de 1.024 por 768 y 163 píxeles por pulgada. La tableta de LG competirá también con las nuevas Kindle Fire HDX, las últimas versiones, más rápidas y ligeras, de la tableta de Amazon.

LG también ha añadido una característica que permite a los usuarios comprobar y enviar mensajes recibidos en su smartphone Android desde la tableta, esperando que tal función le ayude a destacar en un mercado móvil cada vez más saturado. La nueva tableta, que está disponible sólo en versión Wifi, se venderá a 550.000 wones (376 euros) desde la semana próxima en Corea del Sur y será presentada en unos 30 países a final de este año.

Microsoft entierra el Windows XP a partir de abril

Microsoft ha presentado en España su nueva estrategia de mercado, una "nueva era" centrada en la tecnología cloud computing y sus últimos dispositivos.

Según la compañía, sus soluciones de almacenamiento en la nube con gran variedad de servicios y modelos público, privado e híbrido, y sus terminales equipados con Windows 8 son "los elementos clave con los que afrontarán el nuevo panorama", motivo por el cual a partir de abril dejará de actualizar el sistema operativo Windows XP.

Como parte del Encuentro Anual de Socios de Negocio de la compañía celebrado este miércoles en el Teatro Goya de Madrid, Microsoft ha puesto sobre la mesa sus próximos objetivos que corresponden a un nuevo rumbo en su filosofía de empresa. El evento ha recibido a más de 900 profesiones representando a 500 partners.

"El mundo ha cambiado y en Microsoft lo hemos hecho al mismo tiempo, transformándonos en la empresa que nuestros clientes y socios necesitan", ha asegurado el director de empresas y partners de Microsoft Juan José Amor, "y por ello hemos trabajado para proporcionar los mejores servicios cloud y los dispositivos más innovadores para consumidores y empresas".

En cuanto a sus nuevo terminales, Microsoft ha hecho hincapié a aquellos equipados con Windows 8 por la "gran acogida que está teniendo". El mencionado sistema operativo ha vendido hasta el pasado mes de mayo más de 100 millones de licencias en todo el mundo, según datos de la compañía, y con la próxima versión 8.1 prevén consagrarse como "la mejor plataforma para cualquier tipo de dispositivo móvil".

Microsoft ha asegurado asimismo que Windows 8 es el mejor sustituto de Windows XP, que verá su fin el próximo mes de abril. Además, Juan José Amor también ha destacado que el mencionado Winodws 8 "es clave en el mercado de constante crecimiento de las tabletas", del cual Microsoft estima un aumento en las ventas del 135 por ciento para 2014.

En cuanto a la otra parte de la estrategia de Microsoft -los servicios de cloud computing-, la firma ha explicado la gama de productos y servicios que ofrece. Su punto fuerte y diferencial en este sentido es la "gran posibilidad de elección" pues Microsoft permite a las empresas que escojan entre soluciones públicas, privadas o híbridas.

Además, el director de la compañía ha hecho énfasis en la ventaja que supone el almacenamiento en la nube con hasta el 60 por ciento de ahorro en costes. A esto se le suma los "mejores servicios para empresas" como son Office 365, Windows Azure, CRM Online, Intune o Hyper-V. Cada vez es mayor el alcance de sus servicios cloud, según Microsoft, pues en el mercado de las PYMEs este está creciendo en un 150 por ciento, y en España está moviendo a esta tecnología a 450 empresas cada semana.

Además, según datos de Ipsos MORI, las pequeñas empresas españolas se encuentran precisamente a la cabeza de Europa en lo que adopción a este entorno se refiere. En concreto, un 62 por ciento de las PYMEs de España emplean algún tipo de servicio cloud, y más del 22 por ciento del total de estas consideran que la tecnología en la nube aumenta la productividad y fomenta la disminución de los costes.

