Kindle Fire HD 4G
no se comercializará en España. Por su precio (499 dólares) y
prestaciones nace para competir directamente contra el iPad, que domina
el mercado desde su creación en 2010. Si la gama baja de tabletas, los
Fire a secas, de 119 dólares o 159 euros (curiosa la conversión de la
moneda de esta empresa) va dirigida a competir con la tableta Nexus de
Google, la HD 4G apunta a lo más alto.
Tampoco parece que vayan a incorporarse al mercado español sus planes de compra de contenidos, que en el caso de Estados Unidos son de 50 dólares al año. Esa combinación de contenido y continente es la principal característica de Amazon y de su estrategia comercial. Un pantallazo en el escenario de la presentación de Bezos lo dejaba claro: “Queremos hacer negocio cuando la gente use nuestros aparatos, no cuando los compren” (“We want to make money when use our devices, not when the buy our devices”). Tampoco es que este sistema se lo inventara Bezos, pues antes que él ya lo practicaba HP con las impresoras y los cartuchos de tinta o la industria de las videoconsolas. En todos estos casos el margen de beneficio está en el contenido más que en el aparato que lo contiene. Amazon, que comenzó en los 90 enviando a todo el mundo libros por correo (lo que visto con perspectiva tiene un gran mérito), descarga ahora por Internet música, películas, libros o revistas a cualquiera que tenga el software Kindle. Ni siquiera es necesario haber comprado alguno de sus aparatos. Pero mejor si vende sus propios aparatos, aunque va con precaución.
La descarga de libros desde Amazon es un éxito. Las ventas hace tiempo que superaron a la de los libros de papel. Su programa de autoedición, parece que también, pues según Bezos de los 100 superventas, 27 libros han sido autoeditados, dándole al autor el 70% del precio de venta.
De momento, según Bezos, su tableta básica Kindle Fire triunfa. Dice que tiene el 22% del mercado de EE UU. Y es en la tableta donde Amazon y el resto de la industria tecnológica ha lanzado la ofensiva para no perder comba. No es en el teléfono (Amazon, pese a la rumorología, no presentó ninguno), sino en las tabletas.
El mercado mundial de este aparato se encuentra aún en sus fases iniciales y el reparto del pastel no está tan asentado como en el de los smartphones. Desde que Apple lo implantó ha ido perdiendo una media de 4 puntos de dominio por año, según las cifras de Gartner. Si en 2011 dominó con el 67% del mercado mundial, en este año acabará en el 61%. No es una carrera entre Apple y Samsung, o entre iOS y Android solo. Aquí Microsoft con su Windows 8 o el Android tuneado de Amazon van a ser más protagonista que en los móviles y con él todas las marcas. El próximo año, el iPad dominará con el 54,5% y ya en 2014 perderá su mayoría, aunque no su dominio.
Amazon, con los productos anunciados ayer jueves, se ha atrevido a competir tanto en la tabletas de gama alta como en las de gama baja, con sus propias fortalezas (un catálogo de libros incomparable) y debilidades (la falta de cámara en la mayoría de los modelos).
Tampoco parece que vayan a incorporarse al mercado español sus planes de compra de contenidos, que en el caso de Estados Unidos son de 50 dólares al año. Esa combinación de contenido y continente es la principal característica de Amazon y de su estrategia comercial. Un pantallazo en el escenario de la presentación de Bezos lo dejaba claro: “Queremos hacer negocio cuando la gente use nuestros aparatos, no cuando los compren” (“We want to make money when use our devices, not when the buy our devices”). Tampoco es que este sistema se lo inventara Bezos, pues antes que él ya lo practicaba HP con las impresoras y los cartuchos de tinta o la industria de las videoconsolas. En todos estos casos el margen de beneficio está en el contenido más que en el aparato que lo contiene. Amazon, que comenzó en los 90 enviando a todo el mundo libros por correo (lo que visto con perspectiva tiene un gran mérito), descarga ahora por Internet música, películas, libros o revistas a cualquiera que tenga el software Kindle. Ni siquiera es necesario haber comprado alguno de sus aparatos. Pero mejor si vende sus propios aparatos, aunque va con precaución.
La descarga de libros desde Amazon es un éxito. Las ventas hace tiempo que superaron a la de los libros de papel. Su programa de autoedición, parece que también, pues según Bezos de los 100 superventas, 27 libros han sido autoeditados, dándole al autor el 70% del precio de venta.
De momento, según Bezos, su tableta básica Kindle Fire triunfa. Dice que tiene el 22% del mercado de EE UU. Y es en la tableta donde Amazon y el resto de la industria tecnológica ha lanzado la ofensiva para no perder comba. No es en el teléfono (Amazon, pese a la rumorología, no presentó ninguno), sino en las tabletas.
El mercado mundial de este aparato se encuentra aún en sus fases iniciales y el reparto del pastel no está tan asentado como en el de los smartphones. Desde que Apple lo implantó ha ido perdiendo una media de 4 puntos de dominio por año, según las cifras de Gartner. Si en 2011 dominó con el 67% del mercado mundial, en este año acabará en el 61%. No es una carrera entre Apple y Samsung, o entre iOS y Android solo. Aquí Microsoft con su Windows 8 o el Android tuneado de Amazon van a ser más protagonista que en los móviles y con él todas las marcas. El próximo año, el iPad dominará con el 54,5% y ya en 2014 perderá su mayoría, aunque no su dominio.
Amazon, con los productos anunciados ayer jueves, se ha atrevido a competir tanto en la tabletas de gama alta como en las de gama baja, con sus propias fortalezas (un catálogo de libros incomparable) y debilidades (la falta de cámara en la mayoría de los modelos).