Finalmente, el director de Microsoft ha concluido que la compañía afrontará el momento de cambio en el que se hallan con la especialización "en torno a la migración de Windows XP a Windows 8, el cloud computing, la movilidad, la colaboración y el Big Data en múltiples dispositivos".

A más amigos en Facebook, menos riesgo de esquizofrenia y depresión

Tener un número elevado de amigos en Facebook reduce el riesgo de padecer esquizofrenia y distimia, un tipo de depresión crónica en la que el estado anímico de la persona siempre es bajo. Así lo afirma un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de California, que realizaron un estudio entre 1.143 individuos del sur de este estado, entre los que se encontraban hombres y mujeres de 18 a 65 años.

El objetivo de este trabajo era probar si el uso de ciertas tecnologías o medios podían generar patologías relacionadas con un desorden de la personalidad –esquizofrenia, narcisismo, transtorno histriónico, conducta antisocial, compulsiva o paranoica– o un desorden de comportamiento –depresión, distimia o un trastorno bipolar–.

Según el estudio, el hecho de tener un mayor número de amigos en Facebook es el mayor indicador asociado a sufrir o no alguno de estos trastornos. A pesar de que contar con una larga lista de amistades virtuales puede disminuir las posibilidades de una conducta esquizofrénica o distímica, lo cierto es que al mismo tiempo también haría que el usuario fuese más propenso a sufrir síntomas de bipolaridad, de narcisismo y de un trastorno histriónico.

Los investigación también recoge que precisamente el narcisismo es uno de los trastornos que más se asocian al uso de las redes sociales, debido a la capacidad de auto-promoción que permiten.

De todos modos, los expertos de la Universidad Estatal de California no han podido averiguar si es el uso de la tecnología el que provoca estos trastornos o si son precisamente estos trastornos los que desencadenan una utilización de la tecnología caracterizada con síntomas de estas enfermedades. Lo que sí dejan claro es que el uso de las redes sociales tiene un impacto en estos síntomas clínicos.

El TC avala que una empresa controle el email corporativo de sus trabajadores

El Tribunal Constitucional (TC) ha denegado su amparo a un trabajador despedido que reclamó la nulidad de su proceso de expulsión con el argumento de que la empresa había vulnerado su intimidad y su derecho al secreto de las comunicaciones al intervenir su correo electrónico corporativo.

Para el Constitucional, el despido es válido porque se trataba de un correo electrónico corporativo, para el cual tanto el Estatuto de los Trabajadores como el convenio del sector en el que estaba inmersa la empresa (el químico) admiten el control de la compañía.

Así, la sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Andrés Ollero, considera que "la limitación del empleo del correo electrónico a fines profesionales llevaba implícita la facultad de la empresa de controlar su utilización al objeto de verificar el cumplimiento por el trabajador de sus obligaciones y deberes laborales".

Es decir, la empresa puede intervenir el correo electrónico corporativo para conocer qué uso hacen del mismo los trabajadores (y, en este caso, de ese control resultó probado que el despedido en cuestión proporcionaba "información confidencial de la empresa a personal de otra entidad mercantil").

El despedido era jefe 1º administrativo en la empresa, en donde trabajaba desde el 1 de junio de 1976. La compañía se dedica a la actividad químico industrial de obtención de alcaloides (morfina, codeínas) y al cultivo de la planta adormidera y posterior tratamiento en sus instalaciones industriales.

Para su filtración, el despedido usó tanto el teléfono móvil corporativo como el correo electrónico, desde el cual transmitió todos los datos relativos a la previsión de la cosecha de 2007 y 2008 a otra entidad mercantil, "incluyendo extremos especialmente sensibles de cuya importancia era conocedor".

Las pruebas se basaban en un informe pericial que, a su vez, partía de la intervención de los correos electrónicos, lo que el demandante impugnó por vulneración de derechos (intimidad y secreto en las comunicaciones) en su obtención. Con este argumento recurrió un sentencia desfavorable del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ante el TC.

El secreto a las comunicaciones, responde el alto tribunal, "no se extiende a todos los fenómenos de comunicación entre personas, ni alcanza a cualesquiera materiales con ella relacionados presentes, pasados o futuros", sino únicamente a "ciertas comunicaciones".

Así pues, dice la sentencia, "quedan fuera de la protección constitucional aquellas formas de envío de la correspondencia que se configuran legalmente como comunicación abierta, esto es, no secreta".
"Es admisible la ordenación y regulación del uso de los medios informáticos de titularidad empresarial por parte del trabajador, así como la facultad empresarial de vigilancia y control del cumplimiento de las obligaciones relativas a la utilización del medio en cuestión, siempre con pleno respeto a los derechos fundamentales", dice también.

En el caso de los correos corporativos, hay que valorar ese control en relación con los derechos fundamentales y, así, en el caso enjuiciado, como el convenio sectorial solo permitía el uso profesional del correo electrónico de titularidad empresarial, "el poder de control de la empresa" sobre las herramientas informáticas de titularidad empresarial "podía legítimamente ejercerse".

Este razonamiento invalida también la vulneración de la intimidad, puesto que al no tratarse de un ámbito reservado del que cabía esperar confidencialidad, tampoco al conocer su contenido se vulneraba este derecho por parte de la empresa, añade la sentencia.

Twitter espera obtener 1.000 millones dólares con su próxima salida a Bolsa

La red social Twitter espera lograr 1.000 millones de dólares con su salida a bolsa, según indicó en un documento presentado hoy ante las autoridades estadounidenses como trámite previo a la operación.

En el documento presentado ante la Comisión del Mercado de Valores (SEC) de Estados Unidos, Twitter no detalló cuántas acciones pondrá en el mercado, ni el precio de cada una, aunque sí que los títulos tendrán el símbolo TWTR. La compañía indicó (en lo que suponen las primeras cuentas públicas que facilita) que en los primeros seis meses este año logró unos ingresos de 253,6 millones de dólares, lo que supone un aumento del 107 % respecto al mismo período de 2012, aunque registró unas pérdidas de 69,3 millones.

Durante el ejercicio de 2012, Twitter logró unos ingresos de 316,9 millones de dólares (un 198 % más que en 2011), aunque perdió 79,4 millones (un 38 % menos).

La cifra de 1.000 millones supone que la oferta inicial de acciones (IPO) de Twitter será la mayor de una compañía de Silicon Valley desde la de Facebook, en mayo de 2012.

Twitter detalla que tiene más de 200 millones de usuarios activos al mes, y que transmite más de 500 millones de mensajes cada día.

La compañía permite a sus usuarios transmitir mensajes de un máximo de 140 caracteres, y en sus ocho años de vida se ha convertido en un medio favorito de expresión de “líderes mundiales, funcionarios gubernamentales, famosos, deportistas, periodistas, equipos deportivos, medios de comunicación y marcas”.

Twitter consigue sus ingresos de la publicidad que aparece en forma de mensajes normales.

La empresa detalla que el 30 de junio pasado tenía aproximadamente 2.000 empleados, unos 1.800 más que en enero de 2010.

La presentación del documento de hoy abre la puerta a que Twitter organice en las próximas semanas una serie de eventos con posibles inversores. E

FireEye quiere ser el McAfee de la seguridad de nueva generación

El consejero delegado de FireEye parece convertir en oro todo lo que toca. Como máximo ejecutivo de McAfee, el gigante de la seguridad informática, David DeWalt fue capaz de acelerar sus ventas antes de venderla en 2011 a Intel por 7.700 millones de dólares, con una prima del 60%. También como consejero delegado de Documentum, logró 13 trimestres consecutivos de ingresos récords antes de venderla al gigante del almacenamiento EMC por 1.700 millones, con otro 29% de prima. Ahora, el mercado está pendiende de qué será capaz de hacer al frente de FireEye, una empresa cuya tecnología ayuda a bloquear los ataques cibernéticos más avanzados, y cuyo estreno en Bolsa ha sido una de las OPV del año.

FireEye fue fundada en 2004 por el exingeniero de Sun Microsystems Ashar Aziz. Actualmente, cuenta con más de 60 agencias federales de EE UU entre sus clientes, incluyendo el FBI y el Departamento de Defensa, sin olvidar también importantes multinacionales energéticas, tecnológicas y financieras.

La compañía de seguridad, que salió a Bolsa el pasado 20 de septiembre, cerró su primer día con una subida del 80% y lleva acumulada una revalorización del 110%. En estos momentos, capitaliza unos 5.000 millones de dólares.

FireEye, que el pasado año fue nombrada por la revista Forbes como la nueva empresa de seguridad de referencia, había recaudado antes de su estreno bursátil 100 millones de dólares en capital privado de Sequoia Capital, Norwest Venture Partners y In-Q-Tel, el brazo inversor de la CIA. Las dos primeras poseen cada una un 20% de la compañía, de acuerdo con la información remitida por la empresa a la SEC. También otros tres pesos pesados de las finanzas de Silicon Valley (DAG Ventures, Jafco Ventures y Selicon Valley Bank) tienen casi el 25%. Azis, ahora vicepresidente y director de tecnología, es propietario del 10%, y DeWalt controla el 4%.
La compañía ha tenido un crecimiento vertiginoso. Ha pasado de tener 175 empleados en 2011 a más de 900 el pasado junio. Y sus ingresos se han multiplicado por ocho desde 2010 a 2012, gracias en parte a un modelo de suscripción a su servicio de seguridad cloud. Pese a ello, la empresa ha disparado sus pérdidas de explotación debido a las inversiones en I+D y a los costes comerciales. En 2012, sus pérdidas ascendieron a 63,5 millones. Nunca ha dado beneficios. “Es muy importante entender nuestro modelo de negocio, muy similar al de una empresa de software”, explica a CincoDías DeWalt, que ha visitado España, donde acaban de abrir una filial. “Tenemos muchos servicios y vendemos inteligencia por detrás del producto, así que lo importante es el cash flow. De los 82 millones que ingresamos el pasado año, 22 millones eran flujo de caja positivo”. El directivo insiste que es importante entender la foto global “y los inversores están viendo que FireEye es mucho más fuerte de lo que parece si solo se miran los beneficios, que los alcanzaremos en 4 ó 6 años”.

DeWalt no tiene ninguna duda de que FireEye es un proyecto sólido para invertir en Bolsa; nada de burbuja. Y para argumentarlo sostiene que la industria de seguridad tiene mucho crecimiento por delante. “El cibercrimen y el espionaje industrial se han convertido en una pandemia global, y los Estados y las empresas necesitan tener nuevas y avanzadas herramientas para combatirlo”.

Tecnologías disruptivas

“Las empresas e instituciones se están gastando al año 30.000 millones de dólares en seguridad, pero gran parte se está destinando a tecnologías antiguas, con más de 20 años, basadas en firmas y patrones, y eso ya no sirve”. DeWalt defiende que FireEye trae al mercado “una tecnología disruptiva, mucho más efectiva contra esas amenazas”. Su compañía utiliza la computación virtual para detectar ataques maliciosos y comparte inteligencia a través de las redes de todos sus clientes en tiempo casi real. “Estamos ante una nueva generación de soluciones de defensa cibernéticas”, dice.

Preguntado sobre si FireEye se mantendrá independiente o si el objetivo final es venderla (dado el interés mostrado ya por gigantes como EMC, Intel o Cisco por las empresas de seguridad), DeWalt sostiene que su meta como consejero delegado es “lograr que las ventas de la compañía suban para incrementar el valor para el accionista. Pero si en el camino surge alguna oferta se estudiará. Nunca debes limitar tus opciones”.